Una semana.
Una semana llevo asistiendo al Harvard Westlake y ya estoy empezando a cansarme de los profesores, de los horarios, de los compañeros y de no tener a Nicky y Riley junto a mí.
<<Y vuelta a las quejas...>>
¡Es que odio no poder estar allí con ellas ayudando a Nicky a que Riley nos contara todo sobre su romance!
<<No seas melodramática sabes que seguramente las verás en Navidad>>
Faltan más 3 meses y nisiquiera está confirmado.
<<¡Es lo que hay! ¡Sal de tu cama de una vez que estás empezando a deprimirme!>>
Es que no tengo fuerzas para levantarme. Prefiero seguir mirando el precioso techo.
Mi puerta se abre sin previo aviso haciendo que me sobresalte y lance un cojín a la persona que acaba de entrar.
-¡Auch!- abro los ojos como platos al escuchar esa vocecita y me levanto rápidamente hasta la puerta de mi habitación.
-Lilly, pequeña, ¡lo siento mucho, no sabía que eras tú! ¿Te encuentras bien?- pregunto sientiéndome culpable por no haberla visto entrar.
-Si, no te preocupes, solo es un cojín.- me sonríe y yo hago lo mismo.
-¿Y qué te trae por aquí?
-Abajo la tía Holly pregunta por ti, ya que se supone que deberías estar terminando de desayunar.
-¿Por qué?
-Porque debes ir al instituto.- responde Lilly confusa ante mi confusión.
<<El conocimiento es poder>>
Shhhhh no tengo tiempo para tu sarcasmo.
-Pero si hoy es domingo.- digo soltando una risita. Lilly frunce el ceño.
-No, hoy es lunes.- mi rostro cambia a uno de miedo.
-No, pero no puede ser, si hoy es...- cierro los ojos con fuerza al ver que en mi móvil pone justo lo que temía: ¡LUNES! Me doy un facepalm por mi estupidez. -Lilly dile a mi madre que estoy abajo en 5 minutos.- ella asiente y sale de mi cuarto.
Pongo 5 alarmas en mi móvil para que suenen cada vez que acabe un minuto y selecciono el modo "Detener con mi voz" el cual uso siempre.
Cojo una toalla y entro corriendo al baño de mi dormitorio.
Me deshago de mi pijama y ropa interior rápidamente dando el agua y colocándome bajo esta. Hoy no hay tiempo para duchas relajantes.
Me enjabono con prisa y me termino de quitar dicho gel justo cuando la primera alarma suena.
-¡Stop!- grito haciendo que mi espantoso tono de alarma pare.
Cubro mi cuerpo con la toalla sujentándola con una mano mientra que con la otra cojo mi cepillo de dientes y estrujo la pasta de dientes sobre este. Seguidamente lo introduzco en mi boca moviéndolo por todos lados limpiando cualquier rastro de suciedad de ésta.
Vuelve a sonar la segunda alarma cuando justo estoy terminando mi rápida limpieza bucal.
-¡STOP!- grito intentando que se me entienda aún con la boca llena de pasta.
No sé como pero milagrosamente la alarma se detiene y yo escupo bruscamente toda la pasta contenida en mi boca. Me doy una última cepillada por todos mis dientes, escupo de nuevo la pasta y procedo a enjuagarme.
Abro el grifo y pongo debajo ambas manos juntas llenándolas de agua. Me las llevo a la boca y hago gárgaras repetidas veces con el agua. La escupo toda y seco mi boca con otra toalla más pequeña.
Salgo del baño en toalla, corriendo, procurando no escurrirme y abro el cajón de mi ropa interior. Cojo las primeras bragas que hay y dejo caer mi toalla para ponérmelas. Una vez puestas me pongo el primer sujetador que veo con algo de dificultad para abrocharlo.
Con la mínima ropa ya colocada, la tercera alarma resuena por todo mi cuarto.
-Ay Dios, ¡para irritante!- exclamo estresada, pero como si mi móvil se riera de mí, sigue sonando y esta vez con más insistencia. -¡STOP PERRA!- esta vez sí me hace caso. Corro hasta mi armario maldiciendo por tenerlo todo desordenado sin oportunidad de ver mi ropa en fila para que fuera más fácil escoger algo.
Decido no pensar demasiado y ponerme el primer pantalón corto a mi alcance que resulta ser uno blanco bastante estrecho por lo que suelto una maldición en voz alta mientras me lo subo con cierta dificultad. Lo abrocho como puedo y logro distiguir una camiseta de manga corta entre todo mi desastre, por lo que no dudo ni un solo segundo y me la pongo por la cabeza a la velocidad de la luz.
Miro mi atuendo en el espejo dándome cuenta de que no está tan mal como creía. El pantalón corto, blanco y de botón, se adapta a mi cintura dándole una bonita forma junto con la camiseta de manga corta, también blanca con el logotipo de adidas en fucsia metida por dentro de dicho pantalón.
