Hay una voz muy lejana que me llama.
Me recuerda a algo.
Cuando tenía cinco años y estaba a punto de desmayarme del hambre y de pronto dos ángeles entraron derribando la puerta.
Las únicas voces que siempre pude escuchar sin mis aparatos... tal vez vibran en una frecuencia diferente. Más que oirlas, las siento.
Ah, má... mami.
—Demian, Demian, cariño, despierta... —las suaves y gentiles manos de mi madre me acarician la cara y me sacuden lentamente trayendome de vuelta a la realidad—. Wanda, ya abrió los ojos, trae un poco de agua.
Má me ayuda a levantarme mientras que mami me acerca un vaso de agua a la boca y con cuidado me da de beber. Lo agradezco, porque mi garganta está muy seca, parece que me tragué un montón de algodón. Probablemente es porque no comí en el desayuno ni cené anoche tampoco porque estaba muy nervioso. Cuando estoy nervioso, no puedo pensar en comer.
—¿Está bien? —la voz de Blaze hace que mi piel se erice cuando entra en la habitación.
Me doy cuenta de que me encuentro en una habitación de la casa donde se está celebrando nuestra boda. Los invitados deben seguir en el jardín.
—Está bien, cariño —Má alarga su brazo y toma la mano de Blaze—. Demian estaba nervioso y te puedo asegurar que no comió nada, es normal que haga esto cuando no estoy ahí para vigilarlo... —ella resopla y se levanta para darle el asiento a Blaze y hacer que me sostenga en sus brazos—. Cuida de él, nosotros le conseguiremos algo de comer —má se acerca una vez más a mi y me da un beso en la frente—. Felicidades por tu boda, pequeño mío, estoy muy orgullosa de ti.
—Gracias —susurro.
—De ti también —mami mira a Blaze y le da una sonrisa mientras má le pone las manos sobre los hombros, él sonríe con sinceridad—. Bienvenido a la familia.
—Es un placer pertenecer a su familia —Blaze asiente, casi como una reverencia.
Mis madres dejan la habitación y es entonces cuando mi cuerpo se calienta al notar que estoy entre los brazos de Blaze, a él no parece afectarle. Sigue acariciando mi espalda suavemente, tratando de reconfortarme.
—¿Fue por el beso? —pregunta de repente.
Sacudo la cabeza casi de inmediato.
—Lo siento —dice, aún así.
—No lo sientas —digo—. No es tu culpa.
—¿Aun crees que esto es buena idea? —pregunta Blaze, suena mortificado—. Cuando quise echar para atrás, ya estábamos casados y tú estabas desmayado.
—No quieres esto...
Entro de repente en pánico.
—No, no... —él mueve su mano más rápido por mi espalda, intentando incrementar el éxito de su consolación—. Hablo de... por tu bien, a mi ya no me importa nada, Dem, pero siento que te robo muchas cosas.
—Es mi decisión estar contigo —susurro y dejo caer mi cabeza sobre su hombro—. Déjame ser un adulto, déjame decidirlo, no pienses por ti mismo que estaría bien o que sería mejor para mí... te dije que te acompañaría, te dije que criaria a la niña junto a ti... te lo prometí y voy a cumplirlo.
—Siento que está siendo duro para ti...
—Solo estaba nervioso —ruedo los ojos—. Estoy bien ahora... pero me preocupa que dirá tu familia.
—Todos están preocupados por ti —Blaze alza su mano y me aparta el cabello de la frente—. Eres mi esposo y desde ahora, también eres un Cavalcanti.
—Oh, soy Demian Cavalcanti... es cierto.
Sonrío de tan solo pensar lo lindo que se va a ver eso cuando firme cualquier cosa.
—¡Vaya, vaya que pareja más feliz! —la puerta se abre de golpe y se asoma el padre de Blaze, Enzo, con una gran sonrisa y una bandeja llena de sandwiches en las manos, detrás de él viene uno de los tantos primos de Blaze, Aldo y su hermano, Harun—. Hemos traído comida, para que el novio pueda recuperar fuerzas y salga a bailar la primera pieza con mi hijo y de paso, lance el ramo, que queremos que Harun se case también.
—Papá... —murmura Harun, avergonzado.
—¡Madonna mía, es que no me acostumbro! —Aldo se acerca a Harun y le aprieta las mejillas—. Ya verás qué susto se van a llevar todos cuando te oigan dar el discurso, si es que veo a la tía Lina desamyandose.
—¿Dará un discurso? —interrogo frunciendo el ceño y mirando a Blaze.
