No es "Sólo otra historia de...

By Hirakura16

14.1K 1K 967

"Estaba ahí, frente a Sans una vez más. A punto de terminar una genocida una vez más. Siguiendo una motivació... More

Parte 1 "Amores Multiversales"
Parte 2 "Charla interna"
Parte 3 "Fría bienvenida"
Parte 4 "Desvelando sentimientos"
Parte 5 "Noche azul"
Parte 6 "Noche Roja"
Parte 7 "Cita con la oscuridad"
Parte 8 "La verdad duele"
Parte 9 "Un héroe aparece"
Parte 10 "Alma en apuros"
Parte 11 "Entrada al infierno"
Parte 12 "Por quienes amamos"
Parte 13 "Despertar"
Intervención del Autor
Parte 14 "Lazos que nos unen"
Parte 15 "Amor inexplicable"
Parte 16 "Un momento de calma"
Parte 17 "Recordando pecados"
Parte 18 "Antes de comenzar"
Parte - ¡Especial de navidad!
Parte 19 "Emociones confrontadas"
Parte 21 "La pieza faltante"
¿?

Parte 20 "Confusiones"

636 39 46
By Hirakura16

- Vete de aquí, Sans. Ya deja de seguirme. - Decía Frisk como por cuarta vez en uno de los pasillos del MTT Resort.

Yo intentaba seguirle el paso, pero caminaba increíblemente rápido para mi gusto. Y aparecerme delante de ella no era una opción, cierta marca en forma de mano en el lado derecho de mi cara, era una clara muestra de ello.

Sin embargo, seguía disculpándome por lo que le había contado hace poco.

- Vamos Frisk... Sabes que fue en contra de mi voluntad, yo no quería hacerlo. Ella me obligó. - Le aclaraba nuevamente a la castaña, quien parecía acelerar más su paso. - ¿Puedes dejar de alejarte de mí? Así no llegaremos a nada.

La chica determinada sólo seguía caminando por los pasillos sin prestarme atención. Realmente, estaba muy furiosa por el acontecimiento de anoche, y por más que le dijera que no tuve control de mis acciones, se negaba a creerme.

Cuando pareció detenerse, me di cuenta de lo que buscaba. Con rapidez, la humana apretó el botón del ascensor y se cruzó de brazos para esperarlo. Al colocarme a su lado, ni siquiera se molestó en mirarme.

- Frisk... En verdad, necesito que escuches. - Le pedía a la morena con el tono más amable posible. - Sé que estas molesta conmigo, y tienes tus razones, pero...

- ¿Molesta? No estoy molesta. - Me interrumpió la mencionada volteándose para verme a la cara. - Estoy completamente FURIOSA por la gran estupidez que has cometido.

- Frisk, ya te conté porqué tuve que hacerlo. - Respondí un tanto cansado de tener que volvérselo a explicar. Estábamos perdiendo tiempo valioso y comenzaba a indignarme ante su actitud. - Ahora, sabemos perfectamente que planean esos tres, y si no nos apresuramos...

- ¿Ah si? ¿Y tu preciada fuente de información es la chica psicópata que te sometió anoche en la cama? - Volvió a interrumpirme con tono sarcástico. - No sé porqué siento desconfianza de ella, en verdad.

Suspiré fuertemente intentando contener las ganas de gritar y destrozar la pared que tenía a un lado de un puñetazo, en verdad me estaba volviendo loco intentado que Frisk creyera en lo que le decía. Pero por más que lo mirara... Realmente tampoco era muy fácil de creer.

Si ves a tu posible pareja con múltiples marcas en el cuerpo tras haber estado la noche anterior con otra persona en la cama, no creo que reacciones de muy buena manera.

Al recordar las marcas, me acomodé un poco más la capucha de mi chaqueta, intentando taparlas lo más posible. Tanto en mi forma humana como en mi forma de monstruo, las marcas que Chara había dejado en la noche anterior no desaparecían, por lo que supuse que sólo podía esperar que sanaran con el tiempo.

- Si tan sólo me hubieras dejado explicarte bien... - Le decía a la morena.

- Créeme Sans, escuché lo suficiente. - Respondió Frisk volviendo a desviarme la mirada. - No necesito que me lo vuelvas a explicar.

Con algo de pesar, me recosté en la pared y me coloqué una mano en la frente. Tras eso, recorrí mi cara con ella hasta posarla sobre mis labios, y una vez ahí, me quedé intentando comprender la situación de mi dulce flor.

Quizás debí haberle dicho con más tranquilidad los detalles, pero supongo que se lo pusiera como se lo pusiera, igual hubiera reaccionado de esa forma.

* * *

- ¿Qué tu hiciste QUÉ? - Exclamó Frisk al instante.

Su cara mostraba tanta expresividad que no parecía la de ella. Reflejaba furia, sorpresa e incredulidad. Sin mencionar que había abierto mucho sus ojos, lo cual era muy inusual.

- Frisk, Frisk escúchame... Chara apareció de la nada anoche en mi habitación, y parece que puede controlar a la perfección mis acciones debido a mi determinación... - Empecé a decirle a la castaña quien no paraba de mirarme con aquella expresión. Tenerla así era bastante intimidante, a decir verdad. - N-No quise... Y tampoco tenía las fuerzas para resistirme... Entonces ella deshizo mi transformación de humano, me sostuvo fuertemente las manos para que no pudiera escapar y... Y...

El silencio reinó en la habitación por unos segundos. Realmente no sabía que tan bueno era decirle la verdad a la chica más peligrosa del subsuelo.

Bueno, quizás la segunda más peligrosa.

- Y...

- ¿Y qué? - Insistió Frisk con tono impaciente. - ¿Qué fue lo que HICISTE, Sans...?

Usualmente, era bastante bueno evitando preguntas directas y zafándome de problemas innecesarios. Siempre tenía una respuesta, una pregunta o un chiste que decir para escapar de la situación.

Pero justo en ese instante estaba en blanco.

- Y... - Tuve que mirar a otro lado para poder terminar la oración tranquilamente, la mirada de Frisk era fulminante. - Y... Me besó.

Creí ver claramente como más de una vena se la marcaba a Frisk en su frente, pero ya que el daño estaba hecho, decidí proseguir con la larga lista. - También... Se subió encima de mí, me aruñó, me mordió, me lamió, me golpeó, me cortó, me recostó sus... ¿Frisk?

La nombrada tenía la cabeza hacia abajo y podía notar como sus puños temblaban al ser apretados con tanta fuerza.

- Lo sabía... - Dijo primero en voz baja. - Esa maldita... ¡LO SABÍA! - Gritó la castaña alzando la vista, apretaba sus dientes con rabia al mismo tiempo que se miraba sus manos. - ¡DESDE HACE TIEMPO ESA DESGRACIADA TE TENÍA GANAS!

Con cara de idiota, me quedé un rato digiriendo lo que acababa de escuchar.

- ¿Qué? - Pregunté incrédulo.

- Si... Desde que reinicié notaba a Chara MUY rara cada vez que pensaba en ti o que te veía. - Respondió Frisk entrecerrando ligeramente sus ojos. - Definitivamente, me las pagará...

- Espera, espera... Eso no es posible, Frisk. - La interrumpí inmediatamente. - Ella no posee sentimientos, tú misma me lo dijiste. Me dió una pequeña explicación de porqué es que ahora ella me ama... Pero me parece algo improbable.

La chica de piel morena me lanzó una mirada acusadora tras decir aquello. Al percatarme de que había hablado de más, me di una palmada mental en la cara.

- ¿Ella dijo... Que te ama?

- Eh... - "Que listo, Sans. Sigue apretándote la soga en el cuello". Pensé. - Si... Pero no lo creo del todo... Ya sabes, por el tema de que es una chica demonio genocida y todo eso.

Por unos momentos, Frisk se me quedó mirando detenidamente, como si analizara mi alma por completo. Sin despegar sus ojos de los míos, se me acercó hasta estar a centímetros de distancia. Gracias a mi forma de humano, era ligeramente más alto que ella, y tenía que bajar la mirada para poder verla correctamente. Podía oler su aroma al estar tan cerca... Era como miel y canela, dulce y armonioso. Pero ese no era un buen momento para fijarme en ello.

Luego de un incómodo silencio, la morena habló.

- ¿Qué sientes por Chara, Sans? - Preguntó con neutralidad.

- ¿¡Ah!? - Exclamé sorprendido y al mismo tiempo un tanto molesto. ¿En serio creía que Chara me gustaba? - ¿Qué dices, Frisk? Obviamente no siento nada por ella, ni nunca lo haré. - Respondí seriamente.

