Mis sentidos se ponen en alerta y atino a hacer lo primero que se me cruza en la mente, me pongo en pie y rápidamente me escondo detrás de la cortina de la ducha, que por suerte no es transparente. Escucho a Frederick fingir aparentemente una especie de tos y detrás de la puerta la voz de mi padre, preguntando si se encontraba bien.
—Bien, es solo que.... Sentí ganas de vomitar... —Oigo que abre la puerta— No estoy acostumbrado a beber y creo que esos tragos, me hicieron algo mal. Bueno, en fin, creo que es mejor que me vaya...
—¿Tan rápido? Espera, espera, no te vayas a caer. ¿Cómo vas a conducir así? Llamaré a un taxi...
—No, no voy a dejar mi automóvil aquí... —Comienza a toser y hacer ruidos extraños como si estuviese a punto de vomitar
—Mira como estas... Y eso que no has bebido demasiado ehh —Ríe— Quedate a dormir, mañana conversaremos sobre el caso...
—Gracias Alfred, pero no es neces...
—Insisto, tengo un sofá que se hace cama, ahora vamos afuera a tomar un poco de aire...
No oigo más sus voces así que supongo que ya se fueron. Aguardo unos segundos y cuando estoy a punto de correr la cortina para salir, un hombre ingresa al baño. Me quedo estática en mi lugar y creo que ni siquiera respiro, escucho orinar al hombre y tengo ganas de salir corriendo. Jala la cadena y finalmente se va, salgo rápidamente y suspiro aliviada mientras ruego que Frederick no se quede. Cuando llego a mi cuarto Maxwell se encuentra dormido, me recuesto y de repente escucho su voz algo lenta y ronca.
—¿Dónde estabas Beryl? ¿Por qué tardaste tanto?
—Papá rompió una botella y yo lo ayudé a limpiar, buenas noches Max...
Me responde algo que no logro entender y sigue durmiendo, mientras yo lo que menos podré hacer esta noche será dormir.
...
Escucho mi móvil sonar debajo de mi almohada y respondo no aún despierta del todo
—Beryl... ¿Cómo esta todo?
—Mmhhh ¿Hola? ¿Quién es?
—Ugh, te oyes terrible... Soy Gail
—Gail, recién me despierto ¿Qué hora es? —Me giro en la cama y abro lentamente los ojos, la claridad de la mañana invade la habitación y observo que Maxwell no está.
—¿Wow, qué hiciste anoche con Max? —Rie.
—¿De qué demonios hablas?
—Anda vamos, me vas a decir que porque tiene novia ya no te gusta más...
No tengo humor para escuchar las idioteces de Gail tan temprano así que después de explicarle que está todo bien y agradecerle por llamar, simplemente cuelgo. No encuentro mis pantuflas y no tengo paciencia para buscarla así que bajo a la cocina descalza. Cuando llego allí, me encuentro la peor situación. Papá, Maxwell y Frederick desayunando juntos.
—Buenos días hijita. ¿Dormiste bien? Siéntate, hay café caliente... —Me trata bien porque hay gente. Asco.
—Todo en orden... —Excepto por el hecho de tener a Frederick enfrente mío cuando recién me levanto, sigo con la ropa de dormir y debo tener el pelo hecho un asco.
—Buen día Beryl, oye no andes descalza, aún te puedes cortar... —Dice Max y no comprendo por qué, hasta que recuerdo lo que le dije anoche.
—¿Cortar? —Inquiere papá y Frederick lo observa sin decir nada pero cuestionando lo mismo con la mirada.
—¿Cortar, por qué? —Me hago la desentendida.
—Nada, olvídenlo, seguro fue un sueño —Ríe
—¿Cómo durmieron los novios? —Pregunta con confianza Frederick con la mirada en su móvil, como si fuera un familiar más
—Oh... Tu sigues aquí... —Respondo en un impulso fingiendo sorpresa mientras bebo mi taza de café, pero de inmediato me arrepiento— Ehmm... Es decir, porque anoche cuando te indiqué... Disculpe, cuando le indiqué donde se encontraba el baño, ahora recuerdo que usted no se sentía del todo bien...
