— Hola, mi nombre es Maximilian Wells. Un gusto ser tu compañero de exposición.
— Eh... este... sí, claro. Yo soy Andrew. Andrew Parks.
Cuando lo conocí no sabía cómo actuar con él. Era un extraño chico que me había tocado de compañero en la mayoría de clases en el segundo año de High School y de la misma manera empezamos a platicar tras una exposición en donde quedamos en pareja para explicar un tema. Poco a poco ese chico de nombre Maximilian se acercaba más y más a mí, me parecía raro pero creo que era lógico ya que no lo veía con muchos amigos y yo tampoco tenía muchos.
— Oye Maximilian...
— Dime solo Max, es más corto. — Dijo con una sonrisa, la cual me parecía indiferente en ese entonces.
— Ok, Maxi... ¿Qué no tienes más amigos? — No lo conocía mucho en ese entonces por lo que no sabía que había tocado una hebra delicada en el chico pecoso. Por lo cual una lágrima comenzó a bajar por su mejilla lo cual me sorprendió mucho.
— Oye... No llores, vamos hombre ya casi tienes 17 años. Ya a esta edad llorar debería darte vergüenza.
— Lo siento... — Dijo triste.
— Tampoco tienes que disculparte... Eres muy complicado.
— Y tu muy directo... — Suspiro mientras simplemente comenzó a comer de su emparedado aun con sus ojos cristalino. — No tengo en si amigos. No soy muy sociable pero contigo es diferente... Me agradas mucho.
— Bueno tu también me agradas, pero esto de estar juntos casi todo el día me agobia ¿sabes?
En ese entonces no sabía porque pero mi forma de ser no era muy dulce que digamos, siempre diciendo cosas sin ningún tacto en las palabras, no era mi intensión pero realmente me había criado así gracias a que todo el tiempo en casa me la pasaba solo. El que llegara alguien metiéndose en vida, diciendo que le agrado y que quiere ser mi amigo a gritos era extraño, para mí era muy extraño.
Los meses pasaron, aquel chico me seguía como cachorro a todos lados, siempre a mi lado, y yo siempre escuchando lo que sus padres hicieron en su hotel y que clientes iban. De cierta forma tenia envidia de su vida al ver lo mucho que se divertía, pero al mismo tiempo me alegraba por él porque lo mismo que se divertía, y porque me divertía a mí con cada relato que contaba.
— Cocinas delicioso, ahora veo porque tan entusiasmado con la carrera de gastronomía. — Su sonrisa era demasiado grande cuando probó por primera vez mi comida, se podría decir que brillaba y algo dentro de mi retumbo. Fue extraño pero se sentía bien.
Y así fuimos desenvolviéndonos con el otro, caminando juntos durante ese segundo año y también el ultimo. Poco a poco Max me fue alejando de esa zona a la que muchos llaman soledad, con su risas, con su compañía, con todo su cariño y yo quería hacer lo mismo por él, demostrarle todo mi afecto que tenía hacia él, dándole mi amistad, mi oídos para escucharlo y mi cariño.
Fue entonces que llegando a la universidad, ambos nos separamos durante las clases en ese entonces Max llegaba varias veces a almorzar con un "amigo" a quien nunca había visto en sus clases cuando de vez en cuando iba por él. Me molestaba que Max y yo no tuviéramos momentos juntos, solo los dos.
— Debe de ser broma... ¿O no? — Me pregunte una vez al espejo al darme cuenta que cuando Max llegaba con ese amigo siempre me ponía de mal humor por no estar con él los dos solos. Él y yo... — ¿Amor por Max? ¿Cuándo ocurrió eso? — Me pregunte asustado mientras me veía de nuevo en el espejo.
Los días pasaron y decidí alejarme un poco de Max, simplemente me sentía incómodo con su presencia, saber que la persona que me gusta es mi mejor amigo, era estúpido, me sentía como un verdadero estúpido o simplemente con una chica enamorada de su primer amor.
Un día arto del mentado amigo, en la cafetería, simplemente dije una pregunta incómoda para que así se alejara de él, sabiendo que ambos eran de ese tipo "Discreto"
— Desde hace tiempo tengo la duda... ¿Ustedes son pareja? ¿Verdad? — Sus caras se tornaron impactadas ante mi pregunta, fue gracioso ver la incomodidad de aquel chico y el sonrojo de Max. Un lindo sonrojo...
— Este... Andrew ¿Cómo crees...? Jajajaja. — Max trataba de excusarse con algo pero vi como sus ojos miraban a aquel chico alto.
— "No lo mires así idiota..."— Pensé.
