Estaba en la cama, no podía dormir, no hacía calor, no tenía insomnio, no era la comida, era ella, todo giraba en torno a ella. Su sonrisa, su cabello, el brillo de sus ojos, la manera en que su piel hacia que la mía se erizara. Frote mis ojos para sacar su imagen de ellos, Mika me estaba matando, no lograba pasar el día sin pensarla, sin tener deseos de llamarla, de verla, aun sabiendo que estaba traicionando a mi amigo, era más fuerte que yo, más intenso de que lo que jamás pensé que sería... volver a enamorarme de ella, cuando todo entre los dos se había acabado hace años.
Me levante de la cama para contestar el teléfono, idiotamente pensando que era ella, que en una locura se había decidido por mí, pero al escuchar la voz de mi madre me sentí abatido por la tristeza.
—Madre...— Dije calmado la tristeza de mi voz — ¿Qué?...—Negué una y otra vez — no puede hacer eso...— Pase la mano por el cabello masajeando levemente el cráneo — no dejare que haga eso, voy para allá.
Por fin Mika salió de mi mente, pero solo para ser reemplazado por la otra mujer que me había marcado. Sostenía el volante intentando no distraerme de la carretera, mi primer amor tampoco fue la persona correcta, la esposa de mi hermano me cautivo tanto que no dude en ser el padrino de su hija, la ame antes que él y la ame después de que ella murió, era como circulo, seguía eligiendo a la mujer de otro, una que no estaba a mi alcance. Mire el reloj, eran las 5 y tanto de la madrugada. Pero ya quedaba poco.
Llegue a la casa de mis padres alrededor de las 6 de la mañana. Me quite la chaqueta y subí directo al segundo piso, entre a la recamara de Nani que seguía dormida.
Volví sobre mis pasos y mi madre estaba en la cocina, al parecer sintió mi llegada o estuvo esperando desde que hablamos. Se veía preocupada como yo, pero no dijo nada, solo sirvió una taza de té y nos acomodamos en la sala.
— ¿Crees que hago lo correcto?...— Le pregunte mirándola directo a sus ojos. Ella era sabía, buena, y sobretodo madre.
—Sí...— Me dijo con ternura— Nani es como tu hija, te has hecho cargo durante todos este tiempo de ella, si realmente es lo que deseas, debes hacerlo.
—Pero Jong... ¿Cómo crees que reaccionara?...— Me preocupaba mi hermano, no éramos tan unidos desde que ella falleció, pero seguíamos siendo hermanos.
—Tienes mi apoyo...
Dormí apenas unos minutos, cuando desperté mi madre estaba hablando con alguien en la sala, me levante arreglando mis ropas solo para darme cuenta que mi hermano estaba en casa, tal y como dijo mi madre. Nos miramos y supe que no sería tan fácil como la plática con mi madre.
— ¿Es cierto lo que dice mamá?...— Me miro con algo de rabia— ¿te quieres quedar con Nani?... acaso te crees su padre...
—Como si lo fuera...— Le respondí sin ánimo de ofenderlo — desde que te fuiste no la has visto más de dos veces, ni siquiera la llamas... eres un extraño para ella.
— ¡Es mi hija!..— Me lo recordó, como siempre. Sabía que no era mi hija, pero era de ella, era la hija de ella y con eso me bastaba para amarla como si fuera mía.
—Lo sé, no soy su padre, pero tienes que reconocer que durante todo este tiempo te has desligado de ella, y yo...
Vi cómo se acercaba dispuesto a matarme si seguía hablando, pero mi madre se puso en medio.
— ¡Basta! — Baje la mirada obedeciendo a mi madre— tu hermano ha sido un padre para tu hija. Ser padre es más que solo engendrar un hijo, se trata de velar al por ellos, buscar su felicidad...
—Madre...
— ¡Jong Hyun!... vas a casarte, y todos te apoyamos, pero no estoy de acuerdo en que te lleves a Nani, menos para internarla.
—Madre... es mi hija. La pérdida fue difícil para mí, pero intento rehacer mi vida y quiero ella sea parte...
Me quede callado mientras hablaban, mi madre me apoyaba porque no deseaba que Nani se fuera al extranjero como mi hermano quería, su nueva esposa y él iban a vivir lejos y nosotros no deseábamos separarnos de Nani para solo verla una vez al año.
—Si vas a llevártela para vivir contigo no puedo oponerme, pero si quiere mandarla a un internado no te dejare, Jae es suficiente hombre para encargarse de tu hija como debe hacerlo un padre.
—No puedo hacerlo que me pides...— lo mire dándole la espalda, ese siempre fue su problema, Nani se parecía tanto a So Hyun, que en vez de ser un regalo, era una tortura — quiero tenerla cerca y recuperar el tiempo...
—Cuando estés listo, tu hija estará aquí... aperando, mientras tanto... Jae tiene mi apoyo.
No tuve mucho que decir, luego de las palabras de mi madre mi hermano cedió, aunque no lo dijo verbalmente, ya que a pesar de todos sus errores era el padre de Nani, la visita fue corta, pero para entonces mi pequeña estaba despierta. Hacía casi un año desde Jong Hyun no veía a la pequeña y las pocas veces que se vieron no le dejaron un gran recuerdo.
