Capítulo dedicado a mi amiga Eliana_LC que me dio su opinión del capítulo, no me hubiera sentido segura de subirlo si ella no me hubiese dado el sí, gracias!💜 Espero les encante!
Doble mis rodillas quedando en cuclillas para quedar a la altura del cajón en el que se encontraban mis remeras, tomé una entre mis dedos sacándola del pequeño espacio y me puse de pie en el mismo sitio pasando mi remera por sobre mi cabeza.
– En esta foto salgo genial.
Me volteé hacia Kay al escuchar su voz.
Se encontraba recostada en la cama con toda su atención en el celular en sus manos, ella se había bañado segundos antes que yo.
– Muestrame – pedí acercándome a ella hasta llegar a la cama y recostarme a su lado.
Me entregó su celular dejando que revisara las fotos que habían estado viendo segundos atrás. Habían fotos de nosotros desde distintos ángulos: jugando voley, jugando en el agua, disfrutando de la vista, pero hubo una que me llamó la atención.
Parecía una foto sacada de poca distancia, como si lo hubiese sacado un fan, fue justo en el momento en que ella se colgó de mi espalda porque yo no quería hablarle, había estado mucho tiempo jugando con Mike ignorandome por completo.
– Me gusta esta – indiqué – Pasamela – pedí devolviéndole el aparato.
No tardó mucho en obedecer mi petición y en pocos minutos la había subido a mis redes sociales. Era mi foto favorita, en un lugar precioso, en el primer viaje que hicimos juntos.
Sentí la mirada de Kay posada en mi perfil así que levante mi vista hacia ella.
– Eres un amor – soltó una risa.
– Lo sé – respondí depositando un beso en sus labios – Es nuestra primera foto oficial como pareja subida a Instagram – reconocí.
– Es cierto – asintió – Pero yo tengo una mejor – me hizo saber.
– ¿Cuál? – interrogué.
– Ya lo verás.
Recibí una notificación en mi celular indicando que mi novia había subido una nueva foto a su Instagram y rápidamente abrí la aplicación.
Una sonrisa se formó en mi rostro al ver la foto que había subido y la descripción «#shay» en ella, esa selfie era adorable y fue tomada antes de hablar de nuestro shipp.
– Te amo ¿Lo sabes? – pregunté después de acercarme a sus labios dejando milímetros de distancia entre ellos.
Era la primera vez que se lo decía, estaba completamente embobado y enamorado de ella.
Nos quedamos en esa posición por varios segundos, dedicandonos miradas el uno al otro sin decir una palabra, no había ningún sonido que interrumpiera el ambiente más que nuestras respiraciones.
Repasó sus labios con su lengua y esa acción llamó mi atención en especial a esa zona.
– Yo también te amo – confesó provocando que eleve mi comisura izquierda.
Tomé la iniciativa para besar sus labios aferrando mi mano en su nuca acercándola más a mí.
Nuestras lenguas comenzaron a batallar entre ellas haciéndome suspirar internamente, no importaba cuantas veces la besara, siempre se iba a sentir como si tocara las nubes con mis dedos.
Rodeó mi cuello con sus brazos dándome vía libre a colocarme encima de ella, llevé mis antebrazos a los costados de su cabeza para evitar aplastarla con mi cuerpo.
Dejé uno de mis brazos arriba de su cabeza soportando mi peso y bajé mi otra mano recorriendo el costado de su figura hasta llegar a su cintura, acaricié en círculos la piel expuesta que se asomaba entre el final de su remera y su pantalón, tan suave y tersa.
Mi corazón comenzó a acelerarse a medida que el beso comenzaba a intensificarse cada vez más, ella abrió ligeramente su piernas permitiendo que me acomodara mejor, sin embargo el roce de nuestras partes me hizo soltar un gemido.
Debía parar ahora si no quería que se convirtiera en algo mayor, pero en verdad quería.
– Kay... – susurré alejándome unos centímetros de su rostro sin apartar mis ojos de los de ella, nuestros pechos subían y bajaban aceleradamente junto a nuestra respiración – Te necesito – admití.
En verdad lo hacía, nunca había deseado tanto estar con alguien como lo hacía con ella.
– Hazlo – comunicó.
Mi ojos brillaron ante su respuesta y rápidamente uní mis labios con los de ella nuevamente, Kay pasó sus piernas sobre mi cintura empujándola contra la de ella haciéndonos gemir a ambos al hacer roce por segunda vez.
– ¿Segura? – no pude evitar preguntar.
