Rival Inmortal. (Duología Inm...

By YuraFdez

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Una niña que fue adoptada por dos dioses, su vida transcurrió tranquila al lado de Caleb M'clow, pero al pasa... More

Capítulo 1. (Cumpleaños)
Capítulo 2. (Declaraciones)
Capítulo 3. (Beso)
Capítulo 4. (Celos)
Capítulo 5 (Siempre Caleb)
Capítulo 6. (Recuerdos de la muerte.)
Capítulo 7 (Vuelve a mi)
Capítulo 8. (Alas quemadas)
Capítulo 9. (Alas blancas)
Capítulo 10. (Aladiah)
Capítulo 11. (Pago de deuda)
Capítulo 12. (En casa)
Capítulo 13. (Llegó la hora)
Capítulo 14. (Piezas)
Capítulo 15. (Drekors y Kraff)
Capítulo 16. (Cristina)
Capítulo 17. (¿Me entrenas?)
Capítulo 18. (Nuevo poder)
Capítulo 19. (Sintiendo a la muerte)
Capítulo 20. (El mas allá)
Capítulo 21. (Pasiones)
Capítulo 22. (Planes)
Capítulo 23. (Sucesos extraños)
Capítulo 24. (Conversión)
Capítulo 25. (Misterios)
Capítulo 26. (Hermanos)
Capítulo 27. (Desastre)
Capítulo 28. (Recuerdos de una semidiosa)
Capítulo 29 (Isabella, Caleb y Damien. Parte 1.)
Capítulo 30. (Isabella, Caleb y Damien. Parte 2.)
Capítulo 31 (Cumpleaños)
Capítulo 32. (Localización)
Capítulo 33. (La celda)
Capítulo 34. (Tres corazones tristes)
Capítulo 35. (Aparente tranquilidad)
Capítulo 36. (Inocentes escondidos)
Capítulo 37 (Sobrevivientes)
Capítulo 38 (Llegaste tu)
Capítulo 39. (El choque de dos espadas)
Capítulo 41. (El amor sincero de la muerte)
Capítulo 42. (Ahora será inmortal)
Capítulo 43. (El amor de dos Inmortales)
Capítulo 44. (Hora de actuar)
Capítulo 45. (El trío)
Capítulo 46. (Azrael y Aladiah)
Capítulo 47. (Verdades de Malenka)
Capítulo 48. (La pureza del amor)
Capítulo 49 (Isis)
Capítulo 50. (Cambios)

Capítulo 40. (Vasariah)

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By YuraFdez

Damien.

No se que diablos había sucedido, aun no lo entiendo, pero sabia que ya nada podía hacer. Isis y mamá habían tenido razón. Aparecí en mi mundo y deje a Vasariah ahí, luego desaparecí y me fui al edificio al que siempre iba cuando quería pensar.  Me tiré en la azotea y cerré mis ojos.

Realmente odiaba esta sensación de derrota, el nudo en mi garganta, la quemazón en los ojos y el no saber si lo que hice estuvo bien o mal. Odiaba esto, odiaba que ella se hubiera acostado con Caleb, odiaba esta estúpida y maldita cosa entre Xavier y los dioses, odiaba todo lo que estaba pasando, me limpié una lagrima que se me había escapado, esto apestaba. Puse mi brazo en mis ojos para taparme, grité, grité muy fuerte. Quería solo soltar lo que estaba sintiendo, soltarlo y que ya no lo volviera a mi, no se si era posible pero eso quería. 

Inhalé y sentí su aroma a fresas y rosas, no hubo necesidad de mirar, ese olor nunca se me olvidara.


- ¿Que haces acá? - le pregunté.

- Pensé que necesitarías un amigo - dijo en tono suave.


Escuché sus pasos y su olor se intensificaba.


- ¿Cómo sabes donde estaba? - pregunté.

- Siempre se donde estará - dijo.


Quité mi brazo de mis ojos y abrí los ojos, se veía hermosa, la brisa jugaba con su cabello, tenia una mirada triste y preocupada, pero aun así me regalaba una sonrisa. Me acomodé y sin darle tiempo a reaccionar la abracé. 






Vasariah. 

Me sentía muy mal por Damien, su voz al despedirse de Caleb sonó quebrada. Él me dejo en el mundo de su padre y se fue sin decir una sola palabra. Me quedé ahí de pie, pensado en que debería hacer. Sabia que él se estaba sintiendo mal, todo lo que estaba pasando en el mundo de los Dioses, la razón por la que los dos estaban peleando era por ella, sentí una opresión en mi pecho, no era rabia, no eran celos, simplemente dolía. Negué con la cabeza, había una persona que me estaba necesitando, una persona que necesitaba un abrazo, cerré mis ojos y desaparecí, sabia donde estaba. Siempre estaba cuidando de él. 

Aparecí en la azotea del edificio al que él siempre iba cuando quiere pensar o tiene problemas. Lo vi tirándose en la azotea, me detuve por un momento , a Damien se le habia escapado una lagrima, sentí como mi alma se quebraba de tan solo verlo vulnerable, él posó su brazo encima de sus ojos para taparse y  empezó a gritar, su voz se quebraba pero gritaba con todas sus fuerzas. No podía dejarlo solo, caminé hacia él.  