—Nani... — La llame para que bajara y mi pequeña princesa bajo obediente, sonriente y llevaba un lindo vestido.
—Papi...— Hacía dos años que me pregunto si podía llamarme de ese modo, ya que todas sus amigas tenían papá pero el suyo nunca estaba, yo le dije que sí podía, que me llamara papá por siempre si lo deseaba.
—Nani...— La voz de mi hermano hizo que mi pequeña se detuviera — hola amor...— Le hablaba con cariño, pero me daba miedo que mi pequeña de la nada, se arrojara a sus brazos y decidiera irse con él.
Corrió y se tomó de mi pierna, escondiéndose del desconocido que era su padre. La actitud fue fuerte, no esperaba que tuviera miedo de su padre, pero hacía tiempo que no lo veía y para ella era solo un extraño.
—Nani...— Le hable suave agachándome — ¿no recuerdas a tu padre?... Jong Hyun, mi hermano...— Quería que al menos mi hermano entendiera que no le estaba quitando su lugar, solo que no podía dejarla marcharse, no sabiendo que estaría sola, So Hyun no me lo habría perdonado jamás.
Los deje a solas por unos minuto, eran padre e hija, debían darse una oportunidad. Estaba en el jardín con un cigarro en la boca, irónico, cada vez que encendía un cigarrito pensaba que debía dejarlo, que a Mika no le gustaba que fumara, ¿Por qué no simplemente lo dejaba y ya?... me sonreí, porque como ella... lo necesitaba en mi vida.
—Ella es mi hija...— Me gire viendo a mi hermano — no es tuya... y nunca lo será.
—Lo sé...— Respondí bajando la mirada — pero aun puedes hacerte cargo de ella...
—Sabes que voy a casarme, mi esposa no quiere que la niña viva con nosotros por ahora, por eso iba a enviarla a un internado mientras la convencía...
—Los hijos no pueden esperar...— Lo mire decepcionado.
—No puedo ahora... necesito un poco más de tiempo.
—Has tenido tiempo...— Muchos años — la dejaste a los dos años, ya tiene siete...
—No sabes lo que es perder a la mujer que amas...
Camine dejándolo solo, sabía que era eso, sabía cómo dolía el corazón. Recordaba el día exacto en que partió, el 22 de agosto el último día en que pude ver su rostro, en que puse mi mano en su mejilla. Él siempre pensaba primero en él y luego en el resto, con los hijos las cosas eran muy distintas, todo al era al revés.
Gracias a eso tome una decisión, si ahora era su padre, lo sería a tiempo completo. Ordenamos todas sus cosas en las maletas, Nani estaba emocionada, cuando le dije que viviríamos juntos grito de felicidad, ella misma ordeno sus juguetes mientras yo la ropa. Para la noche teníamos todo listo, el auto cargado y nos habíamos despedido de mi madre.
Asegure a mi princesa y me subí al volante, nos detuvimos en una tienda para que fuera al baño, no me di cuenta que al volver a subir no llevaba su conejito. Un error de principiante, ya que gracias a eso, Nani lloro toda la noche, solo paraba cuando se quedaba dormida y luego volvía a iniciar. Era la primera vez que me encontraba tan cansado y no sabía qué hacer. Lo único que se me ocurrió fue llamarla a ella. Como una salvadora llego y cuido de mi princesa.
Mientras la calmaba estuve mirándola, Mika lucia hermosa, Nani la acepto por completo, porque ella sabía darse a querer, era un como un poder mágico, no podías resistirse a su amor, me despedí de ella agradecido y volví al cuarto de Nani.
—Papá...— Le sonreí sentándome en su cama.
— ¿Qué?..— Le pregunte acomodando sus cabellos negros.
— ¿Por qué mamá no se quedó a dormir? ¿Por qué papá no está con mamá?...— Mika no era su madre, yo no era su padre, pero ella necesitaba de ambos, por eso apenas la conoció la sintió como una madre.
—Porque Mika no es mi esposa...— Me dolía, la deseaba a mi lado, quería que estuviera aquí ¡Ahora! ¡Ahora que la necesito!
— ¿Pero lo será?...— Me incline besando su frente.
—No lo sé...— Lo deseaba, pero conocía a Mika, para ella su esposo, su hija... la familia que había construido, eso era más importante que cualquier cosa, incluso... lo que pudiera sentir por mí.
—Yo quiero que sea mi mamá...— Vi cómo se acomodó cerrando sus ojos y le levante rápido.
—Yo también...
Me dolía el pecho y me faltaba el aire, ¿Por qué tuve que enamorarme de So Hyun? ¿Por qué volvía a cometer el mismo error con Mika?, porque no podía dejar de pensar en ella. Tenía que entender, ella no era la mujer para mí, era como una pintura, la cual podía ver, pasar horas y horas deseándola pero jamás llegaría a tocarla, porque esa pintura exquisita era de otro. Además tenía a Nani y la promesa de cuidarla, yo iba a protegerla, no dejaría que la hija de mi primer amor sufriera, ella sería la niña más feliz del mundo de eso me encargaría. Pero ahora, mientras fumaba un cigarro, mientras contemplaba mi vida, veía al pasado y me arrepentía de no haber tomado la iniciativa cuando pude, cuando ella estuvo a mi alcance yo solo la deje ir, esa fue la decisión más idiota que pude tomar.