My Complement. MADLY IN LOVE...

By ButterflyWings1994

2.5M 140K 18K

Cindy nunca estuvo hecha para las responsabilidades. Su vida era un desastre, no tenía trabajo y tenía que ma... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12-Maratón 1/3
Capítulo 13-Maratón 2/3
Capítulo 14-Maratón 3/3
Capítulo 15
Capítulo 16
NOTA DE LA AUTORA.
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47-Maratón 1/3
Capítulo 48-Maratón 2/3
Capítulo 49-Maratón 3/3
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Just a woman. The Truth.
Capítulo 55
Capítulo 56
Boletín informativo...
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60. Final.
Epílogo Part. 1
Epílogo Part.2
Capítulo extra 1.
Capítulo extra 2.

Capítulo 37

37.9K 1.8K 269
By ButterflyWings1994


Cuando el médico por fin me dio el alta, Ian trajo ropa de su departamento para mí y una vez vestida, volvimos a casa.

Estaba muy molesta, porque todo lo que Miranda estaba haciendo afectaba directamente a mi bebé, y eso es algo que no estaba dispuesta a permitir.

Ella tenía que entender que lo que había ocurrido entre Ian y ella estaba en el pasado, no volvería a ocurrir. Tenía que dejar de intervenir en nuestras vidas, comenzar a vivir la suya.

Ojala fuera tan fácil que ella lo entendiera.

―¿En qué piensas? ―preguntó Ian, quitando la vista por un segundo de la carretera para mirarme a mí.

―¿Por qué ella es así? Entiendo que su orgullo y ego estén heridos porque tu no quisiste volver con ella, pero no entiendo esa necesidad imperiosa que tiene de molestarnos, tomar venganza... nada de lo que hace tiene sentido.

―Está despechada, Cindy. No está acostumbrada a recibir un no por respuesta y siempre ha tenido todo lo que ha querido gracias a su belleza, no le des más vueltas.

Me negaba a creer que era solo eso. Una persona simplemente no podía ser tan superficial y malcriada, era imposible.

Cuando llegamos a casa, Ian me envió directamente a la habitación, dándome el día libre y avisándome de que él tendría que ir a la empresa.

Luego de despedirse con un beso y de informarme de que el vendría por mí para comer, se fue.

―Eres un bebé muy fuerte, bollito ―hablé acariciando mi estómago con una sonrisa. Me gustaba pensar que él me escuchaba, aun cuando era algo imposible― Es curioso, que aunque aún no has nacido, te siento aquí conmigo. No te preocupes por nada, porque mamá no va a dejar que nada te ocurra y va a cuidarte para que todo salga bien y en unos meses más puedas estar en mis brazos.

>>Aun tengo miedo de no poder ser quien necesitas que sea, pero tengo aún más miedo de pensar que no estuvieras aquí. Porque te amo, cariño y cuento cada segundo para estar contigo. ¿Quieres saber quién más te ama? Tu papi, él te ama más que a nada. Si llegaras a ser una niña, lo siento por ti, pero vas a tener al padre más sobreprotector y celosos de este mundo ―reí recordando sus palabras y lo sobreprotector que era con su hermana― pero no te preocupes, porque yo voy a calmarlo cuando quieras salir con un chico y voy a evitar que lo mate.

>>Pero si eres un niño, estoy segura de que él va a ser el primero en enseñarte como coquetear con una chica ―rodé los ojos divertida― lo que me parece muy machista si me preguntas. Y por supuesto, yo voy a estar ahí para evitar que te convierta en un Johnny Bravo. Pero sin importar que seas, o quién quieras ser, siempre voy a estar ahí para ti. Apoyándote y amándote, porque eso es lo que hacemos las madres.

Tenía que comenzar a dimensionar la importancia y responsabilidades que conllevaba ser madre. No todo podía ser diversión en la vida. No pretendía ser la mejor madre del mundo, pero intentaría con todas mis fuerzas ser la madre que él o ella necesitara.

No dejaría de ser yo, seguiría siendo la misma chica algo inmadura e infantil, pero sería una versión mejorada de mí. Una versión que me permitiera seguir siendo yo, con mi modo madre activado y funcional.

(***)

Estaba viendo un episodio de Once Upon a Time cuando el timbre del departamento de Ian sonó, alertándome.

Miranda, como seas tú, prepárate para ser despellejada, porque tengo hambre e Ian aun no viene por mí.

