Rival Inmortal. (Duología Inm...

By YuraFdez

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Una niña que fue adoptada por dos dioses, su vida transcurrió tranquila al lado de Caleb M'clow, pero al pasa... More

Capítulo 1. (Cumpleaños)
Capítulo 2. (Declaraciones)
Capítulo 3. (Beso)
Capítulo 4. (Celos)
Capítulo 5 (Siempre Caleb)
Capítulo 6. (Recuerdos de la muerte.)
Capítulo 7 (Vuelve a mi)
Capítulo 8. (Alas quemadas)
Capítulo 9. (Alas blancas)
Capítulo 10. (Aladiah)
Capítulo 11. (Pago de deuda)
Capítulo 12. (En casa)
Capítulo 13. (Llegó la hora)
Capítulo 14. (Piezas)
Capítulo 15. (Drekors y Kraff)
Capítulo 16. (Cristina)
Capítulo 17. (¿Me entrenas?)
Capítulo 18. (Nuevo poder)
Capítulo 19. (Sintiendo a la muerte)
Capítulo 20. (El mas allá)
Capítulo 21. (Pasiones)
Capítulo 22. (Planes)
Capítulo 23. (Sucesos extraños)
Capítulo 24. (Conversión)
Capítulo 25. (Misterios)
Capítulo 26. (Hermanos)
Capítulo 27. (Desastre)
Capítulo 28. (Recuerdos de una semidiosa)
Capítulo 29 (Isabella, Caleb y Damien. Parte 1.)
Capítulo 30. (Isabella, Caleb y Damien. Parte 2.)
Capítulo 31 (Cumpleaños)
Capítulo 32. (Localización)
Capítulo 33. (La celda)
Capítulo 34. (Tres corazones tristes)
Capítulo 35. (Aparente tranquilidad)
Capítulo 36. (Inocentes escondidos)
Capítulo 38 (Llegaste tu)
Capítulo 39. (El choque de dos espadas)
Capítulo 40. (Vasariah)
Capítulo 41. (El amor sincero de la muerte)
Capítulo 42. (Ahora será inmortal)
Capítulo 43. (El amor de dos Inmortales)
Capítulo 44. (Hora de actuar)
Capítulo 45. (El trío)
Capítulo 46. (Azrael y Aladiah)
Capítulo 47. (Verdades de Malenka)
Capítulo 48. (La pureza del amor)
Capítulo 49 (Isis)
Capítulo 50. (Cambios)

Capítulo 37 (Sobrevivientes)

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By YuraFdez

Caleb.

Habíamos llegado a una de las ciudades afectadas, pese a que no era completamente de noche parecía que lo fuera, el polvo, el fuego y el humo creaban una capa que así lo hacia parecer. Isabella tapó su boca con su antebrazo y empezó a mirar a todos los lados. A lo lejos se escuchaban gritos mencionando a Xavier, estaban los seres que si mal no estaba eran los mismos que vimos cuando rescatamos a Isabella, el que gritaba parecía un ser humano normal, pero sabia que estaba bajo el control de Xavier, así que debía ser un hombre transformado, los seres grandes tenían una fuerza bestial como para destruir una casa, la mayoría del lugar estaba destrozado, mientras que dos convertidos gritaban y reían deleitándose bajo el nombre de Xavier, arriba, muy por encima del humo se escuchaban helicópteros, supongo que eran periodistas. El ser humano tiene una forma muy peculiar de preocuparse por su vida. Sabiendo como están las cosas, se matan por tener la exclusiva. No se a donde pararan los noticieros, deberían cuidar la vida de sus empleados. Detrás de un edificio destrozado, escondido en una gran piedra había un niño, miraba horrorizado lo que sucedía.


- Ahí - le dije a Isabella, ella inmediatamente apareció delante de niño.


El niño no parecía tenerle miedo, Isabella le sonrió y le tendió la mano, después de unos segundos ambos desaparecieron. 

Caminé un poco mas, tratando de buscar escondites, veo que uno de los ladrillos de una casa viene disparado hacia mi cabeza, así que me agacho y evito que me de, al momento que dañan una casa las partes salen disparadas, estando agachado pude ver unos piecitos, uno de ellos traía una sandalia, el otro estaba descalzo. Estaban debajo de un auto, de repente los pies desaparecieron, negué con la cabeza, la supervivencia y el instinto de autoprotección era increíble. Me acerqué al auto y levanté el carro un poco, una niña junto a un niño estaban abrazados con los ojos cerrados, los pies que vi eran de la niña. El chico fue el primero en abrir los ojos y fijarlos en mi, la niña se aferraba a la camisa sucia del niño y apretaba sus ojos.

- No los voy a lastimar - le dije.


Él me observó por unos segundos, creo que estaba reparandome a ver si era de fiar.