- Es por esa chica enferma que estoy completamente lastimado, es por ella que mis amigos fueron lastimados también y es por ella que ahora mismo todo el subsuelo corre peligro. - Dije sin despegar la mirada de Frisk.

- ¿Me crees capaz de querer estar con alguien que nos ha hecho todo eso?

Frisk se quedó callada unos momentos, pero respondió casi al instante.

- No. - Dijo tranquilamente. - Pero yo también lo hice, y pudiste perdonarme. ¿Quién quita que no hagas lo mismo con Chara? - Terminó diciendo la morena volteándose y cruzándose de brazos.

La miré un tanto estupefacto tras voltearse. ¿Acaso estaba celosa de Chara? Entonces era por eso que la noche anterior estaba tan molesta...

- Frisk... Sabes que no es lo mismo. Tú y ella son diferentes...

- ¿En qué? ¿En los rasgos físicos? Si es así, pues sí hay una diferencia abismal. Ella es mucho más bonita que yo. - Dijo la castaña interrumpiendome.

- Frisk... No puedo creer lo que estás diciendo. - Dije inmediatamente acercándome a ella. - Tú eres hermosa... No sólo físicamente, también tus sentimientos lo son. No puedes simplemente colocarte debajo de ella así...

Intenté poner mi mano encima de su hombro por detrás de su espalda, pero la castaña se percató de ello y se alejó rápidamente de mí.

- No... Pero tú si que te has podido colocar debajo de ella, ¿Eh? - Dijo en tono sarcástico. Luego de ello, pareció dar un gran suspiro mientas bajaba lentamente sus brazos. - Sé que no es del todo tu culpa, Sans... Pero simplemente no puedo... No puedo sentirme bien con esto y ya.

Aún sin mirarme, podía sentir la molestia e impotencia que tenía en su rostro. Intenté colocarme en su lugar por un momento, y me di cuenta de que realmente, no era fácil asimilarlo.

Pero si lo asimilaba o no, de todas maneras no era lo importante en ese momento. Debía de contarle a Frisk y a los demás los futuros planes de Gaster, Chara y Flowey cuanto antes. Realmente quería consolar a mi dulce flor... Quería decirle lo mucho que la amaba y que era la única persona a la cual yo quería en este mundo.

Pero no había tiempo para eso.

- Frisk... Anoche hice un trato con Chara. - Dije tras un largo suspiro. La castaña se volteó inmediatamente a mirarme. - ¿Ves estas heridas? - Pregunté mientras señalaba las múltiples marcas en mi cuerpo. - Son debido a que en más de una ocasión me resistí a hacer lo que Chara quería.

La morena seguía escuchando atentamente, sin dejar de mirarme a los ojos. Parecía ligeramente sorprendida.

- El trato fue que si ella me contaba todo lo relacionado con los planes de Gaster, yo... - Un silencio incómodo invadió el lugar en ese instante. Vaya, en verdad era difícil decirlo. - Yo... Dejaría de resistirme por lo que quedaba de la noche, y también le debería algo a ella. Pero al final nunca me dijo qué.

En ese momento los ojos de Frisk volvieron a abrirse considerablemente.

- ¿¡Hiciste un trato con Chara!? - Dijo la chica determinada acercándose a mí. - ¿¡Es que tienes idea de lo que eso significa!?

- Yo tuve que hacerlo Frisk... No me importan las consecuencias, por ahora, me importa más saber lo que ese trío piensa hacer. Y ahora que lo sé... - Intenté decir, pero Frisk me interrumpió antes de que continuara.

- No sólo aceptaste que te siguiera manoseado esa desgraciada... ¡Si no que también hiciste un trato con ella! - Gritó Frisk fuertemente. En verdad parecía molesta... ¿Realmente era tan malo hacer un trato con Chara?

- ¡Eres un estúpido, estúpido, estúpido Sans! - Decía ella mientras me daba pequeños golpes en el pecho con sus puños.

Mirándola con algo de incredulidad, di un gran suspiro antes de tomar sus puños y detenerlos con mis manos. Una vez teniendo su atención, le volví a hablar.

- Gaster planea revivir a Chara en su cuerpo original, que está escondido al principio de las ruinas. - Le dije mostrando completa seriedad ante el asunto. Sin embargo, Frisk se negaba a escucharme y forcejeaba para que la dejará ir. - Creo que sabes de antemano lo malo que es eso, ¿No?

- Déjame ir, Sans... No quiero saber nada más de ti. - Susurró la castaña por lo bajo mientras que yo seguía sosteniendo sus puños.

- Luego, planean ir al castillo del rey, hacer que Flowey absorba las seis almas humanas y gane un poder indescriptible. - Seguía explicando mientras intentaba ignorar los forcejeos de Frisk.

- No me interesa... Déjame ir, Sans.

- Una vez que tengan todo ese poder, podrán sobrepasar tu determinación. ¡Así obtendrán el control total de la linea del tiempo, y harán un RESET para borrar todo lo que haz conseguido hasta ahora! ¡Piensan eliminarte para siempre, Frisk! - Le dije alzando la voz más de lo normal.

- ¿Qué no ves la situación? Si dejamos que esto pase, entonces tú...

- ¡YA TE DIJE QUE NO ME INTERESA! - Gritó la castaña zafándose de mi agarre y dándome una fuerte cachetada en la cara.

Retrocedí unos pasos por el golpe y me la quedé mirando estupefacto durante unos segundos. En su cara se notaban pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos, pero rápidamente las secó usando la manga de su suéter.

Nos quedamos viéndonos las caras por unos momentos, en un silencio completamente incómodo dentro de aquella habitación. Ninguno de los dos era capaz de decir algo con lo que acababa de pasar. Si bien no era la primera vez que Frisk me cacheteaba o me gritaba, en esta ocasión se sintió claramente distinto a las demás.

Después de unos minutos, el rosto de Frisk se volvió inexpresivo, señal de que al menos ya se había calmado. Pero antes de que pudiera decirle algo, la chica determinada dio media vuelta y fue en dirección a la puerta de la habitación.

- Oye Fr-.

- No me sigas, Sans. - Fue todo lo que dijo antes de abrir la puerta y salir de la habitación.

De fondo, se escuchaban las voces de nuestros amigos preguntando qué había pasado. Pero por lo visto Frisk sólo siguió de largo sin responderles.

Reaccionando un poco tarde para mi gusto, busqué velozmente una franela y una chaqueta en el armario. Por suerte, Alphys me las había traído no hace mucho y estaban casi como nuevas.

Una vez vestido con mi ropa habitual, me aseguré de cubrir bien todo mi cuerpo para que los demás no notarán las múltiples marcas. Acercándome a la puerta, subí mi capucha y salí al pasillo del hotel.

Lo primero que vi fue a Alphys, Undyne y Papyrus mirándome fijamente.

- ¡SANS! ¿QUÉ LE HICISTE A LA HUMANA? - Me interrogó Papyrus cruzándose de brazos. - PARECÍA MUY MOLESTA POR ALGO.

- ¿Por dónde se fue? - Pregunté ignorando a mi hermano mientras miraba a todos lados.

- OH NO SANS, NO PIENSO DECIRTE HASTA QUE NOS EXPLIQUES QUE...

- Por el pasillo de la izquierda, antes de llegar a las escaleras. - Me señaló Undyne con rostro inexpresivo.

Sin perder tiempo, me fui corriendo hasta allá, intentando alcanzar a Frisk. Creí escuchar a Papyrus quejándose con Undyne, pero no les presté mucha atención.

Luego de recorrer unos cuantos pasillos, la encontré caminando sin sentido alguno y con paso apresurado.

- ¡Frisk! - Le grité, pero ella sólo siguió caminando.

Cuando finalmente pude "alcanzarla", bueno... Ya saben lo que sucedió.

* * *

Sonreí ligeramente para mí al darme un poco de gracia todo el asunto.

¿Acaso era un descarado por permitir que Chara hiciera conmigo lo que quisiera? Podía ser, aunque realmente nunca deseé que aquello sucediera. Pero aún así, haya pasado lo que haya pasado, ahora era importante la seguridad de Frisk. No me importaba nada más, y si ella me creía o no, tampoco me interesaba.

Yo la amaba más que a nada en este mundo y la protegería de lo que fuera necesario.

- Hmpf... - Un resoplido por parte de la chica a mi lado me sacó de mis pensamientos. Al mirarla, noté que seguía con expresión molesta esperando el ascensor. - No sé porqué sigues aquí, Sans. Sólo estas esperando como un idiota algo que no pasará.

