Big Bad Wolf » Camren

Por imheedictator

258K 19.9K 7K

Aquellas historias de cuentos de hadas siempre quedarán pequeñas ante el nuevo mundo, lleno de lobos y otros... Más

Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39 (Parte 1)
39 (Parte 2)
40
41
42
43 (Parte 1)
43 (Parte 2)
44
45
47
48
49 (Parte 1)
49 (Parte 2)
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63 (Parte 1)
63 (Parte 2)

46

4.1K 216 134
Por imheedictator

Camila POV

Dinah y yo estábamos viendo una película sobre un ogro que se llamaba Shrek, que contaba la historia de como se enamoraba de una princesa que tenía que rescatar de una torre. Lauren y Normani habían salido de compras por lo que me había contado Dinah, así que me encontraba tranquila esperando a que ellas regresaran. Aunque mientras yo miraba toda la película con atención, Dinah estaba concentrada en su celular, riéndose de vez en cuando.

—Dinah, creo que tú serías el burro. —Comente con sinceridad señalando la pantalla del televisor, a ese personaje que hacía perder la paciencia al ogro y que en cierta forma, me hacía recordar la relación que tenían Lauren y Dinah, aunque obviamente ella era el burrito hablador.

—Que graciosa, Fiona. —Respondió en un tono irónico a la vez que me tiraba pop corn en la cara y continuaba comiendo, concentrándose más en su celular que en la película.

—¿Y quién sería tu dragón? —Pregunté, sintiendo como Dinah comenzaba a toser fuertemente por la pregunta que le había hecho.

—¿Dragón?

—Ya sabes, tu pareja. —Dije obviamente. —Ni tú ni Normani hablan sobre personas que les gustan ni nada por el estilo. —Termine de decir y cuando Dinah iba a responderme, el sonido de su celular la salvó, comenzando a prestarle atención a lo que sea que le había llegado.

—Tu—tu ogro... Digo tu pantera, te está esperando en la azotea. —Comento Dinah, haciendo que la mirará confundida.

—¿Lauren? ¿Por qué me está esperando allí?

—Ya sabrás, así que corre. —Me apresuró Dinah, haciendo que me levantará rápidamente del sofá para ir en busca de Lauren.

Cuando llegué a la azotea, Lauren estaba esperándome dándome la espalda, enfocándose en el paisaje que teníamos en nuestro delante. Todo ese cielo despejado, con el Sol cayendo que se despedía de nosotras una vez más antes de partir, otorgándonos ese bello atardecer que era testigo de lo que sucedía entre nosotras dos.

—Lauren... —La llamé acercándome un poco, notando que traía una pequeña bolsa en su mano izquierda, pero ella no se giró a verme, simplemente comenzó a hablar y yo a escuchar, aquellas palabras que eran dictadas por su corazón.

—Durante mucho tiempo pensé que estaba destinada a las despedidas, que era una persona que no podía tener a quienes más quería a mi lado. La muerte de mi madre me daño tanto que recuerdo haber pensando en ese momento: “Lauren, tienes que pensar en tu familia, no puedes seguir derrumbándote, ellos te necesitan”, así que tomé todos mis sentimientos y los guarde muy en el fondo de mi corazón porque no quería seguir pensando en ese suceso, era como si logrará no darme cuenta que mi madre había muerto al simplemente no pensar en ella, que quizás seguía recogiendo bayas en alguna parte del bosque y que no se había ido del todo. —Lauren soltó un fuerte suspiro y luego sentí como el tono de su voz fue cambiando a uno avergonzado.

—Odiaba pensar en mi madre por más que la amará con toda mi alma y creo que la vida me castigo por eso, porque no logré soñar con ella ni una sola vez desde su muerte, a pesar de que quería verla y decirle que la amaba, que me diera las fuerzas para tratar de sobrellevar el dolor de su partida. Quería decirle que hubiera dado todo por verla envejecer a mi lado, que hubiera dado todo por cuidarla y haberle dicho adiós cuando ella sintiera que ya había cumplido con su ciclo de vida, como tuvo que haber sido desde un comienzo, pero no pude. La vida no me permitió eso y ella murió tratando de defender nuestro legado, tratando de que no se perdieran más vidas y que mi hermano y yo pudiéramos tener un futuro. —En ese preciso momento, Lauren giro su rostro para ofrecerme su mano derecha, pero ella no estaba llorando, no tenía ningún signo de tristeza en ninguna de sus facciones, ella tenía una sonrisa sincera grabada en su rostro. Así que tome su mano y me puse a su lado, sorprendiéndome por la siguiente frase que salió de sus labios.

—Este es el futuro que ella me regalo, este es el futuro que yo debo apreciar cada día. —Dijo observando con detenimiento todo el cielo a nuestro alrededor. —Y tú eres parte de ese futuro. —Termino de decir, soltando mi mano mientras luego la llevaba a mi mejilla, otorgándome una suave caricia, que me hizo cerrar los ojos y disfrutar de su toque sobre mi piel.

En ese momento, sentí como Lauren pasaba su pulgar recorriendo mis labios, lo que me hizo darle un pequeño beso a su dedo y cuando abrí los ojos, ella se encontraba más cerca que nunca. Iba a decir algo cuando Lauren continuó expresando todo lo que quería decir.

—Haberme guardado ese dolor para mí sola, me volvió una persona fría, que no deseaba acercarse a nadie porque no quería darle la oportunidad al destino de quitarme a alguien más, de que tuviera ese poder sobre mí. Pero las cosas nunca salen como lo planeas, nunca lo harán por más que lo desees, nunca tendremos una vida perfecta y debemos aprender a sobrellevar el dolor que algún suceso nos pueda dar y no simplemente ignorarlo, haciendo que se expanda por todo tu interior como yo lo hice durante tanto tiempo. —Comento, luego haciendo una pregunta que después ella misma respondió. —¿Y por qué te digo todo esto?

—Porque quiero que recuerdes la gran diferencia que has hecho en mi vida, desde que te conocí. Fue como si hubieras tomado mi corazón, haciéndolo tuyo. No me importó si nuestra historia de amor no fue perfecta desde un comienzo, lo único que quiero es tenerte conmigo. Quiero que seas feliz y no sé si sea egoísta decirlo, pero quiero que seas feliz a mi lado. —Admitió y yo sentí que mi corazón se detenía porque Lauren era maravillosa, era absolutamente todo lo que yo quería.

