Entramos a la TARDIS, la doctora Nasreen se queda impresionada. Empieza a decir las mismas palabras que la mayoría ha dicho. Entre el Doctor, Richard y yo empezamos a manejar la TARDIS sin ningún problema. Aterrizamos y el primero en salir es Richard.
- ¡Esto es realmente impresionante!- grita Richard.
- ¿De qué habla tu hermano?- me pregunta el Doctor.
- No tengo idea, porque aún no he salido de aquí, genio.
Empiezo a caminar, veo que la doctora Nasreen me sigue.
Me pongo al lado de Richard, lo que veo es impresionante, es algo sacado de un dibujo de cuento de hadas, o de una serie de ciencia ficción. Es realmente increíble sobre cómo los silurians ha podido hacer una ciudad bajo tierra.
- Hora de buscar a Amy, Elliot y al papá de Elliot- digo poco convencida, me estoy arrepintiéndome venir, no creo que haya sido una buena idea después de todo.
Bajamos por unas escaleras, todo hecho de piedra lisa, me pregunto cuánto tiempo se habrán tardado los silurians en crear toda esta ciudad, y desde cuando se encuentran habitando aquí, se supone que hacía mucho que no había, pero a veces la vida, da giros inesperados.
Pasamos por lo que son cápsulas, están lejos de nuestro alcance. Todo es tan silencioso y tranquilo para una ciudad inmensa. Escucho ruidos a lo lejos, pero decido ignorarlos. Caminamos un largo rato hasta que el Doctor se detiene porque ve unas ventanas que están escarchadas, el Doctor pasa su manga para ver qué se encontraba del otro lado, se hace hacia atrás, asustado.
- ¿Qué pasó Doctor?- le preguntó sorprendida por su reacción.
- Miren.
Los tres nos acercamos para ver cápsulas con Silurians dormidos. Me siento sorprendida por la cantidad que hay, hay un ejército infinito, supongo que es la misma cantidad de habitantes.
- Debieron de pasarla muy mal con lo del meteorito- comentó triste.
Seguimos caminando por un largo rato hasta entrar a un laboratorio extraño. Vemos que Amy y un hombre se encontraban en unas camillas. Espero que los silurians no le hubieran hecho algo.
- ¡Mo!- gritó la doctora Nasreen emocionada.
- ¡Amy!- gritamos los dos al mismo tiempo.
Saco mi destornillador sónico, empiezo a ver qué este bien. Los dos lo están, voy a darles la noticia, pero un humo verde sale del techo. Me empiezo a sentir mareada, trato de agarrarme de la pared, no calculó bien y caigo en el piso.
Mamá y yo nos encontramos caminando tranquilamente por los jardines de algún parque, todos la saludan con gran amabilidad. Me acerco a una flor para arrancarla y dársela a la mamá.
- No la arranques, cariño- escucho la voz de mamá.
- ¿Por qué no?
- Porque ella tiene una vida como tú, lo mejor es dejarla tranquila.
- ¿Mamá?- preguntó preocupada-. ¿Por que últimamente has llorado mucho?
- Por nada Abi- comentó con una sonrisa triste-. Solo he tenido algunas diferencias con tu padre. No es nada.
Le agarro la mano para seguir caminando. Hubo un momento que mamá me carga, yo solo la abrazo fuertemente. No sé qué haría sin mamá, se sienta en una banca, mientras ve hacia algún lado.
- Abigail, tengo algo importante que decirte.
- ¿Qué es lo que pasa?
- Hija, tendrás un hermanito- me le quedo viendo a mamá, al fin se había cumplido mi sueño-. Necesito que lo cuides y lo quieras mucho. No quiero que estés celosa de él, ¿entendido?- yo asiento con la cabeza-. Qué bueno que entiendas, mi pequeña Abigail.
Despierto en la confusión, me doy cuenta que aún sigo en el mismo lugar. Veo a un silurian con bata, lo cual, no se me hace raro, ya que les gusta experimentar y esas cosas.
- ¡No!- grita el Doctor que está a mi lado-. ¡Créeme que nosotros tres nos somos humanos! ¡Tenemos dos corazones!
- Tranquilos, solo es un sedante.
Me le quedo viendo sorprendida, tiene una jeringa en su mano, parece que se acercara al Doctor. Le inyecta el sedante, pero no deja de gritar que Richard, él y yo no somos humanos. No sé qué pasa, tampoco sé que lo es que detiene, pero el silurian con bata nos ve extrañados.
- Puede comprobar que no somos humanos- dice Richard seguro-. Compruébelo con un escaneó.
- ¿Cómo sé que no me están mintiendo?- pregunta el silurian.
