Místicas Criaturas. El Reinad...

By MaryEstuardo2112

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El Reinado de la Oscuridad es la segunda parte de la trilogía de Místicas Criaturas. Daniel ha sido exiliado... More

Reparto (Personajes)
Booktrailer
Dedicatoria
Daniel. I
Daniel. II
Daniel. III
Daniel. IV
Daniel. V
Daniel. VI
Daniel. VII
Daniel. VIII
Alise. IX
Daniel. X
Alise. XI
Alise. XII
¡Aviso!
Daniel. XIII
Alise. XIV
Alise. XV
Daniel XVI
Alise XVII
Daniel XVIII
Daniel XIX
Alise XX
Alise XXI
Daniel XXII
Alise XXIV
Alise XXV
Daniel. XXVI
Daniel XXVII
Alise. XXVIII
Daniel XXIX
Daniel XXX
Alise XXXI
Alise XXXII
Daniel XXXIII
Alise XXXIV
Alise. Final
Agradecimientos
Respuestas
Reparto Libro III
Adelantos del libro III
Entrevista
Especial fin de año
Nuevos diseños
¡Nota!

Daniel XXIII

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By MaryEstuardo2112


El colosal edificio era vítreo, cristalino, pero de una consistencia tan nítida y sólida que su estructura, de aspecto cuadrangular, era tan resistente como el concreto y más que este, se asemejaba al acero.

Había sido construido íntegramente con material del éter y eso le confería gracia estelar y densidad. Tampoco era transparente del todo. Si bien, la fachada exterior, propiamente espejada, era capaz de devolver la imagen de quien cruzara frente a aquel, la visibilidad al interior era nula.

Comenzamos a caminar por la galería central, de cóncavo techo, flanqueada por diáfanas columnas de cristal. A ambos lados del pasillo principal, de pisos pulidos de mármol blanco, se abrían galerías contiguas, donde se podían apreciar innumerables filas de estanterías colmadas de libros. Las primeras cámaras contenían la bibliografía más moderna, más actual, y así seguían por orden temporal hasta aquellas vitrinas que contenían documentos de tiempos remotos, antiquísimos.

Sin duda, la biblioteca de Tierra Mítica era un reservorio del saber y la cultura Universal. Y sin vacilación alguna, podía afirmar que era uno de mis sitios predilectos.

Debimos ascender hasta el último piso, que era el décimo, donde la luminosidad era prácticamente exigua, a priori, para la preservación de los delicados pergaminos.

Allí estaba ubicado el portal, trazado, en un rúnico diseño en una de las paredes frontales, totalmente obsoleto, impenetrable. A simple vista podría confundirse como un simple tapiz, con una efigie singular e intrincada, pero los vestigios de la magia, aún arcaica, estaban presentes en el. Y sin embargo, en mis anteriores visitas, no había notado su verdadera procedencia.

—Aún dudo que esta sea una buena idea—comenté, mientras examinaba el diseño de cerca.

—Ya te he dicho que es la única manera de salvar a nuestra familia—argumentó Rafael, imitando mi gesto.

—Sí, ya lo has dicho Maquiavelo. "El fin justifica los medios"—rodé mis ojos y luego me recargué, en una de las estanterías, hundiendo mis manos en los bolsillos. Mi hermano me miró extrañado. No tenía por qué haberse leído "El Príncipe". Ni yo lo hubiera hecho, de no ser porque Argos tenía varios ejemplares en su biblioteca personal. Y vaya que entendía por qué—. Olvídalo—añadí—. Bueno y ¿cómo se supone que vamos a abrirlo?

—Iris dijo que cuando estuviéramos en la Biblioteca lo sabríamos... —respondió el alado, encogiendo sus hombros, mientras sus finos dedos, blancos como hueso, seguían palpando la textura de la pared, recorriendo las rúnicas gráficas del portal.

—¿No era más fácil que les dijera directamente cómo hacerlo?—era Clara quien hacía la pregunta, mientras husmeaba en las vitrinas cerradas, algunos ejemplares del delicado acervo bibliográfico, a través del cristal protector.

Era evidente que la pequeña castaña no conocía nada a la Reina de Tierra Mística, sino ni siquiera hubiera formulado la pregunta.

—A nuestra madre, le gustaba mucho andarse con misterios—contestó Rafael.

—Entonces además de ser bibliófila, era una enigmática empedernida—observó Clara.

—Vaya que sí. ¡Y una muy buena!—señalé haciendo una seña hacia el portal—. No es por jactarme pero soy especialista en interpretar lenguajes arcanos y esta litografía no me dice nada.

—Pero algo dice...—inquirió la chica.

—Pues sí. Aquel símbolo de ahí —dije señalando una runa ubicada en el extremo superior izquierdo del diseño—, es numerología persa. El signo representa al 1. Mientras aquel otro—señalé el símbolo que estaba pegado a aquel—es una letra y es la A. Luego las letras dispuestas en el extremo derecho forman la palabra "Génesis".

—Pero no hay ningún apartado "1 -A" en nuestro Génesis—se quejó Rafael, interrumpiendo. Al parecer había seguido la línea de mis pensamientos.

—Por lo que dudo que la respuesta que buscamos esté inscripta en el mismo portal o en nuestro Génesis...—afirmé, con obviedad, manteniendo mi postura despreocupada.