—Quiero que juntas formemos una familia y a pesar de que al amarte estoy atándote a una vida solo entre nosotras dos por ser una mujer, quiero que me aceptes. —Dijo con sinceridad y yo lo sabía muy bien, que no podríamos tener descendencia alguna al ser dos mujeres por más que se amarán con todo su corazón.

—Has cambiado mi vida por completo, Camila. Desde la primera vez que te vi, hiciste que me diera cuenta de que soy humana y no me refiero al simple concepto de que soy de carne y hueso. —Lauren tomó mi mano y la llevó al lado izquierdo de su pecho e inmediatamente recordé aquellas palabras que ella había usado cuando la conocí por primera vez como una pantera: “No, nosotros somos animales, vivimos en un mundo de animales, las cosas que hacemos son las que nos hacen ser de esta forma, lo único humano que tenemos es que podemos transformarnos en uno, pero eso es todo.”

Y al pensar en todo eso, me di cuenta de lo mucho que ella había cambiado, de lo que yo había cambiado y de todo lo que había logrado nuestro amor.

—Soy humana porque sufro, siento, porque tengo sentimientos y no soy perfecta, puedo cometer errores e incluso puede costarme perdonar. —Al escuchar todo eso, apreté su mano, formando un simple puño que significaba mucho más que eso, un puño que era nuestra promesa de amor transmitida en un acto tan sencillo como formar un puño con nuestras manos.

—Pero te amo y te amaré con todas mis fuerzas y ya no importa lo que el destino tiene preparado para nosotras porque sé que nuestro amor es mucho más fuerte que toda esa mierda. Nuestro amor es incondicional, tan incondicional que junto dos corazones rotos y los volvió uno solo. —Lauren bajó su mirada, para observar nuestras manos unidas. —Y ahora que digo todas estas palabras, tengo esta sonrisa grabada en mi rostro porque me doy cuenta que hemos hecho casi todo al revés, primero te pedí que vivieras conmigo, luego nos casaron en un lugar que nunca habíamos conocido antes y luego estamos aquí, donde te abro mi corazón para pedirte que seas mi novia, cuando en realidad siempre fuimos un eclipse, cuando siempre fuiste mi Sol, mi otra mitad, el complemento de mi Luna. —Lauren soltó mi mano, para abrazarme con intensidad, juntando nuestros cuerpos como si fueran uno solo.

—Sólo que seré un poco especial está vez, ya que quiero recordar este momento toda mi vida, quiero recordar el brillo de tus ojos y tu sonrisa que me enamora, como tu cabello se mueve lentamente por la brisa de éste atardecer. Quiero recordar todo aquello porque este momento es de nosotras y solo de nosotras dos. —Al sentir la mirada de Lauren tan fija en mí, sentí una vez más que ella podía ver todo lo que sucedía conmigo, como si ella tuviera el poder de ver en mi interior.

Cómo aquella vez que la vi a los ojos en su forma humana por primera vez. Había sentido que todos mis sentidos se habían desarmado simplemente porque ella me observaba, porque Lauren tenía su mirada puesta en mí y nunca imaginé que aquel suceso nos llevaría hasta aquí, hasta este momento.

—Quédate conmigo, Camila. Quédate a mi lado y comparte conmigo este futuro que me han otorgado. —Lauren sonrió y solamente ese gesto basto para que tomará su rostro entre mis manos y me acercará a besarla.

Fue un beso lento, pero dulce y se sintió como si el tiempo se hubiera detenido porque ambas queríamos recordar la sensación que invadía nuestros corazones al sentir que su otra mitad era suya para la eternidad.

—Sé mi novia, Camz. Sé mi futuro porque ya eres todo lo que yo más amo. —Al escucharla, asentí abrazándola nuevamente, perdiéndome entre sus brazos, mi único lugar seguro. —Te amo, gracias por darme la oportunidad de disfrutar ese futuro a tu lado.

—Te amo, Lauren. —Respondí juntando nuestras narices, observándo claramente como ninguna de las dos podía dejar de sonreír. —Gracias por amarme de esta forma tan especial y única. Gracias por ser esa persona que me salvó, porque aunque te cueste creerlo tu amor me salvó del estado en el que me encontraba. Tu amor fue una bendición que la vida me dio y muchas veces me he preguntado a mí misma ¿qué hice para que me dieran este regalo tan hermoso? —Pregunté, acunando el rostro de Lauren entre mis manos, respondiendo a esa pregunta con sinceridad.

—Pero recordé que cuando la vida te envía una bendición, no se pregunta porque fue enviado, simplemente se aprecia y se está agradecida. Así que gracias por secuestrarme. —Dije, lo que ocasionó que Lauren comenzará a reír, aunque técnicamente me había ido con ella por cuenta propia. —Gracias por haberme pedido que vivamos juntas, por haber hecho que nos casaran por un papel, gracias por pedirme que sea tu novia, pero más que nada, gracias por haber hecho de esta historia, una historia única.

—Este atardecer es testigo de una nueva etapa en nuestras vidas. —Dijo Lauren, a la vez que estiraba su mano izquierda para ofrecerme la bolsa que tenía. —Ábrelo, es para ti mi amor.

Tome la bolsa entre mis manos, abriéndola al instante, sacando de ella un peluche de color crema que se parecía mucho a un puma, sonreí al verlo y luego a Lauren, que me miraba con curiosidad.

—Es precioso. —Dije, acercando aquel muñeco a mi rostro, sintiendo su suavidad. —Gracias.

—Quería regalarte algo que te hiciera pensar en mí, pero no pude evitar comprarlo porque míralo... —Lauren señaló el peluche que tenía entre mis brazos. —Es precioso, pero no tanto como tú.

—No necesito algo que me haga pensar en ti cuando tú ocupas todos mis pensamientos.

—Solo quería asegurarme de que mi novia nunca me olvidará. —Dijo y repentinamente recordé el momento que había vuelto a mi forma humana cuando me transformé por primera vez, en como al comienzo no podía reconocer a Lauren.

—Quiero mostrarte algo. —Tome la mano de Lauren, llevándola al lugar que había descubierto en la azotea. La llevé corriendo hasta aquel cuarto de madera que usaban para guardar las herramientas de limpieza que me había explicado Normani. Así que entramos ahí, cerrando la puerta al instante.