—Oh... era una sorpresa —Blaze mira a Aldo con el ceño fruncido—. Pero ya qué, Harun quería darte la bienvenida a la familia formalmente y como es el padrino, pues... pensó que sería un bonito detalle decírtelo.
Miro a Harun, quien me ofrece una sonrisa tímida. Y yo trato de devolversela y en señas le digo «Muchas gracias, eso es muy lindo de tu parte». Y luego veo la gran sonrisa con la que Blaze contempla a su hermano y pienso en que todo el mundo va a estar sorprendido porque Harun esté hablando que se olvidarán de la verdadera razón por la que están aquí hoy. Y me siento sumamente mal por pensar de esa manera... me siento sucio, porque Harun es un buen chico y me alegra que esté hablando y sé que no merece que me sienta así, pero no puedo evitar querer toda la atención que Blaze le da y que toda la atención que su familia le da a él, que por lo menos le den la mitad de ella a Blaze. Es horrible sentir este tipo de celos, es lo más bajo que he caído.
—Ya, bueno, pero come figlio mio, que te vas a desmayar de nuevo si no comes —me apresura Enzo moviendo sus manos.
Asiento y comienzo a comer.
—Si fuera posible, diría que se ha desmayado porque está embarazado —bromea Aldo y yo casi me atraganto, él comienza a reír mientras se acerca y me palmea la espalda suavemente para calmarme, aunque yo sigo entre los brazos de Blaze y casi sobre sus piernas—. Tranquilo, carino, escucha... si mi primo no te complace, que sepas que Aldo también juega para el otro equipo —me susurra, guiñándome un ojo.
No puedo evitar sonrojarme.
—¡Vete a la mierda!—exclama Blaze sacudiendo la mano de Aldo de mi espalda—. Ni siquiera porque me acabo de casar, Aldo...
—Es solo un dato —Aldo se aleja encogiendose de hombros—. ¿Quién sabe si cambia de opinión? A cualquiera le pasa.
—Jódete —puedo percibir por ese tono que Blaze realmente está enojado, luego él se levanta y me pone con cuidado de pie usando sus manos para levantarme—. ¿Puedes caminar? Salgamos de aquí.
—Estoy bien ahora —asiento.
—Antes de que salgan, quiero hablarles sobre algo —Enzo se para frente a nosotros con una gran sonrisa y juntas sus manos—. Quiero hablarles sobre mi regalo de bodas para ustedes... ¡Que ya sé que ambos dijeron que haber preparado la boda era más que suficiente! Pero no, simplemente no me da la gana de que mi hijo se case y no vaya de luna de miel, que para eso tenemos dinero.
—Papá... —Blaze sonríe a medias—. Gracias, supongo que eso... eso está bien.
—¡Pues claro! Están en la fase luna de miel y tienen que disfrutarlo lo mejor que puedan antes de que la bebé llegue a casa ¿No es así? —él nos mira y extiende sus brazos hacia nosotras—. Quiero regalarle a mis hijos algo bonito que les guste, así que ustedes escojan el país y el hotel, cuando ya lo tengan, me avisan y yo pago ¿Qué les parece?
Yo asiento, porque no estoy seguro de que mi humildad llegue al extremo de no aceptar un viaje con todos los gastos pagados. Blaze se lo agradece por ambos y después de eso, nos dirigimos hacia donde se está celebrando el banquete. Las personas aplauden en cuanto nos ven entrar y se ponen de pie; Blaze sujeta mi mano con firmeza y eso me da un poco de seguridad cuando ambos caminamos hacia la pista de baila en frente de la banda que no ha tocado todavía la primera pieza porque han estado esperando por nosotros, me pregunto cuánto tiempo ha pasado desde que me desmayé.
—¡Ahora, con ustedes, la pareja bailará su primera canción! —anuncia Aldo, adueñándose por completo del micrófono—. Estoy seguro de que todos les deseamos lo mismo, mucho amor y prosperidad —él nos guiña un ojo y como mantengo mi mano sobre el pecho de Blaze, puedo sentirlo gruñir mientras mira a Aldo que bien sabe que Blaze lo odia pero no le importa—. La canción la escogí yo, de hecho... se que no soy el padrino, y tal vez no los perdone por eso ¡Pero que sepan que tengo fe en ustedes!
«Si no se calla voy a matarlo» murmura Blaze tan bajo que me entero de lo que dice porque leo sus labios.
—Está bien —yo me río y trato de calmarlo mientras él pone un mano sobre mi cintura para ponernos en posición de baile—. Hace la boda mas interesante.
