Decisión Incorrecta - Camren

By Bagacr

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Camila amaba a Lauren más que su vida y hablarle con la verdad era su principal prioridad. Por otra parte Cam... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
Capitulo 13
capítulo 14
capítulo 15
capítulo 16
capítulo 17
capítulo 18
capítulo 19
capítulo 20
capítulo 21
capítulo 22
capítulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capítulo 26
capitulo 27
capítulo 28
capítulo 29
capitulo 30
capítulo 32
capítulo final
Epílogo
Aviso...
Lo último
Aviso

capitulo 31

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By Bagacr

Una semana tenía metida en la oficina. Por desgracia el convenio que habíamos hecho con una constructora hizo que perdiéramos miles de pesos. Todos los días y a cada hora estábamos revisando todos los contratos tratando de encontrar el error pero no aparecía, Lucy y Ally estaban apoyándome y les agradecía mucho, no pude pasar ningún momento a gusto con mi familia, estos últimos días Camila era quien venía a visitarme o sólo Romina ya que no se sentía bien.

El día estaba pasando muy lento y moría de ganas por ver a Romina. Camila me prometió que vendría con mi hija a visitarme un rato antes de que fueran a la casa de sus padres, se habían puesto de acuerdo para hacer una pijamada junto a Sofí y Romina estaba encantada por pasar la noche con sus abuelos.

- Hola mami - vi como mi pequeña entraba corriendo mientras Camila le abria la puerta de la oficina, Romina corrió hacia mí con los brazos abierto y yo gustosa la recibí, tenerla en mis brazos y conmigo era lo mejor que me haya pasado en la vida, claro, aparte de Camila que ellas forman mi mundo entero. Desde que Camila me dio la noticia que estaba embarazada fue una sensación difícil de explicar, tenía una gran emoción atrapada en mi pecho, y el día que nació fue lo mejor, no podía controlar mi alegría ni mis lágrimas, tenerla en mis brazos, ver como movía sus bracitos hacia que me enamorara más de lo que ya estaba de ella. Siempre he procurado que Romina tenga todo y darle lo mejor, que nunca se sienta triste o tenga miedo cuando está sola en su cuarto, siempre velaré por ella para que sea toda una gran mujer en un futuro.

- Hola mi amor hermoso - la llene de besos por todo su rostro y ella trataba de empujarme con sus bracitos pero fallando en el intento - ¿Cómo estas mi vida? - deje de hacerle cosquillas para verla y ella tomó mi rostro con sus manos.

- Bien Mami, estoy feliz.

- ¿Estas feliz? - puse una cara de sorpresa - ¿Porque estas feliz?

- Porque mamá me llevará a la casa de los abuelos y dormiré con la tía Sofí mientras comemos muchos dulces y vemos películas. - se giró a ver a Camila que estaba de pie frente a nosotras con una gran sonrisa en el rostro - ¿Verdad mamá?

- Si mi amor, iremos con los abuelos - se acercó y comenzó a acariciar el brazo de Romina - y nos dormiremos tarde mientras vemos la Sirenita.

- Tengo envidia - puse una cara triste - yo quiero estar con ustedes y no voy a poder.

- No te pongas triste Mami, si quieres me puedo quedar contigo. - beso mi mejilla para después abrazarme por el cuello.

- ¿Sería eso posible? - vi a Camila esperando su respuesta.

- Siempre y cuando nos invites algo de comer porque muero de hambre, a menos que no quieras y tengamos que buscar comida por otro lado - Camila hizo un puchero y eso me causó mucha gracia, vi como Romina imitaba a su madre. De seguro lo habían ensayado para poder chantajearme, ya que saben muy bien que siempre funciona. Por más que quisiera seguirles el juego y negarme no podía ante lo adorable de sus caras.

- Esta bien - me resigné - ¿Siempre buscan la manera para chantajearme verdad? - me reí ante sus rostros, parecía que las hubiera ofendido.

- No Mami, tú siempre me compras los juguetes que yo quiero sin necesidad de que yo te los pida.

