El diario de una Nerd

By atentamentemajo

527K 26.8K 5.4K

(HISTORIA COMPLETA) Samantha Williams no es nada más y nada menos que otra chica que recorre fantasmalmente l... More

Prólogo.
Capítulo 1: Último día de vacaciones.
Capítulo 2: Buscando a Patch.
Capítulo 3: Tú podrías ser (mi) Julieta.
Capítulo 4: 911, tenemos un caso de perversión mental.
Capítulo 5: Un Ken con buen trasero es mejor.
Capítulo 6: Tutorial para arruinarlo todo ft. Bryan.
Capítulo 7: Psquiatría con Mamá Lana.
Capítulo 8: La remodelación.
Capítulo 9: La mansión de Grace.
Capítulo 10: Una traición trae viejos recuerdos.
Capítulo 11: Pelea de almohadas.
Capítulo 12: Nueva pareja de tortolitos.
Capítulo 13: Jugando sucio.
Capítulo 14: "Me gustas".
Capítulo 15: ¡Hora de emborracharnos!
Capítulo 16: ¿Qué pasó anoche?
Capítulo 17: Soy gay.
Capítulo 18: ¡Guerra de comida!
Capítulo 19: Cambiar por una noche.
Capítulo 20: Algún día me sentiré mal por esto.
Capítulo 21: ¿Qué pasará con nosotros?
Capítulo 22: Bienvenida a Fresalandia.
Capítulo 23: En problemas.
Capítulo 24: El momento de la verdad.
Capítulo 25: Bon voyage.
Capítulo 26: ¡Estamos de regreso, perras!
Capítulo 27: ¿Usted está coqueteando conmigo, Holmes?
Capítulo 28: Hermanos pervertidos.
Capítulo 29: ¿Te acostaste con él?
Capítulo 30: Boda inesperada.
Capítulo 31: Viajar a Washington.
Capítulo 32: Washington D.C. y el concurso de Mateatletas.
Capítulo 33: Me siento como en México.
Capítulo 34: Un pequeño favor (+18).
Capítulo 35: Lo que faltaba.
Especial Bryan + Sorpresa Importante.
Capítulo 36: Cómo conspirar contra el destino.
Capítulo 37: Súbita desaparición de un efebo.
Capítulo 38: Crisis adolescente tipo Z.
Capítulo 39: Decisiones no pronosticadas.
Capítulo 40: Conociendo a "Mrs. Suegra" sin morir en el intento. Parte 1.
Capítulo 41: Conociendo a "Mrs. Suegra" sin morir en el intento. Parte 2.
Capítulo 42: Las verdades siempre salen a la luz.
Capítulo 43: Situaciones imprevistas ft. Drama.
Capítulo 44: Una Navidad perfectamente imperfecta.
Capítulo 45: Confesión de un inglés.
Capítulo 46: Sin límites ni barreras.
Capítulo 47: Un ser impredecible.
Especial Bradley.
Capítulo 48: Año Nuevo.
Capítulo 49: La revelación.
Capítulo 50: Cambio de planes.
Capítulo 52: No más escapes.
Capítulo 53: Madurar.
Capítulo 54: Blanco, flores y una noche agridulce
Especial Mackenzie.
Capítulo 55: Siendo padres.
Capítulo 56: Un ciclo termina y uno nuevo comienza.
Epílogo.
Curiosidades sobre #EDDUN
¡NUEVO LIBRO!

Capítulo 51: Rocas en el camino.

3.6K 209 76
By atentamentemajo

—¿Qué demonios ocurrió entre ustedes? —interrogó Lana mientras me señalaba con su dedo acusador.

Algunas personas amantes del chisme que estaban parloteando en el pasillo se voltearon ligeramente a vernos.

—Rompimos —contesté rápidamente en tono monótono.

—¿De verdad? —replicó con incredulidad.

—Así es —afirmé, logrando que las personas dejaran de mirarnos, pero ella no pareció asimilarlo al instante, así que con los labios gesticulé lentamente un «te lo contaré luego».