Me sorprendí un poco con su tono tan rudo, realmente estaba enojada. Con un suspiro, me retiré de la pared en la que descansaba tranquilamente y metí las manos dentro de mi chaqueta antes de hablarle.

- Lo siento. - Fue todo lo que dije.

- Jajajaja... ¿Lo sientes? ¿Acabas de decirme que lo sientes luego de pasar la noche, hacer un trato y acostarte con la chica que posiblemente más odie en este mundo? - Cada palabra parecía escupirla con sarcasmo y burla, tampoco parecía tener intenciones de medirlas. - Sabía que te gustaba hacer bromas estúpidas Sans, pero esto supera mis expectativas.

Quizás debería de sentirme insultado, o por lo menos debería haberme molestado lo que la humana acababa de decir. Sin embargo, estaba sorprendentemente tranquilo.

- Lo siento por lo que hayas podido sentir al decirte esto, Frisk... Pero, ¿Prefieres eso o que te haya mentido? - Pregunté con neutralidad en mi voz. - Además, que yo recuerde, no soy el único que ha cometido errores con tal de proteger a las personas que quiere.

Aunque leve, sentí un pequeño sobresalto por parte de la castaña tras escuchar mis palabras.

- Y al menos gracias a ese error, podemos saber cuales serán los próximos movimientos de nuestros enemigos. Creo que debemos aprovechar la oportunidad que tenemos y dejar a un lado este tema por ahora, Frisk... - Le dije mientras volvía a sacar las manos de los bolsillos de la chaqueta.

Por un momento, Frisk cambió la expresión de su rostro a una más comprensiva, como si realmente estuviera pensando en la situación. Pero dicha expresión duró pocos segundos antes de que adoptara nuevamente una enojada.

- Realmente eres un idiota si piensas confiar en las palabras de Chara. - Terminó diciendo ella negándose a creerme.

Antes de que pudiera responder a eso, un pequeño timbre sonó al lado nuestro y junto con él, las puertas del ascensor se abrieron al instante. Frisk no lo pensó dos veces y entró rápidamente en él. Yo intenté seguirla, pero me negó el paso.

- ¿En verdad quieres seguir discutiendo la única pista que tenemos? - Le decía a escasos centímetros de su cara. - Además, de ser o no cierto, debemos de advertirle al rey de todas maneras.

- Me importa un carajo si es cierto o no, yo misma terminaré esto por mi cuenta. - Respondió Frisk oprimiendo el botón de cerrar.

Con un rápido movimiento, coloqué mis manos entre las puertas del ascensor antes de cerrarse. Logré detenerlo, pero me dolió más de lo que pensaba. Al parecer, la carne humana era increíblemente sensible a la presión.

- Tú sola no podrás hacerlo, lo sabes. - Dije haciendo un esfuerzo por mantener el ascensor abierto. - ¿Qué al menos no puedes dejarme hablarte? ¡Tú misma dijiste que me perdonarías todo luego de yo haberte perdonado todo también! ¿Por qué estás tan terca entonces?

Frisk me miró con cara furiosa antes de responderme, muy pocas veces la había visto tan molesta, a decir verdad.

- Tsh... ¡Porqué me molesta que hayas estado con otra chica que no haya sido yo! Yo... ¡Yo quería ser tu primera vez!

Tras decir eso, la castaña abrió mucho los ojos al darse cuenta de lo vergonzoso de sus palabras. Yo sólo me quedé mirándola atontado al escuchar una respuesta tan sincera por su parte.

Mirándome nuevamente, y esta vez con el rostro muy ruborizado, empezó a empujarme fuera del ascensor.

- ¡¡Ya tuve suficiente, vete de aquí ahora!!

- ¡Frisk, por favor espera! Eso no es... - Intentaba decirle, pero me era difícil mantener las puertas del ascensor abiertas y resistir a los empujones de Frisk.

- ¡No, vete ya! ¡¡Quiero que te desaparezcas de mi vista!! - Gritaba la chica de pelo corto quien intentaba desesperadamente hacerme salir de ahí.

- ¡Ya para por favor! Frisk... ¡Yo no estuve con Chara anoche, no de esa forma! - Exclamé intentando que ella se tranquilizara.

Por suerte, aquel comentario hizo que la castaña dejara de empujarme por unos momentos, lo que me permitió meterme rápidamente en el ascensor junto con ella.

Ella solamente decidió apartarse de mí al notar que ya había entrado al ascensor. Mantenía la cabeza agachada y parecía pensar las cosas con calma antes de hablar. Pasaron unos cuantos segundos de incómodo silencio, y cuando finalmente las puertas de cerraron, la castaña decidió dirigirme la palabra.

- ¿Es cierto que no estuviste... Así con ella? - Preguntó mirándome con cara desconfiada.

- No, mi dulce flor... Te juro que estoy diciéndote la verdad. Por favor, créeme. - Le rogué a Frisk mirándola directo a los ojos con toda la sinceridad que podía.

Y al final de cuentas, era verdad. Por alguna extraña razón pensé que Chara quería "usarme" completamente... Sin embargo, nunca llegó tan lejos. No sabía sus motivos ni razones de porqué no lo hizo, pero simplemente me sentía aliviado de que no haya pasado.

Quizás siga siendo una chica y le preocupe estar con alguien la primera vez, después de todo.

- Te creo, Sans... - Dijo Frisk sacándome de mis pensamientos y al mismo tiempo calmándome con su respuesta. - Pero... ¿Por qué tuviste que hacer un trato con ella? Nada sale bien luego de hacer un trato con Chara...

Tras decir aquello, la morena presionó las manos junto con su pecho y bajó la mirada con cierto pesar.

- Yo lo sé mejor que nadie.

Antes de responder a su pregunta, la tomé por los hombros, haciendo que me viera directamente a la cara.

- ¿Y tú crees que yo cumpliré ese trato? Una vez que arruinemos lo que planean, no tendrán derecho a exigir nada. - Dije con serenidad en mi voz.

- Yo... No sé si podremos vencerlos, Sans... - Confesó la castaña con cierta preocupación.

- ¿Por qué no? Tú puedes contra todo, Frisk. Tu misma lo dijiste. - Le contesté recordando lo que habíamos hablado en el momento de la promesa. En ese entonces, todo parecía demasiado simple.

- Porque es la primera vez que enfrento algo como esto. - Respondió ella con rostro serio.

En su mirada, noté que estaba siendo realista. Si bien podía enfrentarnos a todos sin sudar una gota, jamás había luchado en contra de Gaster o Chara. Tampoco era seguro de que un RESET podría salvarnos tal y como estaban las cosas.

No era necesario que lo demostrara, pero la chica determinada sentía miedo en aquellos instantes.

Desviándome finalmente la mirada, Frisk fue hacia los botones del ascensor y marcó el piso más alto del hotel. En seguida, el ascensor se puso en marcha con velocidad, mientras que la morena se recostaba en una de las parades de éste.

Yo decidí hacer lo mismo, pero un tanto alejado de ella, suponía que debía darle su espacio por unos instantes.

Por simple acto inconsciente, metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta y miré hacia arriba.

- También es la primera vez que estoy enamorada. - Dijo la chica de repente sin voltearse.

- ¿Uh? - Pronuncié algo confundido mientras volvía a bajar la mirada hacia ella.

- Que también es la primera vez que estoy enamorada... No me hagas repetirlo.

Me quedé un tanto sorprendido tras escuchar eso, pero al mismo tiempo me alegraba que aquellas palabras salieran de su boca.

- Heh... Pues así es. Es la primera vez para los dos, mi dulce flor. - Dije con una amplia sonrisa en mi rostro.

- Jajaja... También es la primera vez que siento celos. Es lo último que pensé que sentiría en la vida. - Dijo la castaña riéndose un poco de su propia sinceridad. Poco a poco se daba la vuelta para volver a mirarme, pero seguía dándome la espalda.

- Y también es la primera vez que siento tanta necesidad de protegerte, niña... - Agregué mientras daba unos pasos hacia Frisk.

Ella no se acercó a mí, pero tampoco se alejó cuando decidí rodearla con mis brazos por detrás.

- Es nuestra primera vez en muchas cosas... - Le susurré suavemente mientras colocaba mis manos por encima de su pecho.

Aunque no me miraba, Frisk puso su mano por encima de la mía para demostrarme que, por lo menos, ya no estaba tan enojada conmigo.

- Esta no es una línea temporal cualquiera, Sans... - Susurró también la morena. - Quise hacer una ruta pacifista como las demás, pero eso ahora es imposible.

- Creo que mientras mantengas tu determinación, nada es imposible para ti mi dulce flor...

