No es "Sólo otra historia de...

By Hirakura16

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"Estaba ahí, frente a Sans una vez más. A punto de terminar una genocida una vez más. Siguiendo una motivació... More

Parte 1 "Amores Multiversales"
Parte 2 "Charla interna"
Parte 3 "Fría bienvenida"
Parte 4 "Desvelando sentimientos"
Parte 5 "Noche azul"
Parte 6 "Noche Roja"
Parte 7 "Cita con la oscuridad"
Parte 8 "La verdad duele"
Parte 9 "Un héroe aparece"
Parte 10 "Alma en apuros"
Parte 12 "Por quienes amamos"
Parte 13 "Despertar"
Intervención del Autor
Parte 14 "Lazos que nos unen"
Parte 15 "Amor inexplicable"
Parte 16 "Un momento de calma"
Parte 17 "Recordando pecados"
Parte 18 "Antes de comenzar"
Parte - ¡Especial de navidad!
Parte 19 "Emociones confrontadas"
Parte 20 "Confusiones"
Parte 21 "La pieza faltante"
¿?

Parte 11 "Entrada al infierno"

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By Hirakura16

- ¿Está bien que vengas sin tu armadura? - Le preguntaba a Undyne mientras llegábamos a Hotland.

- No podría luchar con ella de todos modos... El calor aquí es insoportable. - Respondió ella. Yo ya lo sabía, pero quería distraerla un poco... No había hablado desde que salimos de Waterfall, debía estar muy preocupada por Alphys.

Cuando llegamos al lugar que daba a la entrada del laboratorio, Undyne volvió a sacar su teléfono. Llamó y esperó que su contacto respondiera.

- Muy bien licuadora, ¿Dónde estás?

- JUSTO ENCIMA DE TI. - Respondió una voz metálica por arriba de nuestras cabezas.

Cuando levanté la mirada, Mettaton estaba descendiendo del cielo al mismo tiempo que encendía luces alrededor de su cuerpo para hacer su "Entrada triunfal"

- AQUÍ ESTOY DULZURAS, ¿NECESITABAN AYUDA DE UNA ESTRELLA? - Decía la cuadrada máquina de metal mientras hacía algún tipo de reverencia.

- Mettaton, ¿Sabes qué está pasando en el laboratorio de Alphys? - Preguntó Undyne en tono serio.

- DESDE HACE UN RATO NO PUEDO ENTRAR, QUIZÁS ESTÉ OCUPADA VIENDO UNA DE SUS SERIES +18 JA JA JA. - Reía Mettaton con su voz robótica.

- El laboratorio fue tomado y Alphys está secuestrada dentro junto con los hermanos esqueleto. - Dijo Undyne. Jamás la había visto tan seria... Usualmente no tendría paciencia con las bromas de Mettaton.

Por primera vez en todo el tiempo que lo he visto, Mettaton se quedó sin palabras. Observaba directamente a Undyne sin emitir un ruido. Pasó un rato así, y luego se volteó a ver el laboratorio.

- CON QUE ESO ERA... ¿SABEN SI ALPHYS ESTÁ BIEN? - Preguntó Mettaton.

- Queremos que nos ayudes a entrar, tenemos que rescatarlos, no sabemos si están bien, pero si podemos... - Empecé a decir pero Mettaton se me acercó amenazante.

- OH CARIÑO, NO TE HAGAS LA INOCENTE. SÉ PERFECTAMENTE QUE ESTO ES TU CULPA. Y SI ALPHYS MUERE... - Decía el robot mientras todas las luces de su panel se volvían rojas.

- YO MISMO TE QUITARÉ PIEZA POR PIEZA CADA PARTE DE TU CUERPO, PARA LUEGO ENSAMBLARLAS DE LA FORMA QUE YO QUIERA...

Undyne no dijo nada al respecto. Pero supuse que ella también pensaría lo mismo... Habían muchas razones para desconfiar de mí, lo sabía perfectamente, sin embargo... No me quedaría sin hacer nada para cambiarlo.

