Si pudiera volver a verte

By YorikoSky

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La gente suele pensar mucho en el futuro. Imaginan uno lleno de sueños alcanzados y promesas cumplidas, pero... More

PERSONAJES
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22 [MARATÓN 1/3]
CAPÍTULO 23 [MARATÓN 2/3]
CAPÍTULO 24 [MARATÓN 3/3]
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32

CAPÍTULO 20

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By YorikoSky


El sol hacía rato que alumbraba todo el país de Fiore dando aspecto de estar en verano cuando recién empezaba la primavera.

En una pequeña casa no muy lejos del gremio de Sabertooth se encontraba una mujer de cortos cabellos dorados y bellos pero tristes ojos marrones haciendo una maleta.

-¿Estas segura de esto Lucy?- dijo Sting que estaba sentado en un sillón que había en la habitación mirando unos papeles.

Con el tiempo, los dos rubios habían conseguido tener una gran amistad muy parecida a la de mejores amigos, por lo que Sting conocía muchas cosas de Lucy como, por ejemplo, que todavía no había podido olvidar u odiar a Fairy Tail aun después de todo lo que le hicieron tanto a ella como a sus hijos.

-Por supuesto que si- dijo Lucy mirándolo durante un segundo con una pequeña sonrisa para luego volver a su trabajo de colocar su ropa en la maleta- A Natsuki le ha vuelto a pasar y, aun sabiendo que los chicos la van a cuidar muy bien, me necesitan.

Sting asintió comprendiendo sus palabras. Si eso le hubiese pasado a Lizy seguramente él y Rogue harían lo mismo.

-¿Ya estas lista?- pregunto volviendo su atención a las hojas.

-Casi... ¡¿Quieres dejar de leer mis historias?!- pregunto histéricamente acercándose al rubio quitándole sus hojas con las historias que estaban a medio terminar- Te lo je dicho muchas veces...

-Que sí, que sí. Que no están acabadas y queda retocar los últimos detalles- dijo con tono aburrido, pero a la vez divertido Sting ganándose una mala mirada de Lucy, pero después puso una cara seria que sorprendió bastante a la rubia- Sé que escribes sobre tu antigua vida en Fairy Tail porque los echas de menos. Puede que lo parezca Lucy, pero no soy idiota. Te entiendo de verdad, es normal que los eches de menos y si esto te hace feliz está bien. Puedes contarme lo que quieras y no se lo diré a nadie...

-Mentira. Se lo dirás a Rogue, como siempre- dijo divertida Lucy pero con pequeñas lágrimas en los ojos emocionada por lo que Sting había dicho.

-Pasando por alto que crees que soy un mal amigo, que por cierto es mentira- dijo divertido haciendo que Lucy suelte una pequeña risa- no lo has negado.

Lucy se quedó en silencio incomoda por la mirada curiosa que Sting le daba.

Por supuesto que los echaba de menos, a todos sus antiguos compañeros, a sus amigos, a su familia, a él.

No había día en que no pensara en ellos, pero sobre todo en Natsu.

A él lo veía cada vez que miraba a sus hijos que apresar de no haber convivido mucho con él, por no decir nada, tenían muchos de sus gestos. Sus sonrisas, la manera de comer, la forma de destruir, aparte de tener su misma magia.

Era imposible no pensar en él, y por consiguiente en Fairy Tail, tenido a sus hijos que tenían la personalidad de un miembro de Fairy Tail.

-Por supuesto que los echo de menos- dijo sinceramente Lucy sorprendiendo a Sting, mientras se sentaba en el sillón al lado del rubio- No puedo no echarlos de menos. Me enseñaron demasiadas cosas de cómo vivir. Cada vez que voy de misión, cada vez que estoy en casa o cada vez de camino al gremio. Hay veces que espero que aparezcan para hacerme compañía, volver a ser los de antes, pero eso no es posible.

