Mi vida un show

By Hitto_

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Sophie es la protagonista de la más famosa y peor serie de televisión del momento. Además de lidiar con fans... More

Advertencia, DEBES saber esto antes de leer
Piloto
Hemofobia
El comic de Aaron
La rutina de los lunes
¡Todos me irritan!
El insufrible Tiago
El futuro de Aaron
Noche de pub
La resaca del sábado
La TV es mi enemiga
Más noticias para Sophie
El punto final para Aaron
Empezar de nuevo
Conociendo a Steve
Borrón y cuenta nueva
Buena vibra momentanea....
Mentira piadosa
Cita a ciegas con Aaron Hyde
Shriek Critics
Haciendo las paces
El gran paso de Camila
Las armas del chantaje
La nueva temporada
Superando espectativas
El retorno
El mejor regalo de cumpleaños
Dilema
Reconociendo a Ian
La decisión de Sophie
Viejas amistades
Voy a ser un buen hermano
Ser adulto
Apuestas
Asegurar la inversión
La escuela Nº 54
La dieta de la banana
La presa de Misky
La marca asesina
Empieza la guerra
Empieza el entrenamiento
La chica alternativa
Paseo bajo la lluvia
¡Al diablo!
Estamos en crisis
Entre drogas peligrosas
Algo lindo para Tamara
Carrera al hospital
Decisiones desesperadas
Vivir bajo un puente
Deudas que pagar
No importa lo que hagas: pierdes
La verdad de Il Cuore
With you
Chocolate, fresas y otras sorpresas
Mi padre me quiere arruinar
El destino del show
El rostro escondido del amor
Juguemos a la verdad
Luchar por lo que vale
El nuevo jefe
¡Renuncio!
Sin mi problema
¡Ese maldito perro!
Tamara lo sabe todo
Nuevas oportunidades
Disculpas desesperadas
Toma de rehenes
Historias de fobias
Terapia de exposición
Despedidas que duelen
Tulip, to live
Cerrando capítulos
La graduación
Presentando: Transalterna
Epílogo
Ya puedes leer TRANSALTERNA

La nueva publicista del Show

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By Hitto_


Cuando entró al colegio las miradas se le clavaron encima. Podía jurar que todos se habían detenido por exactamente un segundo, y sabía exactamente lo que pensaban.

No era de sorprenderse, de seguro todos habían leído la noticia, donde quedaba como una traidora que engañaba a su ingenuo novio.

No le sorprendía la reacción, pero no entendía cómo podían juzgarla si la mayoría de sus compañeros podían entender la situación perfectamente. Muchos conocían a Ian, y ya estaban al tanto de lo ocurrido la jornada anterior, cuando un ex alumno del colegio, y ex novio de Sophie, que estaba supuestamente muerto, había regresado con otra identidad.

— ¡¿Sophie es verdad?! —La emboscó Amalia, apareciendo de pronto frente a su casillero y la hizo brincar en su lugar.

— ¡¿Es verdad qué?! —preguntó alterada.

— ¡Que engañaste a Steve! ¡Él es el amor de mi vida, pero estaba feliz de que estuvieran juntos, eran mi pareja favorita, pero lo que hiciste no tiene nombre, lo engañaste!

Sophie solo quería golpear su cabeza repetidas veces contra el casillero. La noche anterior había preparado un discurso sobre lo que diría esa tarde en el programa de Octavio Velasco, explicando lo ocurrido, pero explicárselo a su mayor y más extraña fan era distinto.

—Sophie se dio cuenta de que Steve es un inútil y lo dejó por mí, esta tarde lo dirá públicamente. —Ian la rodeó con un brazo y no se esperó que la otra chica se quitara del cabello la imitación de la hebilla de Sophie, la tirara al suelo y se fuera furiosa.

— ¡Eso no es verdad! —le gritó Sophie deshaciéndose del abrazo de Ian—. ¡Y tú no digas mentiras!

—Solo te ayudaba a deshacerte de ella, Amalia da un poco de miedo, más que una fan es una acosadora.