- Si le estuviéramos mintiendo, no le trataríamos de dar pruebas- las palabras se me entorpecen, cuando trato de decirlas.
El silurian se nos queda viendo incredulos, agarro uno de los aparatos y ve primero al Doctor, después a mí y por último, a Richard. Por su cara, no puede creer lo que está viendo. Yo solo hago una mueca de inconformidad, no me gusten que me es caneen mientras estoy atada a una mesa de disección.
- ¿Qué son ustedes?- preguntó después de largo minutos en silencio.
- Mi esposo, mi hermano y yo veníamos a investigar un par de desapariciones que hubo en la Tierra, así que nos llamó la atención y venimos aquí, sin contar que...
- Una amiga la trajeron aquí, queremos hablar con su líder, si es que no hay ningún problema- comenta el Doctor.
- Ustedes no han respondido mi pregunta- dice el silurian-. ¿Qué son ustedes?
- Somos señores del tiempo- termina de explicar Richard-, físicamente somos parecidos a los humanos, pero si nos empiezas a disecar o algo parecido, te darás cuenta que no somos humanos.
El silurian nos deja libre a los tres, me acerco a la doctora Nasreen, que aún sigue inconsciente. Le doy unas ligeras palmaditas en sus mejillas para que despierte, solo recibo unos ruidos de su boca.
- Libérala a ella- le digo al silurian-. Nosotros nos encargaremos de que nada malo le pase.
El silurian nos ve algo sorprendidos, después la libera. Entre Richard y yo la agarramos para que no cayera directo al suelo.
- Doctora Nasreen- la llamo, vuelve hacer un ruido-. Doctora Nasreen, despierta, recuerda que venimos a recatar Mo y Elliot.
- Si- comenta, ya está reaccionando, lo cual es bueno.
Poco a poco empieza a cobrar el conocimiento, nos ve completamente confundida. Se levanta, veo como el Doctor se dirige a otras mesas. Veo que son Amy y, el que quiero suponer, es Mo. Los dos despiertan, igual que la doctora Nasreen.
- Es urgente que veamos a tu líder- dice el Doctor.
El silurian se acerca a una consola, parece hablar con alguien. Solo mueve la cabeza con afirmación o negación. Me acerco pero escucho que Amy me habla, me detengo para verla, está feliz de que hayamos venido por ella.
- Que bien que hayan venido por mi- nos dice con su acento escocés, luego ve a Richard-. ¿Quién es él?
- Él es mi hermano, se llama Richard. Si te preguntas, es el mismo del que James hablaba- digo con una sonrisa-. Me parece que es su tío, no me preguntes si se ha casado o no.
- Un gusto conocerlo- dice Amy emocionado.
- Muy bien- nos dice el silurian-. Síganme.
Pongo mis brazos alrededor del cuello de mi hermano y el Doctor. Caminamos un largo rato hasta llegar a una puerta enorme. Una silurian sale con mucho orgullo, traía un traje para una batalla.
La silurian empieza a tener una ardua discusión con el silurian, que no sé cuál sea su nombre. Pasaron varios minutos hasta que el otro silurian, con un aspecto más majestuoso interrumpe la discusión. El primer silurian le explica toda la situación a su líder, siendo interrumpido por la segunda.
- ¿Qué no lo entiende? ¡Esto es una situación de guerra! Ellos atacaron primero.
- Vastra, debe de haber una explicación para esto- dice el líder tranquilamente.
- Y créame que lo hay- interrumpe el Doctor.
- ¿Quién es usted?
El Doctor se presenta con su papel psíquico, le explica toda la situación. El líder de los silurians parece comprender. Al final, el Doctor y el líder de los silurians acepta tener una negociación entre las dos razas. La humana siendo representada por Amy, Mo, y el líder de los silurians representaría a su raza sin ningún problema, yo solo soy una intermediaria de ambas razas. Mientras que el Doctor, Richard y Maloke, quien es silurian que nos trató de sedar, buscaban a Elliot para poder salir de aquí, sin ningún problema.
Nos lleva a una sala amplía, con una mesa enorme. Los cuatro nos sentamos, pues íbamos a negociar la paz de este mundo. Al principio, todo es emocionante, pero se vuelve aburrido, porque la doctora Nasreen es la que habla por la raza humana. Me doy cuenta que los silurians comparte tanto en común que podría decirse que podrían vivir en absoluta paz. El problema es que muchos no lo aceptarían.
El Doctor entra con Elliot y Mo. Elliot corre directo altos brazos de la doctora Nasreen. Parecen felices por aquel pequeño momento.
- ¿En qué quedaron?- pregunta el Doctor.
