Las calles de Hargeon estaban casi desiertas. Nadie se atrevía a salir de sus casas durante mucho tiempo, tenían demasiado miedo por los continuos ataques.
Por los cielos de esta ciudad una joven de pelo rosado volaba junto a su fiel exceed buscando entre las calles de Hargeon alguna pista de donde pueden estar Igneel y Takenshi.
Mientras por las calles se encontraban diferentes grupos buscando alrededor algún indicio de donde podrían esta los dos chicos.
-¿Nada? - pregunto Draco a través de la lacrima de comunicación.
-Nada- respondió Natsuki al otro lado de la línea- Por aquí no veo nad... ¡Espera!
-¿Los has encontrado?- pregunto esperanzado Draco mirando a las dos chicas que lo acompañaban. A las dos se le iluminaron los ojos ante esas palabras- ¿Dónde están?
-Están en el descampado cerca del hotel- dijo exaltada Natsuki- ¡Necesitan ayuda!
-¿Cómo que necesitan ayuda?- ahora fue Lami la que cogió la lacrima de las manos de Draco- ¿Qué es lo que pasa?
-No lo sé- después de esas palabras por parte de Natsuki la transmisión se cortó.
Los tres se miraron sin comprender muy bien las palabras de Natsuki.
-Hablamos con los demás y después vamos con ellos- dijo Draco mirando a Jane y Lami que se iban a oponer- Sera lo mejor, por ahora los tres podrán solos. Después iremos.
Las chicas asintieron comprendiendo las palabras de Draco y empezaron a caminar detrás de él.
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-Habéis entrado en la boca del lobo.
Igneel y Takenshi no decían nada. Solo se dedicaban a mirar al extraño hombre que había aparecido entre las sombras.
-¿No vais a hablar?- siguió diciendo el hombre. Sus ojos estaban más rojos, brillaban por destrucción y muerte – Que pena, pensaba que podrías divertirme antes de destruiros.
-¿Por qué piensas que podrás con nosotros?- pregunto con sorna Igneel.
Ante esas palabras el hombre se rió con ganas mientras se acercaba lentamente a ellos.
-No serias los primeros magos a los que destruyo y aniquilo- dijo el hombre con gracia- Y seguramente tampoco los últimos. Me gusta divertirme.
-Con los habitantes de la ciudad ¿No? - pregunto Takenshi apretando con fuerza la espada de fuego en su mano.
-Pude- dijo el hombre soltando unas risas.
De las manos del hombre empezaron a formarse unas sombras de colores negros y rojos. Sus ojos empezaron a ensombrecerse y un aura de oscuridad empezó a rodearlo.
-Va siendo hora que paséis por lo mismo que los demás- dijo el hombre con voz ronca y seria.
De detrás de ellos unos gruñidos empezaron a sonar alertándolos.
Igneel de un rápido movimiento se puso de espalda con espalda con Takenshi preparado para todo lo que podría llegar.
Lo que no se imaginaba era que un gran lobo de negro pelaje y fieros ojos rojos y afilados dientes de, por lo menos, tres metros de altura de apareciera entre las sombras listo para atacarlos enseñando sus grandes dientes.
Mientras Takenshi miraba fijamente al hombre y agarraba con gran fuerza su espada, Igneel se preparaba para atacar a la gran bestia frente a él.
-No podrás contra él, es el más fuerte de todos- dijo el hombre mirando como Igneel iluminaba sus puños. Una pequeña sonrisa se formó en su cara- Nadie puede.
-¿Qué pretendes con eso, eh?- dijo Takenshi volviendo su atención al hombre que tenía una sonrisa confiada- ¿Qué lograras?
La sonrisa del hombre se volvió más siniestra, si era posible, y soltó una amarga carcajada.
-Lograr lo que quiero- dijo empezando a avanzar hacia Takenshi- Ser el favorito, el mejor, la mano derecha del Maestro.
Takenshi se había quedado en shock ante esas palabras ¿Ser el favorito? ¿El Maestro?
