Bienvenida Otra Vez

Fifty-Seven

1M 65.3K 36.5K

Estoy consciente de que muchas personas suelen aparecer en nuestras vidas para enseñarnos cosas que no conocí... Еще

Sinopsis
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
* noticia *

Capítulo veinte

21.4K 1.6K 925
Fifty-Seven

¡Maratón de cumpleaños atrasado! 3/3
    
  

Había cambiado muchísimo desde la última vez que la había visto... más de seis años atrás.

Para explicar más mi relación con Caroline, había que volver al día en el que entró a la secundaria, en tercer año. Me asignaron a mí para darle un tour por la secundaria y explicarle cómo funcionaba todo en la escuela. No era muy guapa, pero sí muy inteligente y también algo enamoradiza. Teníamos varias clases juntos y se enamoró perdidamente de mí. Por más que traté de explicarle al pasar los años que no me interesaba, parecía no entenderlo. Traté de ser amable a la hora de decírselo, pero ella insistía que algún día dejaría mi ceguera y vería que el amor de mi vida estaba frente a mí. Pero no sucedió, me enamoré de Lorianne y eso desató su furia. Tanto, que no dejaba de amenazarla, diciéndole que me dejara y así no sufriría las consecuencias. Claramente eso tampoco sucedió. Ella reprobó el último año, por estar al pendiente de una manera obsesiva de mi relación con Lorianne y no la volví a ver o saber nada de ella.

Pero parecía haber reaparecido, con un nuevo aspecto.


—No sabes todo lo que he hecho para poder volver a encontrarte, no sabía que estarías aquí, ¡es el destino! —se acercó más a mí, pero yo me alejé.

—Tengo novia y vine con alguien —repetí.

—Eso no es problema. Al menos la zorra de Lorianne no está entre nosotros —acarició mi brazo.

—¿A quién llamas zorra? —giré mi cabeza y miré a mi salvadora con una sonrisa.

—¿Qué haces aquí?

—Vine con Chad —dijo acercándose a mí—. Disculpa, pero ¿quién demonios eres tú?

—Es Caroline —dije—, la chica que estaba enamorada de mí en la secundaria —la pelirroja rió sonoramente, burlándose de ella.

—Y supongo que no lo has superado.

—Cierra la boca —luego me miró a mí—. Chad, ¿acaso no recuerdas lo que ésta te hizo pasar? ¿La humillación, el engaño? ¿De verdad olvidaste eso ya?

Me quedé en silencio y miré a Lorianne.

—Vete de aquí —ordenó la pelirroja.

—¿Quién eres tú para decirme eso? —Caroline se acercó peligrosamente a Lorianne, quien mantuvo su posición firme.

—Lárgate —insistió, ignorando la pregunta.

Caroline estuvo a punto de decir algo, pero me interpuse entre ambas.

—Ya, es suficiente —dije—. Caroline, será mejor que te vayas, ¿de acuerdo? No vengas a crear problemas.


Ella bufó molesta y se fue, hecha una furia. Me giré hacia Lorianne, que también estaba algo molesta.

—¿Vamos a bailar? —pregunté y ella cambió su expresión. Tomó mi mano y tiró de mi hasta la pista.

De camino, pasó un mesero con una bandeja. Tomé un trago, lo bebí de una sola vez y dejé el vaso en su lugar, para seguir avanzando. Una vez en la pista, ella se acercó a mí y empezó a bailar.

Saqué mi celular y no encontré ni un solo mensaje o llamada perdida. Alcé mi mirada hacia el reloj con la cuenta regresiva para año nuevo, quedaban poco menos de dos horas. Guardé mi celular de nuevo y miré a la chica frente a mí. Su cuerpo se movía perfectamente al ritmo de la música y yo sentía que no lo resistiría más, las ganas que antes tenía de besarla, habían regresado. No sabía si era el alcohol que había consumido, pero para mí, era la chica más hermosa que había en el lugar.