—Tú también eres un acosador.

—Pero a ti te gusta que yo te acose.

La chica lo miró asesinamente, sacó lo que buscaba de su casillero y caminó hacia el aula con Ian pisándole los talones.

—Va a ser muy difícil acostumbrarme de nuevo a tu arrogancia.

—No es arrogancia, es encanto —dijo con una sonrisa tan seductora que Sophie no pudo negar que era verdad.

De nuevo se hizo el silencio. Incómodo, Ian se dirigió al asiento que Alan había separado para él. El maestro no tardó en entrar, sorprendido por la quietud del aula. Ya había escuchado parte de la historia del nuevo alumno de Inglaterra, y aunque le parecía alucinante, actuó con la seriedad de siempre. Acomodó su maletín y llamó lista.

—Aaron Hyde —llamó, y todos voltearon a ver al alumno nuevo.

—Presente —respondió sin quitar la vista de su dibujo.

— ¡No te llamas Aaron, te llamas Ian! —reaccionó Sophie.

—Mis papeles dicen que ahora me llamo Aaron, mi otro nombre está manchado así que soy Aaron a partir de ahora.

—Pues yo no pienso llamarte a sí. Es absurdo. ¿De dónde sacaste ese nombre de todas maneras?

—Me dijeron que escogiera uno que me gustara, y ese sonaba genial.

—No es genial.

— ¡Silencio! —los interrumpió el maestro. Se llamara como se llamara el chico británico, no le importaba, quería ahorrarse dolores de cabeza, lo llamaría como estaba en la lista y punto—. Ambos en asiento separados, Alan ponte en medio de ellos —ordenó y Alan cambió con Ian.

Ni durante las clases o el recreo a Ian lo dejaron en paz. Quería conversar con Alan, ponerse al día con él, con suerte acercarse a Tiago y arreglar cualquiera que fuese su problema. Pero tenía a un grupo de chicas y chicos siguiéndolo a todos lados, llenándolo de preguntas.

Sophie por primera vez en su vida agradeció que Ian tuviese más popularidad que ella. Su presencia distraía al resto y dejaban de acosarla.

A la hora del almuerzo, intentó buscar a Evan o a Tiago con la mirada. Alan estaba ocupando intentando alejar a la masa que seguía a Ian.

Evan comía con algunos amigos, mientras se rompía la cabeza pensando en un nuevo guitarrista para su banda. Ni se dio cuenta que Sophie se había sentado a su lado y los amigos que lo acompañaban habían escapado de la chica como a la peste.

Con Evan tan ausente, era igual a comer sola en una gran mesa. Algo de paz al fin, después de haber estado atosigada con felicitaciones de cumpleaños y el regreso de Ian.

—Son insoportables. —Ian dejó caer su bandeja junto a ella, sobresaltándola.

Alan jaló una silla para sentarse también y Eva apenas levantó la mirada.

—Así que de verdad estas vivo —le dijo a Ian, sin nada de emoción en sus palabras —. ¿Tocas la guitarra?

— ¡¿Ian vuelve de la muerte y le preguntas si toca la guitarra?! ¡Hay algo muy mal con la gente últimamente!. Solo tú y yo parecemos tener reacciones normales —se dirigió a Alan.

Evan continuó ignorándola e Ian respondió con toda naturalidad:

—No mucho, solo algunas notas.

—Qué importa, es suficiente, estoy cansado de buscar guitarrista, todos están mal de la cabeza y tú eres medianamente cuerdo. Tienes una semana para aprender las pisadas, no necesitas tocar, solo fingir y que se vea real hasta que encuentre a un guitarrista de verdad. Sophie enséñale.

— ¡No voy a enseñarle nada! —Se levantó de su asiento a gritarle, encolerizada por su cinismo—. Tendrías a una guitarrista si no me hubieras sacado de la banda, ¿y ahora tienes el cinismo de pedirme que entrene a otro? ¡Estás loco!