Me levante a regañadientes del sillón y con mis pantuflas de conejitos, arrastre los pies para abrir la puerta.

Mi sorpresa fue inmensa cuando me encontré con Laura, la madre de Ian, Savannah y un cargado Alex, cargando cientos de bolsas en sus brazos.

―¡Hola, cariño! ―saludó Laura con una radiante sonrisa, tan elegante como siempre, enfundada en un lindo vestido color rosa muy claro.

―Hola... ―murmuré confundida, pero complacida por su visita.

―No nos mires así. Mamá quiso saquear las tiendas comprando cosas para bebés y nos arrastró consigo ―dijo Savannah rodando los ojos. Ella como siempre en su estilo, vestía una falda negra y corta de cuero, una camiseta negra con el logo de Guns N' roses dentro de la falda, su chaqueta negra de cuero y unas botas estilo militar del mismo color― al menos trajo consigo a Alex, quien amablemente nos hizo de chofer y burro de carga.

Alex fulminó con la mirada a la chica, quien le respondió con un giño.

―No lo trates así, Savannah ―la reprendió su madre, regalándole una dulce sonrisa a Alex― Alex, cariño, gracias por ayudarnos.

―No hay problema, Laura, lo hago con todo el gusto del mundo ―respondió él con una amable sonrisa.

¿Alexander podía ser más que un don Juan?

―Pasen, no se queden ahí ―dije reaccionando y haciéndome a un lado para dejarlos pasar.

Laura y su hija entraron, dejando al final a Alex.

―Hola, rubia ―me saludó Alex con una sonrisa juguetona, característica en él― Es bueno ver que estas bien, tú y el bebé.

―Hola, Alex ―saludé con una sonrisa― y gracias por preocuparte, pero mi bollito es fuerte.

―¿Bollito?

―Lily ―respondí simplemente, recibiendo una mirada confundida de su parte― pregúntale a ella.

―Mhm, hablando de ella ―sus ojos se tornaron inseguros, algo que hasta ahora no había visto en él― ¿Podrías darme su número?

¿Su número? ¿Si quieres su número por qué no se lo pides a ella? ―pregunté con el ceño fruncido.

―Ella es un poco... difícil. Y se negó a darme su número, diciendo que tenía los medios para descubrirlo por mí mismo ―dijo con una mueca de frustración en el rostro― realmente no estaría pidiéndotelo si no lo necesitara, pero realmente quiero hablar con ella.

Rodé los ojos divertida. Eso es algo que definitivamente Lily haría, le gustaba jugar con los hombres.

―¿Por qué debería darte el número de mi amiga? ―pregunté cruzándome de brazos, con una ceja alzada― si ella no quiso dártelo sus razones tendría.

―¿Porque lo estoy pidiendo por favor? ―contestó inseguro, más bien preguntando.

―Nop, no me convences ―dije dando media vuelta para seguir a Laura y Savannah a la sala de estar, desde donde podía oír sus voces.

―Espera, no te vayas ―me detuvo tomándome suavemente del brazo― por favor, prometo que no tengo malas intenciones, solo quiero conocerla, porque es una chica hermosa y me siento muy... atraído a ella ―trago duro, mirándome inseguro y verdaderamente frustrado― por favor, solo quiero hablar con ella.

Hablar... claro... y yo soy Winnie the Pooh. ¡Lo último que harían seria hablar!

Pero al parecer, mi amiga había hecho algo con Alex, porque el de verdad parecía frustrado. Quizá fuera el hecho de que ella era... igual a él en muchos sentidos y no se dejara encandilar por su belleza y palabrería lo que llamaba su atención. No lo sé, pero su frustración termino por convencerme.

―Dame tu móvil ―dije rodando los ojos y estirando mi mano.

Él apresuradamente hizo malabares para sacar el teléfono de su bolsillo sin dejar caer ninguna bolsa y una vez que hube guardado el número de mi amiga en su agenta, Alex me sonrió agradecido y continuó avanzando hasta la sala de estar, donde Laura y Savannah nos esperaban.

―Espero no tener que arrepentirme ―murmuré por lo bajo― porque no quiero tener que matar a nadie.

―¿Por qué tardaron tanto? ―preguntó Laura sin perder la sonrisa una vez que estuvimos con ella.