Frederick abre la boca para responder no sé que cosa pero entonces Maxwell lo interrumpe
—Beryl, Alfred, gracias por todo... Ya, debo irme
—¿Te vas? ¿Ya? ¿Seguro? —Inquiero y él me afirma com seguridad que sí. Saluda a ambos con un apretón de manos y lo acompaño a la salida.
—Puedes venir cuando quieras, lo sabes...
—Lo sé, pero debo arreglar muchos asuntos, gracias por todo Beryl —Me abraza y es extraño porque su cercanía ya no me produce ese vuelco en el estómago que sientes cuando la persona que tanto te gusta se aproxima a ti.
—Entiendo, todo se va a solucionar —Susurro y finalmente se va
Regreso a la sala y mientras intento terminar el desayuno con el mínimo apetito que tengo, observo la hora y caigo en la cuenta que he perdido tres clases de piano en la semana y que si no me apresuro también perderé la de hoy entonces prácticamente me pongo en pie y corro a cambiarme
—¿Papá me llevarías a la academia? Si tomo el bus no llegaré
—Imposible Beryl, llegaré tarde yo también y hoy tengo que...
—¿Irás al trabajo? Padre hoy es sábado
—Hoy tengo que buscar documentación en el banco, para el caso, Frederick me ha explicado todo lo que necesito, de veras no puedo...
—¿A qué academia va tu hija, Alfred?
—Al Art And Groove que esta e...
—Sí, lo conozco, es más tengo que ir a ver un cliente que vive cerca de allí, puedo llevarla si tu quieres Alfred —No puedo creer lo que oigo
—¿Me harías ese favor? Ve Beryl, anda... —Quiero negarme e inventar alguna excusa pero no sé qué decir y además si me niego sería sospechoso.
—Ehhmmm... Claro, si no es molestia —Respondo encogiéndome de brazos
Vamos saliendo, Frederick y papá se saludan con un apretón de manos y a mi me despide con un beso. Se va en su automóvil y yo me subo al de Frederick, quien arranca luego de unos segundos.
—Así que tomarás el caso de mi padre, así que tu lo conocías, no puedo creerlo... Bien jugado eh...
—Vuelvo a repetirte y lo haré mil veces si es necesario hasta que me creas Beryl, yo no sabía nada, estoy tan sorprendido como tu, cuanto te vi entrar no podía creerlo, me sentí terrible...
—¿Te sentiste terrible? Ay por favor, es patético que mientas así, así como es imposible que no hayas sabido nada, tal vez era todo una estrategia... —Respondo mirando hacia la ventanilla evitando su mirada pero, para mi mala suerte frena justo en un semáforo rojo y tomándome de la barbilla me obliga a mirarlo a los ojos
—¿Una estrategia? ¿Acaso tu oyes lo que estás diciendo?
—Sí, puedes exigirme dinero en el transcurso del proceso judicial para que no le cuentes nada a mi padre... ¿No es tan descabellado, cierto? Al final no me sorprendería...
Me suelta y vuelve la mirada hacia el frente para luego negar con la cabeza en silencio una y otra vez, esbozando una sonrisa amarga, como si lo que hubiera dicho fuera algo de otro mundo. El semáforo se vuelve verde y los demás conductores avanzan excepto él, hasta que alguien nos toca bocina y entonces arranca.
—¿Una estrategia, eh? ¿Acaso la forma en la que te sentiste fue una estrategia? ¿Acaso para ti la forma en la que te he besado fue una estrategia? ¿Fue una estrategia el calor y la forma en la que ambos disfrutamos esa noche? —Pregunta subiendo el tono de voz y entonces gira y noto que ha tomado otro camino.
—Oye la academia no es...