- ¿Aún cuando todo es tan diferente? Es que simplemente todo parece tan... Fuera de mi alcance.

- Yo estaba fuera de tu alcance, y míranos ahora... - Dije soltando una pequeña risa.

Inmediatamente, la castaña volteó su cabeza para verme entre divertida y confundida.

- ¿Estabas fuera de mi alcance? Yo estaba fuera del tuyo. - Respondió Frisk casi riéndose.

- Heheheh. Muy bien, muy bien... No romperé tus lindas ilusiones, niña. - Bromeé mientras le guiñaba un ojo.

Con un rostro más sonriente, la chica determinada se volteó a mirarme y colocó sus brazos por encima de mi cuello.

- Jajajaja, por dios Sans... ¿Cómo es que llegamos a esto? - Preguntó Frisk abriendo ligeramente sus ojos.

Nunca me cansaré de decirlo. El color marrón claro de sus ojos era el más hermoso que he visto en mi vida.

- Todo empezó por una tonta promesa... - Respondí desviando levemente mi mirada.

- Y eso que no te gustan. - Acotó la humana arqueado una ceja.

- Pues digamos que... Esta es la primera.

Tras decir aquello, ambos nos quedamos viendo el uno al otro por unos segundos. Había un pequeño silencio entre los dos, pero solamente necesitábamos nuestras miradas para entender lo que el otro quería decir.

Desde siempre, habíamos pasado por muchas cosas juntos. Habíamos reído y llorado, nos habíamos odiado y querido, nos habíamos lastimado y consolado... De todas las personas, monstruos o seres del subsuelo, nadie más compartía una historia como la nuestra.

¿Será que siempre estuvimos destinados a amarnos y no lo sabíamos? La simple idea hacía que se me escapara una pequeña sonrisa de mis labios mientras miraba a Frisk.

Tantos momentos hermosos con ella... Tantas razones para amarla... Pero al mismo tiempo, tantos momentos tristes y tantas razones para odiarla. 15.386 RESETS... 15.386 RESETS hicieron falta para que finalmente nos perdonáramos, para que sucediera nuestro amor y para que esta historia se diera. Ahora que sabía lo inusual que era está ruta, no la echaría a perder por nada.

Porque en definitiva, esta no era una historia de amor como las demás.

- Frisk yo-

- Sans discul-

Nuestras palabras chocaron en el aire inmediatamente. Ambos nos miramos un poco sorprendidos, pero luego nos reímos levemente al saber que el otro también quería disculparse.

- Jajaja... Adelante, puedes hablar tú primero. - Dijo la chica determinada con un ligero sonrojo en un sus mejillas.

Por el calor en mi rostro, supuse que debía de estar sonrojado también.

- ¿Sabes qué...? Creo que hemos hablado suficiente. - Le dije a Frisk mientras la agarraba por la cintura y la apegaba a mí.

- Deja que esto sea nuestra disculpa...

Sin darle mucho tiempo para reaccionar, tomé a la castaña por detrás de su cabeza y la acerqué para darle un profundo beso.

Pude sentir su reacción un tanto sorprendida, pero duró muy poco tiempo antes de que también pusiera sus manos detrás de mi espalda y correspondiera mi beso. En un principio, no tenía pensado que el beso fuera tan intenso... Pero al hacerlo simplemente no pude evitarlo, mis labios y lengua se movieron solos al querer expresar tantos sentimientos juntos. Tenía la necesidad de besarla de esa manera. Apasionada, descontrolada, sin medida... Quería decirle con todo mi ser que estaba para ella, y solamente para ella.

No supe en que momento fue que lo hice, pero tomé a Frisk por las muñecas con algo de fuerza y la pegué contra una de las paredes del ascensor alzando sus brazos mientras mantenía el beso. Pude notar como la morena soltó un pequeño gemido en respuesta de mi acción, pero no protestó al respecto. Al contrario, entrelazó sus dedos inmediatamente con los míos y comenzó a dar pequeñas vueltas más rápidas con su lengua dentro de mi boca. Luego de durar así unos segundos, nos separamos finalmente para tomar un poco de aire.

El pecho de Frisk subía y bajaba rápidamente mientras intentaba recuperar el aliento. Podía verla con el rostro completamente enrojecido y su boca ligeramente abierta tras aquel beso tan necesitado para ambos. Yo también me encontraba jadeando y podía notar cierto cosquilleo en todo el cuerpo, era una sensación extraña, pero al mismo tiempo muy placentera que no había podido experimentar siendo un esqueleto.

- Sans... - Dijo Frisk en esos escasos minutos de descanso.

- ¿Si...? - Pregunté con suavidad.

Ella levantó su vista hacia mí, y pude ver sus hermosos ojos marrones mirándome, mientras parecían suplicarme algo con deseo...

- No te detengas.

Al escuchar esas palabras, no pude seguir conteniéndome. Sólo mostré una pequeña sonrisa de medio lado antes de volver a juntar mi boca con la suya.

Correspondiendo con más fuerza mi beso, la humana se aferró fuertemente a mi chaqueta, apegándome completamente a su cuerpo.

La amaba.

La amaba más que cualquier cosa en este mundo... Poco a poco me fui dando cuenta de eso. Quizás por su forma de ser, quizás por su belleza, o quizás por su gran determinación al querer buscar lo mejor para todos, lo mejor para mí...

Mientras nuestras lenguas se rozaban bruscamente dentro de su boca, bajé mis manos hasta su cintura. No podía detenerme, sentía claramente como todo su cuerpo emanaba calor y se tensaba cada vez más mientras seguíamos con el beso. Como un acto casi instintivo, separé levemente nuestras bocas para morder su labio inferior, lo cual hizo que la morena soltara un pequeño gemido de placer.

Simplemente me había enamorado completamente de la humana llamada Frisk. Y una vez que un monstruo ama a otra persona... Jamás deja de amarla. Estaba consciente de las consecuencias que aquello podía traer en un futuro, pero no me importaba.

Como si no quisiera dejarme toda la diversión para mí solo, la castaña metió sus manos debajo de mi ropa y empezó a tocar mi espalda con ellas. Sentía claramente como le gustaba explorar mi piel desnuda, por lo que yo también aproveché esa oportunidad dejando a un lado su boca, y besando su cuello con un poco de fuerza.

En seguida su cuerpo se arqueó ante tal sensación y volvió a dejar escapar otro gemido.

- ¡Ahh..! Sans...~

Ya no me importaban Gaster, ni Chara, ni Flowey... Ni siquiera el resto del subsuelo. En ese momento éramos sólo Frisk y yo, nadie más podía interrumpirnos.

Y haría todo lo posible para que ese momento fuera eterno.

Dejando a un lado mis pensamientos, me concentré finalmente en lo que hacía. La humana se encontraba conteniendo las ganas de emitir algún sonido mientras que yo besaba su cuello suavemente. Al parecer, le daba vergüenza hacerlo, pero por mi parte... Me encantaba escucharla. Así que sin pensarlo dos veces, abrí mi boca y lamí su cuello lentamente y sin prisa, haciendo que Frisk casi perdiera el control de sus piernas.

- ¡Ahhhh...! Por dios Sans... Esto es... Demasiado... - Intentaba decir ella, pero su respiración entrecortada no se lo permitía.

Apartándome un poco de la castaña, la tomé por la cintura para evitar que se cayera al suelo. Sonreí un poco para mí mismo, parecía que mi dulce flor estaba disfrutando bastante del momento.

- Tu pediste que no me detuviera, ¿Debo hacerlo ahora? - Pregunté con una mirada pícara.

Recuperando algo de aliento, Frisk volvió a mirarme con ojos decididos antes de responder.

- Pues no... - Dijo la castaña riéndose. Tras eso, me agarró por los hombros y me dió la vuelta hasta recostarme contra las puertas del elevador. Ahora habíamos cambiado posiciones, la chica determinada me tenía contra la pared con ambas manos presionadas por las suyas. - Pero es momento de que yo tome la iniciativa.

- Oh... Esto no me lo esperaba, heheh... - Decía con una sonrisa incitadora. Aunque de cierta forma, no me sorprendía mucho que la castaña también quisiera controlar la situación.

- Tómalo como una recompensa... - Dijo ella con su rostro completamente sonrojado y algo nerviosa.

- Heh... Tranquila niña, eso haré. Veamos que puedes ha... ¿Eh? ¿¡Frisk!? - Exclamé un tanto sorprendido al verla inclinarse hasta estar a la altura de mi cintura.

