Isabella.
Cuando llegamos a casa, me abracé a Caleb. Y lloré en sus brazos.
No podía controlarme, la última vez que lo vi él había muerto. Él empezó a sobar mi espalda tratando de calmarme.
- Tenía tanto miedo... cuando te vi muerto - dije en medio de lagrimas.
- Pero ahora estoy acá - me dijo
- Lo sé... lo sé... es solo que fue muy duro... pensé que te perdía, me sentí vacía - dije.
Me aparté de él, tomé su rostro y lo besé. Él aceptó mi beso y el mundo desapareció ante nosotros, sentí su calidez, su sabor, sus labios, su cercanía, lo sentí a él. Las lágrimas salían por mi rostro, él se apartó suavemente y empezó a limpiar cada una de mis lágrimas.
- No te vuelvas a ir - dijo en voz baja.
- No lo haré Caleb, esta vez no lo haré - dije segura.
Escuchamos que alguien tosía detrás de nosotros. Me giré y era mi papá. Me tiré en sus brazos haciéndolo girar conmigo. Como amo a este hombre, es el mejor padre que pueda existir.
Él me abrazó y cuando se separó me miró firmemente.
- Señorita no debe tomar decisiones tan apresuradas, estábamos preocupados por ti - dijo regañándome.
Sonreí.
- Lo siento, pero tenia que salvar a Caleb - dije mirándolo.
Él negó con la cabeza.
- Eres igual a tu madre, no se puede estar enojado contigo - dijo.
Madre. La busqué con la mirada, ella me miraba divertida con tanto amor. Me acerqué, ella abrió sus brazos para mí y caí en ese lugar seguro. Me quedé ahí por varios minutos.
- Tenía miedo - dije aun pegada a ella.
- Lo sé - dijo.
- Era mucha información mamá, quería estar en tus brazos - dije.
- Lo estas ahora, te ayudaré a entender todo - dijo besando mi cabeza.
Caleb.
Isabella estaba en los brazos de Isis, las miré con ternura a ambas.
- Eso fue genial - dijo Andres.
- Lo se hermano, ¿viste como llegó Malenka? - preguntó Santiago.
Daniel pasó un brazo por mis hombros.
- Búsquense una habitación - le dijo Dan a Angélica y Leandro que andaban besándose, pareciera que la adrenalina les activara.
- ¿Será la primera vez que Malenka deja su hogar? - preguntó Rodrigo.
- Si, bueno eso es lo que cuentan las historias, ella nunca abandona su hogar - dijo Alisse.
Santiago pasó un brazo por encima de ella y la besó.
- Ahora todo estará bien, es mejor que todos ustedes vayan a sacar esa adrenalina con sus parejas - dijo Dan divertido.
Andres negó con la cabeza, aunque Angélica,Leandro, Alisse y Santiago si desaparecieron.
Solté la risa.
- Nosotros vamos a pasar la noche en la academia, tenemos algo que hacer - dijo Andres tomando a Carla
- Si claro cosas que hacer - dije divertido.
Ellos desaparecieron, yo entré a casa de mi amigo Dan con Rodrigo.
Isabella.
Había regresado a casa, junto a mi familia.
- Tienes unas hermosas alas - dijo Caleb situándose a mi lado.
Mamá me trajo un vaso de jugo, lo acepté con gusto.
- ¿Por qué dejaste que Malenka gastara su deseo en la muerte? - preguntó de repente Rodrigo.
Mamá fijó la vista en él, luego nos miró a Caleb y a mi.
- Por ellos dos. Si nos dábamos el lujo de que lastimaran a Damien, lo mismo sentirían Cal e Isabella - dijo mamá calmadamente.
Caleb pasó un brazo por mis hombros.
Caleb.
- ¿No les pareció raro que Malenka bajara? - peguntó Dan
- Algo se trae entre manos - dijimos Rodrigo y yo al tiempo.
Miré a Isis, pero ella no dijo nada. Esto era algo extraño.
- ¿No van a preguntar por mis alas? - preguntó Isabella.
- Ya lo sabemos por Caleb - dijo Dan con ternura.
- ¿Cómo te enteraste? - me preguntó ella a mi.
- Puedo ver y sentir lo de Damien - le dije con ternura.
- ¿Crees que puedas bloquearlo? - preguntó Isis.
