¡Recuerden que subí dos capítulos, no vayan a confundirse! besos y que disfruten, ocurre algo
Habían pasado exactamente cinco semanas desde que Stiles comenzó sus labores como editor en el periódico universitario, no le desagradaba de hecho, era bastante entretenido, pero a veces agotador, habían días en que los documentos a revisar eran muchos, y tenía que quedarse hasta tarde revisando y transcribiendo, pero ya le había agarrado el ritmo.
Las clases habían terminado hace algunas horas, pero Stiles aun estaba sentado en su banco, en el de siempre a un lado de la ventana, tenía su cabeza recostada encima de la mesa, y la mirada perdida hacia los jardines, observando cómo los estudiantes comenzaban a usar abultados abrigos, gorros y bufandas. Dejó salir un suspiro ya calmado, definitivamente no le gustaban las clases, mucha gente y muchas posibilidades de quedar en ridículo, apoyo su mano cerca de su cara y jugó con la pastillita blanca que no se tomo.
Stiles siempre llevaba uno o dos frascos de sus pastillas para aquellos casos, los primeros meses en la universidad fueron los peores, y donde más se redujo el contenido de sus frasquitos, por lo normal uno le duraba el mes, pero desde que entró en un mes casi se había tomado un frasco y medio. Sus pastillas eran con receta médica y no podía ir y comprarlas en una farmacia, uno porque no iban a vendérselas y dos no se atrevía a entrar a esos lugares, podía sentir como lo juzgaban y lo miraban, no sabía cómo podían hacerlo esos chicos que iban a comprar condones como si nada.
Volvió a suspirar cansado, esos ataques lo dejaban agotado y hace bastante que no tenía uno tan fuerte, y en público, al menos fue casi al final de las clases y todos se retiraron nada más al terminar, así que nadie le dio importancia. Sintió su pantalón vibrar, seguramente un mensaje de texto, desganado sacó su celular del bolsillo y lo alzó para ver la pantalla, era un mensaje de Lydia.
Lydia:
Mañana entregaran las notas de los trabajos, no faltes.
Stiles rodo los ojos, obvio que no iba a faltar, y escribió una respuesta rápida.
Stiles:
Allí estaré.
Sabía que iban a tener una calificación alta, estaba confiado, hasta ahora era el mejor trabajo que había hecho y se había esforzado mucho. La compañía de Lydia aun le ponía intranquilo y a veces le hacía sentir incomodo, pero era pasable, aunque el carácter de la chica complicara un poco las cosas y su fama, fue el centro de cotillas por algunos días cuando la pelirroja entro a paso seguro a su clase de escritura, para acordar revisar el trabajo antes de entregarlo, después de básicamente intimidarlo, sonrió sínicamente y se retiró dejando a Stiles congelado de los nervios, y fue peor cuando unas chicas le preguntaron qué relación tenía con Lydia Martin, farfulló un casi inentendible nada y salió a tropezones hasta el baño más cercano, encerrándose a tomar su pastillas y regular su respiración, no fue tan malo otras veces era peor.
Miró la hora, eran las cinco de la tarde y el cielo era de un gris oscuro, definitivamente el invierno se les vino encima, de mala gana se levantó, aun le quedaba material para revisar y cosas que estudiar, salió de la sala rumbo a la biblioteca, arrastrando sus pies y con la cabeza gacha, si fuera por el ya estaría llorando en su cama, mientras escuchaba música hasta dormirse, pero no tenía ni tiempo para ser miserable, pero cuando llegó a la biblioteca descubrió que estaba atiborrada de gente, todas las mesas estaban dos o tres personas, e incluso hasta en el sótano de la biblioteca había gente, y en esos momentos no tenía ganas de tratar con personas, pensó en ir a la habitación, pero no había ordenado y si llegaba seguramente no iba a hacer nada, bostezó de hambre y de cansancio, miró hacia a fuera del campus, podría salir e ir a buscar algo de tomar, hacía frío y le apetecía un chocolate caliente.
Arreglándose bien su chaqueta y colocándose su gorro blanco de lana en la cabeza, salió al exterior, había varios locales de comida cerca de la universidad.
¿Por qué será?
Ironizó Stiles, de hecho antes por sus constantes ataques de pánico y su concentración de no cagarla en clases, no había dado cuenta del hambre que producía estudiar, Derek hizo que se diera cuenta de ello, desde que se hicieron amigos fue agarrando confianza con el mayor, y dio cuenta del gran apetito de este (entre otras cosas). Desde que no iban a la playa ya por el frió, Derek lo llevaba a comer a cualquier lugar de comida que se cruzara, pero los dos habían acordado en que a ninguno le gustaba el sushi, así que evitaban cualquier restaurant japonés, pero había un lugar en especial que a Stiles le agradaba, el Starbucks. Nunca había ido a ninguno, pero cuando puso un pie en el lugar, no se sintió tan incomodo o fuera de lugar como los otros locales de comida, quizás porque el lugar estaba lleno de gente rarita como él, pero nadie le prestaba atención.
Cruzó la calle y miró por la vitrina, no había mucha gente parecían ser los mismo de siempre, empujó la puerta y entró, se paró cerca del mostrador y miró la cartelera de opciones. En realidad siempre pedía lo mismo, aquello solo era para hacer tiempo.
Miró hacia adelante, el trabajador estaba de espalda, era alto y moreno, de brazos musculosos, tosió para ver si podía atraer su atención, pero nada.