—¿Qué hacemos aquí? —Preguntó Lauren confundida, mirándome a la expectativa.

—Normani, me ayudó a encontrar este lugar donde podía estar sola. —Comente, viendo como Lauren se cruzaba de brazos. —No me malinterpretes, ya lo entenderás. —Termine de decir, devolviéndole el peluche a Lauren.

Retrocedí lo más que pude, apreté mis manos y me concentré al máximo en dejarme ir, poco a poco comencé a sentir como mi cuerpo cambiaba y en un abrir y cerrar de ojos, me transformé en aquella puma que recién comenzaba a conocer.

—No lo puedo creer. — Lauren se acercó a mí, pasando su mano por toda la extensión de mi lomo. —¿Cómo es posible?

—Estuve practicando, venía aquí cada vez que te quedabas dormida luego de hacer el amor. —Comente con sinceridad, sentándome en el piso.

—¿No te duele? —Preguntó preocupada.

—No, cada vez es más sencillo controlarlo y siento que cada vez mi fuerza humana aumenta ¿eso es bueno verdad? —Dije con emoción, observándo como la expresión de preocupación de Lauren desaparecía por una seria.

—Los desmayos y el aumento de fuerza son solo antes de lograr nuestra transformación. Es obvio que tu fuerza aumenta, diferente a un humano normal, pero tiene un límite y no sigue aumentando. —Respondió en un susurro. —Sin embargo, tú eres una puma y puede ser diferente en ti, lo único que yo sé es sobre panteras.

—Quizás sea eso, solo diferentes especies.

—¿Cómo te sientes ahora? ¿Sientes que eres Camila en realidad? —Preguntó y yo abandoné mi transformación, regresando a mi forma humana al haber escuchado sus palabras. La sorpresa de que ella sabía lo que yo sentía. —¿Sigues creyendo que no eres tú completamente?

—¿Co—cómo sabes eso?

—Puedo sentir todo lo que tú sientes, Camz. —Dijo en un murmuro. —Eres mi conexión y el amor de mi vida.

—¿Es por eso qué no querías abandonar tu transformación? ¿No era para molestar a Dinah? —Pregunté sorprendida, a lo que Lauren negó, acercándose a mí. —Querías saber lo que sucedía conmigo y por eso estabas transformada en una pantera las veinticuatro horas del día.

—Solo quiero protegerte porque te amo y estaba preocupada por ti.

—¿Entonces? ¿Por qué yo no puedo sentir lo que tú sientes?

—No lo sé, pero sigo creyendo que sigues siendo Camila, mi Camila. —Lauren tomó mi rostro entre sus manos, para besarme con tanto amor que simplemente me olvidé de todo lo demás.

Lauren había recibido un mensaje de texto de Dinah, avisándonos que se había ido al apartamento de Normani y que nos dejaban por un par de días con todo lo necesario de alimento, ya que no teníamos que preocuparnos por nada más. Así que nos habían dicho que disfrutáramos de nuestra privacidad mientras que ellas dos no estaban.

Al saber que estábamos las dos solas, Lauren me había cargado en brazos, llevándome de vuelta al apartamento entre besos y caricias, que cada vez nos hacían querer más. La deseaba tanto que al entrar, me bajé de sus brazos, directamente a quitarle la blusa que traía, tirándola a algún lado de la sala, sin ni siquiera cerciorarnos de que Dinah ya no se encontrará.

Fuimos desnudándonos entre besos, mientras nos dirigíamos a nuestra habitación, tropezando por todos lados y a la vez riéndonos porque perdíamos el equilibrio fácilmente. Al final, nos habíamos quedado solamente en ropa interior y cuando habíamos cruzado aquella puerta, Lauren me había empujado a la cama, subiéndose sobre mí.

—Eres tan hermosa, tan perfecta para mí, que te miro y me pierdo en toda la belleza que irradia de tu ser. —Lauren pego su mejilla a mi rostro, cerrando los ojos con fuerza, perdiéndose al sentir como nuestros cuerpos se unían.

Tome su rostro entre mis manos, acercándola a mí para besarla con pasión, sintiendo como nuestras lenguas comenzaban una batalla para por el poder. Mientras que sentía las manos de Lauren subir y bajar por mis muslos.

—Mírame. —Dije casi en un susurro, luego de nuestros besos apasionados. —Quiero ver como el verde de tus ojos que tanto amo, se transforma en ese color negro que significa que me deseas.

—Te deseo, Camila. Te deseo tanto que duele.

En ese preciso momento hice que Lauren se recostara para sentarme sobre ella, sintiendo como sus ojos completamente negros me observaban con deseo y con una mezcla de lujuria y amor. Me quité el sujetador ante su atenta mirada y tome sus dos manos llevándolas a mis pechos, para que me tocara, para que me sintiera completamente.

Cerré los ojos disfrutando de su toque e inmediatamente me quité lo que quedaba de mi ropa interior, así que comencé a subir poco a poco hasta lograr sentarme en la cara de Lauren, quién me recibió con gusto comenzando a pasar su lengua por todo mi centro, luego haciendo que perdiera el equilibrio porque abrió su boca al máximo para continuar dejándome sin aliento.

—¡Oh Lauren! —Gemí al sentir ese leve cosquilleo en mi estómago y como mi centro se contraía al sentir que estaba al límite. Sin embargo, Lauren aumentó la velocidad en la cual movía sus labios, llevando ambas manos a mi desnudo trasero, apretándolo con fuerza, haciendo que llegará al orgasmo soltando un fuerte gemido.

Me quedé ahí con los ojos cerrados durante unos segundos, tratando de regular mi respiración. Sintiendo como Lauren me llevaba a un lado de la cama, limpiándose su barbilla con su propia lengua, mirándome a la vez que se mordía el labio.

—Me encantas. —Dijo sonriendo. —Pero me encantas mucho más sentada sobre mi cara. —Admitió riendo un poco y yo sentí como me avergonzaba un poco, pero Lauren no permitió que mi vergüenza aumentará. Ella me tomo del rostro, pasando sus manos por toda mi barbilla, comenzando a subir sus dedos por mis labios.

—Tienes unos lindos colmillos. —Dijo, brindándome una sonrisa encantadora.