Sting asintió comprendiendo las palabras de su amiga. No lo entendía del todo porque no lo había vivido, pero si se ponía en su piel no podía ni imaginar el dolor.

El chico intentando cambiar de tema cambio el rumbo de la conversación al ver como a Lucy no le quedaba mucho para llorar.

-Bueno ¿Ya lo tienes todo listo?- pregunto con una sonrisa mirando a Lucy que le regalo una pequeña sonrisa comprendiendo lo que él quería hacer- Deberías llevar algo también para Natsuki que le haga feliz. Creo que lo necesitara.

-Tía Lucy ¿Puedo ir contigo?- pregunto con inocencia Lizy apareciendo por la puerta con una de las muñecas de Natsuki que Lucy le había dejado para jugar.- Yo también quiero ir a ver a Natsuki-nee.

Lucy sonrió tiernamente a la pequeña castaña que acababa de aparecer en la habitación.

-Lo siento cielo, pero tú te tienes que quedar con tus papas. Te prometo que cuando vuelva será con Natsuki ¿Esta bien, pequeña?

La niña asintió no muy convencida con un pequeño pero adorable puchero en sus labios.

-¿Lo prometes?- pregunto levantando su dedo meñique.

Lucy y Sting soltaron una pequeña risa enternecidos por ese gesto tan inocente.

Lucy se agacho para estar a su altura y le tendió su dedo meñique.

-Te lo prometo Lizy- dijo con sinceridad y una sonrisa de las que solo ella puede hacer- Y un mago estelar nunca rompe sus promesas.

❌ ❌ ❌  

La mesa quedo en silenció después de todo lo que Draco acababa de decir.

Ahora les parecía normal lo que Jane les había dicho. La batalla era algo personal en lo que no debían meterse a no ser que fuera estrictamente necesario. No era algo de fuerza, era algo de seguridad y orgullo. De demostrar que no todo era igual que hace años. Algo personal que solo ellos podían resolver. Por eso Igneel no se metió en la batalla, porque lo sabía.

Ahora lo entendían todo.

Bueno, casi todo.

-Espera un segundo- dijo Storm ganándose la atención de todos ellos- ¿Por qué quieren las llaves celestiales?

-Es verdad- dijo Miu siguiendo a su hermano- La serpiente también las quería ¿Están relacionados entonces no?

Draco y Igneel se miraron sin saber cómo responder a eso.

-Según tenemos entendido no buscan solo las llaves del Zodiaco, también buscan a los magos celestiales- dijo Igneel sin mirarlos- La magia de los magos celestiales es magia lanzadora y magia portadora. Para sea lo que quieran las llaves también necesitan...

-Necesitan a un mago celestial entre sus filas- dijo con comprensión Lily ganándose la mirada de los hermanos- ¿No?

-¿Pero porque no les han cogido las llaves a Natsuki? ¿Porque no han atacado directamente a tu madre para conseguir las llaves para lo que sea que necesitan?- pregunto extrañado Takenshi recordando la magia de Lucy.

Igneel lo miro serio durante unos minutos para luego negar con la cabeza.

-Eso sería lo lógico, pero las llaves que tiene Natsuki no son, por así decirlo, verdaderas. Puede invocar a los espíritus como si lo fueran, pero no lo son- dijo Igneel con seriedad- Eso es algo que ellos también saben.

Los demás asintieron comprendiendo las palabras.

-¿Eso se puede hacer?- pregunto Connie dándole un trago a la cerveza- Me refiero a eso de duplicar las llaves y que encima funcionen.

-Se necesita mucho poder mágico y un gran dominio de la magia. Mi madre lo hizo cuando Natsuki empezó a usar esa magia- dijo orgulloso Draco- Es difícil pero no imposible.

-Impresionante- dijo Connie con los ojos brillantes.

Ante eso Igneel sonrió, cosa que solo noto Takenshi.

-Bueno, creo que ya está bien de todas esas preguntas- dijo Jane sonriendo débilmente. Igneel y Draco ya habían tenido suficiente por ese día- ¿Qué tal si vamos a comer algo?