- Eh, disculpe... - nada. – oiga...
- Oye, no estoy tan viejo para que me trates de usted – respondió Derek dándose vuelta, dejando con la boca abierta a Stiles.
- ¿ah?
- Hola princesa ¿Qué vas a llevar? – dijo apoyándose en el mesón a espera del pedido.
- Trabajas aquí...
- Sí... ¿no se nota? – ironizó levantando una ceja.
- No me dijiste.
- Sí lo hice – lo pensó. – bueno, te lo comenté.
- ¿lo hiciste?
- No me pusiste atención, estabas escribiendo en tu computador en modo turno, dudo que me prestaras atención – se excusó, tomando un vaso.
Stiles se sonrojo y hundió la cabeza en su chaqueta avergonzado.
- Oh... lo siento.
- Ya que – se encogió de hombros. – de todas formas ya lo descubriste ¿Qué vas a pedir?
- Mmm...
- Espera, te preparó algo yo.
Stiles se quedó allí parado viendo como el mayor se movía por detrás de la barra con mucha agilidad, se sorprendió de su soltura para hacer todo aquello, él no podría ni con un pedido, estaría en pánico.
- Listo – dijo Derek, extendiéndole el vaso humeante. - cuidado está caliente.
- Gracias – susurró sonrojado. - ¿Cuánto es?
- Nada.
- Pero...
- Tranquilo, la casa invita – sonrió, revolviéndole el pelo de paso.
Sonrojado, Stiles se fue a sentar en una mesa al fondo, donde podría pasar desapercibido, pero tenía todo una panorámica de los movimientos de Derek, podía ver como se desenvolvía en su trabajo y como siempre era perfecto, a veces Stiles envidiaba eso, pero era cosa de ver al moreno ¿A quién no le sacaba un suspiro al verlo? quizás por eso le gustaba.
¿Qué?
Levantó la vista sombrado, mirando a Derek como si fuera la primera vez que lo hubiera visto. A nadie le sorprendería si dijeran que Stiles le gusta Derek, pero para él, era un nuevo sentimiento jamás experimentado, como dicen en las películas y historietas que el castaño lee "un planeta no habitado", era una estupidez y Stiles lo sabía, el moreno nunca lo vería como algo más, ya le costó ser su amigo y entenderlo, y para colmo su puñetera ansiedad que siempre arruinaba todo, quiso llorar de la impotencia ¿por qué todo tenía que ser tan difícil?
- Stiles – lo llamó el moreno quitándose el delantal verde. – mi turno ya terminó ¿vámonos?
- ¿eh? Sí, sí claro.
Otras vez las mariposas, pero esta vez era aun peor que la vez anterior, era como si se hubieran drogado y comenzado a bailar en su estomago, quería vomitar, y en lo posible vomitar las mariposas drogadas.
- ¿estás bien? – preguntó Derek confundido. – estas verde.
- Sí, solo me duele un poco el estomago – murmuró sujetándose el estomago.
- Creo que te cayó mal la bebida.
Stiles sintió como transpiraba, habían sido demasiadas emociones intensas, y la cercanía del mayor no ayudaba, podía ver como las luces de los autos se hacían borrosas y comenzaba a faltarle el aire, entonces no aguanto más y se arrojó contra el basurero más cercano, expulsando todo lo que había comido, sintió que había votado hasta sus intestinos, cuando acabó le dolía su garganta y sentía sus ojos arder, qué iba a pensar Derek de él, había hecho lo más vergonzoso y humillante frente al chico que le gusta, se quería morir allí mismo o que lo tragara la tierra, lo primero que sucediera.
- Oye, tranquilo solo vótalo todo – dijo suavemente Derek frotándole la espalda.
Stiles no se había dado que el moreno le había estado sobando la espalda mientras él vomitaba, no se había alejado. Se retiró lentamente hasta quedar nuevamente erguido, pero estaba muy avergonzado como para mirar a Derek a la cara.
- Toma – extendió el mayor. – límpiate.
- Gracias... - murmuró el castaño, limpiándose la boca con el papel que le dio Derek.
Quería llorar, acaba de darse cuenta que Derek le gustaba, y no pudo controlar su ansiedad frente al chico que le gustaba, era un idiota, seguro que al moreno le parecía asqueroso.
- Oye, está bien, tranquilo – susurró el mayor, limpiando una lagrima con sus pulgares. – no te sientas mal, a cualquiera pudo pasarle.
La voz de Derek sonaba tan amable y sus manos estaban muy tibias contra sus mejillas frías, se sonrojo aún más.
- No... - hipó Stiles. – no.... Está bien... es... humillante.
- Oye. – rio suavemente. – se que debe ser mil veces más horrible para ti, pero tranquilo a mi no me molesta, a mi igual me ha pasado, la diferencia es que yo estaba bebido. – dijo revolviéndole el cabello, mientras posaba la otra mano en el hombro del chico.
- Pero y la gente que me vio...
- ¿A quién le importa? Solo debes preocuparte por las personas que realmente te importan.
- Entonces ¿a ti no te molesta que haya vomitado frente a ti?
- No, Stiles no me molesta – sonrió. – ven, vamos que hace frío y tú no te sientes bien.
- Sí, vamos.
Juntos cruzaron la calle rumbo a los dormitorios, ambos muy cerca del otro.
ooooooooh Stiles ya se dio cuenta que Derek le gusta o.o ¿qué se vendrá ahora?