Mis manos se colocaron en su rostro y la acerqué a mí. Ella abrió sus ojos y me miró atenta.

—¿Qué haces? —trató de preguntar sobre la música.

—¿Puedo besarte?

La pregunta se había salido de mis labios y ella abrió sus ojos como platos.

—Quiero hacerlo —dije casi gritando.

—Chad, estás ebrio, mañana te arrepentirás y no...

—No lo estoy... del todo. Y asumiré lo que venga. Pero por ahora, ¿puedo besarte? —insistí.


Ella terminó de reducir la distancia entre ambos y unimos nuestros labios, como si fuera una necesidad. Ella rodeó mi cuello con sus brazos, uniéndonos más. Sentía como si ese beso estuviera esperando por mí los últimos días. Su boca sabía a alcohol, pero eso era lo que menos me importaba. Ese beso estaba significando más de lo que esperaba. Yo estaba sintiendo más de lo que creí sentir y pensando menos de lo que solía pensar.

Al separarnos por falta de aire, ella me miró a los ojos una vez más, esperando que dijera algo. ¿Qué podía decir después de todo eso?

—No sé que decir —confesé.

—¿Me lo dices a mí? Yo... —se pasó las manos por el rostro— no tengo ni idea de cómo...

—¡Tengan! —exclamó una chica, dándonos a Lorianne y a mí un par de accesorios de colores brillantes, que decían "¡Feliz año nuevo!". Nos los pusimos y ella sonrió.

¡Todos acérquense al escenario! —exclamó alguien al micrófono— ¡Ya iniciaron los últimos tres minutos del año! Así que si dejaron algo pendiente, es el momento para proponerse a terminarlo este año que viene y será mejor que...

Empecé a avanzar con las demás personas hacia el escenario, pero Lorianne tiró de mi brazo, deteniéndome. La miré, buscando la razón por la que no quería avanzar.


—Mira —dijo, ya podía escucharla mejor—, nunca pensé hacer esto, pero no puedo pasar otro segundo de mi vida así. ¿Qué mejor que iniciar el año de una manera diferente? —suspiró— Ya te he dicho que sé que fui una zorra, una miserable, una imbécil, una...

—Continúa, por favor —le pedí.

—Sí, disculpa. Yo... estoy algo nerviosa, entiéndeme, por favor —suspiró—. Sé que no debí hacerte esa broma de la secundaria y hasta ahora me entero del porqué. Eres un chico único, Chad. Es difícil encontrar a alguien como tú. Eres... Eres Chad Adams. No hay nadie igual a ti y yo, la verdad no sabía con quién me estaba metiendo —confesó—. Siento haber roto tu corazón de una manera tan patética, siento haberme metido en tu vida para dañarte de tal manera. Sé que te dolió y no podré vivir un día más sintiéndome de esta manera. Antes no me afectaba tanto, pero... pero te aceptaste el favor de dejarme vivir contigo una temporada y te pude conocer de nuevo, ahí fue cuando lo pasado tocó mi corazón y me di cuenta de lo idiota que fui. Sé que me amaste muchísimo y... siento mucho que haya sucedido así, no lo merecías. La persona que tenga tu corazón es una persona afortunada, porque no todos sabemos querer de la manera de la que tú lo haces. Eres todo lo que una chica merece, ¿sabías? —hizo una pausa— Estoy ante ti ahora y veo a un hombre seguro de sí mismo, con un gran futuro por adelante. Y lo único que te pido es que nos liberes a ambos, a ti y a mí, de este peso que llevamos en los hombros. Me he dado cuenta de lo mucho que te quiero Chad, y te lo pido con todo mi ser, perdóname... por favor.


La miré en silencio, ella esperaba mis palabras, las que nos liberarían a ambos o las que harían que ambos siguiéramos con ese peso. Lo que me había dicho había sido... asombroso.

Mientras luchaba con mi interior, podía escuchar una cuenta regresiva a nuestro alrededor.

