PDV CHARLIE
Tanto la gira como el disco iban bien y habían tenido mucho éxito. Casualmente en uno de mis últimos fines de semana libres Andrea me escribió diciendo que vendría a Nueva York unos días y eso me puso muy feliz. Después de tanto tiempo en la gira al fin Andrea vendría a uno de mis conciertos y eso me emocionaba. Ese viernes me arreglé para buscar a Andrea al aeropuerto, decidí sorprenderla y esperarla afuera para que pensara que no pude ir.
Su avión acababa de aterrizar así que la esperé afuera del aeropuerto. Apenas la vi salir no pude evitar sonreír, extrañaba mucho a esa chica.
- Señorita, ¿Necesita ayuda con algo? – le dije viéndola mientras observaba todo a su alrededor sorprendida.
- Solo te necesito a ti – me reconoció, luego me abrazó y me besó ahí en el medio de Nueva York. La abracé por la cintura y la pegué a mí; no me importaba estar en medio de todo el mundo. Quería estar con ella...ahora y siempre.
- Te extrañé mucho, hermosa – sonreí y le di un pequeño beso.
- Y yo a ti – sonrió – Esta ciudad es realmente hermosa.
- ¿Quieres dar un paseo? – le pregunté mientras tomaba su maleta con una mano y a ella con la otra.
- Eso me gustaría mucho pero primero me gustaría dejar todo esto y cambiarme – me sonrió - ¿Te parece?
-Claro hermosa, vamos – subimos a mi auto y fuimos al hotel.
Cuando llegamos al hotel había un montón de fotógrafos, tomé a Andrea de la mano y corrimos adentro. Entramos a la habitación y coloqué todas las cosas de Andrea en el closet...
- Esto saldrá en las noticias – dijo preocupada.
- Eso no importa – le dije sentándome a su lado en la cama – Iba a pasar eventualmente.
- ¿Ah, sí? – preguntó sorprendida.
- Claro – dije sin preocupación y dándole un beso – Eso suele pasar con las novias de los famosos. No tomes personal lo que digan las fans. Andrea lucía sorprendida y estaba sonrojada - ¿Pasa algo?
- Así que... ¿soy tu novia? – preguntó poniéndose aún más roja y eso me hizo sonreír, se veía tan hermosa. Entendía su sorpresa porque nunca habíamos hablado de esto, y eso me hizo pensar que tal vez debimos hablarlo antes de decirlo.
- Amm... no lo sé – dije algo avergonzado – Siempre he pensado que sí.
Andrea rió – Nunca lo pediste – me tomó de la mano – Supongo que sí entonces.
Por un lado estaba feliz de haber aclarado eso pero por otro lado me sentía mal. Tal vez ella quería una declaración más formal o romántica, y la verdad es que ella se la merecía. Tenía que arreglarlo... esta noche. Le pediré oficialmente que sea mi novia.