—No tanto como los tuyos. —Añadí, sin evitar recorrer su cuerpo con la mirada. —Creo que te encuentras demasiado vestida. —Le recalque la ropa interior que traía puesta.

—¿Oh eso crees? —Asentí ante su pregunta y Lauren me recostó nuevamente en la cama, sentándose encima mío, sacándose la ropa interior al instante. Volviendo a besarme con intensidad, mientras subía una de mis piernas, para juntar nuestros centros, comenzando a moverse contra mí, sintiendo el ruido de la cama con fuerza.

—Te amo. —Consiguió decir Lauren, comenzando a besarme los hombros. —Te amo. —Volvió a repetir a pesar de que poco a poco perdíamos la respiración y como yo arañaba la piel de su espalda.

Y eso solo había sido el comienzo de nuestra noche, porque tendríamos dos días solas, dos días en donde solo habría Camila y Lauren, Sol y Luna.

Un solo eclipse.

Mientras tanto en el Complejo Wells:

Tara Wells revisaba los papeles de los últimos análisis realizados, antes de sentir unas fuertes pisadas y la puerta de su oficina ser abierta sin avisar. Pensó que era su madre quién venía a verla, pero que equivocada estaba al ver a su hermano, el General Lawrence Wells, entrar a su oficina sin su clásico uniforme militar.

—Buenas tardes. —Dijo él sin ninguna sonrisa en su rostro, parado recto y de forma dominante ante su hermana menor. Había decidido que era hora de hablar con Tara sobre lo que había pasado en el Complejo sin su autorización e incluso aprovecharía el momento para hablar sobre otras cosas que eran más importantes que lo que Amarok hacía o decía, él no era ninguna amenaza.

—Lawrence, ¿qué haces aquí? —Tara se paró de su asiento, sorprendida de ver a su hermano, ya que pocas veces se presentaba ante ella a pesar de sus constantes mensajes y ahora justamente cuando no quería verlo, él había aparecido.

—Creía que me darías una mejor bienvenida, Tara. —Respondió Lawrence abriendo los brazos ante una confundida Tara que se acercó a abrazarlo. —¿O de quienes fueron todos esos mensajes pendientes que mi secretaria me hizo llegar? —Preguntó Lawrence en un susurro en el oído de su hermana, con una clara doble intención porque ya había recibido los mensajes de los otros científicos a cargo de su proyecto, informándole todo lo que había sucedido en su ausencia.

—Sí, solo que… —Trato de excusarse Tara, pero Lawrence se separó de ella, yendo a sentarse a la silla que se encontraba al frente del escritorio de su hermana.

—Está bien, iremos al grano. —Dijo Lawrence, sorprendiendo a su hermana, por su tono de voz de molestia. Él agachó la mirada, tratando de encontrar las palabras adecuadas, luego volviendo a dirigirse a ella. —¿Qué fue lo que paso con aquella pantera que liberaste que llego al Complejo por culpa de Suka?

—Todas las panteras están en sus respectivas celdas. —Tara intentó mentir a pesar de que probablemente su hermano sabía ya toda la historia.

—Eres mi hermana y te respeto, nunca dejare que nadie te lastime. —Comenzó a decir Lawrence. —Pero ahora no estoy hablando con mi hermana, estoy hablando con la Doctora Wells y quiero explicaciones.

—No sé nada, pregúntale al responsable. —Tara se acercó a su escritorio y tomó los papeles de los análisis para continuar con su trabajo, como una excusa para evitar hablar de lo que había sucedido. —Sabes que yo nunca me he metido entre sus acuerdos.

—Lo libere. —Dijo Lawrence después de un momento en silencio ante la mirada confundida de Tara que no entendía a que se refería. —Libere a Suka.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo pudiste?! —Tara explotó de ira, no comprendiendo lo que había hecho Lawrence. —¡¿Tienes alguna idea de todo lo que ocasiono?!

—Estoy esperando a que me confirmes lo que ya sé, quiero escucharlo de tu boca. —Lawrence se puso firme, prácticamente sus ojos echaban fuego y Tara, luego de mucho tiempo volvía a sentir miedo, miedo de lo él que podría hacer.

—No tienes idea de lo que has causado al liberar a Suka. —Comento Tara, girándose para no seguir viendo a su hermano. —No tienes ni la más mínima idea.

—¡Mírame cuando te hablo! —Grito Lawrence, levantándose de su asiento, haciendo asustar a Tara, que inmediatamente se volteó para obedecerlo. —¡¿Cuándo ibas a informarme que Camila seguía viva?! ¡¿Cuándo ibas a tener las agallas de decirme la verdad?!

—Yo no sabía que ella estaba viva. —Murmuro Tara, retrocediendo un poco, completamente asustada porque desconocía a Lawrence, el hombre en su delante no era su hermano.

—No sabías que estaba viva y la liberas, junto a esa pantera que es la antigua líder del Clan de la Luna, ¿por qué no liberaste a Sinuhe si te sentías tan piadosa? —Preguntó de forma irónica. —¿O es por qué sabes muy bien que cuando tu madre vea a su verdadera hija te dejará sola y miserable como lo has sido toda tu vida?

Al escuchar eso, Tara enloqueció. Levantó su mano para tirarle una cachetada a su hermano, siendo detenida por él, quién agarró su brazo con fuerza y lo tiro a un lado, junto a todos los papeles de los análisis.

—Quiero que hagas tu trabajo y no te metas en mis asuntos. Mi piedad tiene un límite y créeme que no quieres saberlo, así que deja de jugar a la hija abnegada y compórtate como una verdadera Wells.

—Camila no es de tu propiedad, ninguna de estas personas son de nuestra propiedad. —Tara lo acusó comenzando a llorar. —He vivido toda mi vida en esta maldita burbuja a la cual me trajiste con engaños, pero ya no más.

—No me importa lo que pienses ahora, Tara. —Lawrence ni se inmutó por las lágrimas de su hermana, a pesar de que él la quería en su extraña y rara forma de demostrarlo, no podía evitar sentir cólera porque había estado tan cerca de poder tener a Camila solo para él y no lo había conseguido.

—No trabajaré más para ti.

—Quiero que hagas unos nuevos estudios y olvídate de usarlos en los nuevos reclutas. —Dijo Lawrence, ignorando todo lo que decía su hermana. —Quiero que se hagan nuevos proyectos en unos bebés que llegarán en unos días a las instalaciones.

