Siempre pensé que el amor podía romper cualquier barrera, que si en verdad uno ama es capaz de hacer de todo por la otra persona sin pedir nada a cambio, pero no tuve en cuenta que por más que ames con cada fibra de tu ser, si hay personas queriéndote verte caer a cada paso que des, el amor no siempre es suficiente, porque sinceramente el sufriemiento, el daño y el dolor siempre se adueñaban de tu cuerpo, impidiéndote ver más allá de ello.
– Mirame Shawn – lo tomé de las mejillas firmemente y lo obligué a que sus ojos se encontraran con los míos aunque puso resistencia al principio.
– No – susurró con voz entrecortada.
Un parte de mi corazón se quebró al oírlo.
– Es por nuestro bien, es lo mejor – trague saliva.
Él soltó una risa sin gracia cerrando sus ojos.
– No me digas que es lo mejor, no me digas que es por nuestro bien – negó con su cabeza agachando su cabeza – Por que yo no estoy bien.
Sus ojos volvieron a conectarse con lo míos con dolor, estaban cristalizados y yo estaba segura que se me habían escapado unas lágrimas.
Suspire fuertemente preparándome mentalmente para lo que diría a continuación.
– Lo siento Shawn – se me entrecortó la voz – Yo no puedo seguir con esto, tomaré el primer vuelo a casa y te dejaré en paz.
Un sollozo salió de mis labios en cuanto terminé de hablar.
– No me hagas esto – negó repetidas veces con su cabeza hablando con desesperación.
Su mirada me suplicaba que no lo dejara, que me quedara allí con él, que enfrentemos todo esto juntos y que siguiéramos adelante.
Pero yo no podía, me habían ganado.
– Lo siento – susurré.
No quería acabar con esto, no cuando lo quería de esta manera, como nunca quise a nadie, me hizo feliz cada día de nuestra relación y jamás lo olvidaría.
Besé sus labios delicadamente mientras él sostenía mis manos en sus mejillas, respondió con un gemido de angustia cuando me separé y me di media vuelta comenzando a alejarme de él.