Una Hermosa Mentira

Door LessCervantesS

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La vida de Luna Mallete cambia un día de repente, cuándo llega a sus manos una carta, la cual envía un chico... Meer

Aviso.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo Final
Epílogo

Capítulo 58

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Door LessCervantesS


Damián

Al ver a Luna entrar, no pude aguantar las ganas de abrazarla, ella era lo más cercano que tenía de mi hermano en ese momento, haría cualquier cosa por esta mujer, para que estuviera bien.

– ¡Damián! –gritó al sentir mi abrazo- Dios... Me parece que ha pasado una eternidad sin verte.

–Ya se, deja de desaparecer tanto –reí un poco y ella conmigo, para segundos después empezar a llorar.

–Ay Damián... No sabes cuánto te extrañé, a todos... –suspiró- a todos...

–Si Luna, todos también te extrañamos mucho, si no, no estuviéramos aquí, arriesgando el maldito trasero por ti –le sonreí, ella sonrió pero no llegó a sus ojos la felicidad- Ya se Luna, a mi también me duele que él ya no este... No sabes cuánto desearía que estuviera aquí.

En ese momento prendí el auto, no quería ponerme sentimental, no era el momento, voltee a verla y ella asintió, como leyendo mis pensamientos.

"¡Hora de irnos!" dije por el radio.

"¡Han cerrado todas las entradas del hospital, tendremos que esperar o en su caso salir a la fuerza!" contestó Ian.

"No se preocupen por eso, yo les abro las puertas" sonó la voz de Katia.

"¡Katia! Pensé que no estabas aquí" le respondió Luna, alegre de nuevo.

"Claro que si mami, ¿Quién crees que apagó las cámaras pequeña? Ahora muévanse y salgan de aquí, yo abriré las puertas automáticas, tienen aproximadamente 30 segundos antes de que se cierren, ¡Corran!"

Empezamos a avanzar lentamente, habían más carros que también querían salir, pero los estaban regresando, esperamos un poco, en el momento en que llegamos a las puertas y antes de que el policía se acercara a nosotros, las puertas comenzaron a abrirse, todos se veían bastante confundidos, y en cuanto hubo suficiente espacio para pasar, pise el acelerador a fondo.

Ian hizo lo mismo y a penas y pudimos salir, dándonos una ventaja de varios minutos en lo que las patrullas avanzaban, minutos que nosotros aprovechamos bastante bien, recorrimos las calles haciéndola laberintos con ellas, no nos costó trabajo perder a las patrullas que a penas y se escuchaban a lo lejos.

Sin embargo no me relaje ni tampoco hable hasta que llegamos a la mansión, y aunque ya todo estaba en orden, sentía una cierta inquietud extraña, no podía quitarme esa sensación de que algo iba a salir mal.

Cuando bajamos, Ian corrió a abrazar a Luna, sonreí, parecía que todo volvía a la normalidad... Bueno, más o menos.

Victoria

Cuando llegamos a la mansión, me percaté de que no había nadie en las entradas ni tampoco se escuchaban ruidos de adentro, el silencio me hizo ponerme bastante ansiosa, algo no estaba bien...

–Algo anda mal –dije en voz alta, todos voltearon a verme.

Nos quedamos en silencio un momento, y antes de que alguien pudiera reaccionar si quiera, se escuchó una risa dentro de la casa, una risa que no era de nadie que yo conociera.

– ¡No es cierto! –gritó Damián, subiendo como loco las escaleras del estacionamiento para llegar a la sala.

Cuando lo alcanzamos pude ver dos cosas, la primera es que Claudia y Dimitri estaban atados de pies y manos, con una cinta en la boca y tirados en el suelo, donde había sangre aunque no lograba identificar de quien, y la segunda, que había más de 6 personas alrededor de ellos, una de estas personas estaba apuntándole a Damián en la cabeza.

–Vaya, nos volvemos a encontrar después de tanto tiempo Damián Rochester –le dijo el hombre, era más alto que Damián aunque más delgado, tenía el cabello rubio, con un piercing de diamante en la oreja, y con la mitad de la cara, con unas cicatrices de quemadura, dejando un ojo blanco y el otro azul. ¿Quién era él?

