Draco Malfoy y el príncipe de...

By ilianabananaa

2.4M 334K 309K

Drarry/Harco. Draco había desarrollado una extraña obsesión con Harry Potter desde que lo conoció en la tien... More

Segunda Edición
Book Trailer
El inicio.
Camino a Hogwarts
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25
27.
28.
29.
30.
31.
32
33
34.
35.
36.
37
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54
55.
56.
57.
58.
Epílogo.
Continuación.
Agradecimientos.
Más historias.

26.

34.3K 5.1K 6.1K
By ilianabananaa

—Draco... ¿Estás enamorado de Parkinson? —Preguntó Harry con timidez y sin apartar la mirada de su ensayo de Historia de la Magia.

El rubio se quedó quieto, dejó de escribir lo que sea que estuviera escribiendo en su pergamino y levantó la cabeza lentamente, Harry no le miraba, pero tampoco parecía estar realmente concentrado en su tarea.

La verdad es que Malfoy jamás se lo había preguntado, aunque sabía que seguramente la respuesta era no, aun así hizo un ademán meditativo y regresó su vista a su libro de transformaciones.

—¿Me llamaste Draco? —Preguntó divertido. Harry bufó con fastidio.

—Malfoy... —Se corrigió, la verdad es que le parecía estúpido tener que llamarlo por su apellido y definitivamente detestaba que el rubio, ni una vez, desde se habían hecho amigo hacía tres años, le hubiese llamado por su nombre de pila. Ni una.

—Mmm... —Pronunció el rubio, no muy convencido de cómo le había hablado.

—Malfoy, su majestad —Volvió a corregirse Harry rodando los ojos. —¿Vas a contestarme o no?

Draco soltó una carcajada, le encantaba hacer desatinar al pelinegro, ya fuera frente a todo el mundo o en privado y ahora, que tenían muchísima confianza entre los dos, no se limitaba demasiado, aunque tampoco era cruel.

—¿Sabes lo que es el amor? —Le preguntó en respuesta.

—Pues por supuesto —Respondió el pelinegro levantando el rostro y mostrando una expresión orgullosa. Draco alzó una ceja, animándolo a seguir hablando. —Es cuando ves a alguien y sientes que vas a vomitar.

El ojigris soltó una carcajada, fue demasiado fuerte, tanto que por un momento, ambos chicos temieron haber llamado la atención de Filch o Peeves.
—Es obvio que eres un experto —Se burló.

Harry dejó su tarea a un lado y se cruzó de brazos con el ceño fruncido.
—Eres bastante bueno para burlarte. Quiero oír tu definición de amor —Le retó el pelinegro.

Draco lo miró atentamente, el rostro de Harry estaba rojo por la vergüenza, su cabello negro y desarreglado se arremolinaba por toda su cabeza, sus ojos verdes y brillantes le desafiaban y miraban con una mezcla de enfado y pena.

No era que Draco Malfoy, a sus trece años, no se hubiera preguntado que era el amor, pero la verdad es que no le había dado tanta importancia. Sabía que amaba a sus padres y quería muchísimo a sus amigos, pero sabía que el tipo de amor por el que Harry preguntaba no se acercaba ni por poco a lo que él concebía por amor, así que sonriendo y aun mirando aquellos ojos verdes y brillantes se encogió de hombros.

—No lo sé.

Harry que, hasta ese momento, se había mantenido serio y rígido pronto se relajó y puso ambos brazos a su costado, miró a Draco como si estuviera viéndolo en su lecho de muerte y suspiró, rindiéndose.

—¿Por qué pareces tan decepcionado? —La preguntó su amigo.

Harry desvió la mirada nuevamente a su trabajo.

—Esperaba que pudieras ayudarme —Dijo con sinceridad.

—¿Estás enamorado de alguien? —Preguntó el rubio, de pronto más interesado en aquella conversación.

—Sí, no, no lo sé.

—¿Es la Weasley?

—¿Qué? No...

—Entonces es Creevey.

—No, no es Colin. Aunque la semana pasada se me declaró.

Draco soltó un jadeo de sorpresa.

