Perro prisionero (Naruto, Ita...

By FullbusterFic

61.4K 6.3K 1.8K

Deidara es un muchacho de diecisiete años que trabaja para la mayor banda criminal, los Yakuza. Tras ser capt... More

Capítulo 1: Encierro
Capítulo 2: Prisión
Capítulo 3: Convivencias
Capítulo 4: Celdas
Capítulo 5: Despacho.
Capítulo 6: Oficinas
Capítulo 7: Abogados
Capítulo 8: Juegos silenciosos
Capítulo 9: Espionaje
Capítulo 10: Topos.
Capítulo 12: Arresto domiciliario
Capítulo 13: Cenas
Capítulo 14: Un amigo
Capítulo 15: citas y celos.
Capítulo 16: Un mal reencuentro.
Capítulo 17: Tecnología.
Capítulo 18: Sorpresas.
Capítulo 19: confesiones.
Capítulo 20: Una vida.

Capítulo 11: Extraña dulzura.

2.5K 269 67
By FullbusterFic

La puerta del despacho continuaba abierta. Ninguno de los dos había hecho el más mínimo amago por ir a cerrarla pese a que Deidara estaba más cerca de ella. Finalmente, fue Itachi quién se acercó a la robusta puerta de madera y la cerró echando el pestillo. No pasó desapercibido para el moreno el leve temblor que había producido el ruido del pestillo en el cuerpo del rubio. No había que ser un genio para saber que había ocurrido algo malo. Ese chico venía asustado, lleno de heridas y prácticamente sin poder sostenerse en pie por sí mismo.

Durante unos tensos silencios donde Itachi continuaba dándole la espalda a Deidara y mirando su mano en el pestillo de la puerta, pensó qué hacer, cómo tratar la mente de ese asustado chico pero nada se le ocurría. Pensaba y pensaba sintiendo ese leve escalofrío en su espalda, síntoma de la culpabilidad que solía sentir cuando sabía que había obrado mal, pero aún así no se arrepentía. Parte de la banda había caído aquella vez gracias al soplo de ese chico. Las calles estaban más seguras gracias a él pese a que ese rubio no lo supiera aún.

- Dei – le llamó al final girándose para coger su brazo, pero en aquel preciso momento, el chico se desplomó frente a él sin poder aguantar más tiempo de pie.

El brazo de Itachi fue más rápido agarrando la cintura del joven que se desplomaba frente a él. Con cuidado, cogió en brazos al chico llevándole hasta el sofá de su oficina. Allí le dejó tumbado tomándole el pulso para asegurarse que estaba bien, tan sólo se había desmayado, algo que no le extrañaba entre el dolor que debía sentir y la presión y nerviosismo que su cuerpo presentaba.

- Descansa un rato Dei – susurró más para él mismo que para ese rubio que simplemente, no podía enterarse de nada.

Sentado desde su mesa, terminando de escribir algunos papeles urgentes, Itachi fijaba sus ojos de vez en cuando en ese chico que no parecía querer despertarse. Quizá era de las pocas veces en que conseguiría dormir bien allí encerrado en prisión. Por primera vez, el moreno empezó a entender lo difícil que debía ser para un chiquillo de apenas diecisiete años estar allí encerrado con todos esos criminales. No era un mal chico, tan sólo había tenido una serie de circunstancias que le habían impulsado en la dirección equivocada. No podía salir de esa banda y ni él mismo estaba seguro de poder sacar a ese chico. Sabía mejor que nadie que todos los que salían lo hacían de la misma forma, muertos.

Con aquel pensamiento en su cabeza, se reclinó contra el asiento y echó la cabeza hacia atrás tratando de no pensar en aquello, tratando de pensar únicamente en su propósito, en que era necesario sacrificar a veces a algún peón en el tablero para alcanzar a la reina, ese peón era Deidara, el problema es que a veces... intentaba no tener que sacrificarle, eso complicaba la partida.

Un quejido le hizo girarse y observar a ese chico que se acurrucaba como si tuviera frío. Las noches allí eran frías. Seguramente sus propios guardias se preguntarían qué estaría ocurriendo dentro para que la reunión se alargase tanto, pero a Itachi le daba igual mientras pudiera mantener a ese chico un rato más a salvo de todos los problemas de dentro de prisión.

Se acercó hasta él cogiendo de detrás de su silla la larga chaqueta con la que siempre venía a trabajar. Intentó ponérsela por encima pero Deidara se despertó sobresaltado al sentir a alguien cerca. Aquel gesto asustado de Deidara hizo que Itachi detuviese un segundo sus manos sin terminar de colocarle la chaqueta.

- Ey, tranquilo, sólo... sólo iba a taparte un poco – le comentó Itachi con suavidad y casi con dulzura – estabas temblando de frío.

Deidara parecía confuso. Miró primero los ojos de Itachi y luego los desvió hacia el resto de la sala tratando de ubicarse. En cuanto supo que seguía en la oficina y que estaba oscureciendo por la ventana, pareció asustarse más.