- ¿Eres la ayuda? - preguntó el niño.


Asentí. De repente cayó una parte de una casa encima del auto, agarré con fuerza el auto para que no se cayera y no los lastimara, la niña se apretó mas al niño. 


- Es hora de irnos - le dije.


Él asintió y salió de abajo del auto, deje caer con cuidado el auto, de tal forma que no hiciera ruido. Los cargué a ambos y desaparecí con ellos dos.  Llegué al lugar en donde habíamos quedado que los dejaríamos mientras que Isabella los llevaba. 


Habían alrededor de 20 niños y 2 adultos. Isis apareció y segundos después Daniel, Isis traía a 5 personas y Daniel a 6 niños. No veía a Isabella por acá.


- Está llevándolos al mundo de los ángeles - dijo Isis.


Me tranquilicé, dejé a los pequeños en el cesped. Ellos miraban a los demás, luego fijaron la vista en mi. 


- ¿Que son? - preguntó la niña.

- Seres que no te harán daño, iras a un lugar muy bonito y donde estarás a salvo. La tierra no es un lugar seguro por ahora, así que traten de estar bien, nada malo les pasara en donde los van a llevar - le dije, hice aparecer un par de sandalias, me agaché y miré a la pequeña, ella me asintió. Tomé su pie en donde estaba la sandalia que le quedaba y se la quité. 


Hice aparecer un trapo mojado y limpie sus piernas del polvo, con cuidado le puse las sandalias nuevas, ella sonrió tímida. Hice aparecer dos botellas de agua y se las di.


- ¿Son hermanos? - le pregunté.

- Si - respondió el niño mientras tomaba una botella y la abría para su hermana, luego agarró la otra para él - ¿como te llamas? - me preguntó.


- Caleb - le respondí.

- Gracias Caleb - me dijo.


Le sobé la cabeza y me aparté por un momento, me acerqué a donde habían dos adultos y aparecí muchas botellas de agua. 


- Hola - les dije

- Gracias, enserio gracias... - era lo único que decían los adultos.


Negué con la cabeza.


- ¿Me podrían ayudar dándole agua al resto? - les pregunté.


La mujer se levantó enseguida y asintió.


- Claro de inmediato - dijo.


El ser humano era increíble, tristemente tenia que pasar una catástrofe para que recapacitaran y actuaran bien. El tender una mano a los demás era algo que actualmente solo se veía cuando ellos mismos pasaban por eso. Era lamentable lo que estaba sucediendo aun así. Xavier estaba destrozando su hogar, el resto de adultos se acercaron y tomaron varias botellas para ir repartiendo. Andres me asintió. 


Isabella apareció. Se acercó a mi y me dio un beso.


- Todos están bien, la madre y los demás ángeles se esta encargando, no te preocupes - me dijo dándome un beso mas.


Ella era la única que podía ver a través de mi. La amo tanto. 



- Cuídalos, y cuídate. Iré a buscar mas - le dije.


Ella asintió y yo desaparecí.









Xavier.

- ¿Quiere que actuemos? - me preguntó uno de mis seguidores. 

- No, déjalos. Ya sabemos a donde los llevan, haremos algo mas grande - dije.


Veamos que tanto pueden protegerlos de mi, ocasionemos que su esfuerzo no valga nada.


- Sigan destruyendo, déjenlos que se lleven a los sobrevivientes - dije.









Damien. 

En otro punto no hubiera pedido ayuda, pero las cosas cambiaron y junto a ellas cambié yo. Todo gracias a Isabella. Seguía llevando almas, eran mas las muertas que las vivas. Era triste pero por lo menos habían sobrevivientes. Me pasé por el lugar en donde llevaban a los niños el grupo de Isabella, estaban algunos humanos pero bastantes niños, todos estaban ayudándose entre si, Santiago me tocó el hombro por detrás, me giré a verlo.


- Todo bien por acá - me dijo con una sonrisa.


Algunas veces parecía un niño con esa sonrisota que se traía, Santiago también tenia hoyuelos pero no me creaba la sensación que me creaban los de Vasariah.


- ¿Qué? ¿te enamoraste? - me preguntó con cara confusa.


Rodé los ojos.


- Algunas veces puedes desesperar a las personas - dije.

- Waw, que miedo. Te acabas de parecer a Daniel - dijo en tono burlón, luego se puso serio - esperemos que todo salga bien, tenemos que pensar en algo para que su hogar no salga mas dañado - dijo.


Algo que me gustaba del equipo de Isis es que los chicos podían ser juguetones y niños pero cuando era el momento de ser serios parecían armas letales. 


- Creo que la guerra se librará en la tierra, pensar en algo seria bueno - dije sincero. 



De repente apareció Isabella, ella se acercó a mi con una sonrisa. 


- ¿Estas bien? - me preguntó.