—¿En serio?

—Sí, me dijo que le gustaba mucho, pero que sabía que yo estaba muy ocupado siendo "Harry Potter" y que aún éramos muy jóvenes, pero que tal vez en un par de años podríamos salir.

—Merlín... Los niños de ahora son bastante directos.

—Sólo es un año más chico que nosotros —Dijo Harry divertido. —Nosotros aún somos niños.

—Habla por ti, Potti Potter —Draco se enderezó en su asiento con gesto triunfal —Yo soy muy maduro.

—¿Me acabas de llamar Potti?

—Aja...

—¿Por qué no simplemente me dices Harry?

—Potti te queda mejor —El rubio se puso de pie con su pergamino y se sentó junto al pelinegro —Pero no evadas el tema ¿Quién es el afortunado? ¿Es una chica? —Draco lo miró horrorizado y Harry por un momento creyó que su amigo se estaba volviendo loco. —No me digas que es esa Cho Chang.

—Chang es muy bonita, pero no, no es ella.

—¿No vas a decirme, ¿verdad?

Harry negó con la cabeza.

—¿Y por qué crees que estás enamorado?

—Porque cada que le veo tengo ganas de vomitar —Respondió con simpleza y Draco volvió a soltar una carcajada.

—¿Y por qué no le dices? Creevey será un idiota, pero fue lo suficientemente Gryffindor para declararse, tú eres el doble de Gryffindor que él. ¡El triple!

Harry sonrió y negó divertido.
—Por qué esa persona ya está saliendo con alguien y no está enamorada de mí.

—Pero... ¿Le gustas?

—Te acabo de decir que...

—Sí, sí. Ya sé lo que acabas de decir, pero una cosa es gustar otra estar enamorada.

—Pues... no lo sé....

Draco sonrió ampliamente.

—Eres muy guapo Harry —Dijo de pronto, haciendo que Potter se sonrojara hasta las orejas. —No hay nadie en el colegio a quién no le gustes y por ahí podrías empezar.

—¿Gustándole?

—Ajá. Mira, —Se acercó e intentó peinarlo, sin éxito — primero que nada debes hacer que le gustes, entonces, cuando te conozca y pasen más tiempo juntos puede que se enamore de ti. Pero debes ser muy discreto, muchas chicas y chicos pierden el interés cuando eres demasiado obvio.

—Pansy era demasiado obvia y tú eres su novio.

—Claro, pero no es nada en serio.

—¿No lo es?

—Por supuesto que no, Potter, tenemos trece años. Lo único que puedo tomarme en serio en este momento es la escuela.

—Supongo que tienes razón.

—Yo siempre —Contestó Draco, pero aquella sonrisa fue tan brillante y perfecta que lo único que ocurrió fue que aquellas "ganas de vomitar" con lo que Harry describía al amor volvieran a instalarse en el estómago del pelinegro.

Por qué Harry Potter podía ser bastante torpe, distraído y un desastre, peor no era idiota y sabía que aquellas cosas que sentía por Malfoy sólo podían describirse con una palabra: Amor.
Pero, ¿Cómo podía decírselo a Draco? Era obvio que el rubio no tenía interés en descubrir lo que aquella palabra significaba y tal como iban las cosas, tal vez tendría que esperar a que ambos tuvieran la mayoría de edad para decirle a su amigo que se había enamorado de él.

¿Por qué el amor tenía que ser tan complicado para un niño de sólo trece años? ¿Se haría más fácil con el pasar del tiempo? No, la respuesta era no.
Harry suspiró.

Había dos cosas muy claras para el pelinegro, la primera era que, aunque le hubiera dicho a Draco que no sabía si estaba enamorado, la verdad es que lo tenía clarísimo. Y la segunda es que se había ido a enamorar del imbécil más insensible de todo el colegio, porque de entre todos los chicos y chicas de Hogwarts, se había ido a enamorar de su amigo, el que no tenía ni idea de lo que era el amor romántico y que para empeorarlo tenía novia (una de adorno, porque en su vida habían tenido una cita o si quiera se habían besado).