―Lo siento, pero Alex se volvió un poco torpe y dejo caer las bolsas, por lo que tuve que ayudarlo a recoger todo.

―Oh, Alex siempre ha sido muy torpe, sobre todo cuando pequeño ―comentó con cariño Laura― Aun recuerdo cuando se tiró encima del pantalón un vaso de jugo y todos pensamos que se había orinado, ¿Lo recuerdas, cariño?

―Laura, por favor ―murmuró el rubio con incomodidad.

―Bueno, no importa, ven y siéntate conmigo para que pueda mostrarte todo lo que compré para la criatura ―dijo palmeando su lado para que me sentara con ella― Alex, no te quedes parado y trae esas bolsas. Savannah, lleva la comida a la cocina y prepara todo para que podamos almorzar.

La chica siguió las ordenes de su madre, mascullando algo por lo bajo.

―Y no te preocupes por Ian ―continuó con una sonrisa, cogiendo una de las tantas bolsas y curioseando en su interior― le avisamos que vendríamos a hacerte compañía.

Por eso no había venido por mí... Ian siempre era muy puntual, sobre todo cuando se trataba de alimentarme.

―No tendría que haberse molestado ―dije mirando todas las bolsas― no era necesario comprar tantas cosas.

―Tonterías ―dijo haciendo una señal de desdén con la mano y alzando un mameluco para que pudiera verlo. La pequeña prenda era blanca, tenía un gorrito con dos adorables orejitas y un osito en el centro― Los bebés necesita mucho ropa, porque siempre se ensucian.

―Si pero... esto es demasiado. Además, ni siquiera sabemos si será niño o niña.

―Cariño, vengo desde el sur y allí de aprenden muchas cosas. Por eso te digo que estoy segura de que será un niño ―aseguró con total seguridad― y en caso de estar equivocada, cosa que veo completamente improbable, también compre cosas de colores que van en niños y niñas.

―Deberías escucharla, porque cuando mi hermana estaba embarazada le dijo que tendría una niña y no se equivocó ―comentó Alex, dejándose caer en uno de los sillones con una gran sonrisa― si Laura dice que tendrás un niño, es porque lo tendrás.

Instintivamente mis manos se posicionaron mi vientre y antes de lo que pude darme cuenta, estaba acariciándolo y sonriendo, maravillada ante la idea de tener un niño.

No me malinterpreten, tener una niña sería genial y la amaría de igual forma, pero tener un niño sería... alucinante.

―Eso sería genial ―susurré emocionada. Ahora la ropa que Laura tenía en sus manos, la veía de forma diferente. Con la conciencia de que esa es la ropa de que mi bebé usaría. Un niño. Un hermoso niño. Mi hijo.

Laura continuó enseñándome todo lo que había comprado. Mamelucos, trajecitos, pantalones, camisetas, mitones, calcetines, zapatitos, todo tan lindo y pequeñito.

Estaba extasiada, no cabía en emoción y sentía que en cualquier momento explotaría.

―Esto, obviamente, lo escogió Savannah ―dijo Laura poniendo los ojos en blanco, mostrando una hermosa y pequeña chaqueta de cuero negra. Exactamente igual a la que Savannah traía puesta.

―Que puedo decir ―dijo Savannah con una radiante sonrisa― Quiero que mi sobrino tenga estilo.

No pude evitar reír, al igual que Laura y Alex.

Hicimos una pausa para comer lo que ellos habían traído consigo, que resulto ser filete con patatas y ensalada.

Todo estaba delicioso, pero fui mucho más feliz cuando llego la hora del postre. Tarta de frutos rojos.

Luego de comer, continuamos viendo la ropa, que era más de la que cinco bebés pudieran ocupar alguna vez, pero Laura continuaba repitiendo que no era demasiado.

Al parecer, cuando se trataba de su nieto, nunca era demasiado.

Pero claro, a este paso mi bebé acabaría teniendo más ropa que yo.

Cuando dieron las siete de la tarde y continuábamos viendo ropa, la puerta se abrió y por esta entró un sonriente Ian.

No pude contenerme y corrí en su búsqueda, lanzándome en sus brazos y enrollando mis piernas en sus caderas. Ian rodeó con sus manos mis caderas y se tambaleo un poco por la impresión.

Si... impresión... nada que ver con que últimamente esté comiendo más de la cuenta y pese una tonelada.