—No me importa
—¿Qué diablos crees que haces? —Exclamo
—Tu no sabes lo que es una estrategia... Esto, por ejemplo, sí lo es, decir que tengo que ir a tal lado para traerte conmigo y poder llevarte donde quiera... ¿Comprendes Beryl?
—¿A dónde vamos? ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué es lo que buscas? —Grito
—No busco dinero Beryl, es lo que menos necesito, tampoco le diré nada a tu padre, eso sólo me alejaría de ti
—Bien, de acuerdo, ya entendí, ahora por favor me llevas a la academia, ya se me hizo tarde de nuevo por tu culpa
—Por eso, ya es tarde, iremos a mi casa, tu y yo tenemos mucho de que hablar
—¡¿Qué?! Tu y yo no tenemos absolutamente nad... —Me interrumpe
—Te equivocas linda ¿A caso no quieres saber sobre el caso del accidente?
—No me llames así —Lo fulmino con la mirada— Y lo único que quiero saber sobre eso es oírte decir que ya tengo nada que ver con el asunto
—¿Por qué no quieres que te llame así? Llegamos —Pregunta y estaciona frente a un edificio
—Simplemente... No me gusta, es extraño, no lo sé en realidad
Ingresamos al edificio y subimos con el elevador el cual se encuentra vacío
—¿Sucede algo? —Pregunta aproximándose a mi.
—No, es sólo que, pensándolo bien no entiendo en absoluto que es lo que hago aquí contigo —Mi voz sale como un susurro porque pega su cuerpo cada vez más a mi, me observa de esa misma manera que aquella noche y los recuerdos se remueven. Miro sus labios y tengo ganas de besarlos pero no pienso decírselo ni mucho menos hacerlo. Las puertas del ascensor se abren y entonces él se para recto y yo comienzo a caminar detrás de él. Busca unas llaves en sus bolsillos y abre una puerta.
La habitación a la que ingresamos es bastante amplia, lo suficiente para que viva en ella una persona quizás o dos. Observo a mi alrededor y visualizo paredes blancas con nula o muy poca decoración, unos pocos muebles y cortinas y alfombras beige. En el centro una pequeña mesa y un gran sillón tapizado negro. Realmente parece como si nadie en verdad viviera aquí.
—¿Por qué me has traído aquí? Los sábados mis clases duran menos de una hora y dentro de poco mi padre ya me esperará en casa...
—Seeh, en tu casa esperándote, por supuesto —Ríe
—¿Qué insinúas? —Cuestiono extrañada
—¿Por qué no te sientas aquí conmigo? —Dice evadiendo mi pregunta mientras toma asiento en el gran sillón negro.
—Responde lo que te he preguntado
—Nada Beryl, nada... ¿Sabes algo? Tu padre es un buen tipo pero cuando bebe a penas un poco de más sí que suelta la lengua con rapidez, créeme —Ríe
—¡¿Qué dices?! ¿Qué es lo que tanto sabes o crees saber tú, eh? ¿Por qué no me cuentas desde cuándo se conocen?
—Oye oye, no utilices ese tono de voz conmigo linda... Ops lo siento, olvidé que no te gusta que te llamen así —Me toma del codo y en un movimiento rápido me sienta en sus piernas, rodeando mi cuerpo con sus brazos.
—Uno, no vuelvas a llamarme de esa forma. Dos, no evadas mis preguntas. Tres, suéltame —Lo desafío con la mirada
—¿Y qué si no lo hago? —Me aprieta a su cuerpo más fuerte— Después de todo, no mereces que te haga caso alguno en absoluto...
—¿Y eso por qué?
—Porque eres una chica mala —Responde y me da un azote en un glúteo— Anoche me besaste y dormiste con ese chico, dime quién es...
—Eso a ti no te importa
—¿Y tu que sabes qué es lo que me importa a mi y qué no?
—Mi padre me estará esperando...