Tan en su mundo estaba que no noto cuando el hombre se acercó peligrosamente a él con las manos llenas de sombras.
De la nada una luz dorada apareció delante de Takenshi parando el ataque del hombre y enviándolo unos metros lejos de allí.
-Veo que necesitas ayuda- dijo la voz de una chica delante de Takenshi.
-Justo a tiempo- dijo otra voz un poco más aguda pero igual femenina
Cuando el polvo se hubo disipado Takenshi pudo ver a la chica de cabellos rosados que había conocido en la estación junto con la pequeña exceed gris.
-Natsuki, Star- dijo este sorprendido por la repentina aparición- ¿Cómo?- Mas Takenshi no pudo terminar de hablar.
-Creo que la charla puede esperar- dijo Natsuki señalando hacia delante- Tenemos otro asunto que atender.
Takenshi vio hacia el frente encontrándose al hombre incorporándose del fuerte golpe recibido y mirándolos con furia y rabia. Lentamente levanto una mano y los señalo a ambos.
-¡A por ellos!- dijo el extraño hombre dejándolos confundidos- ¡Que no quede ninguno! ¡Destruirlos!
Detrás del misterioso hombre aparecieron de la nada, otros dos lobos iguales al anterior.
-Acabemos con esto- dijo Takenshi preparando su espada de fuego para el ataque.
Natsuki asintió y por un momento cerro sus ojos. Lentamente en sus manos se formaron luces y llamas de color brillantes. Cuando abrió sus ojos uno era de su color normal, verde jade, pero el otro era de color dorado.
-Esto empieza- susurro para sí misma viendo como uno de los lobos se iba a abalanzarse sobre ella.
De un potente puñetazo lazo al lobo unos metros delante de ella, sorprendiendo al extraño hombre y a Takenshi.
-¡Vamos!- dijo Natsuki abalanzándose sobre el lobo que intentaba atacarla fracasando en el intento.
Natsuki no dejaba de golpearlo. Todos sus golpes eran certeros. Puñetazos y patadas volaban hacia el extraño lobo, pero este ni se inmutaba.
Igneel mientras estaba con una pelea con el lobo más fiero y fuerte de todos los que habían ahí. Este era bastante más grande que el resto, y sus ojos rojos haría que muchos se lo hicieran en los pantalones.
Takenshi de un golpe con su espada de fuego paro el ataque de uno de ellos que se lanzaba sobre él con las mandíbulas abiertas. Él no quería quedarse detrás de los hermanos Heartfilia.
Los lobos que tenían delante no eran normales. Tenían apariencia de lobo, pero tenían habilidades que estos no tenían.
Estos enormes lobos esquivaban golpes fácilmente, como si los vieran venir. Era impresionante.
El misterioso hombre solo se dedicaba a observar las peleas. No hacia ningún movimiento, solo miraba las tres peleas que se llevaban a cobo. Tenía una pequeña sonrisa de satisfacción que los chicos no notaron.
Natsuki, Igneel y Takenshi estaban empezando a tener problemas con los lobos. Parecían indestructibles.
-Son inmunes al fuego- dijo en un susurro para sí misma Natsuki mientras veía que él último golpe que le dio al lobo con su puño de fuego no le hacía nada. Ella tenía unos arañazos en la mejilla derecha y algunas en las manos y brazos. Mientras el lobo parecía estar igual solo que con un poco menos de fuerza- ¡Son inmunes al fuego! ¡No les hacen nada!
Igneel giro un poco la cabeza para verla después de darle un golpe a su enemigo que lo alejo un poco de él. Se había dado cuenta de eso, pero eso implicaba, para Natsuki, usar su otra magia, una que no manejaba del todo bien.
-¡Natsuki!- dijo llamando la atención de la nombrada. Esta de un golpe a su enemigo alejándolo de ella para poder ver a su hermano- No tengas miedo. Si algo pasa yo estoy aquí para ayudarte ¿Vale?
Natsuki dio una pequeña sonrisa confiando en sus palabras. Con sus hermanos y su madre todo era más fácil.
