1. La Entrada.
Por una vez en mi vida me gustaría despertarme con el cantar de los pájaros y los rayos del sol atravesando mi ventana los cuales me den directo a la cara, pero eso mis amigos es soñar despierto. Para mi desgracia me desperté por el maldito despertador de Taylor, unos de mis hermanos mayores.
— ¡Apaga esa maldita alarma Taylor!
— ¡Apaga esa mierda si no quieres que te mate
— ¡Apaga esa porquería!
— ¡Destruye esa cosa del demonio, necesito mis ocho horas de belleza!
Ese último grito fue de mi hermana Violet lo que significa que es mi turno de mandar al carajo a mi hermano.
— ¡Es más que obvio que le quites la vida a ese despertador si quieres conservar tus bolas!
— ¡Relájense, ya los escuché!
Respondió Taylor a lo que se ganó más insultos por parte de todos. Me levanté a regañadientes para dirigirme al baño de mi habitación, cabe destacar que cada habitación tiene un baño para no llevarnos sorpresas, si saben a lo que me refiero, pero también tenemos dos baños extras por si las dudas.
Una vez dentro del baño me duché, cepillé mis dientes y salí para vestirme, me vestí con un short de jeans color azul oscuro, una camisa color rojo con mi chaqueta de cuero negro y mis Converse negras, mi cabello lo deje suelto para después ponerme algunos accesorios, perfume y listo. Tomé mis cosas y salí de mi habitación, bajé las escaleras y fui directo a la cocina donde ya es costumbre ver el gran desorden de las mañanas que consta en...
Mamá cocinando.
Mis dos hermanos peleando por comida.
La rubia que tengo de hermana aprovechando para ganarles y la más pequeña simplemente observando, no se confíen, ella puede dar mucho miedo cuándo quiere.
— ¡Buenos días familia! —grité sin recibir ninguna respuesta de vuelta.
—Buenos días, hija ¿Lista para el primer día?
—No—respondí mientras tomaba asiento y ella me daba una sonrisa.
Hoy era el primer día de escuela, para algunos una cosa que les emociona para otros no y en ese caso entro yo con mis hermanos.
Les presento a los integrantes de la familia Clark.
El mayor es Taylor que tiene dieciocho, está en último de la secundaria que "supuestamente" este año se gradúa, cosa que yo no le creo. Él es alto con ojos café, cabello castaño y es capitán del fútbol americano, pero sobre todo un Don Juan.
Luego esta Violet que es su melliza, ella tiene el cabello rubio y ojos azules.
¿Y esos dos son mellizos? Aquí entre nosotros, todavía pienso que la rubia es adoptada.
A veces la genética es algo rara.
Después de ellos sigue Thomas, es como mi confidente y yo el de él, tiene diecisiete, cabello castaño, alto y tiene unos ojos color azul al igual que la rubia, él está en penúltimo de la secundaria, es bueno en clases, aunque él no lo admita y un Don Juan, pero de bajo rango, no es como Taylor que estamos esperando el día en que nos diga que será papá y el día de su muerte provocada por mamá.
La siguiente en la lista soy yo, Alex, soy baja, cabello castaño oscuro, ojos color café y estoy en penúltimo también, tengo dieciséis, debería estar en tercero, pero me adelantaron por mis notas que eran buenas en primaria, estoy con Thomas y soy como la "oveja negra de la familia".
Si claro y los demás son Santos.
Puras patrañas.
Por último, Cassidy, ella tiene seis años, va en primero de la primaria, tiene ojos cafés, cabello castaño y es una problemática en su escuela. Y después soy yo la oveja negra, aunque, hay que destacar que una vez fui a prisión por estafar una señora, pero esa es otra historia
—Bien chicos, no quiero problemas este año, ¿entendieron? —dijo mamá dándonos un beso en la frente a cada uno para después irse a su trabajo.
Mi mamá es diseñadora de ropa en una empresa, es muy bella, su cabello es café casi como el mío y sus ojos igual a los míos, la mayoría de la familia dice que soy la que más se parece a ella, cosa que creo y ella también, pero no se lo dice a nadie.
Mi papá es un empresario que vive viajando y por lo tanto no está. Lo bueno de él, es que siempre se hace un tiempo para nosotros, aunque sea por Skype.
—Bien, yo me largo—dije levantándome de la mesa.
—Nosotros también—contestó el resto a coro.
—Cass vámonos—dijo Taylor, él la lleva en su Todoterreno gris.
Violet va en su auto, un Audi negro.
Thomas en su moto.
Y yo en mi patineta, la más pobre.
Fui al garaje, que es donde la guardo, cuando llegué la mayoría ya se había ido quedando solo la rubia, yo tenía la leve sospecha que tenía cohetes en el culo para salir tan rápido de casa.
—Si quieres te llevo.
—No gracias rubia, prefiero irme en mi patineta, pero aprecio la oferta.
—Bueno al menos lo intenté, nos vemos allá, no llegues tarde— habló mientras se colocaba sus lentes de sol y salía del garaje.
Violet siempre intenta llevarme en su auto, cosa que me niego, porque no quiero ir escuchando todos sus chismes de la escuela suficiente tengo con los que Thomas me cuenta, ese chico es peor que una chica cuando habla de chismes.
Tomé mi patineta y salí del garaje, lo cerré y me dirigí al punto de encuentro, cuando llegué a la esquina me encontré con todos mis hermanos en sus vehículos estacionados.
Taylor se bajó y comenzó a hablar.
― ¡Mis queridos hermanos como ya saben en la escuela somos conocidos por nuestro lema y quiero este año, que es el último en el que estoy en esa cárcel, siempre lo llevemos en alto sin importar qué, ¿Entendido?!
— ¡Sí señor! —respondimos todos en tono militar.
— ¡¿Qué esperan? ¡Grítenlo y vámonos!
— ¡Nadie Nos Manda!
El camino a la escuela es un tanto largo a pie, pero en patineta es rápido y en auto súper rápido, cuando llegué vi a mis mejores amigos que me esperaban al lado del auto de Nathaniel.
— ¡Hey, Alex!
—Linda llegas un poco tarde.
— ¡¿Un poco tarde?! ¡Llegas tardísimo, Alex! —dijo alterada Scarleth.
—Relájate, ya llegué.
— ¡¿Qué me relaje!? No puedes pedirme eso, es el primer año que vamos a hacer la entrada contigo y tus hermanos, ¿Entiendes mi punto?
—Está bien, tranquila, lo entiendo.
Nate y Annie se estaban riendo de lo alterada que Scar estaba, caminamos hasta donde mis hermanos estacionan sus autos y se saludaron, como siempre no falta que Thomas intente coquetear con Annie, digo intente porque Annie no le hace caso.
—Bien chicos, ya este año se incorporan al grupo nuevos miembros en nuestra familia.
—Aunque siempre lo han sido—dije en un murmullo, pero todos me escucharon.
Yo me limité a sonreír inocentemente.
—Este año es un orgullo para nosotros decirles que a partir de hoy pondrán hacer la entrada ― me ignoró completamente Taylor.
Todos aplaudimos.
—Muy bien y, ¿Qué esperamos para hacerla? —dijo Violet.
—A nadie.
—Entonces muevan el trasero familia Clark.
— ¡Si Rubia!
Fuimos a la entrada de la escuela, subimos las escaleras ganándonos algunas miradas, comentarios, abrimos las puertas y entramos.