—Supongo que no irás a Hogsmeade mañana —La voz de Draco le sacó de sus pensamientos.

—No tengo el permiso.

—Podrías ir con la capa invisible.

—Hermione dice que es peligroso, Black anda por ahí y todos saben que me está buscando.

Draco se tensó ligeramente, sintiendo la culpa de no haberle contado lo que sabía de Sirius Black, el traidor, el asesino de sus padres.

—Salazar me perdone lo que voy a decir, pero, tiene razón.

—Bueno, podré adelantar tareas y esas cosas.

—Te traeré dulces, lo prometo y muchos artículos de broma.

Harry sonrió en agradecimiento y ambos continuaron con sus deberes hasta que se sintieron lo suficientemente cansados como para continuar y decidieron volver a sus salas comunes.

(...)

Al día siguiente era sábado y Draco despertó un tanto desganado, se había quedado junto con Harry hasta muy tarde haciendo tarea y, aunque no quería ponerse de pie, no quería perderse la excursión a Hogsmeade. Así que, haciendo un esfuerzo sobrehumano se puso de pie y se dirigió a las duchas dónde sus amigos ya lo esperaban.

Después de arreglarse y tomar un rico y nutritivo desayuno en el gran comedor, el rubio y sus amigos se dirigieron a Hogsmeade, todos bastante entusiasmados y hablando de cosas sin sentido. Draco, quién simplemente seguía la conversación de Blaise para no ser maleducado, pronto se encontró pensando en la plática que había mantenido con Harry la noche anterior.

Se había mostrado bastante curioso y animado ante su amigo, pero la verdad era que, por dentro, se había sentido devastado. Harry no podía estar enamorado, es decir, Draco en ningún momento le había dado permiso para estarlo y si a eso le sumaba que ni si quiera sabía quién era él o ella, se volvía totalmente loco. Porque su amigo podía estar enamorado de alguien mayor que quisiera provecharse de él, con lo puro y blanco que era Harry... ¡No! No podía permitirlo, no podía dejar que nadie le quitara aquella mirada inocente. ¿Y si la persona que le gusta estaba loca? ¡Merlín, podría hacerle daño a Harry! ¡Secuestrarlo!

—¿Estás bien? —Le preguntó Blaise con preocupación.

Draco salió de su debate mental sólo para encontrase con que Pansy, Greg y Vince habían entrado a una tienda donde vendían artículos escolares. Notó que su rostro se contraía en una mueca de angustia y rápidamente recobró su gesto de neutralidad.

—¿Por qué no iba a estarlo? —Preguntó evadiendo el tema.

Blaise que lo conocía prácticamente desde que habían nacido simplemente se encogió de hombros y no insistió más.

El clima en Hogsmeade era frio, en los tejados y en los caminos había montones de nieve, pero no había viento, por lo que no era tan incómodo mantenerse al aire libre.

Draco pensó en lo mucho que a Harry le hubiera gustado tener una pelea de bolas de nieve con él y suspiró discretamente. Ya hablaría con él, lo obligaría a confesar el nombre de la persona que le gustaba y entonces decidiría si era buena para él o no.

—Vayamos a la casa de los gritos —Dijo Draco de pronto.

—¿Estás loco? —Contentó Zabini con un dejo de medo en su mirada.

—Sólo vamos a verla por fuera, cobarde —Se burló Draco. —Los otros aún van a tardar bastante dentro de la tienda, podemos ir solo tú y yo —Sonrió —Te protegeré si algún fantasma quiere comerte.

Blaise se sonrojó pero mantuvo un gesto serio.

—Sé cuidarme solo.

Le contestó Blaise y comenzó a caminar en dirección a la Casa de los Gritos.

—¿Tu brazo aún duele por el frio?

—No, se encuentra mucho mejor. Pero dolía mucho.

—Se notaba. No entiendo como el idiota de Potter y sus amigos iban por allí diciendo que fingías.

—Porque creen que quiero que corran al idiota de Hagrid y que sacrifiquen al Hipogrifo.

—De verdad se tiene que ser muy idiota para creer que pasas tu vida tratando de hacerlos miserables.

