HARD TO LOVE - Sasuke Uchiha-

By MOON_IS_SHINE

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《 No hay manera de arreglarlo no te acerques tanto yo quiero que lo sepas de una vez 》 《 Nunca quise... More

HARD TO LOVE
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Fueron minutos que se estiraron como horas, envueltos en un silencio incómodo que ninguno se atrevía a romper. Akari sentía la necesidad de dar pasos con precaución, sin presionar demasiado al chico que tenía a su lado. Sasuke, por otro lado, repetía en su mente la importancia de cuidar cada palabra y acción, consciente de que un mal movimiento podía arruinarlo todo de nuevo. Así que, decidieron, al menos por el momento, que permanecer en silencio era la opción más segura.

Los dos pelinegros estaban tan sumidos en sus pensamientos que solo salieron de su introspección ante el estruendo que se generó en la puerta del aula. Ino y Sakura llegaron entre empujones, montando un escándalo como era costumbre cada vez que se cruzaban. Parecía que querían atravesar la puerta al mismo tiempo.

— Sakura... deberías dejar de prestarle tanta atención a Ino —susurró Akari con voz suave.

Comprendía que, en algún momento, fueron amigas, pero en el presente, no podían pasar ni dos segundos sin lanzarse insultos la una a la otra.

— Hmp. Qué ruidosas —murmuró Sasuke, expresando su descontento con un tono apenas audible.

El gesto del Uchiha no pasó desapercibido para Akari, quien esbozó una sonrisa leve ante la respuesta del chico. Era un indicio de que, de alguna manera, compartían ese sentimiento de molestia ante el alboroto innecesario de las dos chicas.

Sakura divisó a Akari en medio de su discusión con Ino. Entre el alboroto, sus ojos se encontraron brevemente, y la niña le dedicó una sonrisa amistosa, saludándola con un gesto de mano. La Haruno, aprovechando un momento de pausa en la pelea con quien ella solía llamar "Ino-puerca", se acercó a la mesa donde estaba sentada su amiga.

— ¿Puedo...? — señaló el asiento vacío junto a Akari, preguntando con una mirada esperanzada.

— ¡Claro, Sakura-chan! —respondió, sonriendo ampliamente—. Siéntate, ¿cómo va todo?

Sakura agradeció con un gesto de la cabeza y tomó asiento a lado de Akari, dejando atrás la discusión con la Yamanaka. Se sintió aliviada de tener un respiro del alboroto y poder conversar con su amiga tranquilamente.

— ¡Menos mal! Estaba a punto de estallar con Ino —susurró con un suspiro de alivio mientras se acomodaba en su asiento.

— Lo noté. Parece que no pueden estar ni un minuto sin pelear —respondió con una risita.

Las dos amigas intercambiaron una mirada cómplice, compartiendo un momento de entendimiento mutuo. La oji lila estaba acostumbradas a presenciar las acaloradas discusiones entre Ino y Sakura, pero agradecía siempre encontrar una forma de mantener su amistad intacta a pesar de todo y no meterse en ese fuego cruzado entre las dos niñas.

— ¿Y tú? ¿Cómo te sientes sobre hoy? —preguntó Sakura, cambiando de tema para evitar hablar más de incidente pasado.

— Estoy nerviosa, Papá dice que cuándo te asignan a un equipo, es donde muestras realmente que tan fuerte eres. Porque es una lucha constante de ver quien supera a quien.

Sakura asintió con una gotita en la sien.

— Eso suena a una guerra de egos, tu papá es un tonto.

No era una broma que, para la Haruno, el progenitor de los hermanos Todoroki no le agradaba. Había sido testigo de cómo su amiga cargaba con el peso de las expectativas de su padre en la espalda y de cómo entrenó tanto al punto de sangrarle las manos, para mostrarle a Enji Todoroki que ella también podía ser igual de buena que su hermano y este solo la miraba por encima. 

— Sí... bueno, ya lo sé. Además, me preocupa Naruto ¿sabes? es la tercera oportunidad que le dan. —suspira con pesar— No quiero verlo decepcionado otra vez.

Sakura frunció el ceño ligeramente, mostrando su frustración por la mención de Naruto. Su ceño se arrugó aún más, y sus ojos verdes destellaron con un brillo de disgusto.