—La verdad no tengo tiempo—dijo Ian—. Pero Tiago sí sabe tocar, ¿Por qué no se lo pides? —recomendó con malicia, sabía que Tiago y Evan no podían verse ni pintados.

—Preferiría regresar a Sophie, o entrenar a un mono —dijo bajando la mirada de nuevo a la lista de posibilidades que tenía.

—Pues ni lo sueñes, no volvería ni aunque me lo pidieras de rodillas.

—No te lo estoy pidiendo, ni te lo pediré, esa sería mi penúltima opción antes que pedírselo a Tiago.

Sophie se sintió profundamente ofendida, pero se lo guardó. Refunfuñando se metió la pajilla de su jugo en la boca y bebió para no decir nada.

—Yo también sé algo, si Sophie me enseña puedo ayudarte hasta que encuentres a alguien más —se ofreció Alan y Evan levantó rostro de pronto.

—Me dijiste que no podías porque tu madre te quería trabajando con ella para que no te metieras en drogas.

—La verdad es que me tiene trabajando en las tardes porque renunció su quinto asistente del mes y nadie quiere trabajar con ella, pero si le dices que de verdad me necesitas, me ayudarás a librarme de ella unos días —dijo con tono suplicante.

— ¡Genial!, gracias, será hasta que encuentre a alguien. Sophie tiene las partituras, hagan un ensayo intensivo.

— ¡Un momento! —los detuvo Sophie—, yo no tengo tiempo de enseñar nada a nadie. Es semana de filmaciones y el tiempo libre que tengo lo dedicaré a estudiar, decidí eso. Voy a graduarme siendo la mejor alumna de este colegio, es mi nueva meta de vida.

Ian rió disimuladamente, pero Sophie lo notó de inmediato.

—¿De qué te ríes?

—Que me da pena que no vayas a cumplir esa meta. Mejor relájate, sabes que yo sacaré el mejor promedio y solo vas a estresarte al intentar alcanzarme.

— ¡Ya fue! —Gritó agarrándolo del nudo de su corbata. Además de llegar a confundir sus sentimientos, ahora llagaba a decirle que él como siempre sería mejor. No lo toleraría más—. No importa cuántos esfuerzos hagas, esta vez no vas a ganarme.

—El problema es que no necesito hacer ningún esfuerzo. Estoy repitiendo este año solo para sacar un título de este país. Pasar este curso para mí es como si tú repitieras la primaria.

— ¡¿Estás diciendo que soy estúpida?!

—Por supuesto que no. Eres muy inteligente, es solo que yo soy mucho más inteligente que tú.

Sin saber qué responderle y llena de furia lo soltó, recogió su bandeja y salió pisando fuerte del comedor.

—Si quieres recuperarla no creo que esta sea la forma —le dijo Alan.

—Así la conseguí la primera vez. —Se encogió de hombros, comenzando por fin a comer—. Además no voy a mentirle, ella sabe que siempre le digo las cosas como son.

Dejó el bocadillo a medio camino hacia su boca. De reojo vio a Tiago; por fin dejaba de esquivarlo eludiendo con poco disimulo los lugares siquiera cercanos a donde él estaba.

Tiago no le dio tiempo de voltear, rápidamente lo levantó del asiento y lo sentó en el suelo de un golpe. Ian no esperó ni un segundo para levantarse y responderle.

Cuando Sophie regresó al comedor ya más calmada y dispuesta a tener un segundo round con Ian, vio un gran alboroto. Todos gritaban y formaban un círculo. Se paró sobre una mesa para ver qué pasaba y encontró a Ian y Tiago en medio de una pelea, intercambiando golpes sin receso.

Bajó de inmediato e intentó meterse. Alan y Evan la detuvieron antes de que pudiera acercarse a los dos chicos.

— ¡Deténganlos! —les gritó.

—Déjalos, ya hicimos apuestas —respondió Evan—. Espero que Ian le dé una muy buena paliza a tu hermano.

— ¡Son unos idiotas! ¿Por qué están peleando?

—Ni idea, Tiago vino, golpeó a Ian, él le respondió y ahí están.