- Oye, no te emociones, no es lo que piensas. Esqueleto pervertido... - Aclaró la morena mirándome ruborizada desde abajo. Tuve que desviar rápidamente mi vista de ella en esa posición para no imaginarme cosas un poco indebidas. - Pero tampoco lo que haré tampoco te disgustará. Levántate la franela, Sans...

Con mi corazón latiendo a mil veces por segundo, suspiré para calmar mis ideas y hacer lo que Frisk me había ordenado. A decir verdad no estaba seguro si me encontraba decepcionado o relajado por su aclaración.

Al momento que comencé a levantar mi franela, la castaña comenzó a besarme por las partes de mi piel que comenzaban a descubrirse poco a poco. Como era de esperarse, empezó un poco más abajo de mi abdomen, y luego subió por este pasando su lengua con lentitud.

- Hmmhmm... - No pude evitar dejar salir un ruido de mis labios. Realmente se sentía demasiado bien lo que la castaña estaba haciendo... Demasiado, para mi gusto.

Ya que mi cuerpo humano era prácticamente nuevo, aún no me acostumbraba a tanta sensibilidad en mi piel. Los suaves labios de Frisk junto con sus eróticas lamidas era mucho más de lo que podía soportar.

- Hmmhmm... Agh... - Dejé escapar un leve gemido en el momento que Frisk llegaba a mi pecho. Ella paseaba sus manos por todo mi torso mientras que se concentraba en besar mi pecho delicadamente.

Una vez terminada esa hermosa tortura, se incorporó frente a mi con una mirada de triunfo en su rostro. Yo sólo jadeaba mientras me apoyaba en la puerta cerrada del ascensor.

Jamás había sentido nada igual, y posiblemente nunca lo hubiera hecho siendo un esqueleto. En mi forma de monstruo no poseía casi nervios receptores ante las sensaciones, por lo que cualquier contacto o roce lo pasaba casi por desapercibido. Muy por el contrario, siendo humano percibía cualquier tacto de manera mucho más sensible de lo normal.

Por dicha razón la situación con Chara anoche no podía compararse con esta en ningún sentido. Con la chica de ojos rojizos no había sentido nada en absoluto... Pero con Frisk, había perdido hasta la noción de mis sentidos con sólo utilizar su perfecta boca.

- Y... ¿Te gustó, Sans? - Preguntó ella jugando nerviosamente con sus dedos.

Yo sólo me la quedé mirando en silencio, aún con la respiración entrecortada.

- ¿Tan.. Tan malo fue? - Dijo la humana preocupada. - Disculpa Sans... En verdad no soy muy buena haciendo estas... ¿¡Hmm!?

Sin dejarla terminar su oración, acerqué a Frisk con mi magia hacia mi cuerpo, haciendo que se pegara lo más posible a mí.

Mis ambos ojos brillaban con un intenso azul que no había conocido antes, y mi mente estaba dejando de razonar correctamente. Creo que había perdido toda consciencia de mis actos en ese momento, y solo me dejaba llevar por el intenso deseo de estar con Frisk.

La morena parecía querer preguntar algo, pero la besé apasionadamente antes de que lo hiciera. Sin embargo, ella me apartó un poco para poder hablar.

- Sans... ¿Aún quieres seguir? Creo que ya es suficiente. Es decir, no me quejo, pero... - Hastiado por tanta charla, alcé la pierna de Frisk hasta la altura de mi cintura para hacerla callar. Luego presioné más aún su cuerpo contra el mío y sentí claramente como la zona de su entrepierna se apegaba fuertemente a la mía.

- Hmhmm... Sans... ¿De verdad piensas hacer eso aquí...? - Preguntó la castaña tras un gemido. Parecía un tanto incómoda con la situación, pero no me importó en lo absoluto.

Sin hacer caso a su pregunta, metí mi mano por debajo de su suéter poco a poco mientras buscaba quitarle su sujetador. Mi otra mano seguía sosteniendo su pierna por debajo de su muslo y seguía obligándola a tenerla alzada junto a mí.

- Sans... Sans, contrólate por favor... - Insistía la castaña con su rostro enrojecido por la pena. Aunque tampoco hacía gran esfuerzo para detenerme.

- No... Puedo... Hacerlo... - Fue todo lo que dije antes de volver a besar su cuello. Mis ojos seguían ardiendo con aquel azul tan brillante y parecían estar perdidos en la piel expuesta de la morena.

Sabía que estaba yendo un poco lejos, que aquel no era el momento ni el lugar adecuado para hacer esa clase de cosas, pero simplemente no podía detenerme. Todo mi cuerpo parecía dejarse llevar por la emoción del momento y no respondía a las órdenes de mi cabeza. ¿En dónde rayos había dejado mi autocontrol?

- ¡Auch! Sans, me estas lastimando... ¡Sans! ¡Detente!

Escuchaba la voz de Frisk gritarme, pero parecía estar lejos. Ya no sabía lo que decía, ya no sabía lo que hacía. Sólo sabía que quería sentir el cuerpo de Frisk por completo y no dejarla ir. Sentir su pelo, sus labios, su cuello, sus pechos, su abdomen, su...

- ¡¡SANS!!

De pronto, un pequeño timbre sonó en el lugar y después de escucharlo, sentí el duro concreto chocando contra mi cabeza y un ligero peso caer encima de mí.

El golpe fue algo duro, pero me despertó de aquel extraño trance en el que estaba metido.

- Auch... Eso dolió... - Dije mientras poco a poco mi vista se aclaraba. Aunque algo tarde, noté que las puertas del ascensor se habían abierto y habían ocasionado que Frisk y yo cayéramos al piso.

- Último piso: Azotea. Perfecta zona para observar las vistas de Hotland, pero muy poco frecuentada. ¡No se les ocurra hacer cosas atrevidas, Darlings! Y disfruten su estadía en el MTT Resort. - Dijo la robótica voz de Mettaton por una de las bocinas del ascensor para que luego éste se cerrase.

- Maldito robot... Si llegas a despertar, te prometo que te convertiré en una chatarra andante. - Decía mientras miraba con furia las puertas del ascensor. ¿Qué clase de grabación era esa?

Al parecer, mis palabras hicieron que Frisk reaccionara y empezara a moverse.

La castaña, quien estaba encima de mí, se incorporó lentamente mientras se tocaba una parte de su cuello. Al centrar si mirada en mí, noté que estaba algo preocupada.

- Esa caída fue algo fuerte... ¿Estás bien, mi dulce flor? - Pregunté mientras levantaba mi mano para tocar su mejilla. Al sentir el contacto, la chica determinada dio un pequeño salto asustada. - Oye... ¿Fui un poco duro contigo ahí atrás? No pareces contenta.

Tras mirarme unos momentos, la castaña se relajó y decidió hablarme.

- Sans... ¿Qué no te acuerdas de lo que hiciste hace poco? - Preguntó ella con un tono algo confundido.

- Eh... ¿Te dejé saborear este Sanstástico cuerpo, no? - Respondí con algo de gracia.

Pero para mi sorpresa, la castaña no se rió. Solo formó una fina línea en sus labios mientras retiraba la mano de uno de los costados de su cuello. Cuando vi lo que estaba ocultando, también dejé de sonreír.

En lado izquierdo de su cuello, Frisk tenía las marcas de una fuerte mordida. Un poco de sangre salía de la herida y caía lentamente por debajo de sus hombros. Con mis cuencas muy abiertas por la sorpresa, pasé mi mano suavemente por la mordida sin creer aún que yo se la había podido haber hecho.

- Auch. - Se quejó de dolor la castaña al tocarla levemente.

- Esto... ¿Te lo hice yo...? - Pregunté confundido.

Ella asintió suavemente con rostro inexpresivo. Luego de unos segundos se puso de pie y me extendió la mano para ayudarme.

- Oye... No sé como es que yo... En verdad no quería... - Una vez estando de pie intentaba disculparme, pero no encontraba las palabras.

- Tranquilo Sans... No estoy molesta contigo. - Dijo la castaña con una leve sonrisa. - Sé que no quisiste hacerlo y que tampoco pudiste controlarte.

- ¿L-Lo dices en serio mi dulce flor?

- Claro, tonto. Pero si hay algo que me preocupa... - Respondió Frisk primero sonriendo y luego mostrando una expresión seria.

- Tuviste la misma sensación que la vez en que casi matas a Flowey, ¿Verdad? Y también cuando empezaste a mover las cosas en tu habitación con tu magia.

Me quedé un tanto pensativo ante su comentario. La verdad era que en ambas ocasiones había actuado fuera de control y estando en la transformación de humano.

Asentí levemente con mi cabeza como respuesta.