-Eso estaría bien- dijo Lami entendiendo sus palabras y levantándose junto a ella para ir a pedir algo siendo seguidas por Lily y Miu.

Por otro lado Igneel tenía algo pendiente y en ese momento vio que esa era su oportunidad.

-Connie- dijo llamando la atención de la nombrada que se giró sorprendida a mirarlo igual que los demás de la mesa- ¿Puedo hablar contigo un segundo?

La chica algo dudosa asintió y siguió a Igneel fuera del bar. Sea lo que sea que tenía que decir, ella lo escucharía.

Además de eso la curiosidad le mataba.

Cuando los dos ya estaban en el jardín del hotel, Igneel la hizo sentarse en un banco que había junto a él.

Después de un rato en silencio los dos sentados Igneel se dispuso a hablar.

-Estoy seguro que te sorprende que quiera hablar contigo ¿No?- dijo con una pequeña sonrisa Igneel.

-Es algo que me llama la atención, si- dijo Connie asintiendo con una mueca graciosa en la cara.

-Quería hablar contigo para preguntarte una cosa- dijo Igneel mirándola fijamente a lo que la chica asintió con una pequeña sonrisa- Tu madre, Cana ¿Esta bien?

La chica ante esa pregunta no supo que responder. Igneel al ver su indecisión quiso ponerla al corriente.

-Supongo que ya te han contado lo que paso en Fairy Tail con mi madre ¿No?- pregunto Igneel aun conocedor de la respuesta.

-Sí, bueno, después de nuestro primer encuentro en la estación teníamos muchas preguntas y Takenshi nos las contesto.

-Eso suponía- dijo Igneel con sinceridad- Bueno, pues ese día no todos fueron contra mi madre, una persona la defendió y me protegió de que me hicieran algo antes de que los espíritus de mi madre llegaran.

Connie abrió ampliamente los ojos ante esas palabras.

-Te refieres a mi...

-Cana me protegió como pudo de esos e impidió que viera muchas de las cosas que le hacían a mi madre- dijo Igneel con una mueca triste recordando el momento- Nunca se lo he podido agradecer. Ella no pudo evitar que le hirieran, pero si evito que yo viera muchas de esas cosas y me consoló.

-Vaya... No lo sabía- dijo Connie sorprendida por esa declaración, después sonrió orgullosa de su madre- Se ve que no se tanto como pienso.

-¿Cómo esta ella?

-Está bien, como siempre. No creo que haya cambiado mucho a como tú la recuerdas- dijo con una sonrisa Connie recordando a su madre. Podía ser una borracha y una fiestera, pero era la mejor madre que podía haber pedido- Sigue bebiendo y ahora es Clase S, hace misiones con el abuelo Gildrats de vez en cuando pero siempre está pendiente de mí y de los del gremio. Sigue con sus juegos de bebida y hace las fiestas más grandes de todo Fairy Tail.

-Yo diría incluso de Magnolia- dijo Igneel riendo ante las palabras de Connie.

-Si es posible- dijo tamien riendo la chica. Después miro fijamente a Igneel con una sonrisa graciosa- Te queda bien sonreír, estoy segura de que a Jane le gustas más así que todo serio y ceñudo.

-Vaya, que rápido has estrado en confianza.

-Es verdad, además tu hermana me cae muy bien, podría convertirse en una buena amiga y no te preocupes tanto, soy una casi buena influencia.

-¿Casi buena?- pregunto con sorna Igneel.

-¿Recuerdas quien es mi madre?- dijo Connie recibiendo un asentimiento del chico junto con una carcajada- Pues en este caso la manzana no ha caído muy lejos del árbol.

Los dos chicos se miraron para luego soltar una larga carcajada recordando cosas buenas y buenos momentos.

-Bueno...- dijo Connie después de un rato en silencio. Lo miro con una sonrisa- ¿Quieres que te lea las cartas?