- Los estaré vigilando -  dijo Santiago caminando - cuida tus manos Damien - dijo.


Idiota.


- Si ¿tu? - le pregunté.

- Bien, gracias por buscarles un lugar - me dijo sincera.


Ella se acercó y me dio un abrazo. 


- Eres una buena persona, siempre lo supe - me susurró.



Sus palabras hicieron que mi piel se erizara, me dio un beso en la mejilla y se fue en busca de mas chicos. 








Malenka.

Tenia mis manos tapando mi rostro. 

- ¿Estas bien? - me preguntó George.

- Necesito que mandes a forjar dos armas, livianas. Pequeñas, cuando estén por terminarla que me avisen para darles de mi poder - le pedí.

- ¿Pequeñas? - me preguntó.

- Si, no tan pesadas. Sus instintos los llevaran a ayudar, no creo que Isis soporte otra vez la perdida de alguien mas - dije.


George desapareció haciendo lo que le dije, respiré y traté de tranquilizarme, no puedo detenerlos, ellos querían ayudar, pero tal vez la ayuda pueda ser peor. Espero realmente que solo sean ideas mías, que nada malo suceda. Pero si ese no fuera el caso tengo que estar preparada. 


- Cadmien - llamé a uno de mis guerreros.


Él se detuvo, se arrodilló y esperó a que le dijera lo que le diría.


- Necesito un inventario de las armas - le dije.

- Enseguida - dijo desapareciendo.


Fui a mi habitación, tomé una pluma y un papel. Realmente tengo mis esperanzas en ti Alexander.











Aladiah.

Ya los sobrevivientes estaban acá, no quedaban ni uno en la tierra. Cristopher estaba al mando, me causaba un poco de gracias su actitud, pero lo entendía ademas él tenia una deuda con su salvador, Lucia sin embargo acompañaba a Cristopher y llevaba comida junto a los demás ángeles y daba apoyo. Eran un lindo equipo. 

Les había dado uno de mis castillos, exclusivamente para los sobrevivientes. Los niños se sentían tranquilos ante la naturaleza y los mas adultos se maravillaban de todo lo sucedido preguntando cada vez que podían si estaban en el cielo. 


- Lo único que puedo pedirles es que mantengan la paz, acá nada los lastimara pero tampoco creen caos ustedes - le dije mirando a los adultos. 


Sabia que los niños eran puros, pero los adultos habían vivido el mal, la codicia, el odio, rencor, ira y todo lo que no quiero en mi mundo. 


- Dejen atrás lo malo que aprendieron, aquí reina la paz, no lo dañen - les pedí.


Los adultos asintieron. 


- Gracias - escuché la voz de Damien.


Había aparecido sin darme cuenta, me giré a verlo, se veía cansado. 


- ¿Estas bien? - le pregunté.


Él asintió.


- En unas horas iré al mundo de los Dioses - dijo.


Fruncí el ceño. 


- ¿Mas trabajo? - pregunté.


Él asintió. Negué con la cabeza, Vasariah miraba a lo lejos a Damien con preocupación. Lo lamento Damien pero vas a descansar. Posé mi mano rápidamente en su cabeza y lo dormí, antes de que su cuerpo se desplomara lo iba a sostener, pero Vasariah fue mas rápida y lo sostuvo, sonreí. 


- ¿Te gusta tanto? - le pregunté.


Ella me miró y su rostro se torno rojo. 


- Vamos, llévalo a su habitación - le dije.

- ¿Tiene una habitación? - me preguntó.

- Claro, ¿que clase de madre sería si no guardara una especial para él? - le pregunté con ternura. 



Ella se quedó en silencio y me siguió trayendo a Damien en sus brazos. Cuando llegamos a la habitación ella puso el cuerpo de Damien en la cama, el cabello de Damien tapaba sus ojos, me iba a acercar para quitarlo de su rostro pero Vasariah lo hizo primero, pasó su mano con cuidado por su frente haciendo que sus cabellos se apartaran de sus ojos, sonreí. 


Ella tenia su mano en el rostro de Damien, acariciando sus mejillas, apuesto todo a que se había olvidado de que yo seguía en la habitación. 


- Deberías decirle lo que sientes - le dije.


Ella se sobresaltó y apartó la mano del rostro de mi hijo, me acerqué a ella y pasé mi mano por su cabeza, antes de que cayera desplomada la sostuve en mis brazos, la acosté al lado de mi hijo, le di un pequeño beso en la frente y uno a mi hijo, miré a Vasariah.


- Gracias... por querer así a mi hijo - le dije.



Me retiré de la habitación con la sensación del amor de Vasariah hacia Damien, una sensación hermosa pero dolorosa a la vez. Espero logres vencer al destino Vasariah y puedas tener el corazón de Damien. 

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