Por otro lado, Takenshi estaba bastante confundido por esas palabras, pero lo que era verdad es que le habían animado hasta a él. Este Reequipo su armadura de Emperador del Fuego que llevaba por la Armadura del Pulgatorio, la de fuego no hacía mucho efecto en su enemigo.
Igneel cuando comprobó que su hermana se encontraba bien, miró al gran lobo frente a él que se reincorporaba del fuerte golpe. Su tatuaje del brazo se extendió por todo su brazo pasando por su hombro y extendiéndose por todo el pecho, sus ojos pasaron de estar rojos a negros y un aura asombrosa de poder lo empezó a rodear.
-Ahora sí, de esta no te salvas- dijo con voz fría.
Natsuki estaba un poco más tranquila, por lo que sus ojos volvieron a la normalidad, verde jade. Se quedó quieta un momento mirando al lobo, este se encontraba de pie, gruñendo y con los ojos oscurecidos. Dio un gran suspiro y de su cinturón saco un estuche con algunas llaves.
-Vale, vamos a ello- susurro para sí misma- ¡Puesta del león te abro, Loke!
De una brillante luz salió un hombre de cabellos naranjas vestido de traje.
Al escuchar esas palabras el extraño hombre giro su atención a la chica que estaba parada lista para atacar frente a su mascota.
-¡Star Drees Leo!- Natsuki fue envuelta en una brillante luz. Cuando esta desapareció llevaba puesto un vestido negro con escote de corazón con orilla de volantes blancos y pequeños tirantes, una falta suelta que llegaba un poco antes de la rodilla junto con un cinturón amarillo amarrado a la cintura con un lazo. Unos zapatos negros y un collar grueso al cuello lo completaban. Su pelo estaba suelto con una diadema negra con su flequillo y unos mechones sueltos. en el peco llevaba el tatuaje del signo de Leo- ¡Vamos Loki!
Loke con una pequeña sonrisa se pudo al lado de Natsuki listos para atacar al lobo. Los dos empezaron a acumular energía de luz en sus manos.
El lobo empezó a gruñir más fuerte y a correr hacia ellos. Pero antes de dar un solo paso una potente luz lo atravesó.
-¡Impacto Regulus!- grito Loki soltando su hechizo.
-¡Golpe Regulus!- grito Natsuki lanzándose a atacar con su puño al gran lobo.
Este estaba quieto, por lo que recibió el ataque de lleno dejando sorprendidos tanto a Natsuki como a Loke.
-¿Que?- más Loke estaba demasiado sorprendido.
-¿Cómo ha podido pasar?- dijo sorprendida Natsuki sin poder terminar de creérselo.
-Vaya, vaya- dijo la voz del extraño hombre acercándose a ellos- Veo que tú tienes las llaves del Zodiaco.
Loke miro seriamente al hombre. No le causaba buena espina, por lo que se puso delante de Natsuki por si algo pasaba.
-¿Quién eres?- pregunto Loke por Natsuki.
-Eso no te incumbe. Eres un simple espíritu- dijo el hombre con suficiencia.
-¡Loke no es un simple espíritu!- dijo Natsuki enfrentando al hombre- Loki es mi compañero, mi amigo, y ni tu ni nadie puede decir lo contrario. El me protege y me cuido, y no nunca dejare que nadie se meta ni con él ni con mis espíritus.
Loke sonrió tiernamente por las palabras de Natsuki. Lucy le había enseñado bien, muy bien.
-Vaya, esas son palabras muy bonitas, preciosa- dijo dando pequeños aplausos con burla- Ha sido un buen discurso. Qué pena que eso no te salvara- el hombre se puso extrañamente serio y un aura de peligro lo rodeo- Dame las llaves ahora y no te haré daño, por lo menos no mucho.
-Para eso tendrás que matarme- dijo con voz fría.
Ante esas palabras al hombre se le quito la sonrisa, pero la recupero después de unos segundos.
-Tú lo has pedido- dijo el hombre con voz fría envolviendo sus puños con sombras- Despídete de tu querido espíritu. No lo volverás a ver.
