Desaté lentamente el nudo tras mi cabeza con miedo de lo que pudiera encontrar, no es mi cumpleaños así que no sé que pueda ser esto. Poco a poco la oscuridad se fue convirtiendo en un cuarto lleno de globos de colores por todo el techo y personas, que aún que mis ojos se tardaron en distinguirlos eran nuestros amigos y familia.
Frente a mi, estaba un Harry vestido de traje, más guapo que nunca, con una sonrisa del tamaño de su cara, sosteniendo un ramo de bellas rosas rojas y tras él, un letrero negro con letras doradas que decía "¿Quieres ser mi esposa?"
Nunca había tenido tantas emociones juntas, mi estómago estaba revuelto y la voz no salía de mi boca, estaba tan feliz que ni si quiera podía dejar de llorar, me tape la cara con mis manos y luego sentí su cálido pecho que me cubrió y me abrazo, me levantó el rostro y me dijo
— Samantha Stevens... ¿aceptas?
Sus dulces ojos me miraban con temor, al fondo se escuchaban las expresiones de ternura de la gente y el ruido de las cámaras.
— Claro que si
Me sonrió y me levantó en un abrazo que consumimos con un tierno beso.
La gente aplaudía y nos tomaba fotos pero yo no podía dejar de ver a mi futuro esposo, no puedo creer la suerte que tengo de tenerlo, de poder besarlo, tocarlo y amarlo.
Mi corazón está a punto de explotar, siento como cada segundo lo amo más y más.
— Te amo tanto Harry, tanto que duele.
Me miró sorprendido, nunca le había dicho algo tan grande, pero si no lo decía mi corazón iba a explotar, lo amo tanto que cuando no está duele.
— Yo te amo más Samantha.
Tomó mi mentón y unió nuestros labios en un suave beso.
— Vamos, tu familia te quiere ver.
Gire mi rostro y los vi parados a mi derecha, mi mamá lloraba y mi padre se obligaba a no hacerlo.
Caminé hacia ellos y nos abrazamos, como si no hubiera un mañana.
— Mi niña querida, me alegra que encuentres al amor de tu vida, te deseo lo mejor por siempre.
Me dijo mi madre entre lágrimas
— Samantha, no se en que momento te escapaste de mis manos y te hiciste toda una mujer exitosa, siempre te voy a amar, estoy muy orgulloso de ti.
Dijo mi padre, mientras yo me secaba las muchas lágrimas que salían de mis ojos.
— ¿Samantha?
Gire y vi a Lexie con su ex prometido, que me felicito y luego nos dio privacidad.
— ¿Lexie? ¿Sabias sobre todo esto?
La mire divertida
— ¿Quién creías que había escogido el vestido que traes puesto? ¿Tu prometido? Claro que no.
— Gracias por salvar mi dignidad y ya te vi muy amorosa con Zayn eh, pensé que habían terminado.
Días después me contó que la cita con el chico de Internet era mentira, le avergonzaba decirme que volvería a ver a su ex.
— Después te cuento, éste es tu momento.
Me miró sonriendo y me abrazo fuerte, ya saben, esos abrazos entre tú mejor amiga y tú, esos que dicen "me llenas de orgullo" o "te amo tanto"
— Atención todos, es hora del brindis.
Decía Harry en el escenario.
— Esperemos que no haga el ridiculo.
Dijo Lexie burlona.
— Necesito que venga mi bella prometida ¿alguien la ve?
— Ve corre
Camine hacia el escenario saludando a todos, esperando que Harry no dijera algo estupido.
Llegué, me tomó de la mano y comenzó a hablar con el micrófono en la otra mano.
— Samantha, nos conocimos de una manera poco convencional, vivimos cosas que no cualquiera supera, te hice pasar por un cielo y luego por un infierno, pero te quedaste y ahora te amo de una manera tan infinita que cuando pienso en mi futuro ya no lo veo sin ti, moviste mi mundo completamente y ahora me duele estar sin ti. Te amo y quiero pasar mi vida entera contigo.
Una bonita melodía estaba de fondo, una lágrima escapó de mis ojos, porque cada palabra que dijo la sentí profundamente.
— Levanten sus copas, los invito a brindar por Samantha, para que me siga amando dentro de 100 años, como lo hace hoy.
— Espero lo mismo de ti Harry.
Le dije burlona mientras todos le tomaban a sus copas, se bajó del escenario y me dio un tierno beso, el inicio de nuestra historia.