- Es porque haces ese puchero del cual no me puedo resistir. - bese su frente mientras reía.

- Además yo no necesita chantajearte, siempre llegas a la cama por tu propia cuenta. - vi una sonrisa pícara en el rostro de Camila, sabiendo lo que significaba pero feliz de que Romina no lo entendiera, al contrario, estaba jugando con los botones de mi blusa, levante las cejas y ella río.

- Cambiando de tema - conteste con una sonrisa lo cual Camila imitó - ¿Que quiere para comer mi princesa?

- PAPAS - grito Romina y de inmediato me acerqué al escritorio para pedir muchas papas para Camila y Romina. Camila se había sentado en el sofá y me acerqué a ella aún con Romina en los brazos para sentarme a su lado. Prendiendo la televisión en las caricaturas favoritas de Romina que de inmediato comenzó a ver.

- Te he extrañado mucho - Camila se abrazó de mi brazo y acomodando su cabeza en mi hombro, mientras tanto coloque mi mano sobre su pierna.

- Yo también y mucho pero aún no se soluciona el problema - hice un gesto.

- ¿Aún no sabes si se va a solucionar? - separo su cabeza de mi hombro para verme mejor, simplemente negué.

- Aún no se sabe que fue lo que provocó el problema, puede que la constructora haya hecho las cosas mal o alguno de los trabajadores, a lo mejor y fue un error y colocaron unos números de más.

- O pueden que te hayan querido robar. - Me negaba a aceptar que alguno de mis trabajadores me haya hecho una mala jugada pero por más que no lo quisiera ver así, había una gran probabilidad de ser cierto.

- Puede - al fin acepte.

- Lo vas a solucionar, yo confío en ti. - Vi en su rostro una sonrisa de sinceridad y deje un pequeño beso en sus labios.

- Gracias por estar conmigo en las buenas y en las malas, no me confundí al escogerte a ti como mi esposa, por eso y muchas cosas más te amo.

- Siempre estaré contigo, pase lo que pase - escuchar sus palabras hacia que mi corazón se quisiera salir de mi pecho y una sonrisa estúpida aparecía en mi rostro. Daría lo que fuera porque esas palabras fueran de verdad.

Tome su rostro para acercarlo al mío y juntar nuestros labios en un beso lento y suave, sentir su piel contra la mía era tan delicioso, Camila mordía mi labio superior, en un pequeño descuida introdujo su lengua en mi boca y yo comencé a saborearla, sentir su sabor era tan embriagante.

- Llegaron las papas – Lucy había entrado a la oficina cargando una charola llena de comida – lamento haber molestado – dijo al darse cuenta lo que había interrumpido.

- Descuida – Camila me sonrió y yo hice lo mismo.

- Y la niña más hermosa ¿Dónde está?

- ¡TIA! – grito Romina una vez que se percató de la presencia de Lucy, de inmediato se puso de pie para correr hacia ella y abrazarla por las piernas.

- Hola oruga – con un movimiento puso la charola en el escritorio y después se agacho para quedar frente a Romina - ¿Me extrañaste?

- Mucho tía – abrazo a Lucy y ella hizo lo mismo.

- Entonces ahora debes de comer tus papas que tu tía favorita te compró – nos sonrió – a ver Romina ¿Quién es tu tía favorita? – pregunto a la pequeña esperando con ansias su respuesta, Romina parecía procesar lo que iba a decir.

- ¿Tú? – pregunto esperando a que le confirmaran.

- Claro que yo soy tu tía favorita, quien te diga lo contrario está muy mal.

- Pero tía Dinah dijo que ella es la favorita y que yo no te hiciera caso a lo que me dijeras. – dijo recordando las palabras que Dinah día a día le decía.

- Pues está loca, yo soy tu tía favorita y se lo puedes decir – se giró a vernos ya que nos estábamos riendo – espero y hayan grabado esto y se lo manden a Dinah.

- Estoy segura que después de enterarse de esto, Dinah la va a poner en tu contra, así que mejor no tientes al diablo.