Quería asegurarme de que no se sintiera presionada a hacer algo que no quisiera, no me importaba si me moría por dentro por quererla de esta manera, lo único que me importaba era saber que ella me quería de la misma manera en la que yo la quería a ella.
– Segura – confirmó.
Sonreí ante su respuesta juntando nuestros labios lentamente.
Jugueteé con el borde de su remera por varios segundos hasta que esta comenzó a molestarme, curvó su espalda hacia mí ayudándome a elevar su remera hasta quitarla por completo de su cuerpo.
Observé su figura y me encontré maravillado por lo que tenía acorralado entre mi cuerpo y el colchón, Kay tomó mi nuca acercándome a ella para besar mis labios y profundizando el beso aún más si eso era posible
Sentí como la temperatura de la habitación se elevaba precipitadamente con cada beso, con cada roce y con cada mirada.
Tomó entre sus pequeños dedos mi remera y tiró de ella sobre mi cabeza revoleándola a alguna parte de la habitación.
Pegué mi cuerpo contra el de ella queriendo sentir el calor que su cuerpo transmitía mezclándose junto con el mío, no era la primera vez que nuestras pieles tenían un encuentro pero ésta era una situación completamente diferente, donde lo único que deseaba era que este momento durara el mayor tiempo posible.
La ayudé a desabrochar mis pantalones y a bajarlos por mis piernas para después hacer el mismo progreso pero con los suyos.
– ¿Sí tienes, verdad? – cuestionó elevando su ceja.
Reí ante su pregunta llena de ironía.
– Si tengo – afirmé sabiendo a lo que se refería.
– No se como sentirme al saber que trajiste uno – sonrió.
– Nunca se sabe – encogí mis hombros – Es mejor que ir corriendo a comprar uno cuando estas a punto...
Calló mis palabras con un beso fugaz y se separó nuevamente de mí para observarme, sus ojos tenían un brillo especial mientras me contemplaba y estoy seguro que yo me encontraba en la misma situación, fascinado por ella.
Rodeé su cuerpo hasta llegar a las uniones de su corpiño y lo desabroche rápidamente - lo cuál agradecí internamente - y ella se lo terminó de sacar finalizando el trabajo por mí.
Posé mi ojos en sus pechos detenidamente y luego elevé mi vista hasta sus ojos tragando saliva.
No dejaba de sorprenderme con lo hermosa que era Kay.
Supuse que no era la primera vez de ella debido a que sus movimientos eran ágiles, sabía muy bien lo que hacía y cómo hacerlo, sin embargo aunque yo no haya sido el primero, eso no significaba que no pudiera ser el mejor para ella.
Me deshice de mis boxers al igual que ella lo hizo con la única prenda que impedía mi paso, y luego de colocarme la protección entré en ella lentamente.
Afirmé su cuerpo contra el colchón sosteniéndome de la cabecera de la cama con una mano y con la otra pegada a la cintura de mi novia.
Mordí mi labio inferior a la vez que cerraba mis ojos al poder sentirla de una nueva manera, enterré mi cabeza en la curvatura de su cuello respirando con dificultad mientras me sentía mareado de repente al sentir su perfume y abrumado por todas las emociones que me recorrían en este momento, y ni siquiera había comenzado a moverme.
Dejé un beso detrás de su oreja y elevé el tronco de mi cuerpo para poder observarla con una sonrisa, busqué su mano en el colchón y cuando la encontré, entrelacé nuestros dedos con fuerza comenzando a moverme al mismo tiempo.
Nuestros labios nunca dejaron de rozarse y en cada embestida que daba éstos se unían por sí solos, nuestras manos entrelazadas sobre su cabeza jamás se soltaron y tampoco teníamos intención de hacerlo.
Aceleré los movimientos que realizaba gimiendo contra sus labios sintiendo que no podía aguantar mucho más, la sentí tensarse bajo mi cuerpo y al mismo tiempo ambos llegamos al climax.
Caí desplomado arriba de su cuerpo pero sin dejar todo mi peso sobre ella y nos quedamos así por varios segundos recuperando el aire que casi se había evaporado de nuestro sistema.
Una sonrisa se adueño de mis labios cuando abrí mis ojos y me encontré con un poco de sudor en su frente.
Me levanté apenas para quedar a unos centímetros de su rostro apoyando mis antebrazos en la cama y clavando mis ojos en lo suyos, Kay elevó su mano recorriendo mi frente eliminando cada rastro de sudor que alguna vez existió allí y me dedicó una sonrisa agotada.
Todavía no podía dejar de contemplarla con admiración.
– Estoy completamente enamorado de Kay Gustin – solté.