10, 9, 8... Debía luchar contra mi resentimiento, ya eran muchos años de estar en lo mismo. No podía seguir con eso yo tampoco. Lorianne era parte de mi rutina diaria. Mi madrugada, mi mañana, mi tarde y mi noche.

7, 6.. Yo tampoco me había dado cuenta de que la quería, pero lo hacía. La quería y muchísimo.

Ella no dejaba de mirarme a los ojos, esperando que yo pronunciara mi respuesta.

5, 4... Aceptando, estaría terminando con años de sufrimiento y dolor. Rechazando, estaría condenándome a vivir con ello el resto de mis días.

3, 2... Pensé en el pasado y el presente, cómo había cambiado todo.

1... Tomé una decisión.


—No te pido que me respondas ahor...

¡Feliz año nuevo!

El ruido y la música a todo volumen volvieron al ambiente, interrumpiéndola. Las personas estaban emocionadas por el inicio de año y me sería imposible hablar con ella. Así que la acerqué a mí y besé sus labios una vez más. Sabía que las palabras salidas de su boca venían directamente desde su corazón, cosa que ella hacía constantemente, hablar con el corazón sin percatarse.

Ella se separó de mí y me miró al rostro, con una sonrisa enorme, para volver a abrazarme y quedarse así por un buen rato. Yo la abracé también, olvidándome de todo a nuestro alrededor. Sólo éramos ella y yo. En ese mismo momento, sentí que toda mi vida era feliz. No tenía quejas.


*


Empecé a despertar y traté de estirar mi cuerpo, pero no lo conseguí. Abrí los ojos lentamente y me encontré abrazando a Lorianne, mientras ella me abrazaba a mí. Alcé la cabeza para ver si estaba despierta, pero seguía plácidamente dormida. Dejé caer mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos una vez más, tratando de conciliar el sueño de nuevo. Pero no lo logré. Sólo lograba recordar lo sucedido durante la noche del 31 de diciembre. Había perdonado a Lorianne y la había besado bajo consciencia más de una vez. Bailamos, bebimos, la besé más. Volvimos al apartamento en taxi y cuando llegamos a la habitación... estábamos los dos muy cansados, así que nos quedamos dormidos apenas nos acostamos sobre la cama.

Sentí cómo estiraba su cuerpo también, despertando. Abrió sus ojos y alzó su cabeza para mírame mejor, sonriendo al hacer contacto con mis ojos.

—Buenos días —saludé.

—Antes de cualquier cosa... Recuerdas lo de ayer, ¿cierto? —asentí— Digo, ¿estás consciente de todo lo que sucedió ayer entre nosotros? —asentí de nuevo— ¿Y qué piensas?

—Pues lo normal, que esto es raro —ella rió.

—Explícate —pidió y pensé en otras palabras para ponerlo más claro.

—Bueno... Que no esperaba que esto terminara así —confesé, sabiendo que ella pensaba igual—. Es retorcido, pero... de alguna manera termino siempre contigo. Traté todos estos años de olvidarte por completo y cuando casi lo logré, cuando logré conseguir a alguien que no me trajera recuerdos contigo, como... —me detuve.

Mierda. Mierda. Mierda.

Miré a Lorianne, sin creerme lo que estaba haciendo. ¡No podía hacer eso! ¿En qué jodido momento había olvidado que tengo una novia que confiaba en mí? Es decir, ¿por qué nadie me detuvo? ¿Por qué no me detuve yo por mi cuenta?

Me separé de Lorianne a gran velocidad y me levanté de la cama. Ella se sentó y me miró asustada.

—Chad —me llamó—, ¿qué sucede?

—¿Por qué no me detuviste? —le pregunté y ella me miró confundida— ¿Por qué no me detuviste cuando te besé toda la noche? ¡Sabes que tengo novia!

—¡Creí que estabas evadiendo eso! —se defendió— Es decir... ¡es tu novia! No se supone que la olvides si tanto la quieres.