- ¿Cuánto tiempo llevo aquí? – preguntó asustado.

- Un par de horas como mínimo.

- Tengo que irme, podrían sospechar.

- Ey... cálmate Deidara.

- ¿Qué me calme? ¿Cómo quieres que me calme? – le preguntó nervioso – cuanto más tiempo pase en tu oficina más sospecho seré. Tengo que irme.

- He mandado venir al médico, el rumor será que estabas enfermo – comentó Itachi tratando de calmarle – nadie lo dudará al ver tus heridas y Sasori se ocupará de protegerte, al fin y al cabo... me imagino que fue él quién se equivocó.

- No se equivocó – susurró Deidara – era yo al que buscaba.

- Pero estás vivo.

- Estoy vivo porque mataron a otro en mi lugar, porque mi mentira hizo que otra persona cargase con mis culpas ¿Crees que me siento bien? ¿Crees que estoy acostumbrado a esto? Quizá no lo entiendas... pero no quiero seguir mintiendo, no quiero seguir poniendo mis culpas sobre los hombros de otra persona. Ese chico ha muerto por mi culpa – dijo Deidara dejando escapar unas lágrimas.

Ante aquello, Itachi no pudo hacer otra cosa que enredar sus dedos en el cabello de Deidara y apretar su nuca para obligarle a apoyar su frente contra el hombro del moreno. Instintivamente, Deidara elevó las manos por la espalda de Itachi agarrándose con fuerza a sus hombros en un abrazo que se negaba a soltar. Extrañamente sentía que estaba a salvo envuelto entre aquellos brazos pese a estar consciente, que sus brazos eran el mayor de los peligros. No podía enamorarse de él, no podía permitir que nadie descubriera aquel trato.

Pese a que Itachi habría querido decirle mil cosas en aquel momento, nada salía de sus labios. Pensar en decirle que todo pasaría sería mentirle, decirle que no pasaba nada era la peor de las mentiras, porque nadie devolvería la vida a ese chico, no podría quitarle la culpa de ninguna de las formas y dijera lo que dijera... todo sonaría falso y sin sentido, todo sería en vano porque no había ninguna palabra que pudiera aliviar esa carga emocional que ahora llevaba Deidara.

- ¿Por qué no hablas mañana con tu abogado? – preguntó Itachi desconcertando a Deidara – tienes razón en que no estás seguro aquí y te prometo que no volveré a meterte en un lío mientras estés aquí dentro. Me has ayudado a atrapar a muchos de la banda Dei, pero no puedo pedirte que vuelvas a pasar por algo así.

- Pero... ¿Y el trato? – preguntó Deidara alarmado.

- Seguirá en pie. Sigo queriendo la información pero... no la utilizaré hasta que no estés fuera de aquí. Tienes razón en que yo soy el que te pone en peligro. Habla mañana con tu abogado y mirad a ver si hay alguna cláusula por la que puedas salir antes.

- Me condenaron a seis meses, sólo he cumplido uno.

- Algo habrá para que puedas salir antes. Quizá por buen comportamiento pueda sacarte en cinco o hasta en cuatro meses. Deberías hablar con tu abogado.

- No serviría de nada si tú no firmas esos papeles como que estoy rehabilitado y ambos sabemos que no lo estoy.

- Podría hacer un trato con el fiscal siempre y cuando tuvieras una tutela vigilada. Si tu vida corre peligro hay sistemas para protegerte y sacarte de aquí.

- ¿Lo harías por mí? – preguntó Deidara.

- Es lo único que se me ocurre. Quizá una tobillera electrónica y permanecer en arresto domiciliario.

- No tengo un domicilio – dijo Deidara – bueno... con Pain y ambos sabemos que me saltaría el arresto y volvería aquí.

- Por eso te pondría una tutela. No habría problemas, eres huérfano y estás censado como tal, para estos casos se busca a alguien que quiera hacer el favor de tenerte el tiempo del arresto. Podría sacarte de aquí y que cumplieras lo que queda de condena en arresto domiciliario.

Tras aquella pequeña charla que dio algo de esperanzas a ese chico para salir de la prisión, Itachi le dejó marcharse de vuelta a su celda. De camino a casa, pensó mil formas de poder ayudarle aunque tenía miedo de lo que ocurriría cuando saliera de prisión. Lo más fácil sería que se marchase lejos de todo esto, pero bajo arresto domiciliario sería imposible, no podría salir de la casa excepto para fichar los días que le tocase y que se asegurasen que estaba cumpliendo su parte del acuerdo.

Aquella noche, cenando en familia junto a su hermano y al novio de su hermano, sacó el tema puesto que Sasuke era su abogado. Para Sasuke fue una sorpresa saber que su propio hermano, quién jamás se había preocupado por nadie más que por su propia familia y por su carrera de policía, ahora resultaba que estaba dispuesto a tutelar a un menor. Tanto Naruto como Sasuke se quedaron atónitos ante aquel comportamiento y es que algo tenía que estar ocurriendo para que Itachi tomase una decisión como aquella.

