Narra Lauren
El sonido de un motor encendido me obliga ver hacia el Jeef. Se fueron sin nosotros, Christopher se atrevió arrancar el carro e irse con su esposa y el niño dejándonos a nosotros atrás.
-Lauren-. Keana toma mi hombro
-Camila-. Le sonrio. Ella esta sin reacción y parece importarle muy poco mi presencia.
Quiere abrazarla, pero Keana me lo impide -Ahora no, son muchos. Debemos salir de aquí-. Advierte.
-¿Normani?-.
-Allá-. Señala, esta siendo socorrida por Simón -Hay que movernos-.
-¿Qué pasa?-. Pregunta Camila con los ojos temblorosos, tiene la misma expresión que tenía en la noche que su madre mordió a mi padre.
-Sólo síguenos-. Vocifera Keana poniéndose en marcha.
No entiendo que sucede con Camila, pero no me detengo a preguntar. Keana tiene razón son muchos y vienen saliendo más.
Empezamos a correr y nos metemos por una calle de grandes edificios y locales con Simón y Normani corriendo en la otra acera.
Sigo avanzando sin fuerza casi, mis piernas se van sintiendo a doloridas y me cuesta cada vez más respirar. Voy disminuyendo el ritmo hasta quedar en solo trotar.
Observo como Simón y Normani suben a la parte trasera de un camión y luego ellos bajan la puerta plegable.
-Acá, acá-. Keana señala el callejón de un restaurante de dos pisos -A la azotea-. Vocifera tomando la escalera de emergencia de este local.
Primero sube Camila, después Keana me pide que suba, niego -Son demasiados-. Me rehuso.
-Estaré bien, sólo sube-. Ordena -Iré atrás de ti, no pierdas más tiempo y date prisa-. Lo pienso mejor y termino asintiendo instantáneamente.
Tomo las barras de metal y empiezo ascender lo más rápido que puedo. Cuando ya tiene el espacio suficiente Keana también comienza a escalar, todo iba bien hasta el grito adolorido de una chica. Miro hacia abajo y por reflejo me la ingenio para tomar su muñeca, ella por el dolor ha soltado las barras de metal y por ende iba a caer si no la agarro.
-Lauren sube-. Me implora.
Niego y tiro de ella. Soy responsable de las mordida en el tobillo que esta recibiendo.
Sabe o puede asumir que no la soltare, así que empieza a dar patadas hasta soltar su pie del muerto, sigue subiendo y quejándose. Por encima de su dolor subimos y la guio con su brazo pasado por mis hombros hacia un rincón en la azotea, esta tan lastimada que movilizarse no le es accesible sola.
-Lo siento-. Exclamo -En verdad lo siento-. Empiezo a sollozar -Yo-.
-Lauren esta bien-.
-No lo esta-. Rompo el pantalón en la zona afectada para de inmediato quitar mi chamarra y hacer presión tratando de contener la hemorragia, su tobillo y parte de su pierna han sido dañadas, la mordedura en su pierna es la más profunda -Estas perdiendo demasiado sangre-. Le digo, entonces ella me empuja, pone sus manos sobre tela también haciendo presión en esa área.
-Lauren, Camila-. Señala, ella esta al borde mirando desconcertada hacia abajo -No recuerda-. Me explica -Ve con ella, te necesita-.
-¿No recuerda nada?-. Ella niega.
Preocupada me levanto y doy pasos cansados hacia ella.
-No te acerques mucho al borde-. Advierto.
-¿Qué... que...?-. Se toma la cabeza -¿Qué es lo que ocurre?-.
-Te explicare todo, pero tienes que confiar en mi-. Suplico -Aléjate del borde-.
-Ella esta herida por esas personas-. Señala a Keana mientras camina un par de pasos hacia el centro de la azotea, pero sin animarse a acercarse a ninguna de las dos.
-Lo sé-. Trato de aparentar calma al tratar de acercarme.
-¿Quien eres?-. Pregunta retrocediendo -¿Quienes son?-.
-Soy Lauren, tu...-. ¿Qué debería decir? ¿Como debería presentarme? Por ahora mientras decido estar estática pienso que lo mejor no es hablar de lo nuestro, quizá luego poco a poco -Tu hermana-. Tal vez así le de confianza.
-¿Hermana?-. Interroga dudosa.
-No es tu hermana, tu hermanastra quizás, pero no tu hermana-. Aclara Keana -Te llamas Camila y tu y ella mantenían una relación amorosa-.
-¿Amorosa?-. Camila parece entender menos.
-Keana-.
-Si le vas hablar, hazlo con la verdad-. Sonríe -Te hare un resumen de lo que ocurre, solo no entres en desesperación, no tienes memoria, pero ya pasaste por esto-. Niego sin embargo ella me ignora -Soy Keana. Estamos en medio del fin del mundo y las personas están enfermas, ellas mueren, pero reviven para atacar y comer más personas e infectarlas, aunque no siempre se transforman en caníbales, de ejemplo estas tu que solo perdiste tu memoria-.
Camila se llena de lágrimas, parece no tener muchas preguntas como antes porque le teme a la respuesta que ha recibido.
-Tu... la chica... estas-. Tartamudea.
-Infectada-. Dice Keana tosiendo.
-Entonces... entonces fue mi culpa... yo...-. Da pasos torpes acercándose a la chica en el suelo -Lo siento ocasione el accidente. Estaba asustada... no debí quitar la mordaza de esa chica-.
-¿De que estas hablando?-.
-No, no es nada...-.
-La chica que estaba en el vehículo le mordió antes-. Camila sorbe -Fue mi culpa-. Es instantáneo que observe las manos que Keana quiere ocultar.
Narra Camila
Lauren la joven desconocida que dijo ser mi hermana, se acerca a la persona herida, se arrodilla y empieza a pedirle disculpa. Ella comienza a llorar por un instante que no pudo calcular cuando tiempo es mientras balbuceaba cosas como "Es mi culpa" "Debí escucharte y no cargar con ella" "No debí traerla" y la otra joven dice que es algo sin importancia.
Al transcurrir el tiempo esta persona va perdiendo color, sus acciones se vuelven más perezosa y su habla es cansada.
-Lauren acercame al borde-. Se anima a pedir.
-¿Porque?-.
-Sólo hazlo-. Toma una gran poca de aire, como si hacer un mínimo gesto le causará fatiga, luce perdida y pálida.
-Bien-. La otra joven cede.
-Espera déjame quitarme esto-. Con dificultad se quita un bolso que estaba cruzado de su hombro a su cintura -La botella no contiene mucha agua, pero hay unas barras energéticas-. Lo deja caer a su costado.
-Tu-.
-Ayúdame a parar-. Pide.
Lauren suspira y asiente. Ella lucha por poner a su amiga de pie, a esta persona le es difícil levantarse, sus músculos parecen estar rígidos.
Arrastrándola, ambas se acercan al borde -¿Qué es lo que piensas hacer?-.
-Creo que ya lo sabes-. Keana intenta moverse, pero Lauren la retiene.
-Estas loca-.
-Tienes algo filoso o una mejor idea-. No entiendo de que esta hablando.
-Te vas a suicidar-. Acusa.
-Prefiero eso a...-. Tose prolongadamente -No quiero convulsionar para luego... ser una de esas cosas-. La chica parece estar haciendo mucho esfuerzo al hablar.
-Keana podemos pensar en otra cosa-. Exclama buscando el cambio de idea en ella.
-Me salvaste dos veces, pero en esta no tenemos opción-. Dice. No puedo evitar sentirme nostálgica, me abrazo a mi misma -Cuidate-.
-Vamos a esperar hasta que te transforme-. Lauren hace el intento por retroceder pero Keana por el contrario se aferra con sus pocas fuerzas a avanzar.
-No, no me voy a arriesgar a lastimarte-.
-La caía no te matara es demasiado bajo y de todas formas vas a terminar siendo una de ellos-.
-Lo sé, pero al menos estaré lejos de ambas-. Discuten.
Siento como si fuera esta su última petición. No la conozco a ninguna de las dos, pero antes si. Compartí con estas personas momentos que no puedo recordar y al final, soy muy culpable de lo que ocurre con ella.
Lauren no va a ceder -Lo haré yo-. Digo armándome de valor -Lo haré yo. Te ayudare si eso quieres hacer-.
La chica sonríe asintiendo en repuesta mientras que la otra persona permanece neutral.
Me aproximo tomando en el acto el lugar de Lauren.
Keana parece una caldera, la temperatura de su cuerpo quema -Perdí a mis hermanos-. Divaga.
Me estoy esforzando por soportar el calor y llevarla más al filo, prácticamente sus piernas lucen rígidas, casi inamovibles.
-Nunca.... nunca nos agradamos-. Trata de hablar agitada -Pero como... último deseo, esfuérzate... por recordarla-. Agrega mientras nuestros pies sobresalen al borde de la terraza.
Ella agacha la cabeza y su peso aumenta -Yo...-. No sé que responder, la presión que ejercen sus ojos opacados dejan una sensación de no poder negarme, sin embargo siento que no puedo prometer algo de lo cual no estoy segura poder cumplir -Yo solo puedo decir que lo inten...-. Soy jala de mi blusa por atrás haciéndome soltar a esta chica y mirándola caer, todo es lento desde pensar cuanto tarde en buscar una respuesta hasta sus ojos blancos y dientes mordiendo a la nada mientras cae muy lentamente.
Casi puedo olvidar que hace solo unos segundos ella me está hablando.
Narra Lauren
Me mantengo callada y sentada mirando una parte del camión donde Normani y Simón están. Se escuchan solo quejidos y se ven pies arrastrándose sin dirección, todo esto gracias a que una de las ciudades mas grandes, nunca más será ruidosa. No más personas conversando, riendo, gritando. Televisores encendidos, fiestas improvisadas, borrachos altaneros. Choques moviéndose, los cláxones presionados. Pisadas firmes, tacones, teléfonos sonando. Perros ladrando, gatos maullando. Hemos perdido todo a lo que estuvimos acostumbrados.
-Gracias por sostenerme antes-. Miro a Camila al frente, siento que hasta ella de cierta forma la perdí.
Vuelvo a mirar al frente y pestañeo con pesadez. Keana cayó, tuvo que haber roto muchos huesos de sus columna, pero no se quedo quieta, continua arrastrándose por debajo de este edificio.
-Lo que ella dijo-.
-No...-. Suspiro -No pienses mucho en ello, era una persona que no tenía sus sentidos lúcidos. Tu eres mi hermana menor. Nuestros padres murieron-. Le cuento. No puedo agrega nada más, ella esta alejada y temerosa de esto y de mi.
-¿Cómo murieron?-. Su mirada se posa en el suelo.
-Nuestra madre se transformó primero y ella desangrado a nuestro padre-.
-Ellos... ellos...-. Se abraza así misma -No sé que deba sentir, no se si llorar por personas que no recuerdo, no sé que pensar, que hacer-.
Le miro de nuevo esta apunto de entrar en pánico -Tenías mucho aprecio por ellos y no tienes porque llorar, ya lo hiciste-.
-Pero no lo recuerdo-. Sus ojos chocan con los míos. La deje sola un par de veces y en una de esas ocasiones llegue a creer que la había perdido porque no podía verla, ni encontrarla -Luces triste-. Me dice. Una lagrima gélida rueda por mi mejilla. En este momento que esta en frente siento que la he perdido por completo.
Seco mi rostro y me incorporo encaminándome hacia una de la puntas de la azotea. La más acerca a la carretera. Trato de pensar en algo para llegar a ese camión, debe haber una buena forma de bajar de aquí e ir por el único hombre que veo capaz de sacarnos de esta.
Son muchos para llevar a Camila conmigo y estoy muy insegura de decirle que debe quedarse. Su reacción será negativa y no puedo estar segura de lo que hará estando sola.
-¿Ellos quienes son?-. Su presencia a un costado me toma desprevenida.
-Mi mejor amiga y un policía que conocimos en una gasolinera-. Digo. Quizás si bajo y corro... no, simplemente no puedo correr esquivándolos y gritar que salgan. Hay demasiados deambulando.
-¿Policía?-.
-Él es un gran fastidio, pero nos agrada a ambas-. Camila sonríe -Te pareces a su hija muerta-. En una hazaña valiente podría llegar hacia los controles del camión, con suerte las llaves estén puesta y pueda encender el vehículo.
-¿Conocí a su hija?-. Niego -¿Tu y yo, en verdad somos hermanas? No tenemos mucho similitud-.
-Si-. Afirmo.
-¿Quien de nuestros padre tenia los ojos verdes?-.
-Ninguno, es herencia por mi abuelo-.
-Vaya que suerte-. Ella entristece -Espera ¿tu, no vendría hacer nuestro?-. Deduce rápido.
-¿Que?-. Mis nervios florecen -Es que... bueno...-. Me termina distrayendo el sonido de un auto, no, de varios autos -Son militares-. Esquivo a Camila -¡¡Eh!!-. Salto por inercia. No importa cuanto salté creo que ellos no nos verán. -¡¡Aquí!!-. Revoloteo con mis brazos, los agito fuerte con si en verdad fuese a volar.
No es que mi presencia contase tanto para que ellos se dieran cuenta de alguien gritando en una azotea, es que las personas en ese auto nos están buscando, lo sé porque puedo ver a alguien conocido en medio de los uniformados, Chris.