–Ángel –dijo Damián riéndose– Veo que no moriste después de todo, aunque si te quedó algo fea la cara –se rió más fuerte.

–Sí, es un regalo que tuve que aceptar a la fuerza, gracias por eso –le dijo Ángel con una enorme sonrisa, que no hizo otra cosa más que agregarle locura a sus facciones.

–Y ¿A qué se debe esta desagradable visita? –preguntó Damián, acercándose a él, a lo que ángel bajo el arma, apuntando a Claudia.

– ¿Qué Claudia no te lo dijo? Somos grandes amigos y quería asegurarme que nuestra amistad siguiera en pie, o ¿Quién crees que te dio a esos dos con órdenes mías? –Nos señaló a Dimitri y a mí– Pobre Esteban, tuve que matarlo, no dijo lo que debía decir, lo siento mucho.

Damián me miro, yo solo alcé los hombros, sinceramente no sabía quién era él y de que estaba hablando.

En ese momento alguien entró a la casa por la puerta principal, todos volteamos y vi a Katia quedarse paralizada al ver la escena que estaba delante de ella, retrocedió un pasó y en sus ojos pude leer el más puro terror que había visto en alguien, ese Ángel debía de ser un recuerdo bastante intenso para ella.

Isabella

En cuanto Damián corrió a la casa todos los demás lo hicieron, yo quise hacerlo pero alguien me agarró del cuello y me jaló hacía la parte más alejada del estacionamiento.

– ¿QUÉ HACES IMBECIL? –grité en cuanto me soltó, cuando vi quién era, una sonrisa se formó en mi cara– ¿Qué demonios haces aquí Jason? ¿Qué no te quedó claro que ya no trabajo para ustedes? –le dije a mi antiguo compañero y mejor amigo.

–Escúchame, no hay tiempo que perder, ¿Te acuerdas que cuando empezaste a involucrarte en los asuntos de los Rochester, escuchaste una conversación entre Jared e Ian acerca de una tal Vicki?

–Sí, la antigua novia de Ian –fruncí el ceño– ¿Y eso que? En serio, este no es un buen momento... No sé qué está pasando allá adentro y tengo que...

– ¡Cállate y escúchame! No sé cuándo vuelva a verte y necesito decirte esto –asentí y suspiré– Estuve investigando y encontré algo que tal vez te interese bastante, se cuánto te preocupa tu novio ahora, así que creo que él tiene derecho de saber la verdad.

– ¿De qué hablas?

Sacó unos papeles de su pequeña mochila que cargaba, me los entregó y en cuanto los abrí supe que no iba a ser buena información, comencé a leer a la velocidad de la luz, mientras más avanzaba, más me aterrorizaba.

–Esto no puede ser cierto... –susurré– entonces ¿Jared lo sabía todo?

–Sí y hay más, respecto a Luna...

En ese momento se escuchó un disparó dentro de la casa que me hizo voltear, para segundos después ser derribada por dos sujetos, uno me agarró a mí y otro Jason, matándolo en seguida, yo grité en cuanto vi esto, pero el que me tenía agarrada me dio un fuerte golpe en el estómago seguido por uno en la cabeza que me hizo marearme.

–Vaya, vaya, no sabía que tú también le apostaras a los dos caballos al igual que tu amiga Poulain... –escuché una voz que conocía perfectamente.

Katia

Cuando entré a la mansión después de haber escapado como pude de aquel hospital infernal, no pude evitar revocar los recuerdos que me trajo ver a Ángel, más que nada porque pensé que jamás lo iba a volver a ver, de verdad me imagine que Damián lo había matado.

Lo vi diferente, ya no tenía ese rostro tan apuesto que un día tuvo, ahora la mitad de su cara estaba quemada, ahora veo que es lo que le hizo Damián, pero ¿¡Por qué no lo mato!?

– ¿¡Qué demonios haces aquí desgraciado!? –pude decir después de salir del shock.