Blaze me sonríe a medias y entonces la canción comienza a sonar. No sé por qué no estoy sorprendido de que sea el tema principal de La Bella y La Bestia. Dejo caer mi cabeza sobre el pecho de Blaze mientras exploto en risas y lo siento resoplar, las demás personas también comienzan a reír pero aún así nosotros comenzamos a bailar. Yo le tuve que enseñar a Blaze como hacerlo, desde luego porque no tenía ni idea de como bailar en una boda. Fue divertido y me gané más de un pisotón descomunal de sus enormes pies pero fue un momento que nadie me va a poder quitar nunca en la vida; ver a Blaze confundido y siguiendo mis órdenes.
—Creo que yo soy la bestia —pregunto yo mirando a Blaze a los ojos, recordando todas las veces que Blaze dijo que era agresivo solo porque soy un poco maniático con la limpieza y la comida.
—No lo sé, pero definitivamente eres la bella para estas personas —él alza una mano y me acaricia la mejilla y me sonrojo porque no es algo que esperé que dijera—. Sólo porque yo soy la bestia para todo el mundo —dice luego, esbozando una sonrisa burlona.
Golpeo su pecho entonces y escondo mi cara en él de nuevo pero rodeo su cuello con mis brazos. La multitud deja escapar un "awwww" por alguna razón.
—Es tu boda, Demian, por supuesto que eres la bella —murmura él entonces en mi oído y me hace temblar y preguntarme por que dudaba de haberme casado con él.
Cuando la canción termina, empiezan a sonar más canciones, la banda toca y las demás personas corren a la pista para bailar también. Enzo me pide bailar con él y accedo, Blaze baila con su abuela entonces. Pero cuando Aldo se acerca a mi para bailar, Blaze me toma del brazo y me dice "Estás cansado ¿Verdad?" Y me arrastra lejos de la pista para ir a sentarnos a nuestra mesa, donde se encuentra el pastel también que se supone que en algún momento debemos cortar y darnos de comer el uno al otro. Mis madres se acercan y se sientan a mi lado para discutir lo hermoso que según ella me veo hoy. Estoy feliz de tenerlas en este momento, porque las extrañaba mucho y quería una excusa, la que fuera, para verlas una vez más.
—Tal vez debamos mudarnos a Nueva York —dice má mirando a mami con una expresión dubitativa—. Es decir, Demian estará aquí con su esposo y su hija y Dios, esto es grande, necesitará alguien que cuide a la bebé mientras termina de estudiar, necesitará ayuda a veces. Sé que mi pequeño puede con eso y más pero vamos, es algo que también... es fuerte.
—¿No crees que también seremos una molestia? —Mami se cruza de brazos—. Tenemos que trabajar para mantenernos porque obviamente no les daremos problemas, yo soy empleada doméstica y tú eres chef, son trabajos que ameritan una buena parte de nuestro tiempo ¿En qué momento cuidariamos a la bebé?
—Tienes razón, te odio, siempre piensas en todo —má se cruza de brazos, fingiendo estar disgustada con lo que mami le dice—. Pero quisiera ayudar a mi hijo, solo por un tiempo.
—¿Por qué no se toman vacaciones? —Blaze salta en la conversación—. Nosotros pagaremos sus gastos, incluso si son vacaciones pagadas todo correrá por mi cuenta, como los gastos de la universidad de Demian. Pueden quedarse en el anexo de nuestro nuevo departamento y cuidar a la bebé, porque es cierto, necesitaremos alguien que nos ayude cuando Demian vuelva a la universidad, quiero que termine sus estudios y tengo que trabajar para asegurarme de ello.
Mis madres miran a Blaze fijamente y puedo decir que ambas están impresionadas... creo que cuando les conté sobre Blaze y aún cuando lo conocieron en persona, ninguna de ellas se esperaba que él fuera una persona tan generosa.
—Bueno, bueno, eso es mucho de tu parte, hijo mío —má ríe con nerviosismo—. No queremos ser las suegras metiches, eso es seguro.
—No lo serán —Blaze sonríe—. Nosotros viviremos en el piso de abajo, el de arriba e todo suyo y nuestro tiempo a solas será solo eso, a solas.
Desvío la mirada intentando no lucir avergonzado ante esa declaración de su parte. Sobre todo porque sé que nuestro tiempo a solas lo pasaremos jugando damas chinas y eso es realmente deprimente.