- Lauren, en vez de apoyarme me estas echando mierda. – se quejó por lo que le había dicho.

- Es la verdad Lucy – al decir eso Lucy rodo los ojos, no era raro ver como las dos se peleaban por ser la tía favorita de Romina, siempre terminaba en pleito y se gritaban las razones por las cuales eran la tía favorita de Romina, lo cual a mi hija le causaba gracia ver como se agarraban de los cabellos en forma de juego. En ocasiones se pelaban frente a nosotras y estábamos muy acostumbradas a ver ese acto.

- Bien – se giró a ver a Romina – me enteré que Dinah te llevo a comprar unos vestidos – Romina asintió a lo que Lucy le dijo – entonces yo te llevare y te comprare cinco vestidos ¿Cómo la vez? – Romina se emocionó al escuchar eso y abrazo a Lucy pero ella tenía una pizca de orgullo en su cara. – entonces pasare por ti para irnos de compras.

- No puedo – comento Romina con decepción – hoy iré con mis abuelos y tía Sofí a una pijamada, mira mi pijama – corrió hacia su pequeña mochila y se la dio a Lucy para poder sacar su pijama y presumírsela – mami me lo compro para hoy.

- Pero que hermosa esta – la admiro elogiando las prendas de Romina – Yo te comprare diez pijamas y serán mucho mejor que las que mami te regala.

- Dudo que algún día me llegues a remplazar – hable con orgullo ya que yo era la mejor mami del mundo, Romina me lo decía a cada rato – Lo siento.

- Algún día – Lucy se puso de pie y se despidió de todas – vuelvo en un par de horas para seguir revisando los papeles – asentí – las veo luego.

Lucy salió de la oficina dejándonos de nuevo a las tres solas, la película ya había terminado y Romina se molestó porque no la había visto completa, destape las papas y solo basto que sintiera el olor para correr hacia nosotras y treparse para sentarse en mis piernas.

- Adoro cuando estamos así las tres, juntas y sin que nadie nos moleste disfrutando del momento.

- Adoro cuando estas con nosotras – Camila me beso la mejilla – y que des todo por Romina.

- También lo doy todo por ti, nunca lo olvides.

- Nunca lo olvido amor – Camila me dio un beso lento en labios y sentí como unas manitas nos sostenía las cabezas para que no nos separáramos, Camila sonrió en mis labios, fue tan perfecto.

- Otro beso – Romina aplaudía mientras nos miraba y motivaba para volver a besarnos.

- ¿Quieres que bese otra vez a mamá? – pregunte y Romina asintió. No me quedo de otra más que cumplir el capricho de mi hija.

Después de lo que fueron minutos en los que comimos todo lo que teníamos frente a nosotras, entre pláticas y risa Camila salió de la oficina ya que quería saludar a Ally pero Romina no quiso ir con ella y se quedó conmigo aun en mis piernas.

- Mami te quiero mucho – Romina se abrazó a mí recargando su cabecita en mi pecho, yo acariciaba su espalda con mucha delicadeza.

- Sabes que yo también te quiero mucho – bese su frente - ¿Te puedo decir un secreto? – pregunté y Romina asintió muy emocionada – estos días que no estuve contigo te extrañe mucho, ayer salí de la oficina y me encontré con una animalito que me quedo mirando, me sorprendí mucho ya que no lo había visto antes ¿Y sabes que me dijo?

- ¿Qué mami? – Romina estaba muy atenta a lo que le estaba platicando.

- Que cuando me sienta triste porque no puedo dormir contigo o no verte, me dijo que lo abrace y así sentiré que te estoy abrazando. – Romina parecía muy sorprendida a lo que le decía – yo no le creí pero ayer en la noche tenía miedo porque estaba durmiendo solita y me acorde de lo que me dijo, entonces lo tome y lo abrace ¿Y que crees?

- ¿Qué paso?