—¿Bebés? ¿De qué estás hablando?

—Quiero que acorten el tiempo en el que un humano debe transformarse. Quiero que lo logren desde pequeños, confío en ti para que lo hagas. —A Tara se le cayó la cara al escuchar las estupideces que decía Lawrence.

—¡¿Cómo te atreves a pedirme tal cosa?!

—Haz tu trabajo como se debe y ninguno morirá. —Respondió Lawrence con simpleza. —Hare que te lleguen los documentos respectivos y mandaré a alguien de mi confianza a inspeccionar el avancé.

Lawrence comenzó a caminar directamente a la salida de la oficina de su hermana, dejando a una Tara pasmada por lo que le había pedido que haga. Ella se sintió tan mal porque eso era lo que había hecho toda su vida, jugar con las vidas ajenas y ahora lo sentía tan claro, tanto que dolía.

—Ah y me olvidé de informarte la razón por la que liberé a Suka. —Lawrence se detuvo, para girarse a ver a su hermana. —Quiero que le haga llegar un mensaje a Amarok que tuvo la valentía de romper el trato. Quiero que él sepa que no voy a permitir que un insignificante grupo de lobos se revele contra el Ejército de los Estados Unidos ni mucho menos que crea que ha ganado algo al terminar con esto, al contrario a su comunidad le costará cara su insolencia. 

—Estas hablando de familias enteras. —Tara sentía que poco a poco su corazón se rompía. —Estas hablando de mujeres, niños que no tienen nada que ver en esto.

—Solo quiero asegurarme de que Camila no se encuentre en el Clan del Sol ni de la Luna. —Tara tragó saliva porque ella sabía perfectamente que Camila estaba en la ciudad, en el apartamento de la conocida conductora de televisión, Normani Hamilton. —No confío en nada de lo que me ha dicho Suka y tampoco creo en ti, igual tengo que arreglar esos asuntos pendientes que tenemos con nuestro querido hermano. —Lawrence se dio media vuelta para esta vez irse definitivamente, pero el llamado de Tara lo detuvo nuevamente.

—Lawrence. —Lo llamó Tara, haciendo que se detuviera, pero no giró el rostro en ningún momento.

—¿Sí?

—Si le haces algo a Camila o alguna persona inocente en el Clan del Sol, olvídate de mí, olvídate de que soy tu hermana. —Lo amenazó. —No tocarás a nadie ni siquiera del Clan de la Luna. —Pero no tuvo respuesta alguna porque Lawrence salió sin darle algún gesto o decir una palabra más.

Dejó ahí a Tara tan dañada por lo que le había pedido, tan preocupada por el destino de Camila y el de las demás personas inocentes en el Clan del Sol y Clan de la Luna. Pero algo era seguro, que su hermano no encontraría a Camila ahí porque ella seguía en la ciudad y aunque sabía perfectamente que Camila la odiaba por la mentira que le había dicho, tenía que encontrar alguna manera de comunicarse con ella y decirle la verdad.

Que su madre seguía viva y que ella tenía algo que todos deseaban.

Poder, un inmenso poder.

Lauren POV

Habíamos pasado dos días encerradas en el apartamento de Dinah, haciendo el amor sin descanso y disfrutando de nuestro tiempo juntas, de todo lo maravilloso que era amarnos sin límites. Pero como todo tiene un fin, las chicas nos habían avisado que iríamos a visitar a Ariana y Lucía, hoy por la tarde. Así que nos habían pedido que estuviéramos vestidas y presentables, que ellas llegarían en cualquier momento a recogernos. Sin embargo, ya íbamos esperando un par de horas por ellas sentadas en el sofá de la sala y ninguna aparecía ni daba señales de vida.

Así que decidí tomar mi celular y mandarle un mensaje a la más responsable de entre las dos de nuestras amigas, obviamente a Normani.

Bolita Negra de Pelos: Dijeron que en una hora vendrían por nosotras.

Bolita Negra de Pelos: Ya estamos listas esperando por ustedes y nada que aparecen.

Normani: Tuvimos un pequeño retraso, pero ya estamos yendo para allá.

Bolita Negra de Pelos: ¿Qué pasó?

Normani: Nada, solo imprevistos que se presentan.

Bolita Negra de Pelos: ¿Estas con Dinah?

Normani: ¿Qué?

Normani: ¿A qué te refieres?

Bolita Negra de Pelos: Porque quiero que la calmes, ya que me olvidé del resto de dinero que me dio.

Bolita Negra de Pelos: Y seguramente comenzará a fastidiarme hasta hacerme sangrar las orejas.

Normani: ¡Oh era eso!

Normani: No te preocupes, le mantendré calmada.

Bolita Negra de Pelos: Gracias

Normani: Lauren, ¿por qué te has puesto “Bolita Negra de Pelos” como tu nombre de contacto?

Bolita Negra de Pelos: ¡Fue Dinah y no sé cómo cambiarlo!

Bolita Negra de Pelos: No sé cómo funciona esto.

Normani: Créeme que tampoco quieres ver tu foto de perfil.

Bolita Negra de Pelos: ¿Cuál foto de perfil?

Normani: [Foto]


Bolita Negra de Pelos: Mataré a Dinah.

—¿Qué tal la pasaron estos dos días? —Preguntó Normani a penas nos había saludado al entrar al apartamento. —Dinah deja de revisar si han roto el candado, supera la broma. —La regaño Normani, haciendo que Dinah regresara al comedor con los cachetes inflados porque antes de irse de su apartamento, le había puesto un candado a su habitación.

—Muy bien ¿y ustedes? —Replico Camila, tomando mi mano mientras que con la otra abrazaba su peluche del cual no se despegaba por nada del mundo.

—¡Genial! —Respondió Dinah, no dejando hablar a Normani.

—¿Ya nos van a dar la noticia? —Preguntó Normani, riendo porque Dinah no la quería dejar hablar.

—Camila es mi novia, mi Sol, mi luz o como dice Dinah la que me pone el collar y me lleva a pasear. —Dije entre risas con orgullo completamente embobada, mientras tomaba la mano de Camila mucho más fuerte y la miraba directamente a los ojos.

—Somos novias y nos amamos. —Dijo Camila completamente feliz mostrándoles el peluche que tenía en su mano. —Lauren, me regaló este peluche porque dice que quiere que tenga algo que me haga recordarla.