— No entiendo por qué te preocupas tanto por él. Naruto siempre ha sido un inútil y un estorbo. Si no puede pasar un simple examen de graduación, es su problema. No necesitas preocuparte por alguien como él.

Akari sintió un ligero nudo en el estómago ante las palabras de Sakura. Sabía que su amiga tenía una opinión firme sobre Naruto, pero no podía evitar sentir compasión por él. Aunque no compartía la misma opinión sobre él.

Le respondió con sinceridad, buscando las palabras adecuadas para explicar la situación:

— Naruto es mi amigo, Sakura-chan. Uno de los pocos que mi padre me ha permitido tener. No puedo simplemente ignorarlo y no preocuparme por él. Además, él ha estado allí para mí en momentos difíciles, así que siento que debo estar allí para él también.

Sakura frunció el ceño, aún sin comprender del todo la relación entre Akari y Naruto.

— Pero, ¿cómo lograste que tu padre aceptara su amistad? ¿No te regañó por relacionarte con él?

Akari suspiró, tratando de encontrar una respuesta clara:

— No lo sé, Sakura-chan. Es extraño. Un día, mi padre nos vio jugando juntos en el parque y, en lugar de regañarme, solo suspiró y se fue. No entendí realmente qué pasó en ese momento, pero desde entonces, parece haber aceptado nuestra amistad.

Sakura asintió lentamente, procesando la información.

— Bueno, supongo que es algo bueno, ¿no? Al menos no tienes que preocuparte por eso. Pero aun así, Naruto sigue siendo... Naruto.

Akari asintió, reconociendo la peculiaridad de su amigo, pero también su valía como un amigo. 

Ninguna de las niñas notó la tensión en el cuerpo de Sasuke cuando escuchó el nombre de Naruto salir de los labios de Akari. El pelinegro apretó los puños con disgusto, sintiendo una punzada de incomodidad ante la mención del rubio, aunque trató de ocultar sus emociones bajo su habitual expresión impasible.

Mientras Akari y Sakura continuaban con su conversación, Sasuke desvió la mirada hacia la ventana, intentando concentrarse en cualquier cosa que no fuera el tema que estaba discutiendo. Por un momento, su mente divagó en los recuerdos de los encuentros anteriores con Naruto, recordando las veces en que el rubio había cruzado su camino y causado problemas. La sola idea de que Akari considerara a Naruto como amigo le causaba una sensación de malestar que no podía explicar.

Sin embargo, decidió mantener sus pensamientos para sí mismo, no quería interferir en la conversación de las chicas ni expresar abiertamente su aversión hacia Naruto. En su lugar, optó por mantenerse en silencio y enfocarse en su propia preparación para el examen, aunque no pudo evitar sentir una ligera incomodidad que persistía en el fondo de su mente.





— Bien, comencemos con el examen final. —habló Iruka mientras sostenía unas hojas en sus manos. — Cuando mencione su nombre, se dirigirán al cuarto de exámenes. El examen final será sobre Bunshin No Jutsu.

Las palabras de Iruka resonaron en el aula, marcando el inicio del tan esperado examen final. Con cada palabra de Iruka, la tensión en el aula aumentaba, y Akari se encontró mirando a su amigo Naruto con preocupación.

Naruto, por su parte, lucía visiblemente tenso, con el ceño fruncido y una expresión de nerviosismo en su rostro. La técnica de replicación, Bunshin No Jutsu, era conocida por ser una de las habilidades más básicas pero fundamentales en el entrenamiento de un ninja. Sin embargo, para Naruto, esta técnica había sido su talón de Aquiles desde el principio de su entrenamiento.

Akari recordaba las numerosas veces que Naruto había luchado por dominar el Bunshin No Jutsu, solo para encontrarse frustrado una y otra vez. Aunque admiraba la determinación y el espíritu perseverante de su amigo, no podía evitar sentirse preocupada por él en este momento crucial.

Observando la ansiedad en el rostro de Naruto, Akari se sintió impulsada a ofrecerle palabras de aliento, pero sabía que no podía hacerlo en ese momento. En cambio, le envió una mirada de apoyo, esperando transmitirle su confianza de que podía superar este desafío. Sabía que Naruto necesitaba su confianza y amistad más que nunca en este momento crucial, y estaba decidida a estar ahí para él, pase lo que pase.