—Wanda, él me recuerda tanto a ti cuando éramos jóvenes —má toma la mano de mami, quien no tiene la mejor de sus expresiones, porque estoy seguro de que el comentario no le ha agradado—. ¿No lo recuerdas? ¿Eh? ¿Eh?
Blaze luce satisfecho por alguna razón.
—Lo recuerdo, es una tortura —mami rueda los ojos—. Hablaremos sobre ello luego, aún tenemos cosas que arreglar en casa.
Miro a Blaze y sacudo la cabeza, dejándole saber que su comentario estuvo fuera de lugar. Él me mira y sonríe inocentemente, como si no hubiese sido aquello su culpa.
—¡Es el hora del brindis! —anuncia el padre de Blaze haciendo sonar su copa suavemente para llamar la atención de los invitados.
La banda deja de tocar y todos se voltean a mirarnos.
—Primero, el padrino —Enzo mueve su mano hacia Harun, quien se levanta de su asiento.
Todo el mundo aplaude.
Ha llegado la hora de dejar de ser el centro de atención.
Él saca una pequeña tarjeta del bolsillo de su chaqueta y su padre le pasa el micrófono que ha estado usando. Un gran jadeo de asombro se extiende en la sala, todo el mundo está impresionado pero la gente por poco no se vuelve realmente loca cuando Harun abre sus labios y dice—: Esto, es para mi nuevo hermano.
Todo el mundo se levanta y aplaude, algunas personas están llorando, otras rien y celebran. Harun los mira a todos como si no supiera que hacer y Enzo trata de calmarlos. Luego de unos minutos, cuando pasa un poco la sorpresa, Harun vuelve a hablar.
—Demian... —dice, con la expresión más tímida que puede formar y su novia se para a su lado para apoyarlo mientras sostiene su brazo y le acaricia la espalda—, bienvenido a la familia. Que sepas que... ahora somos hermanos y todos estamos muy felices de tenerte con nosotros, no solo iluminaste la vida de Bernardo, sino también la nuestra... lo trajiste de vuelta y siempre voy estar agradecido contigo por darle una razón extra para mantenerse fuerte. Gracias por ser su mejor amigo, gracias por cuidar de él... Dejamos a Bernardo en tus manos y esperamos que siempre cuentes con nosotros. Gracias, Demian, por entrar en nuestra familia.
Fue muy corto y muy simple pero aún así esas palabras sirvieron para hacerme llorar. Es cierto que no quería ser comparado con Harun y que por eso algo de rencor le guardaba pero... tenía que admitir que es una persona maravillosa y que realmente no puedo odiarlo. Yo de verdad aprecio el hecho de que me diera tan bonita bienvenida.
—Ahora, mi discurso —anuncia Aldo entonces y Blaze rueda los ojos—. Bueno, bueno... ¡Que difícil es competir con eso! Imaginense lo shockeante que ha sido esta boda para todos que hasta Harun está hablando —la gente empieza a reír y aplauden ante el chiste.
«Juro que lo mato» leo en los labios de Blaze.
—Tranquilo —le susurro.
—¡Es que de verdad! Todos estuvimos sorprendidos cuando nos dijeron que Blaze se casaba ¿no es así? —todo el mundo parece estar de acuerdo con él—. ¡Pero vaya que le agradecemos a Demian por calmar a la bestia! —Aldo levanta su copa de vino—. Ahora, un brindis, ¡Por Demian, el domador de bestias!
—¡Por Demian! —gritan todos.
—¡Por Blaze, porque estoy seguro de que Demian no es tan dulce como parece!
—¡Por Blaze! —gritan de nuevo con sus copas en alto.
—¡Por ambos! Porque todos deseamos que sean muy felices —Aldo parece sincero en esa parte.
—¡Por Demian y Blaze! —gritan todos.
Blaze y yo chocamos nuestras copas también, porque es necesario que también celebremos el que estamos juntos, aunque no sea de la manera en que todo el mundo piensa.
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Hola 7u7
Estoy aquí de nuevo, haciendo un esfuerzo por publicar desde mi teléfono, así que espero que lo hayan disfrutado, pronto habrá más.
Btw, quería decirles que tengo una nueva cuenta de Instagram (user: rossnwattpad) exclusivamente para que me sigan los que estén interesados en saber sobre cuando publico, ver memes, adelantos, entre otras cosas.
También estoy interesada en sacar en papel uno de mis libros así que si quieren saber todo sobre eso, síganme allí. Por ahora no hay noticias sobre eso, pero cuando las haya les diré.
Gracias por su atención, se les quiere, Ross out ✌