- ¿Que haces acá? -  me preguntó, sin quitarse el brazo de encima

 - Pensé que necesitarías un amigo - dije en tono suave.  


Realmente solo quería ayudarte, me partía el alma verte así. Me acerqué mas a él. 

- ¿Cómo sabías donde estaba? - preguntó.

- Siempre se donde estará - le dije y realmente era así.


Damien apartó su brazo y fijó sus dulces ojos en mi, le sonreí, él se sentó y luego me abrazó, me había tomado por sorpresa, pero no lo dude ni un segundo para corresponder su abrazo, empecé a sobar su espalda y su cabello, sentí dos gotas de agua caer en mi hombro, pero sabia que eran lagrimas de él.


- Damien ... - susurré.


Él agarró con fuerza mi blusa, pero no se separó. 


- Todo va a estar bien - le dije.


Él asintió y sentí como inhalaba mi aroma, su nariz estaba en mi cuello.


- ¿Puedo solo quedarme acá? - me preguntó.


Sonreí y asentí.


- Claro Damien, descansa - le dije mientras rascaba y sobaba su cabello, poco a poco la respiración de él se fue tranquilizando hasta quedarse dormido, me quedé varios minutos después abrazándolo, luego lo aparté con cuidado y puse su cabeza en mis piernas, me quedé ahí sentada mientras el dormía en mis piernas, miré al cielo. 


- Lo siento, soy un idiota - escuché la voz de Damien. Bajé la mirada pero el seguía con sus ojos cerrados, ¿había sido ideas mías? luego vi una lagrima caer por el rostro de él, con mi pulgar limpié su lagrima y tomé su mano.


- Todo va a estar bien Damien - le dije en voz baja, y realmente esperaba que asi fuera.







Isabella.

Había ido a buscar a Damien, me preocupaba lo que él estaba sintiendo, yo lo podía sentir, pero realmente no sabia donde estaba. Me detuve por unos momentos y cerré mis ojos tratando de conectarme con él al punto de saber donde se encontraba. Después de unos minutos lo obtuve, estaba en un edificio, sonreí y me fui para allá, cuando llegué, me detuve. Vi a Vasariah y a Damien, él estaba dormido en las piernas de ella, mientras ella acariciaba la mano de él. Una sonrisa de tranquilidad me inundó. Ella se giró a verme, me había sentido. Fijó su vista en mi, junté mis manos y le gesticulé con mis labios un gracias, ella asintió y yo desaparecí.


Me alegra de que Damien tenga a alguien que esté para él. Aparecí en el mundo de los Dioses y segundos despues apareció Caleb a mi lado. 


- ¿Lo encontraste? - me preguntó.


Asenti.


- Pero ya había alguien cuidándolo - le dije. Me acerqué a él y deje que me abrazara, amaba estar en sus brazos. Era muy reconfortante. 








Xavier.

- ¿Cuando vamos a atacar - preguntó Cristina.

- Cuando todos tus hermanos estén listos - respondí.

- ¿Cuando será eso? - preguntó.

- Ya falta poco, cariño. Paciencia, veras como se disfruta la victoria - dije.


Cristina se quedó en silencio, sabia que ella tenia ganas de acabar con Isabella, pero yo solamente no iba por Isabella sino por todos ellos. Ademas, ni Caleb ni la muerte dejaran que alguien se acerque a Isabella, es necesario esperar a los hijos que estoy creando para que creen distracción mientras Cristina sacia su sed. Los Kraff, Drekors y humanos convertidos deben multiplicarse. Veré como se las arreglaran los Dioses, para tratar de acabar con todos ellos. 







Caleb.

Isabella estaba aún preocupada, lo podía notar. Estábamos en la academia ese ahora era nuestro hogar, por lo menos hasta que se arreglaran las cosas en el mundo de los humanos, la traje hacia mi.


- ¿Sigues preocupada? - le pregunté.


Ella me miró y asintió.


- Se le sentía destrozado - dijo ella.


- ¿Qué fue todo eso? - preguntó Dan de repente.



Isis me miró fijamente sin decir nada.



- Ataque de ¿testosterona?  - dijo Isis mirando a Dan.


- ¿Qué fue lo de las espadas? - preguntó Santiago cambiando el tema.

- Supongo que solo hay una persona que puede aclararnos las dudas, Malenka - dijo Isis.



Asentí.

 Isis se levantó rápidamente y salió tapándose la boca, Daniel fue detrás de ella.



Todos nos quedamos mirando la puerta por donde salieron con rostros de preocupación. 



- ¿Creen que vaya a estar bien el bebé? - preguntó Andrés.

- Mamá es fuerte - dijo Isabella.

- Espero y así sea - dije besando la cabeza de mi pequeña.



La verdad la situación era muy difícil, ya que era casi imposible de que naciera, Isis había sido una cosa de locos, fue la única hija de dos dioses, y tal vez suceda lo mismo con el bebé que viene en camino, lo único que podemos hacer es cuidarla y rogar a todos los dioses que ellos estén bien. 