Los profesores del colegio llegaron abriéndose paso, pero ni su presencia evitó que los dos chicos siguieran agrediéndose.

Con algo de temor por recibir un golpe indirecto, el maestro de educación física agarró a Tiago y ni bien lo alejó, Ian se detuvo.

— ¡Aléjate de mi hermana y de mi familia! ¡Si te veo cerca de ella te mato! —Tiago intentaba soltarse, pero ya eran dos los profesores que lo sostenían.

—Ambos vienen conmigo —sonó la potente voz del director del colegio.

Ian lo siguió limpiándose sangre de la nariz con la manga del uniforme y Tiago empujó a quienes lo agarraban, dándoles a entender que los seguiría de forma voluntaria.

Metieron a Tiago primero a la oficina del director e Ian esperó afuera, con la cabeza hacia atrás y apretándose el puente de su nariz para que dejara de sangrar. Si había algo que detestaba más que la sangre, era su propia sangre saliendo de su cuerpo.

Sophie se sentó a su lado y le ofreció un pañuelo.

—Déjame ver —le pidió retirándole la mano—. Qué tonto eres. No debiste responderle y dejar que te pegara un poco, luego le decías al director que él te hace bullying. Ahora vas a meterte en problemas.

—Sí, buena idea, no lo pensé en ese momento. Su cara habría sido épica si solo lo castigaban a él —dijo sonriendo.

—Espero que al menos él haya quedado peor.

—Te aseguro que sí.

—No le hagas caso —pidió con más seriedad, haciendo el pañuelo una bolita para que Ian no viese la sangre y sacando otro pañuelo limpio de su bolsillo—. Sabes que es muy protector conmigo y debe estar furioso contigo. Es terco y no perdona fácil. Cree que todo lo que hiciste en el pasado fue por voluntad propia y que todavía tienes esas intenciones. —Volvió a revisarle la nariz en silencio, el flujo se había detenido. Botó el segundo pañuelo y se sacó el anillo del dedo—. No sé si es el mejor momento, pero no quiero seguir esperando. —Se lo extendió. Ian lo tomó entre los dedos, recordando el día que se lo había entregado, con la promesa de que estarían juntos por siempre.

—Es tuyo, te lo regalé y puedes hacer lo que quieras con él. —Se lo devolvió.

Sophie lo recibió con algo de inseguridad y procedió a quitarse la hebilla azul de su cabello, la que se había puesto esa mañana por costumbre.

— ¿Te molesta si tampoco la uso?

—Es tu cabello —respondió con desinterés.

Sophie la guardó junto al anillo y de su otro bolsillo sacó la hebilla que Ian le había devuelto el día de su regreso.

—Esta es tuya. —Se la extendió—. Guárdala y yo guardo la otra, como recuerdo.

La puerta se abrió de pronto y Tiago salió furioso, sin dirigirles la mirada. El director llamó a Ian y le ordenó a Sophie regresar a clases.

—Segundo día de clases. El primero te escapas durante el primer periodo y ahora te involucras en una pelea. Entiendo tus circunstancias especiales, pero este comportamiento no es justificable. Tienes dos amonestaciones, una más y te expulso. Regresa a tu salón. —El director no le permitió hablar. Tras su corta retada le abrió la puerta.

Ian se desvió al baño para asearse antes de regresar a la clase y se encontró con Tiago, quien estaba en la misma situación limpiando sus heridas frente al espejo.

En silenció se lavó la sangre de las manos. Tiago botó al suelo una toalla de papel y lo amenazó de cerca antes de salir.

—Aquí no puedo hacerte nada, pero afuera sí.

Ian sonrió con sarcasmo. Si Tiago lo atacaba de nuevo él no dudaría en responder y se aseguraría de que nadie los detuviera.