—¿Por qué se supone que evadiría el hecho de que tengo una novia? —pregunté molesto.

—¡Creí que querías lo mismo que yo! —exclamó con mi mismo tono y yo me quedé en silencio.

Ella se levantó de la cama y pasó a mi lado, hasta que oí la puerta del baño cerrarse. Mierda otra vez. Suspiré y busqué mi celular entre mis cosas. Estaba descargado, así que lo conecté a su cargador y un par de minutos después, se encendió. Escarbé entre los mensajes de "feliz año nuevo" de mis amigos y familiares y, por más que busqué el de Ashley, no lo encontré. No me había enviado ni un solo mensaje y tampoco me había llamado. Ahí pensé, ¿estaría ella esperando a que yo le enviara un mensaje o la llamara primero?

Decidí marcar.

Llevé mi celular a mi oreja y esperar a que contestara. Tomó un par de tonos, hasta que por fin lo hizo.

—¿Hola?

¿Aló? —preguntó alguien. Pero no era Ashley, era una voz masculina.

—¿Quién habla? —pregunté confundido.

Steve, el hermano de Ashley. Eres... Chris, ¿cierto?

—Es Chad... ¿acaso no leíste la pantalla? —pregunté confundido— Como sea, ¿está Ashley por ahí?

Ah... No. Salió y olvidó su celular en casa, supongo que en un rato volverá a recogerlo.

—¿Crees que puedas decirle que me envíe un mensaje en cuanto tenga su celular en mano? —pedí, pensando que, aunque fuera en el fondo de su ser, yo le agradaba a Steve.

Si casualmente llego a estar cerca de Ashley cuando vuelva, puede que le diga.

¿Eso era buena señal?


—Gracias Steve.

—Claro.

Terminé la llamada y escuché cómo el agua de la ducha corría. Tardaría unas cuantas horas, pero no tenía problema con ello.

Una idea cruzó por mi mente. Ers una idea descabellada, pero estaba dispuesto a cualquier cosa. Miré el calendario de mi celular y conté los días. Faltaban 6 días para que Ashley volviera y 9 días para volver a trabajar. Ahí supe que mirar el calendario era estúpido, porque era 1ro de enero.

En fin. Consulté páginas de internet y en menos de una hora lo había hecho, había reservado un boleto para el día siguiente, directo a Minnesota. Algo espontáneo, no tenía planes antes de ir allá, pero muchas cosas estaban sucediendo y tenía que definir mi mente. Desde que la rubia había viajado, había poca comunicación entre ambos. Y, mejor dicho, no sólo desde que ella se fue, desde que empezamos a salir, habían muchas cosas que no nos decíamos el uno al otro, así que aprovecharía estos días para ir y estar a solas con ella, hablar de verdad y retomar nuestra relación de la manera correcta.

Por otro lado, no podía dejar de sentir esa culpa de haber besado a Lorianne, sabiendo que ella está en otro lugar. No sabía si se lo diría o no, pero algo debía hacer.


Mi vuelo salía a las 10 de la mañana, así que tenía menos de 24 horas para preparar todo lo que debía llevarme y evitar pensar en cosas que me hicieran cambiar de opinión sobre mi viaje.

Saqué una valija y la puse sobre la cama, para empezar a colocar ropa abrigadora para unos... 5 días, si quería volver a la ciudad con ella el 6 de el mismo mes.

—¿Qué es todo esto? —preguntó Lorianne sorprendida, cuando entró a la habitación, después de ducharse por casi una hora.

—Voy a ir a Minnesota —anuncié sin mirarla a los ojos, simplemente seguía empacando.

—Y... ¿Y por qué...?

—Voy a ir a ver a mi novia.


Mis ojos encontraron los suyos y no supe descifrar su mirada. No sabía si estaba decepcionada, molesta, triste... y si lo estaba, mi pregunta era: ¿por qué?

