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Salía apurada a buscar a Emma para ir al Instituto. Habían pasado 4 días desde lo ocurrido en el bosque, y aún no había podido verle la cara a Evan, por vergüenza. Si Jazmyn no hubiese dicho lo del mensaje a ese punto ya hubiésemos sido muy amigos.
Vale, no tan así déjenme con la ilusión. Recordar su sonrisa y la forma en la que ambos coincidíamos en algunas cosas era mi motivo para estar feliz. Pude saber además, que Jazmyn sólo es su amiga, y se reunían en el bosque para cantar o conseguir inspiración.
Esperaba poder hablarle aquel día y decirle que mis intenciones de conocerlo no eran malas.
Toqué el timbre de la casa, esperando que salga Emma. Observé desconcertada que quién abría la puerta era la madre de Emma, Loraine, quedé estupefacta. Loraine tenía un ojo morado, el labio hinchado y varios cortes por su rostro, brazos y cuello. Me miró, apenada. Detrás a lo lejos venía Emma, con la cabeza gacha.
— Señora Loraine, ¿está bien?—pregunté preocupada. Nunca había visto a su madre así.
— Sí, Paige.— dijo, triste y cabizbaja.— No te preocupes, y gracias por preguntar.
Emma llegó a nuestro lado y se despidió de su madre, apenas se miraron.
Comenzamos a caminar, parecía distraída, fuera de este mundo con la mirada fija en un lugar sin pestañear. Sus ojos miel intensos no mostraban algún sentimiento, su pelo rojizo claro que le llegaba pasando los hombros, tapando parte de su perfil, su cerquillo recto bien definido, se veía tan frágil y fuerte al mismo tiempo. Recuerdo cuando tenía una actitud agresiva y era muy negativa.
Su padre era alcohólico y agresivo, lo cuál hizo que se adoptara la misma actitud. Con el cariño del Sad gang club y nuestra amistad hizo que cambiara por completo. Ahora pasaba horas sonriendo y no quería volver a su casa. Vestía más femenino y era más chistosa. Cuando menos me di cuenta ya estábamos entrando al Instituto, había estado pensando mucho.
—Emma, ¿qué le pasó a tu madre?—me miró con cara triste.
—Papá ha estado empeorando últimamente.—dijo con voz áspera, estaba afónica—. Anoche se fue a un bar y volvió tan agresivo que golpeó a mamá de esa forma, grité con todas mis fuerzas, pero me ignoraba, así que mamá se dirigió a la cocina y le pegó con una sartén, dejándolo inconsciente.
La tristeza que expresaban sus ojos podía apuñalar a cualquiera. Sabía que por fuera, ella siempre decía que no le agradaban los abrazos pero por dentro siempre deseaba uno. Puse mi brazo alrededor de su cuello y le di un pequeño abrazo. Una vez en el salón nos sentamos juntas esperando a Steven.
—Tengo hambre.—fue lo primero que dijo Steven al llegar—. No, en serio, ¿ninguna trajo comida?
Nos hizo un puchero gracioso, haciéndonos reír.
Por la puerta se asomaba Jazmyn, quien me miró burlona y se sentó en el fondo. El profesor entró y comenzó a dar la clase, pero no presté atención. A la hora de ir a la cafetería nos reunimos todos y nos sentamos en la misma mesa de siempre.
Chris y Matt se acercaban con su comida y se sentaron junto a nosotros.
—¡Hey!—dijo Chris saludando con la mano a Steven—. Chicos, ¿qué les parece si les propongo algo?
—Tienes toda nuestra atención.—dijo Miles, todos miramos a Chris.
—A la salida del Instituto hay una combi lo suficientemente grande para llevarnos a todos a algún lado que quieran.—propuso, sonreímos.
—Bueno, nos vamos al puticlub.—dijo Licet, burlona.
—No, hace un día hermoso. A lo mejor ir a pasear a la playa.— propuse, todos estaban pensando un lugar.
—No estaría mal.—dijeron Emma y Victoria.
—Me gusta gusta la idea.—dijo Steven—. Dibujar cosas en la arena.—se rió.
—Vale, los espero en el estacionamiento después de clases, nos vemos.—dijo Chris despidiéndose.
—¡Wooo! Saldremos a divertirnos.—dijo Steven entusiasmado.
—Traaanquilo Lince.—dijo Emma riéndose.
—Sólo iremos a pasar el día. —dijo Miles.
—No sean aguafiestas.—dijo Steven.—Escuché que en la playa Mabletorph va a haber un DJ y realizaran una pequeña fiesta que no durará hasta las diez de la noche, supongo que nos iremos antes. ¿Vamos?
Como siempre, Steven sabía que decir para hacernos sentir bien.
Iríamos a Mabletorph beach.
(...)
Al salir del Instituto, nos reunimos en el estacionamiento y nos fijamos donde estaba la supuesta combi. Como lo esperaba, Evan y Jazmyn irían. Trate de hacer mi esfuerzo de no amargarme porque ellos estuvieran con nosotros, me propuse pensar en una forma de pedirles perdón.