—Steve y yo ya no vamos a estar juntos, lo traicioné y no creo que él deba perdonarme. Lo que hice no tiene nombre, estoy muy arrepentida, pero él merece a alguien mejor... —Sophie repetía en voz baja lo que tenía pensado decir mientras se cambiaba de ropa en el camerino. Antes de la filmación tendrían una corta entrevista en la que explicarían su situación, y tal como le había prometido a Steve, ella tomaría toda la responsabilidad del asunto.

Caminó nerviosa por el pasillo del canal y abrió la puerta del estudio. Ahí filmaban el programa "Cara a cara con Octavio", donde ya había aparecido alguna vez cuando recién empezaba a filmar el programa, sintiéndose más como una víctima que como una invitada cuando empezaron a atacarla con preguntas sobre su relación con Sherry, los rumores sobre su romance con Steve y su experiencia al ser criada por una madre adolescente.

Sin duda recuerdos nada agradables, para los anfitriones de ese programa, era una obligación de los famosos contar hasta el más mínimo detalle de su vida personal, y su slogan: "Porque los famosos nos lo deben", describía a la perfección el objetivo de su show.

En el centro, en la silla principal del escenario ya estaba Octavio Velasco y sus dos co-anfitriones hablando con Steve, quien se veía más contento que nunca.

—Estamos en vivo, espera ahí. —Le indicó a Sophie uno de los camarógrafos, señalándole un asiento vacío.

El director de su programa estaba al frente, hablando en voz baja con una mujer de cabello crespo, prolijamente recogido.

— ¿Entonces todo fue un juego de celos? —preguntó Octavio a Steve.

—Sí. Yo salí con una ex novia mía sin pedirle permiso a Sophie, ella se enfadó conmigo y salió con un ex novio también, se dio cuenta que la filmaban y lo besó para ponerme celoso, ya que creyó que yo la había engañado. Fue una tontería, ambos fuimos unos tontos. Solo necesitábamos comunicación, cuando nos tranquilizamos y conversamos el asunto, quedamos de acuerdo que ambos habíamos actuado mal. Somos unos celosos, pero eso es porque nos amamos. Y ahora nos queremos todavía más —respondió Steve. Los co-anfitriones hicieron un gesto de ternura y a Sophie casi se le cae la mandíbula al suelo.

—Ya lo escucharon de la propia boca de Steve, todo fue un mal entendido con su novia Sophie, a quien tendremos como invitada la próxima semana. Gracias por aclararnos le asunto Steve, el público tenía derecho a saber qué está pasando en tu relación con Sophie.

—Gracias a ti por permitirme estar aquí.

—Volvemos con más noticias de la farándula después del corte.

— ¡Corte! —gritó el director del programa y Sophie corrió hacia el escenario.

— ¡Qué rayos fue eso! ¡No fue lo que pasó ni lo que acordamos! ¡¿Por qué inventaste todo eso?! —le gritó a Steve, con ganas de golpearlo.

El director y la mujer con la que hablaba se acercaron de pronto.

—Es lo que diremos que pasó y mantendrás esa versión la próxima semana —dijo la mujer con tono autoritario.

Sophie la miro de la cabeza a los pies con desprecio.

— ¿Y tú quién eres? ¿Y por qué inventas cosas de mi vida?

—Es Susan, la nueva publicista del programa —respondió Steve, ansioso por explicarle a Sophie lo que ocurría y que él no era el responsable de esa mentira.

—Puedo presentarme sola, Steve —lo reprendió—. A partir de hoy me encargaré de su imagen pública. Tú eres un imán de escándalos y si son manejados correctamente son publicidad para el programa. A partir de ahora no dirás públicamente nada que yo no te ordene decir, ni vestirás nada que no venga de nuestros auspiciadores.

— ¡No puede hacer eso! ¡Dentro del programa lo que quiera, fuera de él es mi vida privada y no puede meterse!

—Por supuesto que puedo. Desde que firmaste un contrato con la KTV, que tu vida privada es parte del show de televisión. Si no estás de acuerdo, llama a tu abogado y revisaremos los términos. No tengo nada que discutir contigo —terminó de decir retirándose con el director y una joven que corrió para darle alcance, sostenido sus papeles.