No sabía ni siquiera lo que yo estaba sintiendo desde la noche anterior, pero sabía que no debía sentir nada, ni odio y por supuesto nada cercano al amor. ¡Tenía novia por el amor a Dios!

—Ya veo a qué va todo esto —dijo antes de tomar un abrigo y salir del apartamento dando un portazo.


Nada podía hacerme cambiar de opinión, debía ir a ver a Ashley, a mi novia.

Cayó la noche y no tenía noticias de Lorianne, pero tenía mis cosas listas para viajar. A la mañana siguiente, Lorianne no había vuelto.

Así que le envié un mensaje de texto a Thomas:

"Hey, mira, resumiré todo. Tengo que hacer este viaje, ¿de acuerdo? Necesito que cuides a Lorianne por mí, no quiero que haga ninguna estupidez mientras estoy fuera. Cuando vuelva te lo contaré todo. Gracias, hermano."

   

Esperé a que me respondiera, pero no lo hizo. Así que cuando estuve listo para partir, miré mi apartamento de nuevo para ver si olvidar algo, pero en vez de eso, me devolví. Rompí una hoja de un cuaderno que encontré sobre su ropa y empecé a escribirle:

"L, espero que entiendas que tengo que hacer esto por mí, principalmente."


Dejé el papel sobre la cama y salí del apartamento con una valija y una pequeña mochila en los hombros. Llamé un taxi y en unos cuantos minutos estuve en el aeropuerto. Cuando subí al avión, tomé asiento junto a una mujer adulta que llevaba a un pequeño niño de unos dos años tal vez, completamente dormido en sus brazos. Al sentarme a su lado, ella me saludó y yo le devolví el gesto. Estaba por ponerme los audífonos para dormir durante el vuelo, pero la mujer me miró y preguntó:

—¿Te importaría sostenerlo un par de minutos? —me miró con un poco de vergüenza en sus ojos— Lo llevo cargado desde hace horas y de verdad ya no siento los brazos.

—No hay problema —lo colocó en mis brazos y lo miré mientras dormía—. ¿Y cómo se llama?

—Él es Grayson, yo soy Vianne —me sonrió.

—Chad, mucho gusto —le sonreí también.

—¿Eres de Minnesota también?

—No, mi novia lo es —aclaré—. Voy a ir a visitarla.

—Oh tal vez yo la conozca, ¿cómo se llama?

—Ashley.

—¿Sales con la hija de los Duncan? —preguntó con una expresión asustada.

—Emm... no. Ella se apellida Hansen —ella asintió.

—Sí, no sé quién es —reí levemente.


Vianne y yo compartimos una grata conversación, hasta que ella decidió que dormiría un poco, aprovechando que su pequeño hijo estaba dormido aún. Pero su siesta no duró mucho, ya que minutos después, estábamos aterrizando. Ella me agradeció por haberla ayudado con Grayson durante el viaje. Recogimos nuestras maletas y esa fue la última vez que vi a Vianne y a su hijo.

Mientras caminaba hacia la salida, recordé una cosa: no tenía la más mínima idea de dónde vivían Ashley y su familia. Qué inteligente, Chad, viajar a un estado que no conoces y no tener ni idea de donde ir. Genio. Tomé mi celular y marqué a la única persona que yo sabía que podía tener la dirección exacta. Sonreí cuando contestó.

—Tienes que darme la dirección de la casa de los padres de Ashley —le ordené a Mel al teléfono.

Era la mejor amiga de la rubia, estaba claro que Mel tuvo que haber ido con ella a su casa en algún momento.

Hola a ti también, pesado —dijo quejándose— ¿Y para qué quieres la dirección?

—Te lo explicaré luego, ¿de acuerdo?

¿Estás en Minnesota? ¿Qué haces allá? —suspiré.

—Necesito la dirección —insistí—... Y que no le digas a Ashley que estoy aquí. ¿Bien?