Akari entró al cuarto de exámenes con una mezcla de nerviosismo y determinación. Su mente estaba ocupada con cálculos rápidos mientras observaba las bandanas en la mesa, tratando de calcular cuántos estudiantes ya habían pasado y cuántas bandanas quedaban. Si todos los que habían entrado antes habían pasado el examen, debería haber una correspondencia exacta entre los que faltaban por hacerlo y las bandanas restantes en la mesa.

Sin embargo, su corazón se hundió cuando se dio cuenta de que había una bandana más de la que esperaba. Los números no cuadraban. Un escalofrío de preocupación recorrió su espalda mientras sus ojos se posaban en la bandana adicional, confirmándole que Naruto no había logrado superar el examen.

La decepción pesaba en su pecho mientras se acercaba a la mesa para comenzar su propio examen. Aunque estaba decidida a concentrarse en su propio desempeño, no podía evitar sentirse afligida por su amigo. Sabía lo importante que era para Naruto graduarse como ninja y lo mucho que había trabajado para llegar hasta ese momento.

Akari respiró hondo y se concentró en su examen, pero su preocupación por su amigo seguía latente en su mente. Finalmente, llegó su turno para presentar su jutsu de replicación frente a  Mizuki-sensei e Iruka-sensei.

— Akari Todoroki, es tu turno. ¿Estás lista? —preguntó Iruka con una sonrisa alentadora.

Akari asintió con determinación y realizó los sellos de mano necesarios para ejecutar el Bunshin No Jutsu. Un par de clones se materializaron frente a ella, mostrando su dominio sobre la técnica.

Mientras tanto, Mizuki observaba atentamente, evaluando cada detalle del desempeño de la joven ninja.

— Muy bien, Akari. Tus clones parecen bastante sólidos. Ahora, ¿puedes hacerlos realizar una acción coordinada? —preguntó Mizuki.

Akari asintió y dio una orden a sus clones, quienes comenzaron a realizar una serie de movimientos coordinados sin problemas.

— Impresionante, Akari. Tu dominio sobre el jutsu es excelente —comentó Iruka, sonriendo con satisfacción.

—Bien hecho, Akari. Has pasado el examen final. Felicidades. —dijo Mizuki con una sonrisa mientras le entregaba la ansiada bandana ninja.

La pelinegra agradeció con una sonrisa y estaba por retirarse del cuarto de exámenes, pero no pudo evitar preguntar por su amigo.

— ¿Y Naruto? ¿Cómo le fue? —preguntó Akari, preocupada por el destino de su amigo.

Iruka, que estaba al lado de Mizuki, negó con la cabeza, revelando la triste noticia.

— Lamentablemente, Naruto no logró pasar el examen esta vez. —respondió con expresión comprensiva.

Un suspiro escapó de los labios de Akari, reflejando su preocupación por Naruto. La noticia la afectó más de lo que esperaba. Aunque estaba feliz de haber pasado, la decepción de su amigo la impactó profundamente.

Akari caminó de regreso al salón con la bandana ninja en su mano, buscando a Naruto entre los estudiantes. Sin embargo, no logró encontrar la cabellera rubia que tanto buscaba. Sus ojos recorrieron el salón con preocupación, pero no había rastro de su amigo.

Decidió buscar un lugar para sentarse, sintiéndose dividida entre la alegría de haber pasado el examen y la tristeza por Naruto. Encontró un asiento vacío en una esquina del salón y se sentó allí, sintiéndose sola a pesar de estar rodeada de otros estudiantes.

Observó a los demás alumnos mientras esperaba que el tiempo pasara, reflexionando sobre lo que significaba haber aprobado el examen final. Estaba feliz por su logro, pero al mismo tiempo, el vacío dejado por la ausencia de Naruto pesaba en su corazón.





Al salir del salón, Akari encontró a su madre esperándola en el exterior de la academia. Kanae notó de inmediato el semblante triste de su hija y se acercó a ella con preocupación.

— ¿Qué pasa, mi pequeña? ¿Por qué esa carita tan triste? —preguntó con tono suave, sosteniendo el rostro de su niña entre sus manos.