— Ahora recuerdo que tenía que ir al taller de Pintura, nos vemos luego... — Como Speedy Gonzales el ratón salió corriendo de la cafetería dejando un poco triste a mi amigo. Sin tacto alguno otra pregunta salió de mi boca, el viejo Andrew solitario y de boca floja volvía por unos segundos.
— Dime Max. ¿Tú eres gay? — Comí un poco de mi gelatina mientras, veía todos los tics de Max antes los nervios, culpa y tristeza, cada una de esas expresiones me volvía loco verlos, aunque yo no fuera el responsable por dichos cambios en su cara.
—... Perdóname. — Dijo en un pequeño susurro mientras su mirada se desplomo hacia el suelo.
— ¿Por qué debería perdonarte? Es tu vida... Yo seguiré contigo aunque seas gay, hetero o kimera... Jajajaja después de todo somos los mejores amigos Maxi... — Sonreí mientras me condenaba, simplemente no pude decir lo que realmente sentía. Las lágrimas de Max se derramaron sobre sus mejillas, mientras me regresaba la sonrisa.
— No sé qué haría sin ti Andrew. Te quiero...
— Yo también Maxi. — nos dimos un pequeño pero fuerte abrazo. Sintiendo el calor y el cariño que teníamos. Fue ahí que me di cuenta que por Max haría cualquier cosa, incluso ocultar estos sentimiento que tengo por él, simplemente por el hecho de poder quedarme a su lado y no volver a mi soledad. También fue la primera vez que le dije con el diminutivo de Maxi.
— ¿Maxi? ¿Y eso por qué? — Una pequeña sonrisa se formó en su rostro triste al separarnos.
— No lo sé... simplemente me nació decirte así... — Nació desde lo más profundo de mi corazón, ya que era una forma de sentirte mío... aunque sea un poco.
Pasando los meses y años que estuvimos en la universidad, pude ver como Max iba teniendo distintas parejas, cada una me ponía más celoso que la anterior y como era costumbre las lágrimas de mi amor imposible se derramaban con mayor frecuencia.
— Si yo... — Me detuve en el último segundo. Estaba a punto de decir lo que no debía.
— ¿Si tu...? — Max, me miraba extrañado mientras secaba unas lágrimas.
— Si yo... si yo tuviera pareja no la trataría así como te tratan a ti Maxi. — Era la oportunidad de poder estar con él pero simplemente no pude decirle por el miedo de su rechazo...
Cada día los días junto a Max se fueron haciendo más y más divertidos, su familia me acepto como trabajador de medio tiempo, mientras estudiaba en la universidad. Así mismo cuando ambos nos graduamos seguí con el trabajo de medio tiempo, ya que por las tardes en secreto estoy yendo a un bar como Bartender.
Mientras tanto mis padres... mis padres seguían como siempre, peleando y fuera de la casa la mayor parte del tiempo, mi madre con su fundación y mi padre con su empresa de bienes raíces. Soy rico, tengo todo lo que mucha gente desea, pero no me sentía soló, ni desdichado a lado de mi amor no correspondido, hasta que llego él...
Connor Stone, el guapo empresario de Nueva York llego simplemente para robarme la compañía de Maxi, desde los primeros días note mucho la tensión que había en ellos y como de unos días se volvieron tan cercanos que salían juntos. Estaba más que furioso.
Esta tarde había visto a Maxi con otro tipejo en el muelle, ellos se estaban besando en público. ¡¿En serio?! Maxi era tan cabrón como para hacer eso en público, mientras gente y un extraño tumulto de chicas querían matarlo.
— Es el colmo... — Susurré para después salir enojado.
Estoy enojado, furioso, quiero golpear a alguien pero no puedo desquitarme con él, después de todo solo soy su amigo, nada más. Si tan solo fuera algo más... si tan solo tuviera una oportunidad de decirle lo que siento... tal vez yo...
— Solo sería un estúpido. — Dije mirando al cielo. — Pero tengo que hablar con él, esta tarde lo haré. — Dije para después irme caminando por ahí.
Duré caminando un buen rato, hasta que simplemente llegue al hotel de la familia Wells. Se pude decir que tengo miedo de enfrentar a Maxi, se podría decir que tengo mucho de qué hablar y saber si siente algo por alguien, siendo Stone o aquel hombre, creo que al final lo apoyaría no importa quien fuera solo quiero que sea feliz. Porque de antemano sé que Maximilian solo me ve como un amigo, su mejor amigo.
Mientras me voy acercando a su habitación, escucho que alguien golpea la puerta con fuerza y también gritando. — ¡Maldición Connor! ¡Abre la puerta! — Era ese hombre, con el que estaba Max hoy en el muelle. Llegué de prisa para ver que ocurría y los gritos de Max.