- Haremos intercambio de todo- contesta Mo-, cultura, tecnología, medicina. Nos dimos cuenta que ellos nos pueden ayudar con algunas curas para nuestras enfermedades y nosotros le daremos de nuestra tecnología.
- Eso suena excelente- dice el Doctor-. Tenemos que avisarle a los demás.
El líder de los silurian le enseña una pantalla, en donde se puede conectar hacia los aparatos de los humanos, solo así podría estar en contacto con Rory y los que estaban en la superficie. Vastra exige que le enseñen su hermana, pero se niegan hacerlo.
- Tengo un mal presentimiento sobre esto- digo preocupada.
- ¿Sobre qué?- me pregunta Amy.
- Lo que vaya a suceder.
El líder de los silurians proporción cuatro cápsulas para que se pudieran trasladar y que llegaran. Veo como Vastra nos ve con desconfianza, para después irse. Espero que traigan a su hermana, para que les tenga más confianza a la raza humana. Pasaron unos largos minutos. Me siento junto a Maloke.
- Lo siento mucho, de haber sabido que eran de otra especie, no lo hubiera echo.
- Los señores del tiempo nos parecemos a los humanos.
Sigo hablando con él. Él ha sido de los pocos silurians despiertos porque le encargaron la tarea de estudiar a los humanos, hasta que los demás despierten de su sueño, para que tengan una idea de lo que podría hacer. Por lo menos no están congelados en un cuadro gallifreyano como los Zygoon, o eso es lo que creo que pasó.
- ¡Llegaron!- grita Amy emocionado.
Me levanto de mi lugar para poder ir hacia donde estaba Rory con Ambrose y su padre. Siento que algo malo está sucediendo, veo la mirada de Rory que ve molesto Ambrose.
- ¡Mamá!- grita Elliot corriendo.
- ¡Elliot!
Madre e hijo se abrazaron fuertemente, parecía que no se habían visto en años. En momentos así, extrañaba a mamá. Trató de despejar mi mente viendo a otro lado. Veo que Rory está platicando con el Doctor. Me acercó para escuchar la conversación.
- Ambrose mató a lo que pudo ser nuestra única esperanza.
- Esto es muy grave- dice el Doctor preocupado.
- ¿Qué haremos ahora?- pregunta Richard.
- No lo sé- el Doctor pasa sus manos en su cabello, una costumbre de él.
- Algo es seguro- intervengo en su conversación-. Vastra querrá venganza por su hermana, y todos los tratados de paz que acabamos de hacer se irán a la basura gracias a ella.
Escuchamos un grito en nuestras espaldas, vemos como Vastra empieza a maldecir a los humanos mientras que Ambrose se defendía con el argumento que ella lo hacía solo para salvar a su familia, porque la hermana de Vastra le había hecho algo al padre de Ambrose.
- Vastra, regresa a invernar- le ordena el líder de los silurians-. Y tú, Maloke, encárgate de este humano.
Todos empezamos a caminar, espero que Vastra vaya hacer lo que le habían ordenado. Pasaron unos largos minutos en silencio, sin que dijeran algo, la tensión se sentía en el ambiente.
- Por aquí- dice Maloke abriendo la puerta, pero escuchamos unos pasos a nuestras espaldas, nos damos media vuelta para ver a a Vastra con unos cuantos silurian demás-. Vastra, has lo que te ordenaron.
- No, hasta tener venganza con estos simios que mataron a mi hermana.
- Ellos no la mataron- contesta el Doctor malhumorado.
- Vastra te ordeno que regreses a invernar- le dice el líder.
- No lo haré.
No sé qué es lo que sucede, pero algo es seguro, esto se va a descontrolar. Lo que pasa después, es demasiado rápido. Solo sé que estoy corriendo sin ningún sentido siguiendo a los demás. Están todos, menos la doctora Nasreen y el papá de Ambrose, la hermana de Vastra le puso su veneno en el cuello del papá Ambrose y temían que algo les pasara, ambos se quedarían invernando con los silurians hasta que llegara el momento de despertar, sin contar que se habían declarado su amor.
- ¡Por aquí!- grita el Doctor.
Correr cuesta arriba es muy difícil para nosotros. Pero después de largos minutos, llegamos a donde está la TARDIS, el Doctor lo habré chasqueando los dedos. Todos empiezan a meter, estoy a punto de hacerlo cuando siento una luz fuera de lugar. Me asomo para ver. ¡Esto no es posible!, la grieta del cuarto de Amy sigue aquí.
- Abigail, ¿qué sucede que no entras?- escucho la voz del Doctor.
- Tienes que ver esto. Es la grieta del cuarto de Amy.