–Querida amiga, vaya que los años te han favorecido, estas más hermosa que nunca –sonrió.

– ¿Sigues trabajando para el güero? –le preguntó Damián en tono amenazador.

–Por supuesto, ¿Para quién más si no?

Pude ver como Claudia, que estaba en el suelo, se removía con violencia, tratando de hablar, Ángel se agachó y le quito la cinta de la boca con fuerza.

– ¡Maldito hijo de puta! –gritó con todas sus fuerzas.

Victoria

En ese momento se escucharon varios rechinidos de llantas, seguidos de unos sonidos chillantes, patrullas y a juzgar por los sonidos, eran demasiadas.

–Creo que llegó compañía, así que vamos a hacer esto rápido –hablo Ángel apuntándole a Damián para luego voltear a ver a Luna– Me entregas a la chica, esto lo arreglamos por las buenas y se acabó, todos felices y lo más importante... Vivos.

–Estás loco si crees que voy a ir contigo, quién quiera que seas –habló Luna, dando un paso al frente- quién quiera que solicite mi presencia tendrá que venir él solo por mí.

–Ni hables querida, que lo que pides podría hacerse realidad y no creo que eso te guste mucho –volvió a sonreír Ángel.

La policía seguía afuera, sin embargo pareciera no estar segura de que casa tenía que registrar, se escuchaban algo lejos sus voces, aunque las sirenas se escuchaban relativamente cerca.

– ¡Ya basta! Lárgate de aquí antes de que termines muerto tú y tus imbéciles –gritó Damián señalando con la cabeza la puerta.

Antes de que Ángel pudiera pronunciar siquiera alguna palabra, se escucharon dos cosas, un balazo y más autos entrando al estacionamiento.

Lo primero en que repare después de ponerme detrás de un sillón, fue que Ángel cayó fulminado al piso, con su ojo azul viendo directamente hacía mí, a Katia sosteniendo el arma con fuerza mientras lloraba detrás de las escaleras y Damián e Ian tratando de desatar a Dimitri y a Claudia.

A esta última, Damián la agarró fuertemente del cabello, arrastrándola mientras ella gritaba, se metieron a una habitación Damián, Ian, Luna y Claudia.

Todo eso se grababa en mi mente mientras los balazos volaban al por mayor en la sala, cosa que había hecho que los policías entraran también a la casa, cuando Dimitri llegó conmigo, por la puerta trasera entraron más personas, que también se cubrían de los balazos.

– ¡Vámonos de aquí! –me gritó Damián por encima del ruido de las balas.

– ¿¡Qué te pasa!? ¿Acaso quieres huir? –pregunté, disparando por encima del sillón.

– ¡No es huir! Volveremos, confía en mí, nosotros ya terminamos nuestra misión aquí, ¿O acaso crees que estamos aquí por otra cosa? ¡Es trabajo! ¡ENFOCATE! ¿Quieres vivir? Es momento de salir de aquí, créeme, ayudaremos después –me gritaba y me jalaba.

– ¿CÓMO DEMONIOS AYUDAREMOS DESPUÉS? –grité más fuerte.

–¡¡SOLO CONFÍA EN MI!! –me miró intensamente, sus ojos miel me transmitieron el mensaje, aunque no sabía cuál exactamente.

Agarré su mano y disparando a diestra y siniestra, pudimos salir por una ventana. 


*Capítulo largo para todos ustedes mis fieles lectores, les tengo una noticina, ¿Adivinen qué? Ya solo faltan entre 3 y 4 capítulos para que Una Hermosa Mentira termine, en serio que estoy emocionada y nerviosa, ya que hace mas de un año que estoy subiendola y más de 5 años escribiendola, y aunque se que no es la mejor historia de todas, se que deje mi alma en ella, significa mucho para mi! 

Espero les guste y dejen sus comentarios, ¿Cuál es creen que será el desenlace de la historia? Dejenme saber sus teorias, los amo, en serio que MUCHAS GRACIAS por seguir aquí! Les mando un abrazo!*

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