- Me lo temía... Al tener una emoción muy fuerte, pierdes control de las acciones de tu cuerpo y tu determinación es la que toma control sobre él. - Explicó la morena mientras se cruzaba de brazos. - Era exactamente lo que solía pasarme con Chara...

- Entonces, ¿La determinación puede controlar a una persona? - Pregunté intrigado. Si lo se decía Frisk resultaba ser cierto, problamente lo que conocíamos de la "Determinación" no era ni la cuarta parte de lo que realmente era o podía hacer.

- No lo sé con claridad, Sans... Nunca tuve un gran conocimiento acerca de mi poder. - Admitió la castaña mirando hacia abajo. Luego de unos segundos, volvió a levantar su mirada. - En fin... Lo que sí queda claro es que no podemos volver a hacer este tipo de cosas hasta que puedas controlarte.

Al escuchar esas palabras, no pude evitar dar un pequeño sobresalto. No quería dejar de tener esos momentos con Frisk, pero... Tampoco quería lastimarla.

O algo peor de lo cual después no habría solución.

- Está bien... No más besos en el ascensor. - Dije sin ganas mientras miraban hacia otro lado.

Al parecer, Frisk notó mi descontento. Sonriendo levemente, se acercó hacia mí y me dio un tierno beso en la mejilla.

- Sabes bien que eso no fue solamente un beso, Sans... - Me susurró ella al oído. - Y no te preocupes, yo más que nadie quiero volver a repetirlo. Pero por ahora, debemos calmar la situación. - Concluyó la morena separándose nuevamente de mí. Con un movimiento rápido, tomó mi mano y me condujo hacia una puerta que daba acceso a la azotea del hotel. - Vamos, solía venir mucho a este lugar cuando quería aclarar mis pensamientos.

Sin decir nada más, dejé que la morena me llevara donde ella quisiera. Me encontraba un tanto disgustado conmigo mismo, ¿Por qué este cuerpo me causa tantos problemas? Lejos de ser un beneficio, parecía ser una maldición.

Sentí el fuerte calor de Hotland cuando Frisk y yo salimos a la azotea del edificio. Debo admitir que de todos los lugares del subsuelo, este nunca lo había visitado. No era muy fanático del hotel de ese egocéntrico robot estrella.

Sin embargo, la vista era preciosa. Un mar de lava se extendía por debajo nuestro, junto con cascadas de roca derretida cayendo por los alrededores. De fondo, podía verse el laboratorio de Alphys y más allá, el gran letrero que decía "Bienvenidos a Hotland" brillando con intensidad.

Quizás la humana no tenía una vista tan ágil, pero con mis dos ojos activados podía ver hasta parte del bosque de Snowdin e incluso, si me esforzaba más, parte de la estructura de las ruinas.

- Wow... Realmente es hermoso este lugar. - Admitía mientras nos acercábamos al borde de la azotea. - ¿Hace cuánto conocías de este lugar, niña?

- Desde el RESET 797. - Respondió algo cortante la castaña. Al fijarme en su rostro, noté que su mirada estaba perdida en el paisaje. Aunque lejos de apreciarlo, parecía mirarlo con preocupación. - ¿Te parece lindo, no?

Nuevamente, asentí mi cabeza como respuesta. Frisk me miró de reojo y sonrió levemente antes de hablar.

- Yo lo odio. - Dijo ella apretando mi mano con fuerza. - La última vez que estuve en un lugar alto y rodeada de lava, acababa de perderlos a todos ustedes.

Asombrado por su declaración, volteé a verla preocupado. No era muy difícil recordar la triste historia que nos había contado el día de ayer.

- Frisk... Si eso es así, ¿Entonces por qué tu...?

- Me da fuerzas. - Respondió la morena antes de que terminara de hacer mi pregunta. - O bueno, eso pensé que hacía... Antes venía aquí buscando una motivación para seguir Reseteando, seguir haciendo distintas rutas rutas y seguir... Haciendo lo "necesario" para salvarlos a todos ustedes.

Mientras hablaba, Frisk miraba hacia el frente con rostro inexpresivo. Quizás nunca se lo había preguntado, pero realmente quería saber como fue capaz de soportar todo ese peso sobre sus hombros por tanto tiempo. Sin embargo, la respuesta llegó rápidamente a mi cabeza.

- Heh... Al parecer aquí encontrabas tu Determinación, ¿No es así? - Dije sonriéndole de medio lado. La humana soltó un gran suspiro antes de sonreír.

- Si... Podría decirse que si.

Me la quedé mirando por unos segundos mientras mantenía mi sonrisa. Al notar esto, la castaña volteó a verme extrañada.

- Gracias... - Le dije apenas me miró.

- ¿Gra... Gracias? ¿Por qué me agradeces, Sans...? - Preguntó ella confundida.

- Por nunca rendirte. - Respondí con sinceridad.

- Pudiste dejarnos en paz, alejarte del subsuelo y nunca más regresar... Pero en vez de eso, te quedaste a encontrar una manera de librarnos de nuestro destino. - Proseguí diciendo mientras le dedicaba una cálida sonrisa a la castaña. - Aunque sabías que sería prácticamente imposible... De todas maneras sacrificaste años de tu vida para salvar las nuestras. Como dijo Papyrus, es algo digno de admirar. ¿No crees, mi dulce flor?

Al terminar de hablar, miré hacia arriba unos instantes. Al estar tan alto, podía visualizarse el techo del subsuelo, lo cual me parecía sumamente curioso. Nunca antes me había fijado de la enorme cantidad de estalactitas en la parte superior de la gran cueva. De haber un fuerte terremoto o una poderosa sacudida, todas ellas podrían caer ocasionando un gran daño a los habitantes del reino de los monstruos.

Mi atención fue desviada de las puntiagudas rocas colgantes por un repentino abrazo. Frisk se había acercado a mi y me había rodeado con sus brazos completamente.

- No hay nada que agradecer, Sans... Yo... Yo sólo quiero que todos tengamos una feliz vida juntos. - Dijo ella con una sonrisa formada en sus labios. Parecía tener unas pequeñas lágrimas decorando su rostro, pero en seguida las limpió con mi chaqueta antes de levantar su vista para mirarme. - Y sobre todo... Quiero tener una larga y feliz vida contigo.

Tras escuchar esas palabras, no pude evitar sonreírle. Si en algo podíamos estar de acuerdo, era en eso.

Pasar junto al otro por el resto de nuestra vida.

- Heh... Lo mismo digo, Frisk. - Le respondí mientras bajaba un poco mi cabeza para besar su frente.

Duré así unos segundos con ella, hasta que noté que se reía suavemente. Separé mi rostro un momento para mirarla confundido.

- ¿Hice algo mal?

- Jajaja no, no... ¿Nunca te he dicho que tus labios de humano son muy suaves? - Dijo la morena separándose del abrazo.

- Ah... No. ¿Eso es bueno? - Pregunté con cierta diversión y curiosidad.

La humana me miró con expresión pícara por unos segundos antes de responderme.

- Claro que sí, huesos flojos... - Decía Frisk mientras daba un paso acercándose a mi. - Son perfectos para esto.

Sin previo aviso, la castaña se acercó hacia mi boca y me robó un beso rápidamente. Luego, se separó de mí con un leve rubor en sus mejillas mientras cubría su sonrisa con una una de sus manos.

- Jajajaja, es muy divertido tomarte por sorpresa...

- Heh... No me desagrada, podría acostumbrarme... - Le respondí también con el rostro ligeramente sonrojado. Luego, la miré directamente a los ojos ojos y alcé mi mano hacia ella. - ¿Todo perdonado?

Frisk sonrió instantáneamente al ver aquel acto que seguramente le recordaba a los viejos tiempos.

- Todo perdonado. - Dijo ella para luego estrechar mi mano con gusto.

De pronto, un estruendoso sonido se hizo presente en todo el lugar. Inmediatamente, la castaña me lanzó una mirada acusadora.

- Oh vamos Sans, ¿De nuevo la broma del cojín de gas? Al menos pudiste tomártelo en serio, jajajaja. - Río la humana mientras retiraba su mano de la mía.

Sin embargo, yo me encontraba extrañamente confundido.

- Eso hubiera estado genial niña, pero en realidad... - Empecé a decir mientras le mostraba mi mano vacía. - No tengo cojines bajo las mangas, no esta vez.

Al ver que no ocultaba uno de mis más graciosos artefactos, la morena también cambió su expresión a una más confundida, tomando mi mano para examinarla rápidamente.

- ¿Qué...? Pero si tu no lo tenías puesto, ¿Entonces que fue...?

