Jade
Harry acaba de irse y no pude evitar quedarme en la puerta viendo su estructura y la verdad es que mi mente pierde racionalidad cuando se trata de él.
—¿Qué haces ahí parada? –mi madre habla y me sobresalta—. ¿Pelearon otra vez?
—No –niego con la cabeza y cierro la puerta rápidamente—. Solo estaba mirando.
—De acuerdo –se encoge de hombros y luego camina hacia la sala de estar, yo decido ir por mi cuenta a mi cuarto, me detengo en el marco de la puerta y muchas escenas de la noche anterior se repiten en mi cabeza.
Harry besándome, Harry acariciándome, yo acariciando su cuerpo y simplemente me doy cuenta que no es correcto así.
Que algo anda mal conmigo, es obvio que Harry aceptó acostarse conmigo porque ya no le queda ninguna otra chica con la cual hacerlo y yo simplemente me estoy confundiendo.
Miro una vez más a mi alrededor y pienso en una manera de borrar o al menos intentar deshacerme de alguno que otro recurso de la noche anterior, talvez si muevo los muebles y cambio las sábanas, tal vez si muevo mis pósters y las fotografías que tengo esparcidas por mi cuarto en las que aparecen Perrie, Karl, el pequeño Karl, Amara, mi madre e incluso Harry.
—Simple, espero que sea efectivo –suspiro y comienzo a quitar todo de los muros, pero aún así no dejo de pensar en que talvez esto de que Harry y yo seamos amigos y tengamos sexo no es tan buena idea después de todo.
—¡Jadey! –mi madre llama a mi nombre y algo fastidiada bajo la escalera para encontrarme con una muy buena sorpresa.
—¡Por Dios, Gemma! –chillo antes de correr y abrazarla fuertemente—. ¡No puedo creerlo!
—¡Te eché de menos! –deshace nuestro abrazo y me mira de piez a cabeza—. ¡Estás preciosa!
—Tú también –la miro y veo una brillante sonrisa en sus labios, le doy un vistazo a los demás, es decir, a la tía Anne, al tío Desmond y a Michal—. ¿Qué te trae por aquí?
—Pues...–entrelaza su mano con la de su novio—. ¡Voy a casarme!
—¡No puede ser! –chillo antes de abrazar a los prometidos en señal de felicitación—. Me alegro mucho por ustedes.
—Eso es genial, Gemma –comenta mi madre—. Ahora será tu turno de organizar una bella boda –codea a la tía Anne quién se pone a reír al igual que el tío Des.
—Creo que necesitaré tu ayuda –la tía Anne abraza a mamá y se ponen a reír una vez más.
—Jade, también quería preguntarte algo –Gemma me mira con una sonrisa en los labios que me pone nerviosa.
¿Acaso Harry le dijo algo?
—Claro –respondo casi sin poder respirar y ella me mira extrañada.
—Tranquila, no es nada malo –sonríe y toma mis manos—. ¿Serías mi dama de honor? –pregunta al momento en que Harry entra en mi hogar con el ceño fruncido y se detiene junto a su papá.
—Sí, es un honor para mí –le sonrío y me abraza antes de arrastrar a Harry junto a mí—. Bueno Michal, ya tenemos padrino y dama de honor.
—Entoncss creo que solo hay que comenzar con los preparativos –sonríe Michal, mientras Harry y yo no movemos ni un músculo, todos aquí están felices y no parecen entender que pasa con nosotros. Para ser sincera, ni siquiera yo lo entiendo. ¿Por qué iban a hacerlo ellos?
Justo cuando estoy a segundo de alzar la mirada hacia Harry mi teléfono comienza a sonar.
—¿Bueno? –me aparto un poco de los demás.
—¡Jadey, te necesito! –chilla Pezz.
—¿Todo está bien? –me preocupo un poco.
—S–Sí –titubea—. Solo es una emergencia de moda.
—Bien, voy en seguida –me río antes de colgar y volteo encontrándome a todos mirándome, eso no me importa mucho salvo por la mirada de Harry—. Voy a casa de Perrie.