Esa pequeña charla debió haber contribuido a la perfección con el plan. Sin embargo, no ayudó mucho a mi comodidad respecto a las ocasiones en las que pasaba el rato junto a Lana, quien durante el día me lanzaba miradas asesinas cada vez que recordaba que no le había contado nada acerca de lo que había sucedido últimamente entre Bradley y yo, por lo que, por mi propio bien, tuve que buscar un lugar lo suficientemente solitario y adecuado para contarle sobre el plan, el cual ha estado resultando bien todos estos días, sin embargo, demasiado bien para mi gusto. Es decir, si no estoy con Bradley, ¿entonces quién está con él? ¿Estará sufriendo tanto como yo al estar separados? ¿Se sentirá bien pasando el rato con otros chicos... o chicas?

No, Sam, no puedes empezar a sentir inseguridad después de todo.

No obstante, sin importar las veces que me lo repita, la inseguridad continúa latente en algún lugar, pero no es Bradley quien me hace sentir desconfianza, sino las personas de su entorno y lo que puedan hacer con él.

Sacudí mi cabeza como si de esa forma alejara todas esas ideas ridículas de mi mente y seguí con mi camino hacia mi clase de Matemáticas, pero un brazo me arrastró con fuerza a un cuarto, el cual luego de cerrar la puerta, quedó completamente a oscuras.

—¿Qué diablos...? —gruñí.

—Relájate, soy yo —dijo Bradley luego de encender la luz de lo que parecía el clóset del conserje—. Estos días han sido muy duros para mí, ¿sabes? No podía soportar un minuto más sin mirarte ni tocarte.

Sonreí inmediatamente de solo saber que a él le ha estado ocurriendo lo mismo que a mí. Él me devolvió la sonrisa y rodeó mi cintura con sus brazos, ciñendo mi cuerpo al suyo. Permanecimos así durante unos segundos, y cuando el calor empezó a apoderarse de mí, me separé lentamente de él.

—¿Cuánto tiempo durará todo este teatro? —le pregunté.

Bradley me dio una mirada afligida y en silencio, acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Sé que temes, Sam. Yo estoy en las mismas —susurró—. Sólo necesito que confíes en mí y en la idea de que todo resultará perfecto.

Confiar... En ocasiones, esa acción puede parecer imposible de realizar cuando te das cuenta de que los caminos hacia la salida se cierran aún más con cada segundo que pasa. Sin embargo, conservo la teoría de que ciertas circunstancias de la vida me han enseñado que confiar es el último camino, y que seguirlo nos llevará hacia nuestras expectativas.

—Confiaré —dije, ya que creo que es mi último camino y opción, y seguirlo sin duda certificará la teoría.

Él me lanzó otra de sus sonrisas enloquece hormonas, y antes de salir del cuarto, plantó un beso húmedo sobre mis labios. No había rastro de estudiantes por los pasillos, así que supuse que entraría tarde a la clase.

—Señorita Williams —pronunció el maestro Colton al verme entrar al salón—. Quince minutos de retraso en su segunda clase de Matemáticas este año —informó—. Qué manera de empezar, ¿no?

Ignoré lo que dijo y seguí caminando hacia un lugar desocupado. No iba a lidiar con ese imbécil, y mucho menos si no tenía a alguien que me ayudase a mantener la compostura, pues Bradley decidió saltarse la clase para evitar líos, tanto con Colton como con los demás estudiantes que podían vernos entrar juntos a la clase —luego de haber tenido un retraso— y sospechar.

Pasaron los minutos que pronto se hicieron horas, y mi día en la escuela finalizó.

Tan pronto como bajé del autobús que tomé para ir a casa, apresuré el paso para llegar a la puerta, pero mis ojos se abrieron en sorpresa al encontrar a un Bradley sentado en las escalerillas del pórtico.

—Hola —saludó con una sonrisa y se acercó a mí para depositar un beso sobre mis labios rápidamente—. ¿Te gustaría salir a algún lado? —me preguntó antes de que yo pudiese decir algo más, al tiempo que agitaba las llaves de su auto.