De pronto, otro estruendo volvió a resonar a nuestro alrededor. Pero esta vez era mucho más fuerte, y venía acompañado de un pequeño temblor que hizo que Frisk perdiera un poco el equilibrio.

- ¡Sans! - Exclamó la castaña mientras se caía al suelo. Por suerte, pude sostenerla a tiempo e hice que se apoyara en mí.

Una vez hubo cesado el temblor, instintivamente miré hacia arriba. Las estalactitas parecían estar intactas y no presentaba peligro de caerse... Al percatarme de esto, solté un pequeño suspiro de despreocupación.

- Sans... - Escuché a la humana llamarme mientras jalaba levemente mi chaqueta.

- Tranquila niña, te tengo... Fue sólo un temblor, no te preocupes por... - Empecé a decir, pero la morena interrumpió mis palabras antes de terminar.

- Sans, ¿Qué es eso?

Inmediatamente, bajé mi mirada y noté que Frisk apuntaba con su dedo a algún lugar a la distancia. Algo extrañado, busqué rápidamente lo que ella quería señalarme, sin embargo... Tampoco fue algo muy difícil de encontrar.

Un enorme rayo de luz rojo se divisaba en los principios del subsuelo, al fondo de las ruinas. Éste se alzaba hacia el cielo y emitía una luz completamente cegadora para quienes se lo quedaban mirando fijamente. Luego de unos segundos, este se fue desvaneciendo poco a poco, hasta quedar sólo un hilillo de luz y posteriormente, desaparecer por completo. Primero estaba desconcertado, pero luego apreté mis dientes con furia al darme cuenta de la situación.

Aunque aquello podía significar muchas cosas, era obvio cuál de todas era la más acertada.

Habíamos perdido demasiado tiempo.

- Maldición... Ese fue Gaster, no hay duda alguna. - Decía mientras levantaba a Frisk y corría hacia el borde de la azotea. El viento caluroso de Hotland chocaba contra mi rostro y hacía moverse a varios de los mechones blancos de mi pelo. Analizando todas las ideas posibles con rapidez, hice un chasquido con la lengua al ver que no teníamos ni tiempo ni manera de idear un plan. - Tsh... ¡Maldición! ¡Acaban de revivirla! Frisk, debemos ir rápido con los demás o si no... ¿Frisk?

Lentamente, me volteé al ver que la humana no emitía ni una sola palabra. En vez de eso, parecía tener su mirada perdida en un extraño cuadro negro que se había generado justo en frente de ella.

- Frisk... Frisk, ¿Qué es esto? - Pregunté acercándome curioso, pero no recibí respuesta alguna.

Al estar lo suficientemente cerca de ella, pude notar que temblaba, y que tenía miedo en su mirada.

- ¿Frisk...? ¿Estás...?

- No puedo. - Dijo de repente la castaña con voz cortada.

Me quedé mirándola un tanto extrañado, no parecía ella misma.

- ¿No puedes qué, Frisk? - Le dije mientras ponía mi mano sobre su hombro para calmarla, cosa que pareció no funcionar.

- No puedo... Ver el botón de RESET. - Dijo ella mientras se llevaba la mano a su boca.

- Tenías razón Sans... Han revivido a Chara... Y su determinación está luchando con la mía por el control de la línea temporal.

Mis ojos se abrieron mucho al escuchar aquello, no esperaba que la resurrección de la primera humana caída tuviera un efecto tan directo en el control de la línea temporal. No sólo evitaba que Frisk pudiera hacer su RESET, si no que también la impedía utilizar sus puntos de guardado. Por lo cual si Frisk llegaba a morir a partir de este momento... No habría manera de salvarla, no tendría una segunda oportunidad.

Además... Si todo lo que Chara había dicho la noche anterior era cierto, entonces su siguiente objetivo era...

Frisk levantó su mirada hacia mí y puede ver demostraba completo horror en su rostro.

- Las almas... - Dijo ella con voz temblorosa. Luego calló por unos segundos mientras poco a poco volvía a bajar su mano.

- El rey...

Yo sólo asentí con la cabeza lentamente para indicarle que entendía lo que decía.

- Mi... Mi padre... Oh por dios, ¡Asgore está en peligro, Sans! - Exclamó ella mirándome desesperada.

Con prisa, tomé su mano e hice que mis dos ojos azules brillaran con intensidad.

- Debemos irnos... ¡DEBEMOS IRNOS YA!

* * *

La tranquila luz de la barrera relajaba a aquel pobre monstruo jefe que había vivido tantos años de sufrimiento.

Pero ni todos los años de sufrimiento que había pasado se comparaban con el inmenso dolor que sentía en ese instante.

Se había ido a la gran barrera para poder ordenar sus pensamientos, puesto que una serie de recuerdos que ni el mismo sabía que tenía, habían aparecido repentinamente en su cabeza y no hallaba de qué manera interpretarlos.

Se había visto a él mismo en ese lugar, luchando contra una niña humana, múltiples veces. En algunas ocasiones ella lo mataba, en otras, lo perdonaba pero algo más le daba el ultimo golpe de gracia, y en algunas muy frecuentes... Era detenido antes de su pelea contra la humana por su antigua esposa y varios conocidos a quienes no frecuentaba ver muy seguido.

"Debo estar loco, para seguir imaginándome a Toriel en donde sea". Pensó el gran monstruo cabra con una pesada sonrisa en su rostro.

Sin embargo... Aquellas imágenes no eran alucinaciones. Eran demasiado reales como para serlo. Parecían recuerdos más bien... Recuerdos que había olvidado con el tiempo.

Además, eso no era lo único que recordaba. También se había visualizado a él mismo teniendo una plácida vida en la superficie junto con su hija adoptiva y sus amigos más cercanos. Haber pasado navidades con ellos, celebrar su cumpleaños, resolver los problemas diplomáticos entre las especies, darles regalos a cada uno de sus compañeros... Incluso, recordaba haber casado a su científica real y a su líder de la guardia real en una elegante boda.

Por otro lado, muchos monstruos habían llegado al castillo con un problema similar al de él. Algunos decían recordar a un humano asesinándoles y pedían su cabeza por ello. Otros decían que ese humano era el salvador y debían buscarlo para que pudiera liberarlos a todos del subsuelo. Viendo esto, el rey decidió ordenarles calma a todos los monstruos y esperar a que dicho humano se hiciera presente en el castillo para capturarlo e interrogarlo. Después de todo, sabía perfectamente que el humano vendría hacia él, pues era su último obstáculo para salir de aquel enorme agujero.

El rey dejó escapar un suspiro ante tales ideas. Por mucho que se esforzara en encontrar una solución ante aquel problema, solo venían más y más dudas sobre el tipo de persona que era el humano, y que poder tenía para hacerlo ver su vida repetirse una y otra vez.

Ya no sabía que era real y que no, pareciera que incluso aquella confusión interna lo había debilitado considerablemente. En estos últimos días se había sentido más cansado, como si alguien le estuviera drenando su poder mágico poco a poco... Tanto, que hasta su aspecto parecía haber envejecido.

Una extraña y loca idea se le había cruzado por la mente al rey en aquella situación, pero la descartó en el acto por ser algo simplemente imposible. Con otro suspiro más, Asgore alzó la mirada hacia la barrera, la cuál también recordaba haberse destruido muchas veces tiempo atrás.

De pronto, unos pasos hicieron eco en aquella habitación. El gran monstruo no se dio la vuelta debido a lo muy familiar que se le hacía aquel ruido. Ya sabía perfectamente quien había venido a desafiarlo nuevamente, y esta vez, tendría respuestas.

Sin tazas de té, sin charlas, sin rodeos. Aclararía la situación de una vez por todas.

Tomando aire para hablar con voz imponente, el rey Asgore empezó con su típico discurso.

- Esta es la barrera. - Dijo él sin voltearse. - Esto es lo que nos mantiene atrapados aquí abajo.

- Si... Si tienes que hacer algo más aquí, te sugiero que lo hagas.

Aún sabiendo que no escucharía el ruido de los pasos alejándose, le dio gusto saber que la humana estaba lista para enfrentar su destino.

- Muy bien... Así es como será, entonces.

Con decisión, Asgore apretó fuertemente su tridente, aún escondido debajo de su gran capa.

- Esta vez no preguntaré si estás lista, porque sé que lo estás. - Dijo el rey de los monstruos mientras comenzaba a voltearse.

- Así que dime... ¿Quién eres tú y que...?

El gran monstruo quedó completamente estático y en silencio mientras observaba la figura humana frente a él. Lo que sus ojos observaban ahora efectivamente era una chica humana, pero...

Pero...

- Jajajaja... Hola, papá. - Saludó la chica de ojos rojizos y suéter verde con rayas amarillas.

