Capítulo 1: La penúltima hora

540 18 2
                                    

― ¡Eres un tonto! – le grito mientras me aferro a una cuerda para no caer en algún lugar con llamas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

― ¡Eres un tonto! – le grito mientras me aferro a una cuerda para no caer en algún lugar con llamas.

― ¡Aun así me amas! – responde orgulloso –. Pregunta seria. ¿Recuerdas como volar esto?

― Te diría, pero...

Mis manos no aguantan más, por lo que termino cayendo hasta que chocó contra varias almohadas. Me quito los objetos para levantarme, pero es un fracaso debido a que la gravedad de la TARDIS no ésta funcionando. Suelto un grito de frustración porque es la primera vez que una regeneración del Doctor termina con una TARDIS destruida.

Agarro un libro que me regaló Jack hace mucho tiempo y que no estoy dispuesta a perderlo bajo ninguna circunstancia. Empiezo a escalar, lo cual es un camino eterno porque no le encuentro el fin, pero en algún momento tengo que llegar a la puerta de la nave. Son los minutos más largos, pero logro llegar haciendo que suelte un suspiro de alivio al saber que puedo descansar un poco.

Maldigo al Doctor en lo que me quito algunos mechones de mi cabello de mi cara. Veo a mi alrededor para encontrarme con una niña pelirroja sorprendida observándome. La pequeña no pasa de los diez años, esta vestida con su pijama que es un blusón rosa con pequeños rombos rojos de manera simétricas y un suéter que combina con su pijama. Doy un saltó afuera de la TARDIS para verla.

― ¿Quién eres tú? – pregunto una vez que recupero mi respiración.

― Yo soy...

Deja su frase en el aire porque las dos vemos como una cuerda se atora en el marco de la caja azul haciendo que me acerque. Dos manos aparecen, seguido de una cara de felicidad por parte del Doctor. Cruzo mis brazos y frunzo el ceño para demostrar mi enojo, pero él no se percata.

― Eres un tonto – me agacho para agarrar algunas hojas que se encuentran en el piso para aventárselo –. ¡¿Cómo se te ocurre regenerarte sin avisar?! ¡Casi nos matas!

― ¿Ustedes son policías? – pregunta la niña haciendo que los dos volteemos hacia donde se encuentra ella.

― No – responde el Doctor.

― Entonces, ¿por qué dice ahí: Caja de policía? – señala hacia el letreto.

― Es complicado – digo dudosa.

― Tengo hambre – interviene el Doctor emocionado –. Nunca había tenido hambre. ¿Tienes una manzana? – se dirige a la niña –. ¡Me encantan las manzanas!

La niña asiente confundida y empieza a caminar en dirección a su casa. Me doy vuelta para percatarme que el Doctor parece un vagabundo con su ropa desliñada debido a su regeneración haciendo que niegue con la cabeza. Decido seguir a la pelirroja hasta el único lugar de la casa donde está la luz encendida. Veo que la niña agarra una manzana para entregársela a mi esposo.

― Las manzanas son mi fruta favorita – comenta el Doctor emocionado.

Él le da una mordida emocionado, pero su rostro se transforma en una de asco haciendo que corra hacia el fregadero para escupir la fruta. La niña se encuentra confundida por la reacción del hombre que se encuentra en frente de nosotras.

Doctor Who (V) : Coincidences don't exist [En edición]Where stories live. Discover now