22.Pensamientos y Sultanita enojada.

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22.Pensamientos y Sultanita enojada.

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No me lo creía, parecía irreal, pero el olor a pescado me hacía saber que todo era real, esperaba que Sultanita no hubiera pasado al más allá, no me encontraba en condiciones de buscar una nueva consciencia. Me enfoqué en lo que estaba pasando y seguía sin creer que yo, Alex Clark, estaba besando a James Scott.

¡Se suponía que es la persona a la que más rencor le tenía! Vaya forma de demostrar el odio, ¿no?

Al comienzo fue solo un breve roce de labios como dándose paso a lo desconocido, poco a poco el breve roce se convirtió en besos constantes para después darle paso un beso más intenso sin perder lo dulce. Lentamente hizo que me levantara del suelo para quedar ambos de pie sin dejar de besarnos, sus manos estaban acunando mis mejillas mientras que mis manos permanecían en sus brazos. Así como empezó terminó y nos alejamos para tomar aire.

Su pecho subía y bajaba, sus ojos no dejaban de ver los míos, veo sus labios y estos se encuentra hinchados y rojos. Debía estar igual o peor que él.

―Y-Yo lo siento... no debí besarte... ― su boca decía una cosa y sus ojos demostraban ni un poquito de arrepentimiento.

James tartamudeando incoherencias al no recibir ninguna reacción de mi parte, en mi vida me había sentido de ese modo, como si solo existiéramos nosotros dos en el mundo, un cosquilleo en mis labios permanecía sin ganas de querer irse, quería volver a experimentarlo y sentir esa extraña sensación en mi pecho. Me había vuelto loca por desear esos labios o era el hecho de que Sultanita no había recapacitado, sin esperar más lo besé interrumpiendo toda su diarrea verbal.

James se sorprendió al principio, pero después me siguió haciendo que se volviera más intenso, su lengua pidió acceso a mi boca y gustosa se lo di, lo que dio paso a que nuestras lenguas comenzaran una guerra que solo ellas entendían. Me sorprendí cuando el ridículo me mordió el labio causándole una sonrisa.

No sabía en qué momento pasó, pero me encontraba rodeando la cintura de James con mis piernas, culpaba a mis hormonas que me nublaron la mente, caminó hacía el escritorio para proceder sentarme y continuar el beso que cada vez se volvía más caliente. Mis dedos estaban enredados en su cabello y tiraban de este haciendo que este soltara pequeños gruñidos, las manos de él se mantenían en mi cintura apretándola y acercándome más a él.

—Vaya forma de demostrar el odio—logré decir mientras seguíamos besándonos.

—Cállate. ― dijo quedito logrando sacarme una sonrisa.

Dejamos de besarnos cuando escuchamos que estaban intentando abrir la puerta, ambos nos miramos alarmados, lo alejé de mi antes de que nos descubrieran para después bajar de la mesa.

—La puerta no abre iré por algo para abrirlo ― podía reconocer la voz de Troncha Toro en cualquier lugar, esa horrible voz era imposible de olvidar.

Solté el aire que tenía contenido para observar a James, su respiración era desastre, su labio sangraba un poco, su pelo revuelto le daba un toque salvaje, fuera una imagen muy linda si no fuera por toda la comida que aún tenía encima.

Yo debía estar igual o peor.

Nadie en mi familia debía de saber que nos habíamos besado de lo contrario las cosas se volverían más intensas o peor.

—Nunca vamos hablar de esto ― sentencié seriamente.

—Concuerdo.

—Nadie tiene que saberlo.

Nadie Nos Manda #1Место, где живут истории. Откройте их для себя