Cerré los ojos y lo vi a él peleando con su padre, visualicé mi energía de alguna forma era negra, mezclada con blanca y azul. Hice un muro entre lo que veía de Damien y el resto de mi. Lo sellé, tal cual me enseñó Lisandro. No vi nada mas, ni escuché nada.
- Puedo controlarlo - dije sonriendo.
- Perfecto - dijo Isis.
- ¿Tengo poderes? - preguntó Isabella.
- Eso tendremos que verlo - dijo Dan.
- ¿La inyectaran? - preguntó Rodrigo.
Miré a Isabella. Ella se vio confundida.
- Hay que darle tiempo - dije, tratando de apoyarla.
Ella se acurrucó en mi. Sentir su calor y olor era una de mis sensaciones favoritas.
- Debemos hablar sobre muchas cosas, y debemos probarte Caleb - dijo Isis mirándome.
- ¿Probarme? - pregunté confundido.
- Si, a ver que mas cambios provocó el que Damien te reviviera - dijo.
- ¿Crees que tenga mas poder? - pregunto Rodrigo.
- No sería extraño - respondió Dan.
Vi como Isabella cerraba sus ojos, y miré a los demás.
- Me la llevo a su habitación, después hablaremos - dije.
Daniel me miró con los ojos entrecerrados. Negué con la cabeza.
- Dan, ya déjalos - dijo Isis sonriendo.
Daniel puso su mano en la cintura de Isis y me miró.
- En mi casa hay ojos por todos lados - dijo Dan.
Tomé a Isabella y la cargué. Ella abrió sus ojos.
- Shzz... tranquila - dije.
La llevé a su habitación, la acosté en su cama, la cubrí con la sabana y me senté a un lado. Empecé a sobar su cabello, mirando su bello rostro, ella se giró quedando frente a mi.
- Tenía miedo - dijo con los ojos cerrados.
- Conmigo no tienes nada que temer - dije.
- Lo sé Caleb... pero es complicado... no me gusta causar daño - susurró
- No causas daño - le dije pasando mi dedo pulgar por su rostro, ella se acurrucó.
- Te eché de menos - dijo.
- Y yo a ti - dije.
- ¿Me besas? - preguntó.
Me acerqué a ella y junté nuestras narices. Su respiración chocaba con la mía pero no me molestaba, me hacia falta esta chica retadora. Me incliné un poco mas y posé mis labios en los de ella, mojé sus labios y ella hizo lo mismo, sentí un cosquilleo dentro de mi estomago... lamí y mordí su labio inferior, ella gimió en mi boca, abriéndole paso a mi lengua que entró invadiéndola por completo. Ella se dejaba llevar y acarició mi lengua con la suya, como si hubieran sido creadas para entrelazarse y amarse. Nos separamos un poco.
- Quédate conmigo esta noche - me pidió.
Ella abrió sus ojos y vi la suplica en ellos... asentí. Ella se rodó y me dio espacio a mi, me quité los zapatos y me acosté a su lado, ella me abrazó y cerró sus ojos.
- Te amo - dijo.
Besé su cabeza, atrayendo su cuerpo al mio.
- Y yo a ti pequeña - dije.
Isis.
- Debemos ir donde Malenka - le dije a Dan y Rodrigo.
- Pasa algo ¿verdad? - preguntó Dan.
- ¿No les parece extraño que apareciera ahora y no cuando matan a Caleb? - pregunté.
Rodrigo entrecerró los ojos.
- Definitivamente hay algo que no sabemos - dijo Rodrigo.
- Vamos mañana, dejemos a todos descansar por hoy - sugirió Dan.
- Tiene razón, nos vemos allá. Le comentaré a tus padres lo sucedido. Tengo que dar clases dentro de pocos minutos - dijo Rodrigo.
Asentí, me acerqué a él y le di un abrazo.
- Gracias por respaldarnos hoy - le dije sincera.
- Somos un equipo - dijo y desapareció.
- ¿Piensas que es muy malo? - me preguntó Dan.
Asentí.
- Ya pasará, vamos a otro lugar a descansar - dijo besando mi frente.
- ¿Solo a eso? - pregunté con una sonrisa picara.
- Claro que no esposa mía - dijo mirándome igual.
Me cargó y lo rodeé con mis piernas.
Él gruñó de placer.
- ¿Estas listo? - pregunté.
- Siempre que tu lo estés - respondió.
Y desaparecimos besándonos.