¡Amo las sorpresas románticas! —exclamó— Y descuida, no le diré nada. De hecho, hace días que no hablo con ella. Le dije que alargaría mi viaje hasta unos días después de año nuevo y desde entonces no he podido contactarla. Así que si la vez, dile que llame a su mejor amiga y que tenemos mucho de qué hablar.

—Lo haré —le aseguré.


Ella me dictó la dirección y yo la apunté en mi mano con un lapicero que llevaba en mi mochila.

—Gracias, Mel.


Corté la llamada y guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón. Salí del aeropuerto de Minnesota y busqué un taxi, algo bastante complicado, porque parecía que todo el país había decidido viajar allá el mismo día que yo.

Al encontrar un taxi disponible, subí mi valija en el maletero y le di la dirección al taxista, quién me advirtió que el tráfico de la ciudad estaba hecho un caos por un accidente importante que había sucedido en horas de la mañana, así que trataría de usar rutas alternas para llegar.

Así que estuve casi 2 horas y media en el taxi de Dennis, un hombre casado, de 52 años que amaba jugar al póker con sus amigos los sábados de 4 a 8 de la noche, hasta que su hijo Walter lo recogía para ir a casa. Sí, el taxista me contó toda su vida, mientras yo estaba por quedarme dormido en los asientos traseros.
     

—¡Espera, espera! —exclamé— ¡Detente!


Dennis detuvo el taxi y yo me bajé a comprar un modesto ramo de flores que vendía una anciana en una pequeña tienda.

—Gracias —le dije a la mujer mientras le pagaba.

Volví a entrar al taxi y seguimos el camino.


—Entonces... ¿vas a ir a ver a tu novia?

—Sí, ella vive aquí y creí que sería bueno... venir a visitarla —respondí, aunque eso no era lo que pensaba del todo.

—Tienes suerte, las chicas de este estado son especiales —dijo y siguió hablando de cómo conoció a su esposa y luego de cómo sus hijas conocieron a sus yernos y después de me dijo cómo esperaba que sus nietas conocieran a sus esposos en el futuro. No le puse atención hasta que apagó el taxi por completo— ¡Llegamos, niño!

—Gracias, Dennis.


Le pagué y bajé mis cosas del maletero. Luché contra la nieve y caminé hasta la entrada y toqué el timbre. Esperé un par de segundos, hasta que un hombre más alto que Steve, el hermano de Ashley, abrió la puerta.

—¿Señor Hansen? —el hombre asintió— Soy Chad Adams —me presenté y le ofrecí mi mano. El hombre se dedicó a mirarme a los ojos y luego mirar mi mano, la cual seguía en el aire.

—¿Y quién se supone que eres?

—Soy el novio de Ashley.

Él me escaneó una vez más, de pies a cabeza y supe que no me estrecharía la mano, así que volví a guardarla en mi bolsillo.

—Pasa —dijo, abriendo más la puerta. Le agradecí y entré con mi equipaje y las flores en mano. Él cerró la puerta detrás de mí y dijo—. Espera aquí un segundo.

—Claro, claro.

El caminó hacia la cocina y empezó a murmurar con otra persona. Se asomó y vi a la réplica de Ashley, solo que adulta. Ella se acercó a mí sonriendo y me dio un gran abrazo.

—¡Es un placer conocerte al fin! —exclamó.

—Lo mismo digo —asentí, mostrando una sonrisa también.

—Ashley y sus hermanos no están en casa ahora —explicó—, pero puedes dejar tus cosas en su habitación y si quieres también tomar un baño caliente para entrar en calor —ofreció.

—Eso sería genial.

—Ven por aquí, querido —dijo guiándome por la casa. Me llevó hasta la habitación de Ash.

Paredes amarillas, pósters y fotografías en las paredes, además de una cama perfectamente hecha, de sábanas blancas. A un lado, había un closet abierto y podía ver su ropa un tanto desordenada. Zapatos en el suelo y unos cuantos CD's y adornos representativos de la década de los 90 en un mueble.