-Ya lo creo, eres igual que tu madre- dijo levantando del banco empezando a caminar- Anda, tira hacia dentro.

-Pero venga, casi siempre acierto- dijo la chica siguiéndolo con una sonrisa divertida.


Minutos después de que Igneel junto con Connie se fueran, en la mesa solo quedaron Draco, Storm, Gale, Takenshi y Shiro. Las chicas seguían pidiendo la comida.

-¿De qué quiere hablar tu hermano con Connie?- pregunto intrigado Storm mirando durante un momento la puerta por donde habían desaparecido esos dos- ¿No le ara nada no?

-Por supuesto que no- dijo Draco a la defensiva- Mi hermano no va por ahí golpeando a la gente sin motivo alguno. Querrá hablar con ella de su madre.

-¿De su madre? ¿De Cana?.- pregunto extrañado Gale- ¿Por qué?

-Porque es alguien importante en la vida de Igneel- dijo con simpleza Draco.

Los demás asintieron comprendiendo a Draco, no querían incomodarlo más.

-¿Desde cuándo sois miembros de Sabertooth?- pregunto Takenshi para cambiar de tema- Nunca habéis ido a los Juegos Mágicos.

-Siempre hemos estado en Sabertooth, pero somos miembros oficiales desde hace trece años cuando Natsuki y yo teníamos cuatro años, ahí empezamos con la magia.

-¿Y tú Shiro?- pregunto Gale.

-Desde que tenía diez- dijo con simpleza el castaño, levantándose de la mesa dijo dirigiéndose a la barra- Voy por algo de beber.

Los chicos se quedaron viendo como este se perdía entre la gente que estaba empezando a entrar en el bar.

-¿He dicho algo malo?- pregunto arrepentido Gale.

-No, no es eso... Bueno, si- dijo sincero Draco soltando un suspiro- Es algo complicado. Solo voy a decir que llego al gremio solo.

Los chicos ante esas palabras entendieron lo que el rubio menor quería decir.

Después de estar hablando de cosas triviales por un rato, llegaron las chicas con la comida y minutos después Igneel seguido de Connie.

-Vaya ¿Dónde estabais?- pregunto sorprendida Lily al verlos aparecer juntos.

-Hablando- dijo simplemente Igneel sin dar explicaciones sentándose al lado de Jane que le recibió con una sonrisa, suponiendo de lo que esos dos habían hablado.

❌ ❌ ❌  

Ya había caído a noche en la ciudad de Hargeon. La luna ya había hecho acto de presencia acompañada de brillantes estrellas que se podían ver con claridad desde cualquier ángulo en la ciudad.

Por las oscuras calles de la ciudad se encontraba caminando un hombre con una capa que le tapaba desde la cabeza hasta los pies.

Este entro en un callejón oscuro donde se encontraba un hombre de cabellos negros y ojos rojos. Este tenía vendado todo el brazo derecho y parte del pómulo hinchado.

-¿Y bien?- dijo Nade sin siquiera mirar al hombre- ¿Qué tienes para mí?

El hombre se inclinó dejando ver unos pocos cabellos naranjas.

-Señor Nade, los jóvenes de los gremios siguen adelante con la misión, pero la joven pelirosa se va.

-¿La joven pelirosa?- preguntó Nade extrañado- La mocosa de Natsuki.

-Si señor- dijo el hombre asintiendo repetidas veces con la cabeza- Sus heridas le impiden seguir con la misión.

Nade soltó una leve risa que fue interrumpida por una tos para después llevarse una mano a las costillas.

-Vaya, eso me alegra de alguna manera, pero no estoy totalmente satisfecho- dio con voz ronca por el dolor- Quiero que reúnas más información sobre todos esos niñatos. Me da la sensación que serán un impedimento en el plan de mi padre.

-Si señor Nade- dijo el hombre inclinándose levemente para luego salir del callejón.

-Esto se pone interesante-dijo Nade antes de desaparecer entre las sombras.

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