—Oh, yo... —murmuré sin saber qué responder, ya que definitivamente mi vestimenta era un desastre y no tenía idea de a dónde iríamos—. Dame cinco minutos —le pedí y continué caminando para girar la perilla de la puerta, pero el sonido de una maldición proveniente de adentro de la casa me hizo fruncir el ceño justo antes de que invitara a Bradley a entrar.

La puerta de la casa fue abierta, revelando a Mackenzie junto a un Bryan aparentemente molesto que no se percató de nuestra presencia sino hasta que se dio cuenta de que estorbábamos en su camino hacia la salida de la casa.

—Sam —me llamó Bryan en un tono serio para nada característico de él—, necesito que vengas conmigo ahora mismo —dijo mientras guardaba su celular en el bolsillo de sus jeans.

Le di una confusa mirada de reojo a Bradley antes de responderle:

—¿Ocurrió algo? —Tuve que preguntar; no era común ver un semblante tan serio y reservado en mi hermano.
Bryan se giró a verme como si hubiese perdido toda su paciencia con mi simple pregunta, y me tomó delicadamente de los hombros antes de hablar.

—Escucha con atención —pidió con cautela—. Mamá está siendo internada en una de las salas de emergencias del hospital de la ciudad y tenemos que ir cuanto antes.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza contra mi pecho en ese instante en que mi cabeza se llenó de interrogativas sin sentido acerca de lo que dijo.

—¡Espera! —grité cuando Bryan trató de llevarme con él—. ¿Qué demonios fue lo que le sucedió? ¿Estará bien? ¿Con quién está mamá? Ella...

—Sam, comprende que no hay tiempo para parloteos y que debemos ir al hospital ahora —ordenó con una expresión de estar al borde del colapso por estrés—. Solo tenemos que buscar un taxi para...

—Yo puedo llevarlos en mi auto —dijo Bradley.

Mi hermano simplemente le dio una mirada que luchaba por no mirarlo con su típico odio, y asintió en su dirección.

Cuando subimos al automóvil de Bradley, la tensión del ambiente aumentaba cada vez más y yo sólo me limitaba a contemplar cómo mis manos sudorosas temblaban sobre mi regazo.

—Mantén la calma, Sam —susurró Bradley con una media sonrisa al tiempo que posó una mano sobre las mías, regresándome un poco el calor—. Todo estará bien, y recuerda: confía.

—Lo hago —musité más para mis adentros.

Al llegar al estacionamiento, todos corrimos hacia el interior del hospital, y como supuse desde que íbamos en camino, nos enviaron a la sala de espera, donde encontramos al señor Jefferson haciendo una llamada con su teléfono, pero al vernos, guardó el aparato dentro de su saco y se apresuró en acercarse a nosotros.

—Chicos, están aquí al fin —exclamó en alivio—. Estaba junto a Helen haciendo un par de compras en el supermercado, pero mientras hacíamos la fila para pagar, ella simplemente desvaneció y no alcancé a tomarla, así que supuse que cuando cayó al piso quedó inconsciente por completo. Entonces llamé a una ambulancia antes de entrar en pánico —explicó antes de que lo bombardeáramos con preguntas.

Respiré profundo y me desplomé sobre uno de los sofás que estaban en la sala. Al menos no fue algo tan grave como lo que sucedía en las películas que se crearon en mi imaginación cuando recién me informé de la noticia, y eso me tranquilizó en cierta medida.

—Te traje esto —susurró Bradley en mi oído cuando mis párpados comenzaban a pesarme del agotamiento.
Bradley me tendió una botella de agua junto con una rebanada de pizza y un par de golosinas, las cuales acepté con una sonrisa risueña. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que llegamos, pero seguramente era cerca de las siete de la noche y tanto yo como las demás personas a mi alrededor esperábamos que algún doctor nos llamase para estar al tanto de lo que le ocurre a nuestros familiares.