Este se lanzó con las manos llenas de sombra sobre Natsuki, pero antes de llegar Loke lo intento parar fracasando en el intento. Con uno de los puños rodeados en una extraña luz roja hizo que Loke desapareciera sin poder hacer nada.
Cuando no hubo nada entre ellos Natsuki volvió a preparar un golpe contra su enemigo mientras este se acercaba rápidamente a ella.
-¡Regulus Natsuki Kick!- grito Natsuki mientras una ráfaga de luz rodeaba su pierna izquierda lanzándole una patada, pero este de un rápido movimiento cogió su pie, importándole poco que estuviera envuelto de luz, y la lanzo al suelo a unos metros delante de él.
-Ya sabía yo que los magos estelares eran muy débiles- dijo acercándose lentamente a ella- Eres débil, igual que tu madre.
-¡Mi madre no es débil! ¡Los magos estelares no son débiles!- grito ella furiosa intentando levantarse, pero no pudo, el golpe fue muy duro- Es una magia muy fuerte y...
-Y poderosa- continuo el hombre con sarcasmo acercándose y deteniéndose cerca de ella- Eso mismo dicen todos los magos estelares.
Natsuki apretó los dientes enfadada, sin saber qué hacer.
-Lo malo, para ti, es que necesito esas llaves- dijo el hombre acercándose a pato lento- Dámelas por las buenas, te lo aconsejo.
-Nunca- dijo entre dientes.
El hombre volvió a acercarse envolver sus puños, pero esta vez las sombras eran más oscuras y sus ojos empezaron a brillar con maldad.
-No tienes nada que hacer- dijo el hombre con burla fría- No tienes a nadie que te defienda, estas sola. como deberías estar después de eso...
Natsuki abrió los ojos como platos.
"Estas sola"
Antes de que el extraño hombre pudiera acercarse a ella una pared hecha de rocas y plantas creció entre ella y él.
Unas pequeñas patas atraparon a Natsuki y la llevaron lejos de ese lugar. Natsuki estaba demasiado agotada para darse cuenta de que era llevada por su pequeña exceed Star.
-No debiste meterte con mi hermana- dijo una vos muy, muy fría y seria rompiendo de una patada la pared que había delante del hombre.
El hombre retrocedió sin dejar de ver a un rubio acompañado de una pelimorada. Cuando retrocedió choco con otro cuerpo, cuando se dio la vuelta pudo ver al chico de cabellos rubios con los ojos tapados por su pelo y una sonrisa siniestra junto con otro de cabellos escarlatas con la misma postura.
-No tendrías que haber jugado con nosotros- dijo ahora Igneel. A su lado Takenshi asentía sin dejar su expresión.
El hombre no sabía qué hacer. Todo le iba tan bien que le resultaba difícil de creer que ahora quedaba tan poco para ser vencido por solo unos niños, por lo que chasqueo los dedos hizo aparecer a otros cuatro lobos desde las sombras.
-Eso no te va a funcionar otra vez- dijo Draco preparándose para su ataque más poderoso. Junto sus manos en su boca -¡Rugido del Dragón de las Estrellas!
Una gran onda de luz fue lanzada contra los cuatro lobos de tres metros haciendo que se alejen unos metros.
-Draco y yo nos encargaremos de esos- dijo Lami refiriéndose a los lobos- Vosotros atrapadlo.
Takenshi miro como Lami junto a Draco empezaban una batalla con los cuatro lobos y sin poder evitarlo una pequeña sonrisa se formó en su cara.
-¡Tú no te muevas de aquí!- dijo Igneel llamando su atención. Vio donde él miraba y el hombre estaba retrocediendo lentamente- Esto no ha terminado. Ahora mismo vamos a acabar contigo y con todas tus mascotas.
-Y después que ¿eh?- dijo el hombre llamando su atención- Me podéis atrapar y llevar a la cárcel, del Consejo Mágico, pero después vendrá otro, y después de ese otro. Hasta que al final vosotros acabareis muertos si poder hacer nada por nadie. El Maestro siempre gana.