- Lo estará, es Isis. La que ha salido de las peores cosas, la que nos guió a todos, la de hermosos sentimientos, la que luchó con Xavier, se enfrentó a todos los Dioses por nosotros, la que sufrió encerrada, es Isis, se que podrá mantener a su hijo a salvo, él vivirá - dijo Angélica aun mirando  a la puerta - ademas... nos tiene a nosotros - dijo esta vez mirándonos.


Los chicos asintieron, ninguno permitiría que acabaran con la vida de su bebé. 







Damien.


Cuando abrí los ojos estaba en la piernas de Vasariah, sentía su mano sobando mi cabello, jugando con él, ella cantaba... su voz era hermosa, un canto suave, como si quisiera tranquilizarme mientras dormía. Mis ojos me ardían, había estado llorando, lo de Isabella me había dejado un poco mal, pero sabia que ya tenia todo perdido con ella, Caleb la tuvo desde pequeña. 

Tomé la mano que posaba en una de las piernas de Vasariah y pasé mi dedo indice por encima de ella, ella dio un pequeño saltito y dejo de cantar.



- Tienes una voz linda - le dije.



Ella se quedó en silencio.



- Gracias por haberte quedado conmigo - le dije.

-Isabella estuvo aquí - dijo ella en voz baja.



Sonreí. Esta era Vasariah, no se guardaba nada por mas que se lastimara ella misma. 


- Lo siento por lo que presenciaste - dije.


- No, tranquilo. Entiendo que estaban resolviendo algo - dijo ella.



Tomé su mano y la puse en una de mis mejillas.



- Estaba dándole la despedida a Isabella,  por eso estábamos peleando, se la estaba entregando a Caleb. Se que no es un mal Dios, ya era hora de dejarla ir - dije.



Acerqué su mano a mis labios y le di un beso.


- Mamá y el pequeño Cristopher me hicieron ver que era lo correcto, la verdad sigo estando un poco dolido, aun la tengo clavada en mi, pero ahora aceptaré su relación con Caleb - le di otro beso a su mano - hueles tan bien, a fresas - dije.


- Da... Damien para por favor - escuché su voz.



Me levanté y la observé, tenia sus labios mojados y sus ojos cerrados, su rostro estaba sonrosado, bajé la mirada por su blusa, tenia una blusa roja, con unos pantalones negros, su figura era perfecta, y algo en su pantalón negro me hizo detener mi vista, estaba mojado en la parte de su vagina, aparte su mano y ella abrió los ojos, la miré y ella bajó la vista, se percató y se removió incomoda tapándose.


- Lo siento - dijo poniéndose de pie - me están llamando para ayudar con las almas - dijo desapareciendo.



Sabia que era mentira, me quedé ahí sentado, mirando en la oscuridad a toda la ciudad, sin darme cuenta tenia una sonrisa en mi rostro.








Vasariah.


¡Tonta! ya no quiero volver a ver a Damien, que pena con él. Maldito pantalón, me delató por completo quede en ridículo. Estaba volando batiendo mis alas, fijé la vista, este país estaba vuelto un caos, esos seres seguían haciendo de las suyas, destrozando el lugar, autos y lo que se atravesara en su camino, miré mas de cerca y había un pequeño gatito maullado en un árbol, aparecí y me quedé levitando con mis alas mientras tomaba al pequeño animalito en mis brazos, puse mis pies en la tierra y el gatito se escapó de mis brazos, me sobresalté porque pensé que se había hecho daño al caer, el corrió y yo lo seguí, mientras seguía maullando, siempre miraba a los lados por si  uno de esos seres estaba alrededor, el gatito se detuvo en una cajita en un basurero, eso parecía y empezó a maullar fuerte.


- Shzzz, gatito... shzz ven - le dije en voz baja. 



El gatito empezó a mover con su cabecita la caja de cartón, realmente debería irme antes de que alguien me vea, pero no podía dejar al animalito ahí, levanté la caja a ver que era lo que el estaba buscando y me topé con una mantita de bebé. ¿Seria posible que hubiera un bebé? , retiré la manta y mis ojos se abrieron como platos. Había un bebé pero estaba muerto y tenia atado a su cuerpo una bomba, tomé al gato rápidamente y lo envié a donde se hallaba Damien, sabia que era tarde, me giré y una chica de melena rubia me iba a dar un golpe, la esquivé iba a volar pero alguien apareció detrás de mi golpeando fuerte mi ala derecha, grité de dolor y caí de rodillas, la chica me dio una fuerte bofetada y en cuestión de segundos estaba rodeada de seres extraños.


- hasta aquí llegaste Vasariah. Tu dulzura no te llevo a nada bueno - dijo la chica.


Traté de levantarme, no podía  la fuerza de estos seres era impresionante. Definitivamente no debí ir detrás del gato.  Ella... la volví a mirar y reconocí su rostro, era la amiga de Isabella.


Un fuerte golpe en la nuca hizo que todo se pusiera negro. 








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