El Doctor, junto con Rory se asoman. El Doctor saca un pañuelo de su saco, acercándose lentamente hacia la grieta. Parece emocionada, como si fuera un regalo que va abrir.
- ¿Qué estás haciendo?- pregunta Rory sorprendido.
- Saber porque esa grieta nos sigue a cualquier lado- responde satisfecho.
- Eso es peligroso, sin contar que nos pueden estar persiguiendo unos silurianos demasiados molestos con nosotros.
Rory se acercó lentamente hacia el Doctor, yo tampoco quiero detenerlo, pues tengo curiosidad de saber que es lo que atormenta ahora al Doctor. Por fin saca su mano de la grieta, tapando el objeto con su pañuelo.
- ¡Rápido!- le gritó al Doctor desesperada.
- ¡No tenemos mucho tiempo!
Los cuatro vamos a entrar cuando Amy sale de la TARDIS. Hago que Amy se meta, viéndome extraño. No hemos entrado por completo a la TARDIS cuando escuchamos un disparo, las dos volteamos a ver es Rory.
- ¡Rory!- grita preocupada Amy.
- Rápido, todos adentro- dice Richard.
- No tenemos tiempo para llevar a Rory- dice el Doctor entregándome la pieza que había sacado.
Estoy de acuerdo con el Doctor, por una simple razón, la grieta está saliendo mucha luz, esto no es bueno, aunque a la vez temo por su vida. Todo lo que toque esa luz hará que borro rastro de que existió. Veo a Ambrose, me dan ganas de aventarla. Pero Rory, quiero salir por él y salvarlo, para que Amy esté feliz, doy un paso fuera de la TARDIS, pero siento como alguien me detiene.
- ¿Qué haces?- me pregunta el Doctor.
- Trató de salvar a Rory.
- Como te dije, ya no hay tiempo para salvarlo.
Veo hacia donde estaba Rory, pero el desapareció. Siento como un jalón hace que este a salvo en la TARDIS. Escucho los llantos de Amy, diciendo que no quiere olvidar a Rory, mientras que el Doctor trata de consolarla y hace todo lo posible para que no se olvide de Rory.
- ¡Rápido!- grita Richard.
Hay una sacudida, que nos deja a todos en el piso. Veo la cara de frustración del Doctor. Todo había sido perdido. Me levanto para salir, agarro la caja en donde está el anillo de compromiso de Amy. Se supone que esto no debería de terminar así, no de esa manera.
- ¿Estás bien?- escucho la voz de Richard.
- No, no lo estoy. Así es justamente como no debe de acabar. Es la primera vez que me siento derrotada en mucho tiempo, sin esperanza alguna. Rory no debía de ser borrado.
- Rory estará en nuestras mentes mientras pensemos en el.
- Pero Amy no se acordará de él.
Richard abre la boca pero el ruido de la puerta de la TARDIS, abriendo detrás de mí. Nos damos cuenta que es Mo saliendo con Elliot de la mano, parece muy enfadado. Después sale Ambrose sorprendida.
- Parece que hay problemas- me susurra Richard al oído, yo solo asiento la cabeza en señal de que estoy de acuerdo con él.
- ¿Qué haces?- pregunta Ambrose sorprendida con la reacción de su esposo.
- Yéndonos a un lugar muy lejos de ti.
- ¿Yéndonos?
- Elliot y yo, no podemos vivir con alguien como tú.
Mo y Richard se van rápidamente, eso me recordó el día que Richard se fue de la casa para nunca volver. Ambrose empieza a caminar lentamente, era obvio que ninguno de los dos querrían saber algo de ella.
- Espero que Elliot la perdone algún día- digo esperanzada.
- Lo hará, le abrirá el camino a los silurians, diciéndole a la humanidad que regresaran.
Nos volvemos a quedar en silencio hasta que escucho el Doctor hablándome de nuevo. Veo a Richard y lo abrazo, odio que nuestras platicas sean fugaces, quién sabe hasta cuando lo vuelva a ver nuevamente.
- ¿Nos volveremos a ver?- me separo de él.
- Si, no sé cuando, ni como.
Me levanto para entrar a la TARDIS, el Doctor guarda una caja en su saco. Supongo que es el anillo de Amy, que ahora no es de Amy. El Doctor se me acerca a grandes zancadas hasta donde me encuentro.
- Estaba pensando- me dice el Doctor-. Llevar a Amy a lugar increíbles y fascinantes.
- Creí que ya lo estabas haciendo.
- Debo de esforzarme un poco más.
Lo abrazo por atrás, es obvio que no está tan flaco como antes, haciendo que me ría. Ahora no sé qué haríamos y ni siquiera se que pasara conmigo después de lo que pasó hoy.