-¡Me da igual!- grito Igneel adelantándose delante de hombre y cogiéndole de la chaqueta- Enviad a cuantas personas queráis. Animales, magos, monstruos ¡Me da igual! Acabaremos con ellos sea como sea y nunca ¡Jamás dejare que alguien como vosotros tenga el poder!
Nadie hablo después de eso. Takenshi estaba sorprendido por esas palabras, pero la la vez estaba feliz, Igneel no había cambiado tanto después de todo.
Igneel empujo al hombro unos metros más adelante. Este estaba quieto, sin habla. No sabía que hacer o que decir. Todo iba tan bien ¿Qué había podido posar?
-Esto es por la mierda de tus mascotas y por lo que le has hecho a mi hermana- dijo Igneel preparando su ataque- Takenshi.
-SI- dijo el nombrado poniéndose a su lado entendiendo sus palabras.
Igneel predio sus llamas de fuego oscuro su apariencia no había cambiado desde la anterior batalla, el tatuaje de las llamas les cubría hasta el pecho y los ojos negros. Takenshi cogió con más fuerza su Maza del Purgatorio y la levanto.
Los dos se vieron a los ojos y asintieron. Esto acababa ahora.
-¡Golpe de Martillo del Dragón de Llamas Oscuras!- grito Igneel lanzándose contra el hombre seguido de Takenshi que lo seguía con su maza en alto.
Cuando los dos golpes alcanzaron al hombre, este fue enviado a volar varios metros hacia delante arrastrándolo por los suelos.
Takenshi y Igneel respiraban con irregularidad. Demasiada emoción y adrenalina en tan poco tiempo.
-Está acabado- dijo Igneel acercados a paso lento al hombre junto a Takenshi.
Cuando llegaron vieron al corpulento hombre con la ropa desarreglada y algún que otro golpe. Estaba inconsciente por lo que supusieron que se había dado un golpe en la cabeza por el fuerte impacto del golpe combinado.
-Creo que tenemos que llamar a Yuuma y Naoko. Ellos hablaran con el consejo- dijo Takenshi sacando su lacrima- Ahora vuelo.
Takenshi se fue dejando solo a Igneel con el hombre. No sabían su nombre, pero su magia era una parecida a la de invocación, pero con animales.
-Sería bueno atarlo- dijo la voz de Draco a su espalda- Ya sabes, para que no escape.
Igneel asintió con la cabeza.
-¿Dónde está Natsuki?- pregunto Igneel mientras ataba al hombre.
-Esta con Jane, tiene algunas heridas, pero ninguna grave- dijo Draco con voz seria. Eso extraño a Igneel- Dice que estaba a punto de perder el control.
Igneel se levantó de un salto y miro fijamente a Draco.
Antes de que Igneel pudiera preguntar o decir algo, Takenshi se acercó a ellos.
-Yuuma y Naoko no tardaran en llegar, los esperaremos aquí y después nos podemos ir.
-Está bien- dijo Igneel alejándose de él junto a Draco.
Takenshi vio como los dos se acercaban a Jane y a Natsuki y se sentaban con ellas.
-¿Estas bien?- pregunto Lami a su espalda.
Cuando se giró la vio ahí, delante de él, con el pelo un poco desordenado y algún pequeño rasguño por su cuerpo.
-Eso debería decirlo yo- dijo el con una pequeña sonrisa- Entre Draco y tú habéis acabado con cuatro de los lobos. A mí me costó deshacerme de uno.
-No acabamos con ellos- dijo Lami confundida- Desaparecieron de repente. Cuando nos dimos la vuelta Igneel y tú ya teníais a hombre en el suelo ¿Crees que tenga que ver?
-Supongo que si- dijo Takenshi serio- Solo cabe esperar a ver que dicen Yuuma y Naoko.
¿Que os ha parecido? ¿Os gusta?
Espero que os haya gustado el capítulo.
Se que he tardado un poco en actualizar, pero aquí lo tengo. 😊❤
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