- Si, lo sé Mettaton. Estarías en tu total derecho de odiarme si algo le pasa a Alphys, pero yo también me odiaría si algo le pasara a ella, o a Papyrus y Sans. Por eso te necesitamos con nosotras, necesitamos tener todo el apoyo que podamos para salvarlos... ¿Son nuestros amigos, cierto? Primero hay que asegurar que estén bien. Después de eso, podrás pensar lo que quieras de mí y luchar contra mí si te parece necesario. - Respondí sin titubear ante la máquina asesina que tenía en frente.

- HMM... ME PARECE ACEPTABLE, HUMANA. ENTONCES... - Empezó a decir Mettaton mientras se volteaba hacia la puerta del laboratorio. - ¡QUE EMPIECE EL SHOW!

Seguido de estas palabras, una gran nube de humo salió del cuerpo de Mettaton, cubriéndolo por completo. De repente, un gran y potente rayo salió disparado desde la nube e impactó con la puerta del laboratorio, abriendo un espacio por donde podíamos pasar.

- ¡OHH YES! - Decía la figura metálica de Mettaton Ex, que acaba de aparecer entre el humo.

- Ahora todo está listo para el Show time, ¿Cierto Darlings? - Decía mientras sonreía y hacía una pose dramática con sus manos.

- Es más que perfecto, gracias, Mettaton. - Le respondí con una sonrisa.

- Oh, no te preocupes cariño, esto es sólo el comienzo. Agradéceme cuando hayamos terminado el trabajo.

- Suficiente charla, entremos de una vez para acabar con esto. - Dijo Undyne que había permanecido en silencio un rato.

Y así, las tres entramos en el oscuro y callado laboratorio.

Lo primero que notamos al entrar, es que todo estaba normal, excepto por el hueco en la puerta que acabábamos de hacer. No había rastro de pelea o de que estuvieran buscando algo.

- ¡Maldición! Aquí no están... - Decía Undyne molesta.

- No estamos buscando bien. No es aquí donde están ellos, deben estar en el laboratorio de abajo. - Dije mientras recordaba el viejo laboratorio.

- Darling... ¿Cómo es que tú sabes...? - Preguntaba Mettaton impresionado.

- Ya lo he visto antes. Supongo que es el lugar perfecto para una guarida secreta... Ahora también tendremos que enfrentar a las Amalgamas... - Iba diciendo al mismo tiempo que presionaba el botón del ascensor.

- ¿¡Qué!? ¡No entiendo nada de lo que dicen! - Gritaba Undyne molesta.

- Ya lo verás, Undyne... Ahora este lugar me da más miedo que nunca. - Le respondí mientras las puertas del ascensor se habrían. Todos entramos, y pulsé el botón para bajar.

Naturalmente, esperaba la caída del ascensor, como siempre sucedía al quedarse sin energía. Pero en vez de esto, simplemente funcionó a la normalidad, dejándonos justo en la entrada del viejo laboratorio. Mettaton y Undyne inspeccionaron el lugar asombradas, yo fui directamente a la gran puerta donde se supone debería re-conectarse la electricidad. Pero si ya había energía... ¿Por qué seguía cerrada? Ninguna de las llaves habían sido activadas.

"No nos lo dejarán tan fácil, ¿Verdad?" Pensé mientras miraba la otra puerta a mi derecha.

- Así que... En esto era en lo que Alphys trabajaba para Asgore... La absorción de las almas. - Decía Undyne que había visto las Entradas de Alphys en el pasillo anterior.

- Si, aunque ella dejó el proyecto hace un tiempo... ¿Sabes que pasó, cariño? - Me preguntaba Mettaton preocupado.

- Lo descubrirán muy pronto... Vengan por acá, debemos reunir rápido esas llaves. - Les decía mientras caminaba al pasillo de la izquierda.

Entramos al lugar que podría decirse que era "la sala de operaciones". La neblina impregnaba el ambiente, aunque todo era claramente visible. Las 3 camas de operación seguían en su sitio y al fondo se podía ver los 3 lavabos, donde aparecería la primera Amalgama. Caminé hasta ellos ignorando la puerta a mi derecha que conducía a la habitación donde debíamos insertar la llave roja.

- Prepárense, pronto aparecerá un enemigo. - Decía mientras mientras abría el primer lavabo y el agua empezaba a correr.

Undyne y Mettaton tomaron poses de batalla, seguido de esto abrí el segundo.