— ¡¿Qué está pasando?! — Miraba la cara de susto de aquel hombre que seguía golpeando la puerta.
— ¡No lo sé! ¡Vine a ver a mi hermano Connor y al chico! ¡Pero solo escuchaba gritos allí adentro!
— ¿Hermano? — Me sorprendí un poco al oír eso, pero no era tiempo de estar interrogando los gritos de Max se escuchaban como si de película de terror se tratara. — ¡Maxi! ¡Maxi!
De repente veía como unos trabajadores y unos inquilinos se reunían alrededor de la puerta. Esto no podía estar pasando necesitaba abrir esa puerta y de inmediato antes de que más gente vea y escuche todo esto. — Mierda... — Dije entre dientes.
— ¡Connor! — Grito aquel hombre de ojos azules.
— Hazte a un lado. — Dije seguro, mientras tomaba impulso. — Estúpido futbol americano ayuda en algo. — Dije para después lanzarme hacia la puerta derribándola con mucha suerte y cayendo al suelo. Cuando me levante mi sangre quedo congelada a ver esa escena, Maxi tenía un golpe en la cara, estaba desnudo de su torso, con marcas, moretones, mordidas a través de su piel y con sus pantalones a medio bajar, llorando y empujando al mayor a un lado para él refugiarse en el rico más alejado de su habitación.
— Co... Connor... ¿Qué has hecho? — Una cara de pánico mostro el hermano de ese hijo de puta al ver lo que yo había visto. Quiero matarlo, hacerle sufrir el daño que estaba por hacerle a Maxi. Quiero arrancarle cada parte de su cuerpo...
— Llévate a ese hijo de puta de aquí... — Gruñí furioso.
El joven ojo azul capto mi orden y sin decir más estaba a punto de tomar el brazo del mayor cuando esté se levantó por su propio pie. — No me toques... — Dijo seco. — Váyanse a la mierda, todos.
— ¡Espera Connor! — Su hermano salió tras de él corriendo, era lo mejor, no debía causar más alboroto en el hotel, por más que quisiera matar a Stone, primero tenía que ver a Maxi. Pero primero, tenía que tranquilizar mi furia, suspirar un poco y dirigirme a donde se encontraba él, a aquel rincón... Lentamente.
— Maxi... ¿Te hizo daño? — Pregunte, estirando un poco mi brazo.
— N-no... eh... so-solo fue el... el golpe y algunas marcas... No... No paso a mayores... — Dijo mi amigo con lágrimas en sus ojos y el miedo saliendo de todo su cuerpo, estaba temblando del horror.
— Maxi... — extendí mi mano. — Ya todo pasó... Yo estoy aquí... — Dije para después sentir la mano temblorosa de Max, me miro unos momentos, mi mirada de tristeza pudo notarse al ver su miedo, después de unos segundos se abalanzo llorando sobre mí, diciéndome lo mucho que tenia miedo.
Esto no podía estar pasando, Maxi quien era un chico amable y bondadoso, casi era... violado. Ese idiota lo hizo, lastimo a mi amigo, a la persona más importante para mí. Como alguien pudo haber destruido así a ese chico. Lo abrace tan fuerte que pude por mucho tiempo, poco a poco se tranquilizó y me pidió ir a mi casa. No pude negarme, le pedí que recogiera sus cosas pero antes de irnos, fui con los testigos que vieron todo, tanto empleados como huéspedes.
Como tanto a los huéspedes como a los empleados, les suplique silencio y discreción ante lo ocurrido, al parecer los padres de Maxi habían salido a una reunión de negocios a otra ciudad y Julia su hermana había salido en una cita con Terry. Por lo cual necesitaba que nadie de la familia supiera de esto, después de negociar un buen rato y llamar a mantenimiento a que arreglaran rápido la puerta, Maxi y yo salimos de ese lugar en silencio, caminamos las frías calles de noche mientras la tensión entre nosotros era inmensa, hasta que fue Maxi el que hablo.
— Andrew...
— ¿Qué pasa Maxi? — Pregunte extrañado al ver una seria expresión en la cara de Maximilian.
— Yo... Me iré de la ciudad.
— ¡¿Que?!
Mi oídos ¿Escucharon bien? ¿Qué está pensando Maximilian? No esta pensando bien, esta aun shock por lo que ocurrió... pero... ¿Por qué tomo esa decisión? Me di cuenta que tal vez tanto la vida como para Max como para mi iba a cambiar drásticamente, un giro peor que el de una montaña rusa...