—Está bien –dice mi mamá, me despido con la mano de todo y subo rápidamente para buscar mi bolso para luego volver a bajar.
—Cariño, Harry puede llevarte –dicr el tío Des.
—No es necesario –miro a Harry algo confundida—. No quiero molestar.
—Quedé con Louis, no será molestia –dice antes de acercarse a besar la mejilla de su hermana, su madre y la mía para luego despedirse de su padre y ahora cuñado, repito su acción y le sigo a la salida, por algun motivo todos nos miran desde la puerta y el nerviosismo me lleva a tropezar haciendo que Harry suelte una sonora carcajada.
—Ten cuidado o vas a ensuciarte y no te dejaré subir así a mi auto –dice desbloqueando el seguro de las puertas.
—¿Tu auto? –arqueo una ceja y el asiente orgulloso, cuando ya nos hemos puesto el cinturón de seguridad pone en marcha el carro.
—Papá me lo regaló –alzo mis cejas sorprendida.
—Eso es genial –digo algo aturdida—. Supongo que ahora sacarás a pasear a tus conquistas.
—No lo sé, será difícil si ya te pertenece el asiento del copiloto –dice sin despegar los ojos del camino y se me corta un poco la respiración.
Jade, él es tu amigo. Él no quiere nada contigo. Te quiere como a una hermana y tú a él. Él solo quiere sexo y nada más. No lo olvides.
—Puedo dejar el asiento libre, después de todo –enciendo la radio—. Me gusta caminar.
—Entonces no dejarás que te lleve a la escuela –indaga confundido.
—Nadie ha hablado de la escuela –me río y luego de eso solo me dedico a escuchar la canción de la radio.
»Y si me conoces, como te conozco, deberías amarme, deberías saber...que los amigos duermen en camas separadas, que mis amigos no me tratan como tú, sé que hay un límite para todo, pero mis amigos no me amarán como tú.
La letra de la canción simplemente hace que me cuestione un poco toda esta situación, es decir, Harry y yo nos conocemos desde casi toda una vida, crecimos juntos y es él único chico al que he dejado verme llorar realmente, le he mostrado cada parte de mí, porque él es como mi hermano y ahora a causa de una estúpida película, mi despecho y el poco control de mi racionalidad frente a él me tiene deseándolo perdidamente.
—Mi amigos no me amarán como tú –Harry tararea aún mirando el camino y se detiene en frente de la casa de Perrie.
—Gracias por traerme –me quito el cinturón rápidamente.
—¿Quieres que pase por ti luego? –pregunta apoyando su cabeza en el respaldo de su asiento.
—No es necesario, talvez pase la noche aquí –me encojo de hombros—. Te llamaré si cambio de opinión.
—De acuerdo –abro la puerta y desciendo—. Cuídate.
—También tú, adiós –le doy una sonrisa antes de cerrar la puerta y corro hacia el porche de la casa de mi mejor amiga.
—Gracias al cielo estás aquí –Perrie dice luego de abrir la puerta y me abraza fuerte, escucho el auto de Harry partir y como puedo volteo a ver hasta que pierdo su auto de vista—. Tengo tantas cosas que contarte.
—Yo también a ti –digo antes de ser arrastrada por ella al interior de su casa, no parece haber nadie en esta casa a excepción de nosotras y me lleva escaleras arriba rápidamente—. ¿Todo está bien?
—Sh, ya te diré –nos adentramos en su cuarto y cierra la puerta con seguro, luego pone a reproducir su lista de reproducción favorita en Spotify y no entiendo porque está tan alta la música si ella quiere hablar.
—Perrie...–la observo preocupada cuando ella comienza a morderse las uñas—. ¿Por qué tienes la música tan alta?
—Jonnie está en su cuarto y lo que tengo que decir no puede saberlo nadie –toma mis manos y yo solo asiento pero ella no dice nada.
—Me estás asustando –la observo ya cansada.
—Dormí con Tomlinson –escupe y se me abre la boca de la impresión.
Perrie desde que Louis se incorporó a nuestra clase aseguró que sería el último chico en el mundo entero con quién saldría y ahora durmió con él.