— ¡Qué mujer más!... ¡¿Quién se cree?! Esa no va a controlar mi vida —renegó en voz baja, recordando que pronto saldrían al aire y lo último que necesitaba era que sus maldiciones salieran en vivo.

Abandonó el set corriendo hacia la oficina del productor, con Steve siguiéndola de cerca.

— ¡Espera Sophie! Siento lo que pasó, no me dieron tiempo de llamarte. Me dieron un guión minutos antes de la entrevista. Y esa tal Susan me ordenó decir lo que estaba escrito.

—No te preocupes. Vamos a arreglar esto.

Sin pedir permiso y esquivando a la secretaria se metió a la oficina del productor. Le quitó el teléfono de las manos y colgó.

— ¿Quién es esa tal Susan y que demonios hace aquí? —exigió saber con una muy mala cara.

—Sophie, estabas en clases y no pudimos contactarte. ¿No es genial? Susan es una experta, fue publicista de grandes estrellas.

— ¿Ah sí? ¿Quiénes? —preguntó a regañadientes.

—Gente famosa de verdad. Y ustedes serán mi mejor proyecto —Susan apareció, caminó con la misma gracia y elegancia que una modelo de pasarela y le extendió al productor unos papeles.

— ¿Es genial no creen? Llevará el programa a la cima —dijo con su típico entusiasmo.

— ¡Esta bruja no es genial!

—Sophie cálmate —la tranquilizó Steve.

—Déjala —la mujer se acercó a Sophie y se agachó para verla a los ojos—. Escúchame mocosa. He tratado con miles de niñas como tú, se hacen famosas con un papel y luego terminan en la calle gracias a un escándalo mal llevado. No te agrado, y no me importa, tú tampoco me agradas. Pero vas a hacer lo que yo te digo o vas a verte en serios problemas por incumplimiento de contrato. Así que no me importa tu vida sentimental. Frente al mundo tú y Steve están muy enamorados, detrás de cámaras pueden odiarse si quieren —Se alejó y la revisó de pies a cabeza—. ¿Por qué no estas maquillada?

—Porque vengo del colegio —respondió con profundo odio.

— Voy a mandar a una asesora a tu casa, que te enseñe a maquillarte apropiadamente a diario. Una cámara puede captarte en cualquier momento y debes verte perfecta las veinticuatro horas del día —ordenó y con otro vistazo a su atuendo pareció enojarse— ¿Dónde está tu hebilla? ¿Y el anillo?

—La hebilla no la usaré más, antes tenía un significado, ahora no hay motivo para usarla siempre. Y el anillo me lo regaló mi ex novio y como ya no estoy con él decidí quitármelo.

—Póntelos de nuevo. La hebilla te representa, es como tu marca personal en el programa. Además se están vendiendo muy bien, ya estamos sacando una nueva en un estuche de edición especial. Y el anillo lo usas siempre, será extraño que no lo lleves ahora. Los guionistas harán que en uno de los capítulos Steve viaje en el tiempo te lo entregue antes de conocerse.

—Voy a usarlos solo para el programa, pero no los originales, sino una imitación —respondió clavándose las uñas en las palmas. Esa mujer no le agradaba nada y contenía unas inmensas ganas de llorar.

—Dentro y fuera del programa Sophie —dijo retadoramente a tiempo que salía del lugar.

—Bueno, ¿es muy profesional no? —dijo el productor, sintiendo que podía cortar la tensión con un cuchillo—. Estoy seguro que todos vamos a llevarnos muy bien.

Sophie sacó la hebilla de Ian de su bolsillo, se la colocó en el cabello y regresó el anillo a su dedo. Perturbada, sintió que había perdido una batalla y que su capacidad de decisiones y el poco control que le quedaba de su vida desaparecían de pronto.

Gracias por leer! y muchas gracias por todos los comentarios!Espero que les haya gustado! nos no se si mañana o mas tarde. Mi internet esta una desgracia y wattpad no está notificando ni haciendo aparecer las actualizaciones a la mayoría... espero que funcione mejor

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