Estábamos tan felices, pero de un momento a otro Dinah comenzó a llorar con fuerza, siendo consolada por Normani, que la abrazó fuerte tratando de evitar que siguiera haciéndolo.

—Lo sé, Dinah. —Consiguió decir Normani. —Sé que es romántico y que estás llorando porque te alegra que Lauren y Camila sean felices.

—Mis billetes, mis quinientos dólares. —Dinah comenzó a llorar más fuerte haciendo que Normani la soltará para darle un golpe en la cabeza. —Un peluche de quinientos dólares me duele.

—Eres un caso perdido, Dinah Jane. —Comento Normani, volviéndola a abrazar, pero repentinamente Dinah se fijó mucho más en el muñeco y luego mirándome a mí, como haciendo una comparación.

—El muñeco es crema y tú eres negra. —Dijo Dinah. —Por si acaso Normani, estoy hablando con Lauren. —Consiguió decir Dinah ganándose otro golpe, está vez mucho más fuerte de parte de Normani, que parecía que esta vez sí se iba a transformar en la mujer que según Dinah decía: “No hiciste tu papeleo anoche.”

—No había de color negro. —Admití no dándole mucha importancia ahora porque a Camila le gustaba.

—Pero a mí me encanta. —Dijo Camila, abrazándose al peluche. Luego Dinah se dirigió a Normani, haciéndole una pregunta que no entendimos.

—¿Y si le echamos betún? —Dinah le preguntó a Normani, dejándonos a nosotras sin entender lo que había dicho, haciendo que Normani la fulminara con la mirada antes de darle una corta respuesta.

—¡No!

—Vamos chicas tenemos que tomarnos una foto. —Pidió Normani, llamándonos para que nos acercáramos al sofá. —Debemos recordar este día y que mejor forma que con una foto grupal.

—Pondré mi celular en modo automático, para poder estar todas. —Dijo Dinah corriendo a poner su celular frente al televisor, tratando de acomodarlo en la mejor posición posible para lograr una hermosa fotografía.

Mientras que Normani se había sentado al lado izquierdo del sofá, conmigo a su lado y Camila abrazada a mí al lado derecho, a la vez que nos reíamos por como Dinah trataba de encontrar el ángulo perfecto.

—Listo. —Dijo Dinah haciendo una pequeña celebración, volviendo a donde nos encontrábamos.

—Sonrían. —Pidió Normani, pero Dinah tapó nuestra visión parándose en nuestro delante.

—Shu shu. —Dinah me hizo un gesto para que me separará de Normani, metiéndose entre las dos, abrazándonos para comenzar a posar para las fotos.

—Sería genial si nos tomamos una foto con Lauren transformada en una pantera. —Dijo Dinah riendo, ocasionando que Normani y Camila, estuvieran de acuerdo con su idea, comenzando a perseguirme para que aceptará transformarme.

Sólo había bastado un beso de Camila para que ellas tres estuvieran sentadas abrazadas y yo atrás del sofá transformada en una pantera, parada en dos patas con mi cabeza apoyada en el espaldar, posando para la foto grupal que ellas deseaban tener.

—Las fotos han salido geniales. —Comentaba Normani viendo todas las fotos en el celular de Dinah. Luego, mostrándonos como habían salido, mientras sentía como Camila dejaba un par de besos por mi cuello, sobra decir que ya había abandonado mi transformación luego de nuestra sección de fotos improvisada.

—Tengo que subir una a Instagram. —Dinah le quitó el celular a Normani, ganándose una advertencia de parte de nuestra amiga.

—Esta bien, pero ya sabes cuáles no subir.

—Hashtag vida, hashtag amistad, hashtag por, hashtag siempre, hashtag Normani, hashtag Camila, hashtag mascota, hashtag Camren, hashtag bolita, hashtag negra, hashtag puma, hashtag pantera, hashtag zoológico, hashtag Animal, hashtag Planet. —Dinah comenzó a hablar incoherencias mientras veía su celular y tanto Camila cómo yo la veíamos extrañadas.

—Dinah deja de hacer eso. —Normani la detuvo, tratando de quitarle el celular, haciendo que Dinah se detuviera. Sin embargo, eso solo duró un segundo porque volvió a soltar otra frase continuando con sus incoherencias, que ocasionó que Normani la persiguiera por todo el apartamento.

—¡Hashtag atún!

Habíamos vuelto de visitar a Ariana y Lucía que se encontraban en el apartamento de Troy bajo sus cuidados, logrando una recuperación rápida y exitosa. Fue una agradable conversación que tuvimos mientras escuchábamos todo lo que cada una tenía que decir, alegrándonos porque todos estábamos bien y porque las chicas iban a volver al Ejército sin ningún problema.

Sin embargo, en medio de nuestra conversación Ariana admitió que le habían llegado documentos a su poder, tantos documentos que poco a poco iban a revisar con calma, pero eso no fue lo único que había recibido sin ni siquiera saber quién había sido el remitente.

Le habían hecho llegar dos frascos con un extraño líquido más una aguja, pero no para ella. Estaba completamente especificado en un papel que tenían que entregármelos a mí cuanto antes. No entendía de que se trataba hasta que mi celular comenzó a sonar, sorprendiéndome al saber quién era en realidad la mujer al otro lado de la línea.

Flashback

—Si estás al lado de Camila, quiero que te alejes de ella. —Pidió rápidamente. —Es una conversación entre nosotras dos.

—¿Quién eres? —Pregunté fastidiada, sintiendo las miradas de todos sobre mí y sobretodo la preocupación de Camila, que se encontraba a mi lado.

—Tara. —Respondió, haciendo que volviera a mirar a Camila y rápidamente me excuse, yendo al pasadizo a pesar de los llamados de las chicas.

—¿Qué mierda quieres? —Trate de no hablar tan fuerte para que no me escucharan.

—¿Les llegó mi paquete? —Preguntó y yo me quedé callada durante un segundo, porque nunca hubiera imaginado que ella habría mandado aquellos documentos con esos extraños pequeños frascos.

—¿Fuiste tú?

—Quiero que me escuches con atención, Lauren.

—¿Qué mierda sucede? ¿Qué son aquellos frascos?