Pero por desgracia, cortando mi destello de felicidad, la cuarta alarma empieza a sonar enloquecida haciendo que lloriquee falsamente.
-Puta vida, ¡stop!- agradezco que mi voz suene clara haciendo callar a ese sonido del demonio.
Ser tan desordenada me sirve de algo ya que gracias a ello mis converse blancas están a los pies de mi cama facilitándome la vida.
Las ato lo suficientemente fuerte como para no tener que preocuparme más por ellos y me dirijo por segunda vez al espejo con mi peine en mano.
Resoplo al ver mi nido de pájaros alborotado, y lo cepillo lo más rápido que puedo dejándolo un poco más decente.
Por último, me pongo mi mochila que casi me tira para atrás de lo que pesa por los estúpidos libros y salgo al pasillo ya lista para dar comienzo a la segunda semana de tortura escolar.
La última alarma suena por lo que sonrío mientras bajo las escaleras.
-Te jodes alarma del demonio, lo he conseguido.- ésta deja de sonar dándome a mí la victoria.
<<No te da nada, solo se ha detenido porque está inventada para hacerlo cuando hablas>>
¡Cierra el pico y no destroces mi felicidad!
-¡Hasta que te dignas a bajar! ¡Vamos a llegar tarde!- me replica Edward nada más poner un pie en el comedor.
-¡Creía que era domingo, déjame en paz!- exclamo mientras cojo un trozo de bizcocho junto con un vaso de leche que había sobre la mesa.
-Que haya paz, tenemos 12 minutos para llegar, tranquilos.- habla Sophie pasando una mano por su pelo en signo de estrés.
-Que sean 10 porque yo necesito desayunar.- digo con la boca llena de bizcocho mientras le doy un trago a la leche.
-Pues que sea rápido.
-¡Que ya voy, no me estreséis más!- exclamo fulminando a mi mellizo.
***
Me bebo lo que me queda de leche y me levanto de la silla.
-¿Has acabado?
-Si, mamá.- respondo rodando los ojos.
-¡Pues daros prisa que no llegáis! Adiós queridos.- mi madre besa la mejilla de mi hermano y luego la mía.
-¡Pero no corras demasiado hijo, que no queremos que os pase nada!- añade mi tía Katy.
-¡Claro, mamá, hasta la tarde!- dicho eso corremos al garaje donde Edward le quita el seguro a su coche y todos metemos las mochilas en el maletero seguido de tomar asiento en el interior del coche.
Justo cuando el rubio estaba arrancando el vehículo su móvil suena en señal de que lo llaman.
-Joder... Emy cógelo y ponlo en manos libres.- asiento y hago lo que me ha dicho.
-¡Tío, tengo un problema, pásate por mi casa, porfa!- se escucha al otro lado.
-¿¡Qué!? ¡Ni de broma Dylan, no me da tiempo! ¡Sí acabamos de salir de mi casa!
-Es que mis padres se fueron anoche de viaje y creía que mi hermano estaba en casa para ir juntos en su coche, porque el mío está en el taller, pero resulta que en la nevera hay una nota pegada que explica que él ha pasado la noche en una fiesta y se irá directamente de allí al instituto.- habló rápidamente nervioso.
-Puff... ¿Soph qué hora es?
-Y veinticinco.
-Dylan si es que no me va a dar tiempo ni a mí a llegar a la hora, si me paso por tu casa llegamos 20 minutos tarde.
-¿Y qué? ¡Si no te pasas, yo directamente no llego! Por favor, Edward, por nuestra amistad.
-... ¿No puedes ir andando?
-¡Imposible, no llego!
-¡Está bien, estoy allí en 10 minutos!- contesta rendido el ojiazul.
-¡Gracias, Johnson, por eso eres mi mejor amigo!
-Claro, claro, pero esto me lo pagas de alguna manera.- responde sonriendo para seguidamente hacerme una señal indicando que cuelgue a la cual asiento.
-¡Cabr...!- y cuelgo mientras ambos soltamos una carcajada.
-¡Edward, vamos a llegar tardísimo y no nos van a dejar entrar a clase!
-Calma, hermanita, para segunda hora llegamos.
-¡Pero a primera tengo historia, y sabes la manía que me tiene esa profesora!
-¡Sophie Rose Johnson, no me pongas más nervioso porque sabes que no me queda otra opción!- antes de que la rubia pudiera protestar, Austin pone una mano sobre su boca callándola.
-No, Soph. Mejor no discutir más con tu testarudo hermano.- veo que quita la mano de su boca y Sophie hace un puchero que me provoca una risita.
***
-¡Súbete al coche, Clifford!- repite por tercera vez Edward cabreado.