—Eso a ti te da igual
—No quiero estar aquí
—Mientes, te encanta, no me esquives Beryl... —Susurra con sus labios rozando mi piel y deposita un beso en la comisura de mis labios, suave pero, lo suficientemente intenso para hacerme perder el control y pegarme a su cuerpo para unir nuestros labios con la fuerza con la que un beso debe ser, dejo de pensar y dejo mis sentimientos fluir, no me importa nada, no sé que es lo que está bien y que es lo que está mal, simplemente le doy rienda suelta a mis deseos y, siento lo mismo de su parte. Me toma en sus brazos y ya no hacen falta palabras. Camina por la casa hasta entrar en un cuarto y me deposita sobre una cama, mis manos buscan los botones de su camisa pero niega lentamente y se pone en pie.
—Tranquila bebé, tenemos todo el día para nosotros...
Usualmente no me gusta que me llamen de esa forma tampoco pero, en una situación como esta y como suena en sus labios, simplemente me enloquece.
Respira profundo en mi cuello, como si quiera que el aroma de mi piel quedara gravado en algún lugar de su inconsciente. Pasa su pulgar por mi labio inferior lentamente y luego introduce el índice en mi boca. Lo envuelvo con mi lengua y lo lamo de arriba hacia abajo repitiendo el movimiento varias veces.
Me quita la remera y comienza a besar mis clavículas para ir bajando lentamente hasta el contorno de mis senos por arriba del sostén, el cual comienza a sobrar como las demás prendas que aun llevo puestas. Estiro los brazos y aprieto los músculos de los suyos con ambas manos, son tan increíblemente fuertes, necesito ver su piel, rozarla. No tardo mucho más en arrojar lejos su camisa y observo algunos tatuajes que la otra noche se me han pasado inadvertidos. Sonrío. Más prendas van quedando en el suelo una a una y ahora somos dos cuerpos piel a piel que, sin decir palabra alguna, gritan por sentir más y más uno del otro. Me besa con esa profundidad con la que jamás otra persona me ha besado y rozando su nariz por mi piel comienza a descender. Sé que lo que busca y sabe que lo deseo tanto como él. Separa mis muslos y cierro los ojos cuando siento su lengua en el punto más sensible de mi cuerpo. Es único, las sensaciones que me brindan so únicas y, en ese momento se lo diría pero, se aleja y me pide que lo mire.
—No quiero que despegues los ojos de mi en ningún segundo... —Susurra con esa voz tan jodidamente ronca y caliente
—No lo haré... —Respondo casi inaudible
Se coloca un preservativo y se suspende sobre mi, y luego ya no existe más nada. Somos uno y, las ondas de placer que me recorren me dejan sin aire. No lo soporto y desobedezco, cierro los ojos y él lo nota, entonces comienza a acelerar sus movimientos, como si fuese un castigo aunque, lo único que logra es aumentar el placer.
—Ábrelos... —Exige entre dientes y yo niego con un movimiento de cabeza, pues se muy bien que odia que lo desobedezcan. Sale de mi y amarra mi cabello con fuerza para luego darme vuelta en la cama y colocarme boca abajo.
—Jamás vuelvas a desobedecerme —Murmura en mi oído y se empala con fuerza en mi, de nuevo amarra mi cabello y comienza a embestirme con brusquedad, muerdo la almohada y no creo poder soportar por mucho más tiempo el ritmo que lleva. Comienza a gemir en mi oído y solo bastan unos cuantas envestidas más de su gran miembro para explotar en un orgasmo que me hace llegar a las estrellas.
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No. No tengo perdón por desaparecer tanto tiempo pero, espero ojalá sea de su agrado el cap. Estoy de vuelta y con mucha inspiración. Volví por y para ustedes. Gracias por el apoyo y mil disculpas :(
Feliz año nuevo!! Nos leemos realmente pronto 💗
Estoy pensando en comenzar un libro de poesías, pensamientos y reflexiones, ojalá también me apoyen porque va a ser algo muy importante para mi. Abrazos.
Pd: Escuchen la canción de la descripción 💫🔥