Akari bajó la mirada, sintiéndose abrumada por la tristeza que la invadía. Finalmente, decidió abrir su corazón a su madre.

— Es Naruto... —comenzó, su voz temblorosa revelando su angustia—. No aprobó el examen.

Kanae frunció el ceño, sintiendo el pesar de su hija.

— Oh, cariño... Lo siento mucho. Sé que Naruto es muy importante para ti.

A lo lejos, a través de la multitud que salía de la academia, Akari y Kanae distinguieron la figura de Naruto, sentado solo en el columpio frente al edificio. La pelinegra menor sintió un impulso inmediato de acercarse a él, pero algo la detuvo.

— Mamá, ¿puedo ir a hablar con Naruto? —preguntó Akari, pero antes de que su madre pudiera responder, dos señoras que estaban cerca comenzaron a murmurar entre ellas sobre el fracaso de Naruto en el examen.

La preadolescente frunció el ceño, sintiéndose enfurecida por los comentarios despectivos hacia su amigo. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, su madre intervino.

— ¿Tienen algún problema con Naruto? —inquirió Kanae con voz firme, enfrentando a las dos señoras con una mirada desafiante.

Las señoras se quedaron momentáneamente sin palabras, sorprendidas por la intervención de Kanae. Una de ellas finalmente habló, con un tono lleno de desprecio.

— No deberías hablar de ese niño, Kanae. Todos sabemos que es un desastre y que ni siquiera debería estar aquí.

La mencionada apretó los puños, su rostro se endureció, estaba enojada.

— Ese "niño" tiene un nombre, y es Naruto Uzumaki. No permitiré que lo insulten ni difamen su nombre. Ha trabajado más duro que nadie para llegar hasta aquí.

La otra señora intervino con un tono sarcástico.

— Oh, sí, el pobre niño marginado que tiene al demonio de las nueve colas dentro de él. No deberías estar defendiéndolo, Kanae. Es peligroso y todos deberíamos mantenernos alejados.

Kanae mantuvo su compostura, pero su mirada ardía con determinación.

— Naruto no es el demonio, es una persona como cualquiera de nosotros. Y tiene tanto derecho como cualquier otro a perseguir sus sueños y ser tratado con respeto. Si no pueden entender eso, les sugiero que se vayan antes de que me vea obligada a hacerlo yo misma.

Las dos señoras se quedaron en silencio, sorprendidas por la firmeza y el desafío de la Todoroki. Finalmente, sin decir una palabra más, se alejaron apresuradamente, evitando el contacto visual. Kanae miró a su hija con una sonrisa tranquilizadora.

— Vamos a hablar con Naruto. Estoy segura de que apreciará tu apoyo en este momento difícil.

Con un suspiro de frustración, Akari y Kanae se dieron cuenta de que Naruto ya no estaba en el columpio. El asiento vacío oscilaba suavemente, como un recordatorio silencioso de su presencia anterior. Akari sintió un nudo en el estómago, deseando haberse acercado más rápido.

— Parece que Naruto se fue...—murmuró, con una mezcla de decepción y preocupación.

Kanae puso una mano reconfortante en el hombro de su hija y le dio una sonrisa tranquilizadora.

— No te preocupes, Akari-chan. Seguro que lo encontraremos más tarde. Vamos a casa por ahora.

La Todoroki menor asintió, aunque se sintió frustrada por no haber podido hablar con el Uzumaki cuando tenía la oportunidad. Juntas, madre e hija se alejaron del lugar, con la esperanza de poder encontrar a Naruto más tarde y ofrecerle su apoyo.

En el camino a casa, Akari no pudo dejar de pensar en su amigo y en cómo se sentiría después de haber reprobado el examen. Estaba decidida a estar allí para él cuando lo necesitara, y esperaba que Naruto supiera que siempre tendría su apoyo, pase lo que pase.





Akari viendo la discusión entre las doñas metiches y su mamá: 

En otras noticias ¿ya vieron la nueva y y preciososa portada hecha por la bellísima ournami?
Yo la amo mucho, y a la portada también claro está. Vayan y denles mucho amor a sus historias, son muy buenas y si gustan algún gráfico, tiene una graphic shop, su trabajo en impecable y demasiado lindo <3 



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