capitulo 21

251 35 6
                                    


-ahhhhh!

Dokho logró quitarse antes que ese reptil lo atrapara con su trompa, tropezó con bote de basura y termino en el suelo, evitando de suerte la afilada cola del basilisco.

-alejate moustro!!!

Cuando se levantó lanzó navajasos a diestra y siniestra, casi no distinguía nada.

Pero no era el único, sus compañeros estaban en situación similar, el tiempo se había congelado dentro de la barrera que Pandora creo, el eclipse ya tendría que haber terminado.

Bang-Bang-Bang...tic,tic...

-maldita sea! Se terminó el cartucho. Sísifo!!!

-aqui, pero no puedo verte bien.

-muevanse, no se queden quietos o los matarán.

Sage advirtió a sus compañeros mientras se recargaba en una columna para no tener la espalda descubierta.

Risas burlonas y gruñidos inundaban el lugar, solo estaban jugando con ellos.

-mierda, donde está la salida...

-...mgh!

-no te preocupes Albachan, te sacaré de aquí.

-Manigoldo...eres tú?

-Degel, estoy aquí enfrente (susurro)

Con mucho trabajo el francés logró llegar hasta él, se encontraban ocultos a un costado del kiosko, bajo las pequeñas escaleras.

-hay!

Albafica soltó un ligero gritito cuando la pálida y fría mano del galo toco su pierna.

-tranquilo Albachan...es Degel.

-Francesito...Jaiba...

-Kardia...aquí mon amour...

-Francesito, estás bien, no te lastimaron.

-no...estamos bien.

-tsk! Tenemos que hacer algo con esta obscuridad, esos malditos sólo están jugando con nosotros.

-si...pero que, a nadie se le ocurrió traer una lámpara.

-mierda...donde está la bruja cuando uno la necesita...

No podía ver la cara de las personas que lo estaba protegiendo pero...por alguna razón...se sentía seguro, sabía que ellos no lo lastimarian y harían lo necesario para salvarlo, en especial el chico que lo tenía en brazos. Temeroso se aferró más al cuello de esa persona, inundando se con un aroma de sudor y sándalo, un aroma que empezaba a parecer familiar.

-creo que puedo hacer algo pero...

-que pasa Kardia?

Una sonrisa nerviosa fue dirigida al galo, Kardia comenzó a soltar el amarre que tenía su mano sujeta a la daga.

-Kardia...que haces es peligroso que...

-confía en mi Francés...

Le dió un rápido beso y dejo la daga, envuelta, a un costado de la escalera.

-cuando ilumine el lugar...salgan de inmediato, entendido!

-que...

-kardia que vas a ...

-Preparense todos!!!

Grito el Heleno mientras corría al centro del jardín y Degel intentaba alcanzarlo. Pero el galo no logró detenerlo. Kardia salió disparado al frente, rezando para no chocar con nada, mientras lo hacía concentró todo su ectoplasma en la mano izquierda, la uña de su dedo índice comenzó a brillar, adquiriendo un tono carmesí, se alargó creando una fina navaja roja que comenzó a incendiarse.

FantasmasOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz