Impulsividad

By himepeti

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ADVERTENCIA: La siguiente historia pueden considerarla erótica "romántica", puesto que tocara el tema constan... More

Aviso
Recuerdos
Regresando a Konoha
Errores
Nueva oportunidad
Conjeturas
Misiones
Cimientos flojos
Creando eventos desafortunados
Expuestos
Descubriendo Consecuencias
¿Podrías estar embarazada?
Su nombre será Sasuke
Luna rojiza
Confesiones
Decidida a luchar
CAPÍTULO FINAL
EPILOGO

Juntos...

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By himepeti

-¿Tú?

Los negros ojos la taladraron, el nudo de la garganta se intensificó provocando que otras dos gruesas lágrimas rodaran por las sonrojadas mejillas, ella inclinó la mirada incapaz de seguir con el contacto visual, el hombre que tenía frente a ella a pesar de sus diferencias, de la falta que complicidad que existía entre ambos, en esa oscura mirada, en cada musculo contraído por lo tenso que se encontraba, le gritaba en silencio que su entrega era completa, sincera...

Silencio, solo existió silencio, porque a pesar de saber que Sasuke estaba ahí para ella, que haría cualquier cosa para retenerla y mantenerla a salvo, Hinata también sabía que él no reaccionaría bien al enterarse de sus dudas, de sus miedos, de sus tontas pruebas, de sus silencios. Si algo necesitaba el sobreviviente Uchiha era alguien en quien confiar, y si por si acaso él daba esa confianza y le era defraudada, no existiría un retorno.

Los fuertes brazos se cerraron en torno a su pequeña cintura, apretándola con fuerza casi lastimándola. Sasuke escondió el rostro en la curva de su cuello, haciéndola sentir su aliento tibio y erizándole la piel.

-Tranquila... Esta vez todo irá bien... esta vez, esta vez no te haré daño—Mentira, él mismo sabía que sus palabras eran mentira, era un maldito Uchiha, él no podía controlar sus reacciones, lo único cierto de su frase soltada era el deseo de actuar de esa manera, pero no podía prometerlo, él explotaba y olvidaba todo.

La frágil mujer que tenía entre sus brazos, ya no podía creerle fácilmente, en su cuerpo le demostró lo fuerte que podía llegar a ser, incluso minutos antes, cuando la tomó le hizo daño y lo peor del caso, es que sabía que volvería a hacerlo y no solo en una maldita pasional relación sexual, él no conectaba bien su cerebro, con la lengua y sus acciones.

-Eres algo para mí, ¿lo entiendes?—La voz le salió tan ronca y le apretó la nuca, depositando castos besos sobre la yugular.

-Tú también Sasuke kun—Le respondió con la voz afectada, aferrándose a los musculosos bíceps, sabiendo que de alguna manera tendría que solucionar sus errores, Sasuke, probablemente no la perdonaría, si llegaba a enterarse de sus secretos, que si bien no eran alarmantes tampoco eran buenos.—Te amo tanto—Expresó tomándole las mejillas mirándolo fijamente y atrapando delicadamente los labios masculinos con los suyos.

Se dejó guiar y trepó a las caderas masculinas, aferrando sus delicados brazos al cuello, atrapando mechones del oscuro cabello entre sus dedos, gimiendo entre sus labios cuando él la movió haciéndola sentir la dureza de su erección...

-Me conviertes en un maldito caliente—Le susurró en los labios, atrapando los redondos y firmes glúteos en sus manos, volviendo a frotarla contra su polla. Él era un hombre, siempre necesitó cierta actividad sexual, pero Hinata, con Hinata tantas malditas erecciones debían ser un delito y en retrospectiva, nada bueno podría traerles—Quiero cogerte.—Le dijo al sacarle la playera por los brazos, dejándola solo en bragas, disfrutando de palpar la blanca piel, posando los labios en la curva del cuello haciéndola estremecer.

-Pero tú también me quieres dentro—Habló otra vez cuando sintió la humedad por encima de las bragas femeninas—A la mierda—Decretó al llevar su mano entre la intimidad de la peliazul.

-Ah—Hinata gimió al sentir los dedos acariciarla.

Pero él no buscaba una caricia, orilló la tela lo suficiente para después de descubrir su erección y después de acariciar los pliegues de la feminidad con la punta de su glande enterrarla dentro de ella, la invadió de golpe, profundo, provocando que ambos gimieran.

-Así me gusta, sentirte completamente...---Soltó con la voz afectada.

-Te amo Sasuke—Fue lo que Hinata le respondió, volviendo a acariciarle la mejilla, tratando de establecer contacto visual, consciente de su error al mentirle, de sus labios salió otro gemido cuando él la movió de arriba abajo sobre su falo, cargando el peso de ambos completamente.

No hubo más palabras se fundieron en un pasional beso, dejando que sus manos vagaran por la anatomía del otro, despertando terminaciones nerviosas contrarias, gimiendo entre sus labios, encajándose más profundo...

Hinata soltó un gritillo cuando su espalda volvió a chocar contra la pared, su cuerpo empezó a temblar, ¿cómo podía necesitar más de Sasuke teniéndolo tan cerca, tan dentro? Su calor, sus manos aferradas a su trasero, moviéndola de arriba abajo, pasando sus labios, su lengua por su piel ¿cómo lo necesitaba tanto?

Siempre lo necesitó, lo sabía, lo supo en su momento... amaba todo de él, su parte tierna que la conmovió, la lastimada que la enamoró... y esa, esa faceta turbia, cruda, desconocida, peligrosa que la volvía loca.

-Te a- amo—Brotó de los labios femeninos antes de tocar la piel de la mejilla del muchacho, moviéndose lentamente hacia su boca, buscando un beso.

Sasuke, también necesitaba una explicación, siempre tuvo curiosidad sobre el sexo, especialmente con ella... cuando lo probó con aquella desdichada mujer la cual ya ni siquiera recordaba su rostro admitió que le gustó, el sexo era bueno, él quería más de eso y lo buscó, lo tuvo de mil maneras inimaginables terriblemente oscuras quizás... pero Hinata, necesitaba estar con ella en cualquier momento, de esa manera, una y otra vez invadiéndola, sintiendo su estrechez, su calor, sus pechos redondos, grandes, suaves, deliciosos, su trasero firme, su carne torneada, perfecta, su inconfundible dulce sabor, su perfume, Hinata se le metía en la piel, necesitándola casi como el oxígeno sino es que más.

Y ese era el maldito resultado, la convertía en su recipiente, en el lugar donde él podía quedarse olvidando muchas cosas, rompiendo promesas, arriesgándose a enfrentarla a algo que ella no quería... en ese momento. Sin darse cuenta posó su mano en el plano vientre femenino, acariciándolo, sopesándolo; ese sería el lugar donde en un futuro su clan renacería, Hinata le daría hermosos y fuertes Uchihas, pero no ahora...

La tomó de las caderas elevándola más de la cuenta para liberarla de su palpitante miembro, la sola idea de preñarla, de imaginarse ese futuro a su lado lo excitaba de sobremanera ocasionando su pronta culminación. La dejó en el suelo posando la mano derecha en la pared a lado de la agitada peliazul, tratando de contener el gemido que brotó cuando se dejó ir salpicándola sin querer en la cadera de su esencia.

Debería disculparse por romper las reglas, pero joder, él era Uchiha Sasuke no se disculparía por tomarla así... después de todo se había retirado a tiempo.

Aun con la respiración agitada usó su mano izquierda para levantarle el mentón y verla a los ojos, rosó sus labios contra los de ella que jadeaba por aire... esa pequeña boca debería hacer maravillas con su polla, estaba seguro, pero tendría que esperar, había que enseñarle...

xoxoxoxoxo

Naruto se acostó en la cama de su pequeño departamento, el lugar como de costumbre estaba un tanto desordenado, llevó ambas manos para posarlas detrás de su nuca y soltar el aire contenido.

"Las cosas pueden malinterpretarse"

Las palabras de Kakashi no querían abandonar su mente, ¿podría ser así?

Después de la charla que mantuvo con Iruka solo logró agitarse más. "El deseo y amor, son cosas distintas", le comentó su querido maestro. La admiración puede confundirse con el amor; sin embargo sus enseñanzas no hicieron más que confundirlo más, no fue claro y tras plantearle la incómoda situación en la cual se encontraba con el Hokage insinuando que su cuidado hacia Hinata era impropio, solo logró confundirlo más.

"¿podría Hinata gustarte de otra manera?" Su maestro había sonreído tras cuestionarlo, llevándose una mano a la nuca "No es que diga que no puede gustarte, ella es guapa, es una Hyuga por lo tanto es bella y elegante, tú sabes lo que quise decir... como mujer"

Naruto optó por escandalizarse y plantearle su situación con su amada Sakura...

"Siempre admiraste a Sakura y te gustó, pero pudo ser un amor infantil... quizás con el tiempo el sentimiento pudo cambiar, quizás ahora ves en otras partes y buscar lo que tu amor de infancia no te puede brindar"

El adolescente mostró su inconformidad ante tal insinuación, él no era ese tipo de hombre... él solo estaba preocupado por Hinata, porque Sasuke pudiera lastimarla otra vez.

Xoxoxoxoxoxox

Casi las cuatro de la madrugada, el Uchiha volvió a posar su oscuro mirar en el rostro plácidamente dormido a su lado, ambos cubiertos por una delicada sábana, captando el calor que irradiaba el otro. El sudor casi desaparecía del cuerpo femenino y sus condenadas curvas no podían ser ocultadas del todo por la delgada tela que se pegó a su piel como si perteneciera ahí.

«Mi amor»

Sopesó viéndola dormir, ella se removió buscando calor pegándose a él y dibujando una fugaz mueca de satisfacción al sentirlo, cayendo nuevamente en las profundidades de sus sueños. Sasuke optó por aferrar una de sus manos a sus caderas demostrándole que estaba ahí, más que velando su sueño.

-Mi chica—Le susurró al oído—Esta vez, no te dejaré ir, te quedaras conmigo como debió ser siempre...

xoxoxoxox

Los ojos lunas se abrieron adormilados, el cuarto estaba oscuro y de algo estaba segura Sasuke no se encontraba a su lado, soltó el aliento contenido un tanto desconcertada y abrumada por no lograr identificar la hora.

-Este lugar da miedo—Susurró cubriéndose con la manta.

Disfrutando la sensación de sentir cada parte de su cuerpo, estaba excitada lo sabía, sentir su desnudez, imaginar lo que ella y el moreno podrían hacer si él estuviera a su lado, el sexo era tan maravilloso, tan necesitado, tan urgente.

Sonrió avergonzada de sus necesidades carnales.

-Sasuke—Lo nombró sin obtener alguna respuesta, activó su ojo blanco sin lograr encontrarlo en la guarida, haciendo un leve puchero, ¿dónde podría estar?

Sin ánimos se apresuró a ducharse.

xoxoxoxoxo

-Kakashi sensei—El nombrado abrió los ojos con cansancio, frente a él detrás del escritorio se encontraba Naruto, con los brazos cruzados y una mueca de acusación.

-Ahora qué—Respondió cansino.

-Yo ya puse en orden mis pensamientos, y acepto que estoy siendo sobreprotector con Hinata chan pero debo protegerla.

-Dedícate a tus asuntos—Soltó exasperado.—Todo eso me tiene cansado, no tendría por qué andar solucionando ese tipo de asuntos. Sasuke, Hinata, tú, ¿has pensado en la posibilidad que ellos quieran estar juntos como en el pasado?—Los ojos azules se abrieron con sorpresa y enseguida mostró su incredulidad, antes de que replicara el dirigente habló:-Ya te lo he dicho, los Uchihas tienen una manera particular de amar, si él decide que la quiere de vuelta nada lo va a detener.

-¡Pero ella no lo querrá de vuelta!

-¿Estás seguro Naruto?

El poseedor del nueve colas repasó la pregunta en su mente, una y otra vez.

-Sasuke no quiere a Hinata—Finalmente respondió—Él no quiere a nadie.

-¿Por qué tu seguridad?

-Él solo perdió el control, pero no quiso matarla, no puedo decir lo mismo de ti, pero de ella si puedo afirmarlo. Tú sobreviviste por tu extraordinaria fuerza y kurama, pero ella ¿realmente crees que hubiera sobrevivido si él realmente quería matarla? Se lo dije a Tsunade, ahora te lo digo a ti, él no quiso matarla, falló en en su golpe, ¿por qué lo hizo si él es preciso?

Naruto frunció el ceño, apretó los puños mientras intentaba encontrar la respuesta correcta.

-No quiso herirla Naruto, como su amigo deberías saberlo, perdió el control.

-¡Casi la mató!—Debatió—Intenté arreglarlo todo y me mandó al demonio, la abandonó ¿por qué ahora regresa? ¿qué diablos está escondiendo? ¿Por qué crees lo contrario Kakashi sensei?

-Porque es mi alumno, detrás de esa aura oscura, no está más de un chico lastimado, y tú lo sabes bien Naruto, ¿no decías que querías traerlo de vuelta? ¿Salvarlo?

-Sasuke cambió...

-Yo creo que él que cambió fuiste tú—Respondió el mayor, el ojiazul aspiró con molestia y empuñó sus manos.

Kakashi observó con interés al Uzumaki, quizás había sido exagerado al decirlo de esa manera, Naruto seguía manteniendo los mismos ideales pero... había una cosa en la cual si había cambiado, una sola, y por tal motivo ahora todo era complicado.

xoxoxoxoxo

Hinata sonrió, una enorme sonrisa se posó en su rostro haciendo que su perfecta dentadura se apreciara completamente. Terminó de adentrarse al comedor y con ojos embelesados observó la mesa cuadrada de madera al centro, como la mayoría de la guarida, no tenía una gran decoración, era un lugar básico que contenía simplemente el gran comedor para ocho personas, poca iluminación y desprovisto de arreglos.

Con su mano derecha tocó la superficie de madera y con la otra abrió la silla para tomar asiento frente al par de platillos que yacían servidos; sopa de miso y un poco de arroz. Con rapidez preparó los palillos tomando un poco de arroz y volviendo a sonreír al darse cuenta que ya estaba frío, seguramente Sasuke no había previsto que ella se levantase más tarde, aún así disfrutó el detalle, cosas tan simples, tan insignificantes pero que demostraban cómo el azabache cuidaba de ella.

La sonrisa se borró al reconocer una vez más lo que ella le guardaba... recordó cómo la tarde anterior él le había mencionado "Me gusta sentirte completamente", no se necesitaba ser inteligente para saber a qué se refería, incluso tenía que admitir que hacerlo sin condón, creaba una conexión, era distinto, no debería ser así, la lógica decía que no existía tan diferencia, pero realmente era distinto, sentir su calidez en su culminación... «¿Morbo?» Se cuestionó a sí misma, ¿podría ser? El hecho de saber que terminaba dentro de ella, que sus fluidos se mezclaban, que podrían ser uno, ¿el riesgo?

Negó con la cabeza y un estremecimiento la recorrió, ¿por qué decidió ese absurdo plan? Debía confiar en él pasará lo que pasara, debía hacerlo, Sasuke no podría dañar a la Hoja; solo todo había sido tan confuso, sus cicatrices, sus miedos, la desconfianza existente pero ahora se daba cuenta de muchas cosas, la más importante quizás precipitada pero la existencia de la voluntad del fuego en él, la otra es que a pesar de todo ellos estaban destinados y la más terrible de ellas, lo seguiría hasta el final.

Suspiró dando otro bocado y masticando lentamente, ¿cómo le diría que se había inyectado? ¿y si no lo decía? Cerró los ojos con frustración pero temía tanto a su reacción, en cambio sí solo omitía el hecho seguiría siendo mentira, pero no lastimaría ni alteraría el orden de las cosas...

-¡Sasuke!

El nombrado apenas y dibujó una sonrisa torcida, la carita de la peliazul se había desfigurado en un dos por tres, mientras lo veía de arriba abajo.

-Estoy bien la sangre no es mía.

-¿Qué sucedió?—Cuestionó llegando a él y observando su aspecto, las ropas negras que portaba el Uchiha estaban ensangrentadas, sus manos también e incluso en una de sus mejillas había sangre.

-No me toques—Ella lo miró sorprendida por la aspereza de su voz y él simplemente hizo un mohín impidiendo que se le acercara más—No quiero que te ensucies, iré a ducharme.

Ella lo vio alejarse y un pequeño nudo en la garganta se le formó y sin muchas ganas decidió terminar el desayuno, dándole su espacio, sus esfuerzos fueron improductivos, solo picaba la comida intentando encontrar la causa del estado del moreno.

Minutos más tarde, él volvió al comedor, portaba ropa negra aunque ahora limpia, el cabello húmedo y lucía más relajado.

-¿Dormiste bien?

Hinata lo miró a los ojos y luego desvió la mirada de su cuerpo, sus actos fríos lograban hacerla sentir temerosa y más que eso, rechazada, sola.

-¿A dónde fuiste? ¿Por qué regresaste...

-Fui a avanzar con la misión.

-Pero si era hasta...

-¿Olvidas mis habilidades?—La interrumpió con una sonrisa torcida, removiéndole el cabello del flequillo.

Los labios femeninos se entreabrieron y luego asintió comprendiendo que había usado aquel ojo tan maravilloso y de tal manera había logrado ir y venir en tan poco tiempo.

-¿Eso no es demasiado agotador? No deberías gastar de esa manera tus energías, además debí acompañarte, podemos irnos en cuánto lo desees.

Sasuke se inclinó sobre la mesa hasta quedar frente su rostro.

-No voy a arriesgarte. Dedícate a descansar...

-Pero soy parte del equipo, yo debo...—Él le puso un dedo en sus labios por tal motivo no continuó hablando, la mirada oscura se endureció.

-Tú debes quedarte segura Hinata, no quiero que nada te ponga en peligro, a donde fui, no es lugar para ti—Finalizó con un tierno beso en los labios, tan fugaz que ella apenas lo sintió.

-Soy una kunoichi—Susurró.

Él sonrió por su testarudez.

-Y también mi mujer, quédate donde sé que estarás a salvo y déjame hacer mi trabajo...

-Pero...

-Kakashi te envió porque se lo pedí no porque fueses necesaria—Cortó levantando un poco la voz, exasperado de la discusión sin sentido.

El lindo rostro femenino se tensó y él le acarició la mejilla, sentándose esta vez en el borde de la mesa, observándola hacia abajo disfrutando de los rasgos casi perfectos de la Hyuga, los carnosos labios, la recta nariz, las espesas y largas pestañas.

-Sé que eres fuerte, pero no voy a exponerte innecesariamente. Además tú... estabas agotada—Un sonrojo vino a las mejillas de la Hyuga y evadió la mirada robándole una sonrisa—Fue mejor que te quedaras dormida y que te recuperaras.

-¿Qué descubriste?—Decidió desviar la conversación, el ambiente se estaba volviendo denso y si seguían por ese camino ella olvidaría la ligera molestia que sentía y se fundiría con él.

-Siempre habrá rapiña—Se encogió de hombros luego recuperó su altura—Pero he cumplido ya con lo que Kakashi me pidió. ¿Qué quieres hacer? aquí cerca hay un pueblo podríamos ir a ver en el mercado... tal vez haya rollos de canela.

Hinata sonrió aunque su sonrisa no logró evaporar del todo el sentirse excluida, sobreprotegida y menospreciada como kunoichi, en parte comprendía los motivos de Sasuke pero le era imposible aprobarlos.

-Creo que me agrada esa idea—Le respondió poniéndose de pie y entrelazando sus dedos con los del moreno.

xoxoxoxox

-Oscurece tus ojos—Hinata escuchó la orden y la acató, no debía debatir al capitán del equipo pero aun así la duda la carcomía desde que salieron de la guarida.

La vegetación del bosque la hizo recordar Konoha, y solo entonces pudo extrañar la aldea y ver la luz del sol, el aire fresco.

Portaban sus capas de viajes con el gorro, desde su punto de vista así eran un poco más llamativos y era un simple paseo al pueblo.

El clima era agradable y ya se podían visualizar las primeras casas del lugar, escuchó las risas de unos niños y enseguida los vio corriendo tratando de atraparse, tomó el antebrazo de Sasuke emocionada, percibir el bullicio comenzó a hacerla sentir entusiasta, ¿cuánto tiempo tenía que no visualizar un lugar tranquilo? ¿Gente feliz? ¿Niños jugando?

Pronto la gente comenzó a multiplicarse y las casas estar más juntas, y después de doblar en una esquina los ahora ojos cafés de la Hyuga pudieron vislumbrar las lonas de los puestecillos colocados en las calles.

-¿Qué compraremos?—Susurró observando a lo lejos a un pescador, más allá un puesto de verduras, otro de imitación de joyas y listones, y así desfilaban varios comercios.

-Tendremos que llevar un poco de provisiones aún tenemos tres días para que sea domingo.

-¿Nos iremos el domingo?

-Kakashi no me creería que me llevé más de una semana en la misión, comenzará a creer que te rapté—Le gustaría quedarse más tiempo con ella pero hacerlo, solo provocaría que el Hokage no volviera a darle una oportunidad y no podía permitírselo.

Ella sonrió tratando de verlo a la cara, el gorro le cubría los ojos y sus labios estaban en una fina línea; él se había tensado de la nada.

-Por allá está el puesto de dulces, ve y ahorita que haya comprado las cosas te alcanzo.

-¿Y si escogemos las cosas juntos?

-Te tardaras demasiado decidiendo que dulces quieres, te conozco, ve.—Tal afirmación abrió un mundo de posibilidades, ¿qué tipo de dulces venderían?

También con cierto pesar tuvo que reconocer que la actitud distante del Uchiha se debía a que odiaba las multitudes, él prefería estar aislado.

-¿Tardarás?—Cuestionó aflojando levemente la fuerza en su agarre.

-No, lo haré rápido.

Hinata asintió soltándolo, dirigiéndose a la calle que momentos antes él le había señalado. Sasuke por su parte fue directo a los puestos de verduras.

No le fue difícil encontrar la tienda, una pequeña cabaña con una ventana enorme de vidrio que permitía observar a los transeúntes la variedad de postres desde fuera, Hinata sonrió y se detuvo un momento a apreciar desde el cristal, un niño se detuvo a su lado y pronto entablaron una plática donde el chiquillo le hizo varias recomendaciones.

Con un par de bolsas Sasuke se dirigió a su encuentro, apenas dio la vuelta cuando un aroma conocido le indicó la presencia de alguien.

-Así que vienes por compañía.

Él giró de medio lado permitiéndole a la mujer castaña observar su orbe negra, la dama de unos treinta años soltó una carcajada.

-Tengo varias chicas, podría darte alguna si prometes, no dejarla tan lastimada, después su recuperación sale costosa.

Él no se inmutó pero volvió su vista al frente, captando la capa beige que buscaba, frunció el entrecejo cuando comprendió que ella aun no realizaba ninguna compra.

-Creí haber escuchado que te volviste ninja de la hoja, y que Orochimaru también se encontraba allá.

-Metete en tus asuntos—Finalmente siseó.

-Solo tengo curiosidad Sasuke, verte aquí ha sido una verdadera sorpresa.

-Deja de molestarme o acabaré contigo.

-No tan rápido, y no sería bueno que me amenaces.—La mujer sonrió con malicia—Te vi cuando llegaste al pueblo, vi a la pequeña que traías colgada de tu brazo.

Tras terminar la frase una cabellera rubia de otra conocida se acercó a Hinata, él enseguida miró de frente la castaña.

-Interesante, asumí que era alguien, porque la dejabas ir de tu brazo... sabes que es lo que pido.

-Y ya conoces mi respuesta—Fue conciso—Deberías de dejar de jugar con fuego y provocarme, no te daré segundas oportunidades—Cuando la orbe oscura comenzó a teñirse de rojo, la castaña desvió la mirada visiblemente asustada.

xoxoxox

-Los dangos son deliciosos—La nueva voz que se unió hizo que Hinata se girara encontrándose a una bonita y escultural rubia que vestía un kimono de tonalidades llamativas y muy revelador.

-Ahora tendré que llevar un poco de cada cosa—Contestó la peliazul con una sonrisa, tratando de omitir el aspecto sensual de la joven y bonita rubia.

-Si, los abuelos han sido dulceros desde generaciones, gente de otras aldeas vienen solo a comprarles, ¿es tu caso?—cuestionó la rubia de ojos verdes, su cabello estaba atado en una coleta que le llegaba a los hombros. La ojiverde le sonrió, pero a pesar de parecer una sonrisa sincera, Hinata la percibió falsa.

-Si—Decidió contestar desviando pronto la mirada y dándose cuenta que el niño se había marchado.

-Vamos entremos, yo también quiero endulzarme un poco.—Hinata se lo pensó pero después se dio cuenta que estaba siendo aprensiva, ¿qué podría querer hacerle esa mujer? Era evidente que no era ninja, sino más bien una especie de... era difícil de decirlo, pero seguramente su maquillaje llamativo, sus labios pintados de carmín, su actitud segura y despreocupada, no eran parte de una kunoichi.

-Te vi con un hombre, ¿es tu compañero de viaje? –Hinata frunció el ceño—No—Se respondió sola la rubia—Son pareja ¿cierto?

Ojos verdes y cafés se encontraron, en los claros varias dudas saltaron y se empeñaron en leer a la chica frente a ella.

-Lo conozco... así que es realmente extraño verte de su brazo cuando no permite que nadie lo toque, al menos que sea para otra cosa.

-¿Qué cosa?

La rubia sonrió y acarició sin recato alguna la comisura de sus generosos pechos.

-Lo que todo hombre busca, incluso uno como él... debes saberlo bien, apuesto que por la noche no solo durmieron.

Hinata volvió a mirar a la cara a la chica rubia, al hacerlo dibujó una fina línea con los labios, sintiendo la ansiedad recorrerla, entendiendo cada una de las palabras soltadas, los ojos se le humedecieron mientras captaba en la mujer frente a ella todo lo que en su celosa cabeza no podría ser.

-¿Entonces cuál es su tipo de relación?

Sus labios se mantuvieron cerrados, no tenía respuesta que dar, jamás había que dar información a un desconocido, pero ahora aunque quisiese ser hábil e ingeniosa, había sido noqueada.

-Vámonos—Hinata sintió el agarre del moreno en su muñeca, no se atrevió a verlo pero su aura le decía que estaba furioso, por un momento intentó recuperar su mano pero no fue posible soltarse.

Sasuke no le dio oportunidad de más y la hizo caminar detrás de él.

-¿No vas a saludarme? –La pregunta de la rubia llegó cuando Hinata veía la amplia espalda del Uchiha pero tal como lo hizo él, tampoco se giró a ver a la rubia.

Los pasos presurosos comenzaron a llamar en ocasiones la atención de la gente, pero él no hizo caso alguno, finalmente salieron del pueblo y ella consiguió soltarse del agarre, entonces él se giró.

Hinata buscó alguna respuesta en los ojos negros, pero realmente no quería saberla, era tan obvio, él vivió en ocasiones en aquel lugar por eso sabía de la tienda de dulces, del mercado y lamentablemente esa mujer debía conocerlo demasiado bien.

-Te dije que compraras, no que te quedaras parloteando—Soltó al darse cuenta que ella no traía nada en sus manos, tratando de mitigar la molestia que le causó Sunny, la odiosa castaña, además ¿qué había soltado Akane la provocativa rubia?

La respiración agitada de Hinata hizo que reparara en lo sería que se encontraba, chasqueó la lengua con fastidio, tenía que controlarse, había sido mala idea llevarla a ese maldito lugar, el pasado, el maldito pasado siempre iba cobrarle factura.

-¿Quién...

Hinata no terminó la pregunta, agachó la mirada y después de un breve silencio siguió andando.

Sasuke solo pudo cavilar en que debió matar a Sunny y después a Akane, ese par de brujas, ahora comprendía porque Orochimaru se mantuvo alejado de ese burdel.

-Hinata...

-Solo no hables—Respondió interrumpiéndolo.

-¿De qué diablos hablaron?

-¿De qué crees tú?—Retó molesta, encarándolo una vez más.

Los ojos lunas se miraban molestos, dolidos y él se estaba cansado de verla así por su culpa.

-Me dijo lo obvio, lo muy obvio, ¿qué más harías por aquí para que una mujer como ella te conozca?—Reclamó cruzando los brazos, sintiéndose traicionada una vez más aunque no estuviesen juntos.

Agachó la cara y solo la levantó cuando se vio obligada por él cuando le tomó el mentón.

-No sé qué diablos te dijo esa mujer pero dudo mucho que haya sido la verdad.

-¿Entonces por qué te conoce?

-¿Qué te dijo?

-Que se acostaron—Sasuke sonrió malicioso, una sonrisa retorcida.

-No me acosté con ella—Aclaró mirándola directo a los ojos—Déjame entrar—Pidió—Quiero mostrarte algo.

Con inseguridad se lo permitió...

El mercadillo se hizo visible una vez más, pero enseguida se escuchó un gruñido que provocó que el rumbo cambiara y observara a un peliazul colmilludo.

-Oye Sasuke, anda vamos, seguro Sunny va a tener algo para mí.

-Ve solo.

-Ellas se portan más amables cuando estás...

-Apuesto que hablabas de mí—La rubia de ojos verdes había aparecido.

Suigetsu se llevó una mano a la nuca y sonrió nervioso.

-Solo me preguntaba si Sunny tendría algo para nosotros, alguna buena...

-Si Sasuke va a portarse bien conmigo...

-Sabes que si no las he matado es porque tienen algún trato con Orochimaru—Cortó, Akane encogió los hombros—No recuerdo que la otra noche estuvieras tan reacio.

-Ya paren—Suigetsu se metió entre ambos cuando observó que Sasuke perdía la paciencia.

-¿Por qué eres tan reacio? Solo te estamos pidiendo un bebé, un Uchiha...

Tan pronto como fue liberada, llenó sus pulmones de aire, Sasuke la sostenía de los antebrazos, le regaló un intento de sonrisa y luego depositó un casto beso en su frente.

- Te pedí ocultar tus ojos para que no llamaras la atención. No predije lo que sucedió, fue una estupidez de mi parte. Fue mi error traerte aquí, es una villa un tanto neutral, debí suponer que hay gente que me recordaría.

Hinata bajó la mirada enfocando la capa a la altura del abdomen del moreno, se mordió el labio inferior con cierto molestia, los celos eran terribles, pero aún más sentirse tan insignificante a su lado, el no estar segura de no ser suficiente para él, que pudiese dejar de amarla.

-¿Sabes que la única mujer que quise y quiero para madre de mis hijos eres tú?—Concedió al notarla aún molesta, celosa. Cuando los ojos lunas con un pequeño rubor lo encararon él solo pudo sonreír de manera retorcida—Eres la única mujer que deseo de verdad y la única que puedo visualizar como madre... tú no los verás como objetos de lucha, probables portadores del sharingan, tú los verás como madre, los amaras sin importar si son buenos guerreros o no.

Hinata pudo percibir cierto resentimiento, y cómo la sombra del pasado seguía afectando al moreno, estiró la mano para tomarle la mejilla y luego se acercó para con la mano libre abrazarlo por la cintura.

-Sabes que... todo puede salir mal—Dijo tímida—Yo...

-Tú eres buena Hinata, sé que contigo todo estará bien—Claro que sí, ella tendría ese toque, sabía que Hinata podría ser tan amorosa como su madre y siendo así ningún pequeño se sentiría derrotado.

-¿Vamos?

Hinata asintió y juntos comenzaron el regreso a la guarida.

Xoxoxoxo

Los días pasaron demasiado rápido, tenía que admitirlo, el tiempo podía incluso desaparecer frente a sus ojos, fue testigo de ello, así que ahora escuchar a Hinata aquella tarde del sábado deseando que el mañana no llegara, era un anhelo que también compartía.

Miró los alrededores de la habitación, ella se encontraba recostada en la cama que día con día compartieron, nunca pensó que aquel cuarto frío y oscuro pudiera guardar recuerdos tan bellos, ahora no había otra manera de concebirlo, ¿cuántas veces la hizo suya en esa cama donde ella descansaba boca abajo?

Su dulce Hyuga, vestía unos pantalones cortos y una playera oscura, jugueteaba con los pies en alto y se aferraba a las sábanas de la cama mientras hacía un leve puchero con los labios.

-No quiero estar sin ti—susurró ella cuando él se sentó en un pequeño buró frente a la cama.

-Pues sabes que podemos escaparnos—Ella lo miró a los ojos oscuros y frunció el ceño.

-Si... si lo hiciéramos ¿cómo sería?

-Te llevaría a alguna aldea olvidada pero pacifica, buscaríamos la manera de sobrevivir, me encargaría de ti y de los bebés que tengamos.

Ella sonrió.

-¿Bebés?

-Aunque ahora no algún día los querrás.

-¿Y tú?

Él se encogió de hombros.

-Ya sabes la respuesta a eso.

Esta vez fue Hinata la que sonrió.

-Algún día concordó, pero ahora tenemos que volver—Sasuke rodó los ojos e Hinata soltó una pequeña risa.

-Aún tenemos tiempo juntos.

-No el suficiente, además ¿has considerado que apenas llegue a Konoha me sacaran de ahí? Tardaremos para volver a estar juntos.

-Esperaré por ti... siempre... Algún día las cosas deben cambiar.

-Lo sé—Respondió buscando provocarla.

Ella lo miró directo a esos ojos oscuros que tantas emociones le provocaban, deseaba preguntarle si él esperaría de la misma manera por ella, si podía confiar en su fidelidad. Sabía que tenía que correr, su racionalidad aun era capaz de decirle que estaba en peligro, que una persona que había sido capaz de dañarla y romper fácilmente sus promesas no era de fiar, sin embargo, no importaba; nada importaba realmente ya que al verlo frente a ella, con la mueca desinteresada, con los rasgos casi perfectos y finos para un hombre, una fuerza casi invisible la ataba.

Sería incapaz de separarse ahora por su propia cuenta, no podía hacerlo, porque así como le inspiraba temor también le brindaba una seguridad y protección que nunca había experimentado. Con él por primera vez se sintió amada, deseada y si bien acercarse al fuego era de idiotas reconocía que nunca fue demasiado lista...

Hinata se levantó de la cama, sus pies tocaron el fresco piso de madera pulida, él no se inmutó tampoco pareció prestarle demasiada atención. El corazón a ella le palpitaba fuerte en el pecho porque necesitaba tocarlo, sentirlo y ya no aguantaba más la lejanía momentánea. ¿Cómo quería sobrevivir sin él tantos días si de un momento a otro la necesidad de tenerlo cerca era imperiosa?

Todo era una completa locura pero no quería analizarlo, hace ya varios días que su relación volvía a tener cierta confianza como la pasada, por tal motivo a Sasuke no le sorprendió que ella llegara y se afianzara a su cadera y poniéndose de puntillas le besara el mentón, acción que lo hizo sonreír levemente deslizando sus manos por la estrecha cintura, luego hizo un movimiento negativo con la cabeza.

-¿Tienes idea de cuántas veces quise tenerte así?

Ella frunció el ceño apenas perceptiblemente y posó sus labios nuevamente teniendo dificultad aunque esta vez en el cuello del moreno.

-Muchas.

Hinata soltó el aire contenido en sus pulmones cuando Sasuke la abrazó con fuerza, ambos rostros se miraron.

-Hablo enserio... mucho antes de lo que te imaginas, tenerte así, sin tapujos, sin ataduras mentales.

Las mejillas femeninas se llenaron de color comprendiendo que lo que tanto anheló él, fue esa libertad sexual que ahora podían tener.

La respiración masculina comenzó a agitarse, sus omanos comenzaron a vagar por la espalda ajena haciendo estremecer a la Hyuga, sus yemas se filtraron por debajo de la playera negra teniendo asó acceso a la piel, disfrutando de su calor, ella se escondió en su pecho, cerrando los ojos permitiéndose así ampliar la deliciosa sensación.

Hinata se estremeció cuando los labios masculinos se posaron en su cuello, y con besos húmedos comenzó a marcarla y provocarla. Nuevamente volvía a ser una especie de gelatina mal hecha, un manojo de nervios en las manos ajenas, su respiración se hizo incluso más superficial que la del muchacho, aferrándose a las ropas de los antebrazos masculinos, arrugándolas en sus manos.

Sasuke le besó los labios entreabiertos y ella solo pudo dedicarse a recibirlo, pegándose más a él.

-Deberíamos dejarlo a la suerte—Susurró él, posando una mano en uno de los generosos pechos.

-¿Qué cosa?—Le cuestionó antes de volver a besarlo.

Sasuke le besó la frente y esta vez deslizó sus manos, logrando acariciar las nalgas por sobre las bragas de la chica, tratando de hacerla olvidar, él tenía que dejar de ser tan egoísta con ella, no podía seguir por ese camino, sería tan fácil embarazarla, obligarla a quedarse, pero ella quería y merecía mucho más. Hinata quería que sus hijos crecieran en Konoha, tener relación con su familia, con sus tontos amigos, no podía privarla de ello.

-Te amo—Le susurró robándole una tierna sonrisa, una de aquellas que lo volvía loco, besó los labios carnosos que tanto apreciaba, todo debía estar bien...

Mañana tendrían que volver a Konoha, dejarla en los alrededores y tener que volver a alejarse pero más adelante ellos se reencontrarían, de alguna manera u otra tenía que solucionar los errores del pasado, volver a ganarse la confianza de la aldea, y aún más importante del clan Hyuga...

Continuará

Mis niñas finalmente he escrito un capítulo, hace poco subí un oneshot y sé que estaban hablando de un regreso, creo que ya he mencionado que últimamente se me dificulta escribir, creo que el estrés laboral y mi pasatiempo no se llevan jaja, me disculpo por lo flojo que ha quedado el capítulo, realmente me gustaría ser más constante sin embargo mis deditos no han querido moverse sobre el teclado.

La buena noticia es que no abandono, pido paciencia para que puedan leerme y me disculpo por lo flojito que ha quedado este capitulo, también me he dado cuenta que no será un fic demasiado largo, pero tampoco sé cuantos capítulos tendrá... acepto lluvia de ideas sobre lo que les gustaría ver, sin embargo veremos que se puede trabajar.

Saludos y gracias por seguir a esta loca escritora... Los quiero!

mQgF_

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