—Génesis también significa "principio"—acotó Brian, por vez primera, pues hasta el momento había estado algo abstraído, absorto en las antiquísimas obras de los estantes.

—Así es...—dije yo cambiando de postura, mostrándome un poco más interesado. Los ojos de los presentes se posaron en los del pelirrojo, que de pronto se veía abochornado.

—Y si la respuesta no está en el Génesis, sino aquí, en el principio—señaló una de las estanterías, posando su dedo puntualmente en la palabra "principio" grabada en el mobiliario, que indicaba que esa vitrina era la que contenía la colección primaria, y más antigua.

De inmediato, me dirigí hacia esta y constaté lo que él señalaba. También recordé la dinámica con la que Iris había clasificado los manuscritos. Confiriéndoles una letra y un número para ordenarlos, desde la combinación más simple, que yacía en ese piso, hasta las combinaciones más exhaustivas en los pisos inferiores. Y claro, también había usado letras en distintos idiomas para evitar repeticiones, iniciando con el alfabeto más prístino.

Rápidamente identifiqué el manuscrito de la sección 1-A y abrí la vitrina, tomándolo con delicadeza. Se trataba de un rollo de pergamino, de composición frágil y delicada. Lo apoyé en la mesa de lectura y cuidadosamente, valiéndome de unas pinzas especiales, comencé a desenrollarlo. Cuando quedó totalmente desplegado mi sonrisa se ensanchó considerablemente.

—Brian eres un genio—dije palmeando su espalda.

—Pero si está en blanco—acotó Clara, incrédula.

—¿Tan rápido olvidas la magia?—respondí yo y advertí la comprensión en sus ojos y en los de su compañero.

—Permíteme que lo haga—añadió Rafael, y extrayendo una de sus plumas plateadas de sus maltratadas alas, la cual se convirtió en una afilada espada, cortó la palma de su mano, dejando que las gotas de su sangre fueran absorbidas por el pergamino mágico.

Segundos después, este revelaba sus secretos. Habíamos encontrado la llave.

"La llave" consistía en un rezo, un hechizo de apertura que había sido elaborado por nuestra propia madre pues tenía su sello.

Cuando el zahorí terminó de recitarlo, se apartó del portal, retrocediendo hasta el variopinto grupo de seres mágicos que se había reunido en el recinto, listos para atravesarlo.

De inmediato el piso empezó a temblar. Las vibraciones movieron algunos estantes de lugar, algunos vidrios estallaron, y los libros cayeron. Algunos manuscritos se desintegraron por completo, como mariposas de alas quebradizas, difuminándose por el blanco suelo.

El inmenso portal se encendió, con lenguas de fuego dorado. Primero aquellas consumieron sus intrincados diseños, las runas, y luego la luz lo devoró por completo, sumergiéndonos en un cegador océano.

—No hay tiempo que perder Rafael. Tienes las coordenadas del portal terrestre más cercano al Refugio, conducirlos sanos y salvos hacia el—le indiqué a mi hermano.

Este asintió y de inmediato comenzó a ingresar en el pasaje primitivo al primer grupo de seres místicos.

Clara condujo al segundo y Brian al tercero.

A medida que más criaturas cruzaban el portal su magia aumentaba, crecía, y el poder que emanaba de él provocaba una nueva sacudida, un nuevo temblor que era cada vez más brusco que el anterior.

Ya a esas alturas los sismos había logrado abrir brechas profundas en la biblioteca y la estructura general ya estaba comenzando a peligrar. Todo colapsaría de un momento a otro y sabía bien que lo mismo que ocurría en aquel lugar, pasaba en la Tierra Mítica y de una manera mucho más rauda, más devastadora, considerando que nosotros nos encontrábamos en lo que podía considerarse una auténtica fortaleza.

Cuando ingresé al portal, luego de que el último de los seres se adentrara en él, pude ver como los bloques del techo comenzaban a caer, desgranandose como arena blanda, y mis ojos alcanzaron a captar un atisbo del cielo. Telangiectásicas grietas se disipaban por la superficie de nuestra bóveda celeste, a punto de estallar. Cuando eso pasara, la última barrera de protección caería, el ecosistema total colapsaría, y toda la Tierra Mítica, al igual que una supernova haría implosión.

Sentí la férrea mano de Brian cerrándose en torno a mi brazo, para terminar de arrastrarme hasta el interior del portal, del todo.

No llegaría a verlo, y así era mejor.

Cerré los ojos, y recompuse la fracturada imagen del cielo, para que se represente intacta y gloriosa en el interior de mi mente, cuando mis labios sellados musitaron, un silencioso "hasta siempre".

¡Hola amores!

Espero que no se angustiaran mucho u.u Como dijo Rafa, era algo necesario.

Sé que aún esperan el verdadero nombre de Dany, pero soy mala XD así que lo sabrán luego de leer a Alise. Pero les diré que también empieza con "D"

¡Otra noticia es que comencé mis vacaciones! Yeii

Al final fue antes de lo que creía, y por eso hoy habrán sentido mi sexy presencia en sus historias 😘

En la semana estaré actualizando mucho más 💜

¡Los amodoro!


El capi va dedicado a kariis78 ❤❤❤❤

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