Asgore dejó caer su tridente contra el suelo, el cual hizo una fuerte ruido metálico. Sin embargo, no le prestó atención y fue a abrazar a su pequeña, quien estaba justo frente a él con una enorme sonrisa en su rostro.

- No puede ser... Por ángel... Estás aquí, estás aquí... - Decía el gran monstruo cabra mientras las lágrimas invadían sus ojos. Rodeaba con sus brazos a aquella hija que pensó que jamás vería nuevamente.

Pero aún así, ahí estaba. Su hija adoptiva y primera humana en caer al subsuelo estaba ahí, junto a él. Luego de haber muerto hace más de 10 años.

- Oye, oye, tranquilo... Tus pelos me hacen cosquillas, jajaja. - Se reía la castaña de cabello corto mientras intentaba hacer espacio entre su padre y ella.

- Chara... - Alcanzó a decir Asgore con la voz rota por el llanto contenido. - Chara... Estás viva... Mi niña... Te he extrañado tanto...

La mencionada sólo sonrió como respuesta para luego separarse de los brazos de su padre. Después, miró muy curiosa sus cuernos y los tocó impresionada.

- Oye papá, ¿Eran así de grandes cuando me subía encima de tus hombros? - Pregunto Chara con tranquilidad.

El rey dejó escapar una pequeña risa de entre tanto llanto antes de responderle.

- Jajaja... Si mi niña, así eran... - Le respondió dulcemente. - Pero hija... ¿Cómo es esto posible? Tú estabas...

- Eso es un secreto. - Lo interrumpió la chica de ojos color rubí colocando un dedo sobre la boca del rey. - Pero hay algo de suma importancia que necesito ahora mismo, papá...

- Lo... Lo que quieras, mi princesa. - Respondió Asgore sonriente.

Una maliciosa sonrisa se formó inmediatamente en los labios de Chara.

- ¿Puedes darme las seis almas humanas?

- ¿Las... Las seis almas humanas...? - Preguntó el monstruo jefe desconcertado mientras observaba con asombro a su hija. - ¿Por qué tú...?

Antes de que pudiera terminar su pregunta, una pequeña voz se hizo presente en la cabeza de Asgore.

"No confíes... En ella... Ya no es la misma niña que conociste, Asgore"

Al mismo tiempo que aquellas palabras resonaban en su mente, la imagen de una humana con rostro sonriente que lo observaba desde la entrada de la sala del trono se formó en su memoria. Esta sostenía un cuchillo, se encontraba llena de polvo y sonreía de una manera muy particular...

Sonreía de la misma manera en que su hija le sonreía ahora.

Agobiado por aquél duro golpe de información, el rey retrocedió un paso para alejarse de Chara.

- No puedo... No puedo darte las almas, mi niña... - Respondió finalmente el monstruo jefe. - Necesito que tu y yo hablemos de muchas cosas, aquí y ahora.

Los latidos del corazón de Asgore aumentaron al ver como la sonrisa de su hija se desvanecía por completo para dar paso a una expresión más seria. Ya no parecía ser la feliz niña con la que había compartido años de su hermosa vida.

- Oh... Ya veo papá. Si ese es el caso... - Decía Chara mientras se acercaba a su padre con mirada amenazante.

Las gotas de sudor no paraban de formarse en el rostro del gran monstruo cabra en lo que empezaba a considerar si sería buena idea buscar su tridente o no.

- No me dejas alternativa... - Prosiguió la chica mientras metía las manos en sus bolsillos buscando algo.

- Chara... Hija mía, ¿No será mejor que...? - Empezó a decir el rey, pero ya era muy tarde. Chara había sacado lo que tenía en su bolsillo y se había colocado justo en frente de el.

Pero para su sorpresa...

- Tendré que pedirle a mamá que me de permiso para usar las almas. - Dijo la castaña observando la foto que tenía entre sus manos. Luego, se la tendió a su padre. - ¿Recuerdas? Todos salimos muy felices en esta foto, fue el día de mi cumpleaños.

Al mirarla sorprendido, Asgore soltó un profundo suspiro y se relajó un poco ante la situación. Quizás todo ese estrés acumulado lo había hecho imaginarse cosas raras de su hija, no tenía por qué desconfiar de ella, después de todo. Tomando la foto con calma, el antiguo padre de aquella feliz familia la observó con detenimiento.

- Oh si... Recuerdo este día. - Dijo el rey alegremente. Aquella foto la había dejado en la vacía habitación de sus hijos, en aquel entonces le había parecido necesario dejarla ahí para mantener una parte de ellos en su cuarto y en la casa. - Incluso tú estabas emocionada, jajaja.

- Si... Deberíamos rehacer la foto familiar, ¿No crees papá?

- Hija... - Asgore bajó la foto para mirar a su hija con rostro triste. - Puede que tu estés aquí, pero tu madre y tu hermano...

- ¿Pero que dices, padre? - Lo interrumpió Chara con un tono macabro en su voz

De pronto, una mirada que Asgore nunca había visto en su hija se hizo presente. Tenía una sonrisa psicópata, no... Una sonrisa maniática en su rostro.

- Mamá y Asriel están aquí mismo, ¡JAJAJAJAJA!

Repentinamente, un sinfín de ramas envolvieron el lugar. Cada una de ellas se enrollaba en las paredes de la habitación y espinas puntiagudas salían de éstas, mientras que otras comenzaban a cubrir todo el piso sobre el que estaban, dejando solamente libre el espacio en donde se encontraba la barrera.

- ¿Pero qué...? - Comenzó a decir Asgore, pero un bulto envuelto en ramas verdes descendiendo del techo lo hizo callarse.

Con lentitud, las ramas se abrieron y una figura completamente ensangrentada y herida calló a los pies del rey. Éste, con tremendo horror, presenció como aquella monstruo blanca permanecía inconsciente en el suelo, sin mostrar señales de movimiento.

- To... Toriel... - Pronunció Asgore mientras que con manos temblorosas tocaba a la mujer que alguna vez había sido su esposa y más grande amor.

Los pasos de Chara se hicieron presentes, pero Asgore no le prestó atención cuando ésta se posicionó frente a ellos con una flor dorada enredada en su hombro.

- Oye mamá... ¿¡Puedo usar las seis almas para destruir a la humanidad!? JAJAJA... ¡¡JAJAJAJAJA!!

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¡Y hasta aquí el capitulo de hoy! 😊

¡¡HEYA!! ¡AÑOS SIN VERLOS!

Uf, de verdad que ha pasado tiempo, no esperaba tardarme tanto en actualizar, pero es que... Dios, se me han cruzado mil cosas y de verdad se me ha hecho imposible subir nuevos caps.

¿Saben desde cuando estoy escribiendo este? ¡DESDE EL 8 DE FEBRERO! Literal, un mes para actualizarlo e.e

Pero bueno, me alegra poder subirlo finalmente. Además, este capítulo fue dedicado exclusivamente al Frans, para aquellos que querían ver más zukulencia entre ambos personajes 7u7

¡En fin! Ya pronto se acerca el final de esta historia, así que prepáranse para estos últimos capítulos llenos de acción y de sorpresas. Dudo mucho que me centre en más momentos de romance, así que tendrán que conformarse con esto.

Ah y por cierto... Cierta personita me nominó a realizar una serie de preguntas, y creo que las responderé en el próximo capítulo. No sé, me parece divertido. Pero bueh, ya nos veremos ahí.

¡Espero que les haya gustado el cap! Espero sus comentarios sobre que les parece la historia hasta ahora 😁

Chau Chau! 😊

Continue Reading

You'll Also Like

272K 8.9K 101
1-Serguirme 2-Comentar ideas 3-Vota por cualquier cap caps donde hay,Chisme,Peleas,Amor, más☝🏻🤓😉
189K 6.6K 31
︵‿︵‿୨ • 🌔 •୧‿︵‿︵ • 𝘁𝗿𝗮𝗱𝘂𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻𝗲𝘀 𝘆 𝗵𝗲𝗮𝗱𝗰𝗮𝗻𝗼𝗻𝘀 𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗶𝗸𝘆𝘂𝘂. • 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀...
61.8K 320 16
*Relatos lesbico,heteros(solo incesto[excepto entre hermanos] o con mayores....) y zooo *Contenido fuerte pero con una narración tranquila y simple q...
34.6K 2.6K 24
TU SOLO MUEVETE QUE NADIE SE VA A DAR CUENTA DE QUE LA TIENES ADENTRO,SOLO ACTUA NORMAL,QUIERO QUE NOMAS ME MIRES A MI