―¡Tu madre dice que el bebé va a ser un niño! ―exclamé con una inmensa sonrisa― ¿Puedes creerlo? ¡Es genial! ―tomé su rostro entre mis manos y besé sus labios suavemente, acariciando sus mejillas. Mi intención no era obtener un beso apasionado, porque vamos, estaban su madre, su hermana y su amigo, pero al parecer eso a él no le importó cuando intensificó el beso y metió su lengua en mi boca.

Creo que en algún punto, mis bragas se cayeron. Pero no me juzguen, todo es culpa de las hormonas. Y de Ian, claro, por ser tan malditamente caliente.

Cuando nos separamos para obtener un poco de aire, abrí los ojos y me encontré con una inmensa sonrisa y unos hermosos ojos mirándome fijamente.

―Eso es genial ―susurró mirándome intensamente, soltando una de sus manos para quitar un mechón de cabello de mi rostro y acercarse para rosar nuestras narices― pero eso quiere decir que luego tendremos que intentar con la niña.

¿Otro bebé? Demonios, aun ni siquiera tenía el primero y él ya estaba planeando tener otro. Genial. Pero claro, como no era él quien engordaba como una ballena, vomitaba, era una bomba emocional y luego se abriría como una flor en primavera, le parecía fácil pedir otro bebé.

―Alto ahí, vaquero ―dije divertida― aun no tengo al primero y ya planeas tener un segundo. Eso no va a pasar, Ian, no al menos en un tiempo.

―Ya veremos ―respondió Ian inclinándose para volver a besarme. Cuando nos separamos, intenté bajar de sus brazos, pero él me lo impidió afianzando su agarre y caminando conmigo a cuestas.

―Hola mamá, Savannah, ¿Alexander? ―saludó Ian entrando en la sal de estar, confundido ante la vista de su amigo con un par de zapatitos en las manos. Lo gracioso es que los zapatos era el triple o más pequeños que sus grandes manos.

―No preguntes, hermano, tu madre y hermana me trajeron...

―Como burro de carga, hermanito ―lo interrumpió Savannah con burla― aquí tu amigo nos hizo de burrito.

―Savannah, te dije que dejaras en paz a Alex ―volvió a regañarla su madre, dándole un suave golpecito en la rodilla.

Ian pareció divertido, por lo que no se molestó en ocultarlo y guiñó un ojo en dirección a su hermana, quien soltó una risita por lo bajo a la vez que Alex gruñía.

―Hijo, ven a aquí y ve todo lo que compré para el pequeño ―lo llamó su madre con una sonrisa.

Ian sin intenciones de soltarme, me llevó consigo, sentándose a un lado de su madre conmigo en su regazo.

Laura le mostró la mayoría de la ropa, deteniéndose más de la cuenta en los hermosos trajecitos que ella decía se parecían a los que él usaba de bebé. Cuando llegó el turno de la chaqueta de cuero, el rio a sabiendas de quien había sido la idea de comprarla.

Cuando dieron las ocho de la noche, Laura, Alex y Savannah se despidieron, con promesas de volver a visitarme prontamente para salir todas juntas a comprar.

―¿No crees que es demasiado? ―pregunté con mi cabeza apoyada en el pecho de Ian. Sus brazos rodeaban mi cintura y su barbilla estaba apoyada en mi cabeza― sé lo que tu madre dijo, pero sigo pensando que es demasiada ropa para solo un bebé. ¡Y tienen intenciones de comprar más cosas! A este punto, bollito terminará teniendo más ropa que yo.

―Eso se soluciona fácilmente ―murmuró besando mi cabello― podemos comprarte más ropa...

―No quiero que gastes tu dinero en mi ―lo interrumpí, quitando mi cabeza de su pecho y mirándolo con el ceño fruncido, dejando sobresalir mi labio inferior.

―... O siempre podremos tener más hijos ―continuó con el ceño fruncido― Cindy, cariño, tienes que entender que ahora eres mi novia y quiero compartir todo lo que tengo contigo. No se trata de mantenerte, pero quiero gastar mi dinero comprando cosas lindas para ti o simplemente llevándote a comer a un lindo lugar. No puedes oponerte a ello. Tienes que dejar de estar a la defensiva, porque por más que te niegues y te quejes, pretendo poner el mundo a tus pies. Quiero dártelo todo, y aún más. No importa si no existe, no importa si no es posible, yo lo crearé para ti y lo haré posible. Porque te mereces eso y mucho más.