—No te pido que confíes en mí ni que seamos amigas o algo por el estilo. Sólo te pido que me escuches con atención y que nada de lo que te diga se lo cuentes a nadie más, ¿puedo confiar en ti? —Al escucharla, sentí que esto no iba para nada bien, pero igual acepté sin pensarlo.

—Habla de una vez.

—Quiero que sepas que cuando no lograste transformarte mientras estabas en el Complejo, fue porque Suka te inyectó un retardante, una inyección que impide a las células de tu cuerpo combinarse con las del animal que contiene tu sangre, es decir contrarrestar los efectos secundarios que abarcan toda tu transformación, el cual tiene como resultado de unas horas sin poder transformarte dependiendo de la cantidad aplicada. —Me sentía confundida, ¿cómo era posible que se pudiera retrasar la transformación con una simple inyección? —Es por eso que junto a los documentos te mandé dos abundantes dosis que te servirán. Quiero se las apliques a Camila cuando sea el momento indicado.

—¿De qué mierda estás hablando? ¿Por qué habría de aplicárselas a Camila?

—Por favor, usa las dosis cuando llegué el momento indicado.

—¿De qué momento indicado hablas?

—Tú sabrás cuando llegué ese momento, por favor hazlo por ella. —Y sin más me colgó, dejándome ahí con demasiadas preguntas rondando mi cabeza.

Y cuando había vuelto donde las chicas, no sé porque no les dije nada acerca de la conversación que había tenido con Tara, simplemente mentí e inventé una excusa para que dejarán de hacerme preguntas, aunque sabía muy bien que ninguna de las chicas me había creído, sobretodo Camila que sabía que algo extraño había sucedido luego de aquella llamada.

Yo no confiaba en Tara por ningún motivo ni siquiera después de que nos había ayudado a escapar del Complejo Wells ni aunque hubiera mandado todos esos documentos del Ejército. Ella sería la última persona en la cual yo le confiaría el bienestar de Camila. Sin embargo, me llevé conmigo aquellas dosis porque había algo en mí que me decía que algo iba a cambiar, que algo iba a suceder pero no sabía que.

Fin del Flashback

Había pasado un día desde que habíamos ido a visitar a Ariana y Lucía. Dinah y Normani se encontraban en el trabajo a pesar de ser muy tarde porque tenían algunos asuntos que resolver. Mientras que yo me encontraba siendo jalada del brazo por Camila, que según ella tenía una sorpresa para mí.

—¿Puedes decirme de qué trata todo esto? —Pregunte riéndome de que Camila repentinamente se había puesto un poco nerviosa a la vez que me jalaba para ir a nuestra habitación.

—Ya lo verás. —Respondió ella y cuando entramos levanté una ceja mirándola fijamente porque había una silla al medio de nuestra habitación.

Camila me llevó al centro e hizo que me sentara en aquella silla, ganándose una pequeña risa de parte mía porque no entendía que se traía entre manos ni que significaba todo aquello.

Me quedé quieta al ver como me hacía una señal para que no me moviera e iba a tomar su celular. Camila comenzó a pasar su dedo por la pantalla del celular, contando varios números en pequeños susurros que salían de sus labios. Y cuando ella llegó al número veinticuatro, repentinamente dejó de contar, apretando la pantalla del celular que hizo que una música fuerte saliera de el.

Big Bad Wolf - Fifth Harmony

Camila se giró para verme a la vez que se mordía el labio, comenzando a moverse al ritmo de la música, dejándome con la boca abierta al verla hacer todos esos movimientos tan sensuales.

Se acercó sigilosamente a mí, tan cerca que de un momento a otro tomo mis piernas y las abrió para poner su rodilla en mi entrepierna, agachándose para comenzar a morderme el lóbulo de mi oreja, dejando besos por toda mi piel expuesta.

—Camila. —Se me escapó un pequeño gemido al sentir sus labios, pero ella no se detuvo. Camila se sentó encima mío con las piernas abiertas de par en par, comenzando a rozarse contra mi cuerpo al ritmo de la música y yo sentía que estaba en el cielo.

—¿Te gusta? —Preguntó en un susurro y yo asentí como una tremenda estúpida, prácticamente con la boca abierta. —Ahora te va a gustar más.

Camila se paro de mi regazo, dejándome completamente ida, mirándome con una sonrisa pícara a la vez que comenzaba a retroceder, quitándose la camiseta que traía, tirándomela en la cara riendo un poco. Comenzó a acercarse a mí seductoramente, dándose la vuelta comenzando a bajarse el pantalón en mi delante, moviendo sus caderas de un lado a otro y cuando por fin logró bajarse el pantalón hasta sus tobillos, Camila se agachó para hacerlo a un lado, deleitándome con su perfecto trasero.

—¡Oh me vas a matar!

Camila comenzó a reír ante mi desesperación, retrocediendo mucho más hasta sentarse sobre mí nuevamente, pero esta vez dándome la espalda continuando con sus movimientos de un lado a otro. Y yo aproveché ese momento para recorrer su cuerpo con mis manos, bajando desde su cintura hasta sus piernas desnudas de arriba a abajo, comenzando a besar toda la extensión de su cuello, escuchando los gemidos de mi mujer, que poco a poco comenzaron a opacar aquella canción cuando introduje mi mano bajo su ropa interior, haciendo que abriera las piernas al máximo, para comenzar a tocarla, a frotar su centro contra mis dedos.

—Lauren. —Consiguió decir entre suspiros.

—Muévete para mí, Camila. —Dije en un susurro muy cerca a su oído y así lo hizo comenzando a moverse al ritmo de la música.

Disfrutamos aquella noche haciendo el amor una vez más hasta quedar completamente agotadas, mientras nos quedábamos recostadas en la cama mirándonos fijamente hasta quedarnos dormidas.

Pero puedo jurar que antes de caer sometida por el sueño y el cansancio de la noche, pude escuchar claramente a Camila susurrar unas palabras.

—Duerme mi amor, que yo siempre estaré a tu lado.

—¿Qué haces? —Me sobresalté al escuchar la pregunta de Dinah que estaba sobándose sus ojos atrás mío, aún vistiendo su pijama porque era demasiado temprano. —¿Estas cocinando? —Preguntó con sorpresa al verme preparar una gran bandeja de comida para llevar.

—Hago el desayuno. —Respondí dándole una sonrisa sincera, terminando de acomodar todo lo necesario en aquella bandeja, terminando de poner una pequeña flor en un largo vaso.