—¿Familiares de Helen Williams? —escuché decir a alguien finalmente, haciendo que Bryan, el señor Jefferson y yo nos levantásemos.

—¿Cómo está ella, doctor? —se anticipó a preguntar el señor Jefferson, quien realmente se veía angustiado.

—Muy bien, en realidad, sólo sufrió un leve golpe en la parte posterior de su cabeza debido a la caída luego del desmayo, el cual, suponemos hasta ahora que fue provocado por sofocación ante tantas personas dentro de un lugar cerrado —explicó rápidamente—. La someteremos a un par de pruebas más para descartar cualquier otro problema y muy pronto podrán llevársela a casa. Nos vemos —agregó antes de retirarse de la sala.

¿Más pruebas? ¿Por qué? Dijo que mamá estaba bien y que no le había sucedido algo grave. Fruncí el ceño ante tal rareza, pero al cabo de media hora, cuando estuve a punto de restarle importancia, un doctor llamó únicamente al señor Jefferson, diciendo que su presencia era necesaria. ¿Qué diablos...?

—Samantha —pronunció Bradley suavemente luego de notar mi cuerpo tenso a su lado—. Ya oíste al doctor, no hay nada de qué preocuparse... sobre todo si la persona que te ama con locura está contigo apoyándote —añadió y se apresuró en plasmar un apasionado beso sobre mis labios.

Al separarme de él, no pude evitar sonreír ante tanta ternura. Sin embargo, de inmediato mi expresión alegre fue transformada por una de pánico al divisar a alguien caminando por los pasillos que guiaban a la sala donde nos encontrábamos. Bradley se percató de mi súbito cambio de expresión y siguió mi mirada. Entonces lo supo.

No...

Ella no puede estar aquí, no ahora, no cuando todo estaba saliendo a la perfección.

Palidecí aún más cuando su mirada azul nos enfocó a ambos, pero en donde sus ojos más centraron fue en nuestras manos entrelazadas.

Así que de esta manera es cómo nuestro plan se destroza y nuestro corazón se desquebraja con una simple mirada decepcionada.

N/A: Deberían odiarme por lo que está sucediendo en la historia o amarme por no haber tardado siglos en actualizar? JAJAJAJAJJAJA

Por mi love eterno hacia ustedes, vengo a proponerles dos cosas:

Primero, saben que las amo así que HARÉ UN ESPECIAL COMO REGALO DE AÑO NUEVOOOO

Solo tienen que elegir el personaje que quieran que narre y la situación que ustedes deseen leer (ya sea del pasado o del presente de la historia)

Comenten lo que piensan de eso :3

#TodasQueremosUnEspecial?

#YaSeVieneEl2018YAúnNoHeCumplidoMisMetasDel2010

Bueno, suficiente de jashtajs...

La segunda cosa: la primera persona que conteste correctamente las siguientes preguntas tendrá una dedicación en el próximo capítulo oie zy:

1. ¿En dónde se conocieron Bradley y Samantha originalmente?

2. ¿Cómo se llama el gato gordo de Lana?

3. ¿Cuál es el nombre completo de Bryan?

Ahí está, mis amores :3

Espero que hayan amado el capítulo ya que disfruté mucho escribiéndolo, y bai <3 *estoy un poco apurada xD*

Mi Instagram zenzualote: @atentamentemajo

Continue Reading

You'll Also Like

211K 18.2K 46
Con un último aliento de dolor la Oráculo en su lecho de muerte recitaba una definitiva visión, y los Guardianes de la Legión escuchaban con lágrimas...
Axel By Caro

Teen Fiction

1.3K 54 6
En este juego macabro ¿Eres cazador o eres una presa? Todo es lo que parece ser, nada es lo que no parece. Y al mismo tiempo todo es al revés. Una mi...
286K 15.5K 40
Ayla Walker pasó de ser una simple fan de la formula 1, que sólo fue a una carrera gracias a un concurso, a ser la nueva novia de Charles Leclerc, pi...
244K 11.8K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...