—Puedes ponerte cómodo, estaremos abajo por si necesitas algo —sonrió y cerró la puerta después de salir.

Miré la habitación una vez más, no era el estilo que yo conocía de Ashley, pero estaba bien. Imaginaba a una rubia, adolescente, recortando imágenes de revistas para pegarlas en su pared.

Decidí tomar esa ducha caliente, tenía la nariz un tanto congelada y además estaba apunto de anochecer. Cuando salí del baño vestido de nuevo, eran las 6 pm ya. Decidí bajar las escaleras y encontrarme con la familia de mi novia.
Ahí estaban Steve y Claire, charlando con sus padres.

—¡Y ahí está! —exclamó la madre cuando me vio acercarme a ellos— Toma asiento, querido.

—Gracias, pero solo bajaba a preguntar si sabían dónde está Ashley, quería... quería hablar con ella y ya es algo tarde, ¿no? —miré cada rostro de los familiares de mi novia.

—Nos habló desde el celular de una amiga —dijo Claire—, vendrá en cualquier momento.

—Genial —sonreí.

—¿Quieres comer algo? —preguntó la madre.

—No, yo estoy bien por ahora. Gracias. Iré... Iré arriba —indiqué y subí las escaleras hasta llegar a la habitación otra vez.
Cerré la puerta y apagué la luz, estaba cansado, así que decidí dormir una pequeña siesta y empecé a soñar.

En mi sueño, lo único que lograba ver con claridad, era el rostro de Lorianne. Ella me asentí y ofrecía su mano para que la tomara, pero yo no podía moverme, así que empezaba a tener ansiedad. Trataba con todas mis fuerzas de tomarla, pero lo único que logré fue despertar. Me senté en la cama y me hallé bañado en sudor. Me pasé las manos por el rostro y decidí ir al baño de la habitación, tomé mi celular y miré la hora: 8:46 pm. Ashley no había vuelto y no parecía querer volver. ¿En dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? ¿Con quién estaba?

Mojé mi rostro con agua del lavabo y luego me miré en el espejo. No podía seguir así. Soñando con Lorianne y pensando en Ashley, todo debía para de una manera u otra.

Volví a la cama y decidí continuar mi espera despierto. Saqué el libro, que me había regalado Lorianne en navidad, de mi mochila y, con la lámpara junto a la cama de Ashley, empecé a leer. Estuve leyendo casi por dos horas, hasta que la puerta de la habitación empezó a abrirse con lentitud. La cama estaba junto a la puerta, por lo que probablemente me vería hasta que volteara por completo. Entró tratando de no hacer ruido, pero sus pasos eran torpes. Llevaba en cabello suelto y los tacones en la mano.

Cuando se giró y me miró, exclamó:

—¡La Santa Mie...! —se tapó la boca.

--------
   
  
¡Eso es todo! ¡Ahora me voy por que tengo sueño! ¡Adioj!

22/12/16
12:59 am
Mer tiene sueño bai.

Продолжить чтение

Вам также понравится

21.2M 1.3M 154
¿Qué puede desear más el futuro rey, el trono o a esa mujer? Registrado en Safe Creative bajo el Código de registro: 1802285905396 Me abstengo de pe...
Sigue Mi Voz ✔️(En librerías) Ariana Godoy

Подростковая литература

34.6M 4.4M 46
[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has e...
S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2] Alex Mírez

Научная фантастика

66.6M 6.3M 118
¿Qué harías si una noche encuentras a un chico semi desnudo y cubierto de sangre en tu patio? ¿Qué harías si es atractivo, pero también es perturbad...
1.6K 103 5
𝙋𝙄𝙀𝘿𝘼𝘿 𝖲𝖾𝗇𝗍𝗂𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗆𝗉𝖺𝗌𝗂𝗈́𝗇 𝗈 𝗆𝗂𝗌𝖾𝗋𝗂𝖼𝗈𝗋𝖽𝗂𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝗉𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝗎𝖿𝗋𝖾 𝗈...