-¡Me niego a subir atrás con la parejita! No dejan de charlar entre ellos y reír.- niega el castaño como un niñito malcriado haciendo bufar a Sophie.
<<Siempre igual>>
-Dylan, somos prácticamente familia, así que te aseguro que no tienes de que preocuparte, ahora, ¡súbete al puto coche!
-¡No!
-O te subes al coche antes de que cuente 3, o me largo.- amenaza el rubio a mi lado a lo cual su mejor amigo ni se inmuta. -1...- su voz suena tranquila pero sé que a él le gustaría matar a Dylan que no parece reaccionar. -2...- esta vez puede notarse un poco más su enfado pero al castaño parece seguir sin importarle. -¡Y 3!- nada, no ha cambiado absolutamente nada. -Tú lo has querido.- Edward arranca el coche y justo cuando va a emprender camino al instituto el moreno reacciona.
-¡Espera, no te vayas, ya me monto!- seguidamente una de las puertas traseras se abre dejando entrar al tremendo imbécil.
-Como escuche una sola queja tuya juro que paro el coche y te saco yo mismo de él.- Dylan prefiere no enfadar más a Edward por lo que simplemente asiente.
***
-¡Por fin hemos llegado!- exclama Sophie bajándose del coche en cuanto es aparcado en donde habitualmente se encuentra la mayoría de vehículos de estudiantes, que para nuestra sorpresa hoy no están.
-Austin, vamos, nos toca geografía.- mi mellizo asiente colocándose su mochila y ambos se despiden entrando juntos al instituto.
-¿A ti que te toca, Edward?- pregunta Dylan algo nervioso por motivos desconocidos para mí.
-Ciencias así que te vienes conmigo Emy.- tira de mi mano con la intención de que lleguemos más deprisa pero el moreno hace que se detenga.
-¡Edward espera! Necesito contarte algo que me lleva preocupando hace una semana.- lo miro con curiosidad.
-Tendrá que ser después porque no pienso llegar tarde a Ciencias, adiós Clifford.- sin darle tiempo a volver a interrumpirlo Edward acelera su paso mientras yo lo sigo todo lo rápido que puedo.
-¡Frena un poco, Johnson, que me va a dar algo!- el susodicho para y se gira hacia mí riendo haciendo que lo fulmine, pero algo me extraña y no puedo evitar preguntar. -¿No está muy vacío todo?- frunce el ceño mirando a su alrededor.
-Tienes razón pero... Acaba de tocar el timbre es imposible que tengan prisa por llegar a su segunda clase un lunes... Vamos a la clase de ciencias seguro que allí habrá alguien.- asiento y los dos vamos hasta la clase la cual se encuentra con la puerta cerrada. Edward la abre encontrando la clase totalmente vacía por lo que frunzo mi ceño extrañada.
-¿Dónde está la gente?- pregunto confundida lo cual ya es habitual para mí.
-No tengo ni idea...- y como si de un milagro se tratara, el conserje pasa por el pasillo con su fregona pero se detiene al vernos.
-¿Qué hacéis aquí?- pregunta con su rasposa voz.
-Pues hemos venido para dar clase como todos los lunes, pero nos encontramos con que el instituto está vacío...- explica Edward.
-¿No os habéis enterado?
-¿Enterarnos de qué, Sr. Wilson?
-El Sr. Jones ha dado el día libre a profesores y alumnos porque su hija ha tenido un accidente con el coche por la mañana temprano.
-¿Puede dar el día libre por su hija?- pregunto incrédula.
-Si fuera algo sin importancia no, pero teniendo en cuenta que por lo visto ha sido grave, y que los profesores habían ido de excursión el fin de semana por lo que casi ninguno estaba aquí, pues si puede darlo libre.- asiento pero algo en mi cabeza hace click.
-Un momento, ¿¡su hija!?- digo abriendo los ojos como platos al darme cuenta de que Ellie podría estar en el hospital.
<<Par de lentos>>
-Si, la mayor.- Edward me mira alarmado y nos despedimos del conserje de inmediato.
-Tenemos que buscar a los demás.- asiento y ambos empezamos a correr hacia el aula de geografía donde justo nos encontramos a nuestros mellizos saliendo de la clase tan confundidos como nosotros hace unos minutos.
-¡Chicos el Sr. Wilson nos ha dicho que hoy no hay clase porque el director las ha suspendido!- exclama Edward.
-Ohh que bien, podemos irnos a casa... Espera, ¿por qué el padre de Ellie ha suspendido las clases?- pregunta Sophie mientras se pone pálida imagino que será de solo pensar en el por qué.
***
-¡Acelera Edward, necesito saber como está mi mejor amiga!- exclama Sophie totalmente nerviosa mientras que contiene las lágrimas.
-Sophie tranquila, Ellie va a estar bien, sabes que ella es fuerte como un roble.- la rubia sin poder evitarlo abraza a mi hermano el cual le corresponde intentando reconfortarla.
-Ya estamos aquí, rápido abajo.- todos asentimos y entramos en el hospital corriendo.
Nos acercamos al mostrador de información donde se encuentra una señora bastante mayor que yo diría debe estar apunto de jubilarse.
-Buenos días, ¿nos puede decir en que habitación está Elizabeth Jones?- pregunta Dylan para mi sorpresa muy educadamente.
La mujer teclea algo en su portátil y unos segundos después nos mira con cansacio como si estuviera harta de ver a tanta gente nerviosa y al borde de las lágrimas.
Que asco de señora, ¡pues que se hubiera buscado trabajo de costurera!
-Planta 7 habitación 420.- asentimos y nos adentramos en el ascensor donde Austin marca la planta 7. Seguidamente las puertas se cierran.
-¿James se habrá enterado?- pregunta Sophie después de un rato de estar callada.
-Claro que si, son vecinos.- digo para que Sophie se tranquilice lo cual no pasa.
-Pero entonces él me hubiera avisado a mí.
-Tal vez con los nervios se le haya olvidado, pero tranquila Soph, seguro que no es nada grave.- su mellizo sonríe pasando un brazo por los hombros de ella.
Justo en ese instante las puertas se abren en señal de que hemos llegado.
-¿¡Dónde está la habitación 420!?- pregunto a la primera enfermera que veo.
-Seguidme.- eso hacemos hasta llegar al fondo del pasillo donde hay un par de sillas y la habitación 420.
-Gracias.- agradece mi hermano. La enfermera se limita a sonreírnos e irse.
-¡Sophie!- exclama James al vernos llegar levantándose de la silla donde estaba sentado.
-Cierra el pico y dame un abrazo.- ordena la rubia con la voz rota. Su mejor amigo sin pensárselo se acerca a ella y la estrecha entre sus brazos.
El director se levanta pasando una mano por su cara y se dirige hacia nosotros.
-Sr. Jones, ¿¡qué rayos ha pasado!?- pregunta Sophie temiéndose lo peor.
-Ellie cuando se levantó para prepararse como todos los días que tiene clase, discutió fuertemente con su hermana así que cogió su coche y se fue furiosa de casa sin que yo pudiera impedírselo. Salió por la puerta en un estado de nervios, enfado y tristeza, y eso, claramente, no es una buena combinación para conducir. Al rato de conducir... Ellie se distrajo un momento y cuando se dió cuenta no tuvo tiempo para frenar, chocando con un coche aparcado en medio de la carretera puesto que sus pasajeros estaban fuera sepa Dios haciendo qué. Dichos pasajeros al darse cuenta de lo ocurrido rápidamente llamaron a la grúa para que se llevara ambos coches destrozados por el impacto y después a la ambulancia, que trajo aquí a mi hija junto a los dos chicos que habían dejado ahí el coche. Después recibí la noticia del accidente y junto con Lindsay, nos dispusimos a venir al hospital todo lo rápido que pudimos pero antes llamé al conserje para que comunicara a todos que hoy no habría clases, pero antes de salir, James llegó preguntando por Ellie como todas las mañanas ya que ellos se van juntos, pero le dijimos lo del accidente y él decidió también venir al hospital, y aquí estamos.
-¿Pero Ellie está muy grave?- habla Edward.
-Pues no lo sé porque nadie nos ha dicho nada.- cierra los ojos mientras resopla angustiado.
-Oye... ¿Y quiénes han sido los imbéciles que han dejado el coche aparcado en medio de la carretera?- pregunta esta vez Dylan con curiosidad.
-Han sido...
-Nosotros.
¡Hola corazones!
¡Feliz Navidad!
Espero que estéis pasando felices fiestas y que os hayan regalado todo lo que os merecéis, ¡yo por mi parte os regalo este capitulito escrito con todo mi love exclusivamente para ti!
Sé que debería haber publicado la semana anterior, pero quería publicar el último del año 2 capítulos, así que después subo otro 🙆
It's time of questions, bitches! 😎
¿Que os ha parecido el cap?
Cuando entraron al cuarto de Em y ella le tiro un cojín, ¿quién pensábais que era?
¿Qué pensáis de las 5 alarmas?
Yo creo que es buena idea 😂
¿Por qué pensábais que no había nadie en el instituto?
¿Quiénes son "nosotros"?
¿A qué pensasteis que se refería el título?
Momento más gracioso 🔚🔚🔚
Momento más confuso 🔜🔜🔜
Momento favorito 🔚🔚🔚
Lo que queréis leer 🔜🔜🔜
#VueltaALasQuejas😆
#DylanQuejica
#ConserjeMilagro👻
#EdwardYEmilyLentos😫
#QueEllieEstéBien😥
#MARATÓN💕
Esto no acaba aquí, corazones 💖