- Sin embargo, no lo ataquen, sólo defiendanse. Realmente ellos no son tan malos como parecen... - Dije mientras ponía mi mano encima del tercer lavabo.

- Sólo Tengan cuidado. - Tras decir esto, lo abrí.

Pasó un momento antes que el último lavabo hiciera unos sonidos extraños, luego empezó a moverse y cuando estuve lista para que saliera la Amalgama... Sólo salió agua de éste, con un destello rojo que apenas fue visible para mi vista.

Undyne y Mettaton dejaron sus poses y suspiraron de manera audible.

- Oye niña, no nos asustes así, ¿Quieres? - Decía Undyne algo enfadada.

- Cierto cariño, esas cosas no son buenas para el corazón. - Agregó Mettaton que se cruzaba de brazos.

- Es que no entiendo... Aquí se supone que se escondía la primera Amalgama... - Dije confusa mientras tomaba la llave roja del lavabo.

- Bueno, quizás te equivocaste humana. Vamos por esta sala de aquí, aún no la hemos revisado. - Decía Undyne mientras entraba por la puerta a la derecha de la sala.

- Bueno, lo que si no puede cambiar es que aquí se conecta esta llave...

- ¡¡AGH!! - Gritó Undyne de repente mientras salía disparada de la habitación donde había entrado.

Chocó contra la pared y pude ver que tenía en sus manos una de sus lanzas.

- ¿¡Qué... Qué es esa cosa!? - Preguntaba Undyne mientras se incorporaba.

Pero antes de que siquiera pudiera pararse bien, algo blanco la embistió saliendo a toda velocidad desde la puerta de la derecha.

- ¡NGH! - Jadeó Undyne mientras se protegía con su lanza.

Efectivamente, era una Amalgama lo que la estaba atacando, pero...

- ¡Apártate Darling! Voy a eliminar a esta cosa ahora mismo... - Decía Mettaton mientras apuntaba con uno de sus brazos a la Amalgama.

- ¡Espera Mettaton! No debemos matarlos... Ellos... ¡Son monstruos! - Le grité. Mettaton empezó a bajar su brazo, pero la Amalgama seguía intentando morder a Undyne.

No era la primera Amalgama que debía aparecer. Esta era Endogeny, una combinación de muchos tipos de perros en cada parte de su cuerpo, tenía múltiples patas, un horrible orificio en lo parecía ser su cara y una imitación de orejas por encima de su cabeza. Podía ver claramente como del agujero que tenía por rostro salía un líquido rojo mientras mostraba lo que parecían ser filosos dientes intentando alcanzar la cara de Undyne.

- ¡Será mejor que se te vaya ocurriendo algo entonces, niña! Porque si esto sigue así... - Decía ella mientras generaba unas lanzas alrededor de la Amalgama.

- ¡Yo me ocupo, Undyne! - Le grité. Me alejé de donde estaba ella un poco e hice un fuerte silbido para atraer la atención de la deforme bestia blanca que la atacaba.

Ésta volteó a verme enseguida, dejó atrás a Undyne y corrió directamente hacia mi. Podía ver como su "Hocico" se abría y cerraba por la emoción de ver enfrente a su nueva víctima.

"Buen chico..." Pensé.

Rápidamente, esquive la primera embestida de la Amalgama, la cual chocó contra la pared que tenía detrás. Aprovechando la confusión de la bestia, me acerqué por detrás suavemente y la acaricié.

- ¿¡Pero qué...!? - Escuché exclamar a Undyne a mis espaldas.

- Sabes bien que eso no es un animal, ¿No? - Preguntó Mettaton enseguida.

- Tranquilas, si sigo así se calmará en unos momentos... - Les respondí mientras Endogeny empezó a convulsionar poco a poco.

- Undyne, dame tu lanza, ¡Rápido!

Aunque un poco insegura, Undyne me tiró su lanza. La agarré con fuerza y  la puse enfrente del deforme "Perro".

- ¿La ves? Ahora, ¡Búscala! - Le ordené a la Amalgama mientras arrojaba a lo lejos la lanza.

Para sorpresa de Mettaton y Undyne, el blanco animal fue en busca de ella. La agarró con el extraño orificio de su cara y empezó a venir hacia mi para traérmela.

- ¡Ja! ¿Lo ven? Es un buen chi... - Tuve que callarme para poder esquivar la segunda embestida de la Amalgama.

Esta vez, había utilizado la lanza de que tenía en su hocico para atacarme, y la había dejado clavada en la pared que estaba justo atrás de mi unos segundos antes...

- ¿Q... Qué...? - Miré asustada mientras Endogeny volteaba a verme, con el líquido rojo saliendo de su boca con mayor intensidad y mostrando sus grandes dientes, los cuales parecían ser más ahora.

- E... Espera... - Empecé a decir, paralizada del miedo por aquella horrenda figura...

Había visto a la Amalgama de perros muchas veces, pero había algo en ella ahora que la hacía ver más aterradora... Más agresiva... Más sedienta de sangre.

De repente, hizo un ruido indescriptible, pero que helaba la sangre al escucharlo... Y movió su agujero hacia mí con todos sus dientes rodeándole...

- ¡¡NO!! - Grité mientras me cubría la cara con mis brazos.

Fue entonces cuando 4 lanzas se clavaron en el cuerpo de la Amalgama, dejándola pegada a la pared.

- ¡Muévete ahora, novata! - Me ordenó Undyne, que estaba generando otra lanza y la agarraba con su mano derecha.

Sin pensarlo muy bien, corrí hacia donde estaban ella y Mettaton. Me coloqué detrás de las dos y pude ver cómo el blanco cuerpo del animal empezaba a diluirse hasta llegar al suelo para luego volverse a formar en su figura original, safándose de las lanzas. Ahora emitía un ruido parecido a un gruñido y nos miraba amenazante.

- No... No entiendo... ¿Por qué no se calma...? - Dije atemorizada.

- Lo siento Darling, pero esto sólo se arreglará de una manera... - Decía Mettaton mientras transformaba su brazo derecho en un tipo de cañón láser y apuntaba a Endogeny.

- ¡No! ¡Mettaton! ¡¡ESPERA!! - Grité. Pero ya era demasiado tarde...

Un potente rayo salió de su brazo e impactó a la deforme bestia blanca. Ésta emitió un aullido terrible mientras retrocedía por el poder del láser.

Poco a poco, la Amalgama se fue desintegrando, volviéndose más pequeña y su aullido menos audible... Hasta que desapareció por completo.

- Lo siento niña... Era necesario. - Decía Undyne mientras hacía desaparecer sus lanzas.

- No podíamos evitarlo cariño, nunca hubiéramos pasado por esa... Cosa... De forma pacífica. - Me Dijo Mettaton con algo de compasión en su rostro.

Pequeñas lágrimas aparecieron en mi rostro y sin darme cuenta, estaba triste, indignada... Y furiosa.

- ¡Eso no importa! - Les grité a ambas sin mirarlas.

- Ese era... Un perro que formaba parte de la familia de la guardia real de Snowdin... Al final de la ruta pacifista, esa Amalgama se reunía con ellos... ¡Todos parecían felices! - Decía sin contenerme. Sabía que Undyne y Mettaton no lo entenderían del todo, pero de verdad tenía que desahogarme.

- Y ahora... Ya no está, ellos jamás volverán a ver a su amigo... ¡NUNCA! - Tras decir esa última palabra a todo pulmón, levanté la mirada. Si acaso yo tenía lágrimas en mis ojos, Undyne y Mettaton no estaban mejor.

Undyne apretaba sus dientes mientras que cerraba sus ojos para evitar que las lágrimas salieran más de ellos. Pequeñas gotas caían al suelo desde su rostro y mantenía cerrados sus puños con fuerza. Mettaton miraba hacia abajo, y aunque sabía perfectamente que los robots no podían llorar, sentía que toda su cara expresaba una tristeza y culpa inmensa...

- Quizás parezcan deformidades sin uso de la razón, pero... Cada una de ellas fue un monstruo como ustedes alguna vez. Debemos intentar en lo más mínimo matarlas... - Les dije para intentar suavizar la situación.

Si habían leído las Entradas de Alphys con anterioridad, debían saber lo que realmente aquellas cosas eran y asumieron el riesgo al eliminarlas.

- Y tranquilas, en cierta forma me salvaron, así que... Gracias a las dos. - Les agradecí con una pequeña sonrisa.

Undyne y Mettaton me miraron con algo de asombro en sus rostros. Parecía que habían recobrado su honor y estaban dispuestas a continuar.

- Eres una pequeña habladora... ¿Lo sabías? - Me decía Undyne mientras secaba sus lágrimas y me sonreía.

- Cierto... Definitivamente entrarías perfecta en mi Show de novelas, Darling. - Dijo Mettaton que sonreía también.

- Jaja, bien entonces... Por cierto, pueden decirme Frisk, veo que aún no me han llamado por mi verdadero nombre.

- Frisk... ¡What a wonderful name! - Exclamó el robot estrella maravillado.

- Prefiero llamarte Punk, ¿Sabes? - Se burló Undyne mientras ponía una mano en su cintura.

- Me parece perfecto - Les dije a ambas mientras les dirigía una sonrisa. - Entonces, sigamos por la siguiente puerta, ¡Aún debemos derrotar a los demás! Y así salvar a todos.

- ¡¡A DESTRUIRLOS!! - Gritó Undyne alzando su brazo.

- Sabrán lo que se siente, Morir con glamour. - Decía Mettaton con una de sus expectaculares podes.

Tras esta pequeña retoma de confianza, me apresuré a insertar la llave roja en su conector que estaba en la sala de donde había salido la Amalgama. Luego, volvimos al lugar donde estábamos anteriormente y pude ver que se había activado la luz roja en la gran puerta. Ahora sólo faltaban tres llaves más.

- Muy bien, ahora podemos pasar libremente por aquí. - Les indicaba a Mettaton y a Undyne mientras caminaba hacia la otra puerta metálica en el pasillo de la derecha. Tras activar la llave roja, ésta volvía a tener energía y se abría sin ningún problema.

La siguiente habitación estaba como debería. Habían múltiples camas alrededor de forma ordenada, un tazón de comida para perros (Donde seguramente comía Endogeny), varias plantas plásticas viejas y deterioradas en las esquinas y dos puertas a la distancia. Una por la parte norte de la sala y otra por la parte este.

- Este lugar si que da escalofríos... - Decía Undyne que acababa de entrar a la habitación.

- Lo que da escalofríos es escuchar eso de ti cariño... - Le respondió Mettaton que no dejaba de ver el sombrío lugar.

- Oigan... ¿Qué es eso...? - Dije señalando una sombra que aparecía en la puerta del norte de la sala.

De repente, dos figuras blancas salieron con rapidez de debajo de las camas y nos rodearon a las tres. Eran dos Amalgamas.

- Oh... Así que pudieron pasar por nuestro perro guardián, ¿No es así? - Hablaba la sombra que poco a poco se acercaba hacia nosotros. Su tono era increíblemente inexpresivo.

Mettaton y Undyne estaban a la defensiva, cada una viendo a una de las Amalgamas. Yo me encontraba en el medio, mirando fijamente a quien caminaba hacia nosotras.

Tras acercarse, lo vi con claridad. Era uno de los sirvientes de Gaster, el más pequeño de ellos. Su cabeza era ovalada y tenía unos grandes ojos en su rostro, que al parecer, miraban perdidos hacia la nada. Su cuerpo, brazos y piernas eran pequeños, y todo el color de su piel era de un lúgubre gris.

- Así que ustedes son los que están detrás de esto... ¿¿Dónde está Sans?? ¡Responde! - Le grité.

- Oh, tranquila Frisk... Tu amado sigue siendo de utilidad para nosotros, no le haremos ningún tipo de daño... - Dijo el seguidor de Gaster. Luego, pareció que sus ojos se fijaron en los míos e hizo una horrible mueca de placer con su cara.

Fue la primera y única expresión que más odiaría de esa bulto gris.

- Al menos... No del que lo dañe permanentemente. - Agregó con una horripilante sonrisa en su cara.

- Desgraciado... - Le empecé a decir.

- Ahora, tengo que agradecerte humana... Gracias a ti, el amo de todo renacerá... - Decía el pequeño demonio que estaba a unos metros de mi. Ahora estábamos completamente rodeadas.

De repente, sus ojos se tornaron de un rojo sangre, y pude ver que unas afiladas garras salían de sus diminutos brazos.

- ...Y ustedes arderán por siempre en este infierno.

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