- pensé que a ti era a quien estaba abrazando y me dormí pensando en ti. – Romina no dejaba de mirarme aun sorprendida por lo que acababa de contarle – y me pidió que te lo regalara así que cuando no este contigo y me extrañes, lo abrazas y así pensaras que estoy contigo y te estoy cuidando mientras duermes.

- ¿Dónde está? – estaba muy emocionada por ver al pequeño peluche, el cual le compre la tarde anterior.

- Aquí esta – me puse de pie aun con Romina en brazos y me acerque a una gaveta, lo saque y se lo di – además huele a ti, mira – le acerque a la pequeña jirafa a su rostro para que también ella sintiera el aroma.

- Pero no se parece a ti – lo quedo mirando tratando de encontrarle la forma a mí – sus ojos no son verdes mami.

- A lo mejor y no pero si usas tu imaginación se parece mucho a mí – lo tome y lo puse al lado de mi cara para que Romina nos mirara – tenemos la misma sonrisa, mira – sonreí mostrando los dientes y romina comenzó a reír.

- Si es cierto, ahora si se parecen mucho.

- ¿Y como se va a llamar? – pregunte mientras Romina lo abrazaba, ahora con una sonrisa pensativa.

- Lolo, igual a ti mami. – contesto con una sonrisa.

- ¿Lolo? Es un nombre muy bonito, así que a partir de ahora se llamara Lolo.

Volvimos al sofá y la abrace todo este tiempo dejando besos en su frente mientras me platicaba que era lo que había hecho estos últimos días, en la escuela, las tareas que había realizado con la ayuda de Camila. Pasamos varios minutos abrazadas y llenándonos de besos hasta que Camila volvió para llevarse a Romina ya que se les hacía tarde para llegar a casa de sus padres.

- Recuerda lo que te dije Romina – me despedí de Camila y Romina con un beso de piquito en los labios a cada una – te amo, nunca lo olvides.

- ¿Qué recuerde que? – Camila parecía confundida.

- Es secreto, lo siento amor – hizo un puchero y con Romina reímos por lo infantil que parecía Camila.

- Está bien, te dejare trabajar, hablamos mañana, yo igual te amo.

Camila y Romina salieron de la oficina para irse con sus padres pero las acompañe hasta el estacionamiento y espere a que desaparecieran de la vista, justo cuando iba a entrar a la empresa escuche una voz a mi espalda.

- Lauren. – me gire y me lleve una gran sorpresa.

- Keana ¿Qué haces aquí?

- Vengo a invitarte unos tragos, Camila me comento que has estado muy estresada y te vengo a distraer.

- No creo que sea una buena idea, necesito resolver el problema en el que estoy, si no lo soluciono perderé miles de pesos. ¿Quieres entrar? – señale la entrada y Keana no se negó, entramos y subimos hasta mi oficina, en todo el camino iba a saludando a todo el personal, se llevaba muy bien con todos ellos ya que cuando no tenía nada que hacer llegaba y platicaba con cada uno. – lo siento si no puedo salir ahora pero sabes que estoy en graves problemas.

- Entiendo, trabaja si quieres, mientras tanto yo me acostaré un rato – vi cómo se tiraba al suelo y colocaba sus manos sobre su cabeza, rodee los ojos ya que era su costumbre hacer eso. – cuéntame ¿Qué ha pasado con Alexa?

- ¿Con Alexa? Nada – seguí revisando cada uno de los contratos tratando de encontrar el error en alguno de ellos – desde la vez que fui a hablar con ella no se nada. De seguro se fue del país, que se yo, me da igual.

- Raro ¿no crees? – no se dé donde había sacado una manzana pero ahora se encontraba comiéndola.

- ¿Por qué crees eso? - fruncí el ceño al escucharla.

- Si yo fuera ella y me hubieras dejado de esa forma después de tantos años de relación hubiera hecho algo para que te arrepintieras y así como es ella se me hizo muy raro que no haya hecho algo, que te dejara así nada más.

- Bueno, tienes razón – hasta ese momento pensé las consecuencias que todo esto traería – no me ha llamado ni nada, y cuando le quite todo no me reclamó.