- Hablaré con él mañana. Concertaré una cita – aclaró Sasuke al final – pero tú tendrás que firmar los papeles como director de la prisión y hazlo antes de dejar el puesto.

- ¿Dejarlo? – preguntó Itachi confuso pero su hermano detuvo el tenedor con el trozo de tortilla que iba a comerse para mirarle sorprendido.

- ¿Es que no te lo han dicho? – preguntó Sasuke – llamaron a casa esta mañana.

- Esta mañana tú trabajabas.

- Pero Naruto cogió el teléfono – dijo metiéndole el problema al rubio despistado que frenó también en seco el tenedor que iba hacia su boca para mirar a ambos hermanos observándole con esa mirada inquisitoria.

- Sólo era un policía para agradecerte la ayuda por algo de un caso de bandas – dijo Naruto al final – comentó que te llamaría luego al despacho para informarte que ya tenían un nuevo director de la prisión y que podías volver a tu puesto en la oficina de policía.

- ¿Va enserio? – preguntó Itachi sonriendo por primera vez en toda la noche.

- Sí – confesó Naruto – creí que ya lo sabías.

- No me llamó, pero imagino que lo hará mañana.

- Es posible.

Tras la cena, Sasuke seguía dándole vueltas al tema sobre su hermano. No era nada normal que su hermano se preocupase por cosas triviales y fuera de su familia. Estaba metido en la cama cuando sintió las frías manos de su pareja colarse bajo su camiseta del pijama buscando calor y a la vez, proporcionarle algunas caricias.

- ¿Qué te preocupa Sasuke? – preguntó Naruto con los ojos a punto de cerrarse por el sueño.

- ¿Crees que mi hermano está raro?

- Tú hermano es raro de por sí – sonrió Naruto haciendo sonreír a Sasuke.

- ¿Sí, verdad? – sonrió Sasuke – pero hoy está más raro de lo habitual.

- La verdad es que no esperaba que dijera de tutelar a un desconocido, ni aunque sea tu cliente. No es propio de él.

- Creo que hay algo que no me está contando.

- ¿Podemos dejar para mañana tu investigación sobre tu hermano? – sonrió Naruto – ahora sólo me apetece pasar un rato contigo.

Sasuke sonrió pasando su brazo tras los hombros de Naruto y acercándole a su pecho para que se acurrucase en él. Con ternura, besó sus labios y luego su frente mientras con su mano acariciaba los brazos y la espalda de su novio. Naruto apenas tardó en dormirse, él siempre caía el primero en cuanto se metía en la cama pese a que se quejaba de que no podría dormirse tan pronto, aquello hacía sonreír a Sasuke.

Al verle dormir, decidió salir al baño antes de apagar definitivamente la luz, sin embargo, en su camino al baño, se encontró con su hermano que miraba fijamente por la ventana de la cocina hacia el jardín, sosteniendo sobre sus manos una taza de leche caliente.

- ¿No puedes dormir? – preguntó Sasuke – No me digas que estás preocupado por la tutela. No tienes que hacer nada, tan solo no dejarle salir de casa y no permitir que se te muera de hambre.

- Estoy preocupado pero no por su tutela, sino por la banda a la que pertenece.

- Que yo me preocupe de esas cosas es algo normal, pero sinceramente Itachi... no es algo que te haya preocupado a ti nunca. Has visto miles de chicos como él trabajando como policía que eres, les has visto morir, les has visto mutilados y prácticamente con su vida deshecha por las bandas y la delincuencia.

- Quizá es que este tiene algo especial – susurró Itachi – tiene algo que me hace tener cierto sentimiento por querer protegerle.

- No puedes protegerle, créeme. Esos tipos le encontrarán. Cumplirá su condena y vendrán a por él. Además... no te conviene ese chico, es menor de edad, incumplirás la ley si te acercas demasiado.

- No tengo sentimientos por él – aclaró Itachi – es sólo lástima.

- Si tú lo dices – comentó Sasuke marchándose hacia el baño, sin estar muy seguro si su hermano mentía y tenía algún sentimiento escondido hacia ese chico o decía la verdad. Itachi siempre había sido demasiado silencioso, demasiado precavido y demasiado introvertido.


Continue Reading

You'll Also Like

62.9K 5.7K 16
"-Deja de llorar... -le susurro al oído. -Jamas demuestro mis emociones -inhalo -...por esta vez... ¿Me dejarías sacar esto que he guardado por mucho...
25.5K 2.5K 19
Nadie lo Sabe es un secreto que llevo aquí adentro, no llevamos la misma sangre pero incluso yo lo quiero.
8.9K 380 101
La imagenes no son mias aca va aver minimo asta el numero 100 asta hay es donde voy a subir y luego ya no voy a subir mas :^
664 102 24
no todas las apariencias iniciales definen a las personas ... Alfa×omega dominante : Izuku midoriya - omega dominante Shouto todoroki - alfa Estreno...