Ian siempre encontraba la forma de ser perfecto y hacer que todo mejorara, aun cuando teníamos a una ex novia loca y vengativa detrás de nosotros.

Era tan... romántico y perfecto, que sentía que en cualquier momento mi figurita de hielo se derretiría y terminaría en un charco de agua y lágrimas. Pero Ian siempre se encargaba de estar ahí en ese momento, y aun sin saberlo, era como mi invierno, mi congelador, manteniendo mi figurita de hielo en su lugar. Perfecta.

Era una extraña forma de verlo, pero yo era extraña, por lo que estaba bien.

Me sentía sobrecogida por sus palabras y un agradable calor se había instalado en mi pecho.

―Te quiero, Ian ―me oí susurrar antes de siquiera poder procesarlo. Cuando caí en la cuenta de lo que había dicho, mis ojos se abrieron como platos y el aire se estancó en mis pulmones.

Perfecto, realmente perfecto. Si mi locura y excentricidad no lograron espantarlo lo suficiente, esto acaba de hacerlo.

Pero Ian estaba lleno de sorpresas, como siempre.

―Yo también te quiero, Cindy. Mucho. A los dos ―murmuró con ojos brillantes y una hermosa y gran sonrisa, para luego inclinarse y saquear mi boca de forma suave y pausada, introduciendo su lengua en mi boca y tomándose su tiempo para saborearme.

Éste beso no se sentía diferente ni más especial que los demás, porque todos los besos que nosotros compartíamos eran únicos y especiales. Pero por sobre todo, era igual de especial que los anteriores porque los sentimientos no surgían de un momento a otro. Y tener la conciencia de que Ian me quería, no había hecho que él comenzara a besarme con más cariño y necesidad que antes.

Los momentos compartidos no se volvían más especiales que antes, porque antes de que siquiera comenzáramos a querernos, ya habíamos comenzado a escribir nuestra historia y esos momentos, buenos o malos, también eran especiales en su peculiar forma.

A su lado, desde el primer momento, todo fue especial, diferente y espectacular. Cada beso, cada mirada, cada discusión y cada momento romántico. Todo siempre fue como una explosión de emociones y sensaciones.

Y eso es porque por primera vez, estábamos completos. Dos piezas de una misma obra, diferentes, pero juntas capaces de crear algo único y maravilloso.

Esto fue muy cursi, asquerosamente cursi. Sencillamente vomitivo. ¡Pero no pude evitarlo!

Hoy si tengo cosas que decir, pero voy a tratar de no hablar (escribir) tanto. 

Estoy planteando seriamente cambiar al modelo que actualmente encarna a nuestro Ian. No lo se, no termina de convencerme. 

Alex. Dios mio, ustedes realmente no se imaginan como me gusta ese personaje. Sobretodo el modelo. Giovanni Bonamy, ese francesito esta como quiere.

Diosito, yo quiero uno para mi.

Para las que quieren y sueñan con una historia sobre Lily, creo que ya pueden entrever desde lejos quien es mi elegido para darnos problemas. Alex. Creo también pueden entrever un poco de lo que planeo para ellos. 

Y aunque no soy muy buena haciendo portadas y esas cosas, porque creo que mayormente escribir es lo mio, puedo darles una de mis opciones. 

Tengan piedad conmigo, hago lo que puedo.

¡Espero que les haya gustado, las amo y nos leemos hasta el próximo capítulo!

PD: En multimedia una imagen de mi sexy y hermoso Francés. Giovanni Bonamy.

PD2: Como este es un capítulo romántico, lo es que les ponga una canción romántica. Runaway with me de Carly Rae Jepsen.

Bye.

Continue Reading

You'll Also Like

1.2M 65.4K 78
Definitivamente ahora si era una relación donde todo es amor, o eso creían. Créditos a la portada: Sofía Turano (Wattpad: @sofıiturano)
159K 7.6K 24
La alocada y espontánea Mimi, aparentemente no tiene nada en común con la responsable y tranquila Ana. O por lo menos, eso parece cuando se conocen d...
63.4K 2.6K 84
Evangeline Brown se ve obligada junto a su familia vivir en un pueblo enfermo en donde la belleza es un arma mortal, hombres pagan por tu virginidad...
1.2M 57.4K 53
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...