- Muy raro – contesto de nuevo.

- ¿Qué piensas tú? – pregunte dejando los papeles en el escritorio y volteándola a ver, aún tirada en el suelo con su manzana en manos.

- Que es raro. – rodé los ojos.

- ¿Puedes decirme otra cosa que no sea raro?

- Que es raro – tome una hoja de papel y la hice en forma de bola para aventársela, al golpe se le cayó la manzana de la mano y quedo debajo de sofá.

- Eres una estúpida – me grito pero solo reí, vi como buscaba su manzana y al tenerla se puso de pie frente a mí mirando una hoja. - ¿Acaso esto era lo que buscabas? – me paso la hoja y tome para verla, era el contrato que faltaba, sentí una alegría ya que por fin encontré el error. – me pregunto ¿Quién es tan estúpida para dejar un contrato que le falta bajo el sofá y sin ese podría estar en quiebra? Claro, tú. – me acorde de la vez en que Camila había venido a visitarme y su insistencia por tener sexo sobre el escritorio, en ese momento aventé todo lo que tenía sobre este y de seguro fue esa vez en que el contrato haya llegado a parar bajo el sofá. – entonces vamos a celebrar ya que gracias a mí solucionaste tu estúpido problema.

- Tienes toda la razón, te la debo – me acerque a Keana para llenarla de besos en todo el rostro, ella trataba de quitarme pero la felicidad me ganaba ya que había podido arreglar todo el problema – le avisare a Camila - estaba tomando mi celular cuando Keana me tomo la mano.

- De seguro está en su pijamada, déjala ya mañana le hablas.

En parte tenía razón ya que se estaba divirtiendo con Romina, salimos de la empresa para subir a mi auto y después dirigirnos al bar que frecuentábamos. Una vez que llegamos nos sentamos en la misma mesa de siempre, el lugar estaba lleno y unas personas ya se encontraban bailando, estaba oscuro y solo podía notar algunas luces.

- Una botella – Keana anunció a la persona que se acercó a nosotras y de inmediato la llevo. Comenzamos a tomar y platicar de todo lo que ha sucedido, de sus relaciones clandestinas que ha tenido y de lo mucho que quiere a Romina, ella al contrario de Lucy y Dinah no se pelaba por ser la tía favorita pero si le daba muchos regalos y dulces.

De tanto estar ahí se acercaron unos hombres para invitarnos a bailar, yo negué la oferta pero Keana se puso de pie de inmediato dejándome sola en la mesa, era de costumbre porque siempre que salíamos lo hacía, no me molestaba, al contrario, me gustaba ver sus ocurrencias a la hora de bailar. De tanto tomar las ganas de ir al baño me ganaron, fui y me eche un poco de agua al rostro ya que comenzaba a sentirme mareada.

Una vez llegando a la mesa me bebí todo el líquido que tenía en mi vaso, estaba feliz porque todo se había solucionado y ahora no tenía ningún pendiente, seguí tomando lo que quedaba de la botella mirando a la pista de baile donde Keana mostraba sus mejores pasos. Después de un largo tiempo comencé a sentirme mareada, el trago ya había hecho efecto en mí y muy rápido, comencé a ver borroso para después no ver nada.

- ¡LAUREN!

Escuche un grito y como pude logre abrir los ojos, tenía un dolor de cabeza espantoso que de inmediato me queje al querer levantar la vista. De inmediato sentí como la sabana salía de mi cuerpo y un aire llego en todo mi cuerpo.

- ¡LAUREN! ¿QUE MIERDA HICISTE?

De inmediato reconocí la voz, era Camila quien estaba gritando, me senté en la cama y me pude percatar que estaba completamente desnuda, vi hacia Camila quien estaba frente a la cama con la sabana aún en manos y sus lágrimas corrían sin cesar por sus mejillas, al girarme vi que Alexa estaba a mi lado desnuda y con una sonrisa en su rostro.





* * * * *

Lauren eres una pendeja😠😠

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