—Que linda novia eres, Camila es demasiado afortunada. —Dinah puso una mano en mi hombro, felicitándome por lo que estaba haciendo.

—No es para Camila. —Dije tomando la bandeja entre mis manos, comenzando a irme de la cocina, dejando a Dinah perdida entre sus pensamientos.

—¿Entonces? —Dinah se cruzó de brazos. —Si no es para Camila, ¿para quién es?

—Es para Normani, le debo mucho. —Respondí con sinceridad, yendo a entregarle la bandeja con el desayuno, agradecida de que Normani se había quedado a dormir anoche. —Con permiso.

Normani era quién había sido la mente maestra detrás de la idea del baile que me había hecho Camila la noche anterior, definitivamente le debía demasiado.

Camila POV

—Debiste disfrutar mucho de tu desayuno, Normani. —Dinah se cruzó de brazos, mirándonos a todas con el ceño fruncido. —No sé porque tanta amabilidad de parte de Lauren.

Al escucharla, Normani y yo comenzamos a reír ante una Dinah resentida y una Lauren avergonzada, que no sabía explicarse porque no quería hablar del tema del baile que yo le había hecho ni mucho menos que Dinah se enterará.

—Deberíamos almorzar afuera y disfrutar de este bello día. —Comento Normani, abrazando a Dinah para que dejará de matar con la mirada a Lauren.

—Vamos Dinah, dejaré que me hagas tus bromitas pesadas. —Dijo Lauren, pasando su mano por el cabello de Dinah para despeinarla.

—¿Qué has hecho con la pantera, Lauren? —Preguntó Dinah, mirando raro a Lauren, que simplemente la ignoró rodando los ojos y volviendo a sentarse a mi lado.

—Yo me apunto. —Levante mi mano, aprobando la idea de ir a cenar afuera con las chicas.

—Entonces, así será. Déjenme ir por mi bolso. —Respondió Normani, levantándose del sofá, cuando repentinamente se sintió el sonido de su celular.

¿Diga? —Preguntó ella con tranquilidad. —¿Troy qué sucede? ¿quieres calmarte? —Al escuchar eso, las tres pusimos máxima atención en lo que decía Normani. —No estoy en mi apartamento, las chicas tampoco están ahí. Estamos en el apartamento de Dinah, ¿qué es tan importante para que vayamos allá? ¿no puedes venir tú?

Pero en ese preciso momento las preguntas de Normani pararon y ella se quedó en silencio, colgando la llamada en un instante, quedándose ahí quieta sin decir nada.

Lauren POV

Caminaba de un lado a otro, prácticamente haciéndole un hueco al piso, sentía mi cabeza explotar y mi corazón latiendo a prisa. Tenía todos mis pensamientos en lo que probablemente habría sucedido, en los motivos que los habían hecho encontrarme y ninguno de esos pensamientos eran nada positivos.

Algo me decía que todo lo que estaba pasando era por aquellos sueños que había ignorado desde que me había ido, todos esos pensamientos que evite al no querer pensar en mi familia para poder evitar el dolor de su traición, toda esa sensación de que algo malo ocurriría conmigo, con Camila e incluso con mi comunidad.

Estuve así, perdida por un buen momento que ni si quiera había querido que Camila me consolará porque no tenía idea de la razón por la cual mi mejor amigo junto a su esposa se encontraban en la ciudad ni como habían logrado encontrarme.

—Lukas. —Murmure al verlo entrar por la puerta del apartamento de Dinah, seguido de Troy y Ally, junto a las dos panteras encargadas de ir a la ciudad por los suministros necesarios, en sus formas humanas.

Él se quedó quieto mirándome fijamente y cuando vi sus ojos rojos y como una lágrima caía por su rostro al verme, yo ya me esperaba lo peor. Sentí como mi corazón se blindada con una coraza contra cualquier posible noticia que Lukas podría darme. Así que corrí a abrazarlo, perdiéndome entre los brazos de mi mejor amigo, que comenzó a llorar al sentir mi cuerpo contra el suyo, pidiéndome perdón innumerables veces en pequeños susurros que a penas podía articular, pero yo no entendía la razón por la que Lukas me pedía perdón, hasta que hablo.

—Los lobos tienen a Christopher y a varias panteras que solían cazar bajo su mando. —Al escucharlo, sentí como todo mi cuerpo se tensaba, a pesar de que Lukas me abrazaba más fuerte y al verlo así tan destruido, sabía que había algo más, algo más que me costaba preguntar por el miedo a su respuesta.

—¿Y mi padre? —Pregunté a duras penas soltando a Lukas, sabiendo que el dolor que me había causado aquella noticia no sería ni una mínima parte de lo que mi padre sintiera al tener a dos de sus hijos lejos de él.

—Esta muriendo, Lauren. Ya no le quedan más fuerzas. —Retrocedí todo lo que pude hasta llegar al reposabrazos del sofá, apoyando mi cuerpo en el, sentándome porque sentía que veía todo negro.

—Lauren. —Sentí como Camila me abrazaba con todas sus fuerzas, tratando de consolarme, pero no lloré.

No iba a llorar, no iba a ser débil otra vez porque Amarok se había metido con mi familia, causando más daño del que ya había hecho, lastimando a quienes amaba y era momento de demostrarle que el Alfa del Clan de la Luna no tendría piedad con los lobos. Así que dejé que todo el odio se apoderará de mi ser porque él había firmado su carta de muerte.

Y yo regresaría al Clan de la Luna para asegurarme de que eso sucediera definitivamente.

Seguir leyendo

También te gustarán

490K 28.6K 89
Kenzo Parker se niega a creer que Jade, la hermana de su mejor amigo, sea su mate y destinada. Piensa que la Diosa Luna le está jugando una broma y n...
1.6M 156K 64
Existen varias maneras de describir a Lúa: Despreocupada Fiestera Burlona ¿Responsable...? No, no lo creo. Una chica a mediados de sus veinte, en lo...
93.3K 4.6K 80
-Yo fui el primero en besarla-, alardea Bryce. -Yo la llamo virginidad -, grita Ace en voz alta. -Ella me amara primero-, responde Chris enfadado. Er...
140K 10.2K 90
Anneliese es una chica curiosa, risueña, amable y humilde, pero también muy caprichosa y mimada, como lo era su madre. Amada por todos y deseada por...