Draco se encogió de hombros.

—La verdad es que me encanta fastidiarlos.

—¿Sabes qué pasará con el guardabosques?

—En cualquier momento recibiré una lechuza de mi padre. Tengo que ir al juicio para declarar por lo de mi brazo. Tengo que explicar que lo tuve inutilizado durante tres meses...

—¿En serio fue tanto?

—Si, pero como te dije, ya no dolía tanto... —Malfoy vio a Ronald de repente, se encontraba recargado en una vaya, mirando hacia la casa de los gritos—. ¿Qué haces, Weasley? — Levantó la vista hacia la casa en ruinas que había detrás de Ron—: Supongo que te encantaría vivir ahí, ¿verdad, Ron? ¿Sueñas con tener un dormitorio para ti solo? He oído decir que en tu casa duermen todos en una habitación, ¿es cierto?

Ronald hizo gesto de querer saltar sobre Draco y éste no podía sentirse más satisfecho al haberlo hecho enojar. Blaise miraba al pelirrojo con furia, amenazando con darle una paliza si se atrevía a atacar al rubio.

—Ahora mismo estábamos hablando de tu amigo Hagrid —dijo Malfoy a Ron—. Estábamos imaginando lo que dirá ante la Comisión para las Criaturas Peligrosas. ¿Crees que llorará cuando al hipogrifo le corten...?

¡PLAF!

Una bola de barro lo golpeó en la cabeza, Malfoy se inclinó hacia delante. Su pelo rubio platino chorreaba barro de repente.

—¿Qué demo...? —Iba a terminar la frase, pero aquello era demasiado obvio, Potter, San Potter y su capa de invisibilidad.

Ron se sujetó a la valla para no revolcarse en el suelo de la risa. Zabini miraba a todas partes, buscando al atacante. Malfoy se limpiaba el pelo.

—¿Qué ha sido? ¿Quién lo ha hecho? —Preguntó el moreno en voz baja, asustado.

—Esto está lleno de fantasmas, ¿verdad? —observó Ron, como quien comenta el tiempo que hace.

Draco no sabía si reír o hacer un berrinche por lo sucio que había quedado su cabello. No sabía si enojarse con Harry por haberle hecho eso, o con Weasley por siempre incitarlo a insultarlo.

¡PATAPLAF!

Esta vez fue Zabini quién recibió una bola de barro especialmente verde y de olor nauseabundo. Blaise se dirigió al lugar de donde había provenido el ataque y entonces pasaron dos cosas, cómo el moreno no veía muy bien por el barro terminó tropezando con algo y por un segundo, sólo uno pudo ver la cabeza flotante de Harry Potter.

Zabini soltó un grito, realmente convencido de que aquello era un fantasma. Corrió hacia Draco que aún se ocupaba de limpiar su cabello, lo tomó de la mano y lo jaló para alejarlo de ahí.
Malfoy no se resistió, no podía decirle a su mejor amigo que aquello no era un fantasma, que simplemente era el idiota de Potter, había prometido no decirle a nadie de la existencia de esa capa de invisibilidad y Draco Malfoy siempre cumplía sus promesas.

Pero lo que no pudo evitar fue que un atemorizado Blaise lo llevara hasta el castillo y que le contara a Snape todo lo que había pasado, Weasley, las bolas de barro y la cabeza flotante de Harry Potter.

Draco sabía lo que iba a pasar, sabía que Snape detestaba a Harry por una razón que desconocía y sabía que Blaise le acababa de dar al profesor de pociones la excusa perfecta para castigar a su amigo.

Suspiró. No tenía idea de cómo había hecho Harry para llegar a Hogsmeade, pero esperaba que su medio de transporte fuera lo suficientemente rápido para que ya se encontrara en su sala común sano y salvo. Ya después tendría tiempo para reclamarle lo del barro y su cabello, lo de su enamoramiento y el que, muy inconsciente saliera del castillo aún con Black detrás de él. 

Continue Reading

You'll Also Like

638K 53.1K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
191K 10.1K 92
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...
574K 77.5K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
190K 8.9K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...