—¿Es de Fernando? —Yasín tenía la cara entre las manos.
—Sí.
—¿Qué van a hacer? —Laura me abrazaba.
—No sé.
—¿Segura que lo estás? -—Yasin aún no lo podía creer.
Asentí.
Tocaron la puerta enérgicamente, justo como solía hacerlo... papá.
—Yo voy —Laura se paró y salió de mi habitación.
Yasín se sentó a mi lado y tomó mi mano—. Estamos contigo, Meri.
—Necesito hablar con ella —gritaba Fernando desde abajo.
—Justo ahora no te quiere ver.
Laura había dicho lo que yo no podía.
—Tengo más derecho a estar aquí que ustedes.
—¡No!
—¡Hazte a un lado! —se escucharon fuertes pisadas en las escaleras.
Yasín se paró y fue a sentarse lejos de mí en el momento en el que se abrió la puerta.
—Tenemos que hablar -—su aspecto desaliñado era bastante notorio.
Asentí y salí al pasillo con él, Laura murmuró un "Lo siento" antes de que cerrara la puerta.
—José cree que lo mejor es que no nazca...
—¿Y tú?
—¿Yo?
—¿Tú qué crees?
—José ya ha pasado por esto y dice que es lo mejor para ambos, yo pagaré todo, no tienes de qué preocuparte —me atrajo a sus brazos— tú haz lo que yo te digo.
En medio de su abrazo asentí insegura.
—Te quiero, Meri —murmuró contra mi cabello.