—¿Cómo es posible? –me sorprendo y ella se cubre la boca con una mano por un momento.
—Yo no lo sé –se arregla el cabello y aparta la mirada un momento—. Anoche en su fiesta yo estaba en busca de Matt y él luego de hablar un momento me dejó a solas para irse con Melanie.
—¿La amiga de Crystal? –ella asiente fastidiada y se cruza de brazos como una niña berrinchuda—. Okay, ¿Qué pasó después?
—Pues salí de la casa de Tomlinson hacia el patio trasero y me senté a solas junto a la piscina, desde donde estaba podía ver a Matt y Melanie besándose y estaba deprimida –veo que comienza a sonrojarse—. De pronto llegó Louis y me preguntó que me pasaba, no tuve que decir absolutamente nada porque él vio lo que estaba pasando y dijo muchas cosas.
—¿Qué cosas? –pregunto ya emocionada.
—Que Matt era un idiota, que Melanie era un juego y que yo era muy linda como para estar sufriendo por alguien como él –no puedo evitar sonreír pues ella está batallando con ella misma por no hacerlo—. Y luego simplemente no me dejó sola en toda la noche.
—Eso es muy lindo, Pezz –comienzo a emocionarme—. Lo que no entiendo es cómo llegaste a dormir con él.
—Pues él se puso a beber con sus amigos y estaba muy borracho, derramó alcohol sobre mí y luego de eso corrió a todo el mundo de su casa y me pidió que me quedará porque Harry no estaba, tú y Scott se habían ido, no quería ver a Matt y dijo que no confiaba en nadie más –se encoge de hombros—. Entonces le ayudé a subir la escalera y él se sintió mal por ensuciar mi ropa, me prestó una de sus camisetas mientras mi ropa estaba en la lavadora, le ayude a meterse en la cama y nos quedamos conversando un momento, una cosa llevó a la otra y creo que así fue como pasó.
—Por Sios, Perrie –no puedo evitar sonreír—. Se supone que él sería el último en el mundo entero y...
—Fue el primero –dice algo incómoda—. Me hubiese gustado que al menos él hubiese sido consciente de lo importante que fue para mí.
—No sabes si él era consciente o no.
—Estaba borracho, Jade –dice frustrada y simplemente ya no sé qué decir, yo me quedo viéndola—. ¿Qué hay de ti?¿Cómo estuvo tu cita con Scott?
—Pues...nada bien –admito y relato lo sucedido con Scott.
—Maldito idiota –escupe mi rubia amiga—. ¿Qué hiciste entonces? –vuelve a preguntar y comienzo a relatar lo verdaderamente importante de la noche anterior recibiendo por respuesta la boca abierta de mi amiga—. ¿Ustedes qué?
—Tendremos sexo...en algún momento –respondo y pienso en lo mal que ha de sonar eso para el resto.
—¿Estás segura de eso? –pregunta confundida—. Porque te aseguro que si buscas cuidar tu amistad con él, no es la mejor idea.
—Vamos, Pezz –me río—. ¿Qué puede salir mal?
—Vas a enamorarte de él, Jadey –asegura seria—. Vas a enamorarte de Styles.
¿Es eso factible? Es decir, Harry me parece atractivo, sí. Pero se necesita mucho más que eso para enamorarse de alguien y puedo asegurar que Harry no tiene lo que se necesita para enamorarme.
—Estás loca.
—Luego no digas que no te lo advertí –dice mi amiga y solo me echo a reír.
Después de todo, ¿Qué otra cosa puedo hacer?
•••
¡Hola!
Lamento mucho la tardanza, pero he tenido días bastante ajetreados, mucho que estudiar y leer, no he tenido tiempo de escribir y la verdad es que ya estaba volviéndome loca pues tengo tantas ideas y tan poco tiempo.
Espero que les haya gustado, para mí siempre es un agrado leer sus comentarios, todos ellos porque realmente siento que mi esfuerzo es bien recompensado.
Los quiero un montón.
Voten, comenten y difundan. 💕