La combi era espaciosa y con sillones en el interior. Chris conducía, Matt de copiloto, Emma, Licet y Steven juntos, Victoria y Jazmyn junto con Miles, incómodos. Y en los últimos asientos ¿Adivinen qué? Evan junto a mi.
¡La vida me amaba! Tanto que me sentaba junto a un chico interesante. Está decir de más que los primeros cinco minutos fueron cómodos mientras los otros no. Me ponía tensa estar al lado de él. ¿Me estaría observando? No quería girar mi cabeza y verlo, o entablar conversación. ¿Qué debía hacer? ¿Pedir disculpas ahí mismo?
«Sí, directo al grano Paige. O no, ¡No gires la cabeza, idiota! aggh, ¿Por qué eres tan insegura? Oh claro, él te hace sentir así...cállate conciencia. ¡Hazlo de una vez!»
Me giré para hablarle de una vez por todas, pero no me estaba observando. Su mirada era fija hacia la ventana....el paisaje. Me quedé apreciando su rostro y su manera de respirar que me traía paz, hasta que me di cuenta que me estaba mirando fijamente, volví a la realidad. Corrí mi cara de inmediato y miré hacia abajo, jugando con mis dedos nerviosa.
—Paige.—me dijo, me quedé callada solo para que lo volviese a decir, porque sonaba tan bien—. Hey
Mierda debía mirarlo...piensa en algo Paige.
Bingo.
—S-si, perdona.—dije, sacando mi celular del bolsillo, pero de lo tensa que estaba se me cayó. Comencé a buscarlo, agachándome avergonzada. Al encontrarlo lo volví a guardar y me senté enfrentando a Evan.
—Oye.—me miró fijo—. ¿Por qué pareces tan tímida conmigo?
«Bueno, digamos que he estado imaginándome cosas contigo, me das mucha curiosidad y me atraes de una forma fascinante. Pero bueno, no creo que te pase lo mismo conmigo así que no lo entenderás»
—No lo sé, me haces sentir así.—confesé, sonrió.
«Por favor deja de hacer eso o terminaré en un hospital por descontrol de felicidad. ¿Acaso eso existía?»
—Creí que era algo peor.—admitió. Sonreí, definitivamente sacaba lo mejor de mi—. Quizá te había caído mal.
Negué con la cabeza varias veces. ¡Estaba loco! ¡Solo mírate, tonto!
—Evan.—dijo Jazmyn, interrumpiéndonos.—Ya hemos llegado, sal.
«Genial, y yo soy invisible.»
Evan se bajó de la combi, para luego bajar yo. La vista era hermosa que no pude evitar empezar a tomar fotos de ella, mientras sacaba fotos con cámara polaroid Evan se puedo en medio de mis fotos, posando sonriente. De seguro cuelgue estas fotos en mi habitación, se acercó a verlas pero Jazmyn volvió a acaparar su atención, de nuevo.
—¿No les dije que la playa está genial?—dijo Steven sonriendo.
Hacía un día hermoso y el agua estaba de un color azul marino. A lo lejos había un pequeño escenario junto con un bar armado de madera.
—Viejo, ¡Es asombrosa!!—respondió Matt, mientras se descalzaba para poder sentir la arena en sus pies.
—Ir al mar debe estar de locos.—dijo Emma, observando el sol con sus lentes redondos.
Steven le hizo una seña a Miles y Licet. Cuando menos lo esperé, Licet le sacó el celular Emma del bolsillo.
Steven junto con Miles levantaron a Emma, cargándola hacía el mar. Todos empezamos a reír.
—¿QUÉ? ¿ESTÁN LOCOS? STEVEN, TE MOLERÉ A GOLPES, ¡BÁJENME!—decía Emma mientras sonreía. Quedó repleta de agua, pero corrió alcanzando a Steven y lo abrazo.
Observé hacia mi costado, vi a Matt en la espalda de Chris, y Jazmyn encima de Evan, jugando carreras a ver quién llegaba antes. Y Victoria, escuchando música cerca de la orilla.
«Esta hermosa vista me gustaría tener todos los días.»
Sentí que alguien se sentaba a mi lado, Evan. Era el momento indicado.
—Oye.—llamé su atención—. Lo siento.
—¿Por qué?—me preguntó.
—Por haber leído el mensaje de Jazmyn.—dije apenada.
—Tranquila, no estoy molesto.—lo miré—. Sino no hubiese conocido a alguien tan interesante con muchas cosas en común.
Sonreí.
—Entonces me alegro de haberlo leído.—dije feliz.
—Yo también hago eso.—dijo sin culpa—. Sé el patrón del celular de Chris ¿puedes creer que tiene el historial lleno de porno japonés?
—No inventes.—nos reímos a carcajadas.
—También lo he visto llorar con Crepúsculo.—contuvo la risa.
—¿Y Matt?—me dio curiosidad.
—Matt es muy inocente, pasaba mucho tiempo jugando toda clase de juegos con su computadora que sus padres me pidieron que le de unas clases de canto, teclado, un poco de guitarra y lo ayude a socializar mejor.—dijo Evan serio.
—He jugado pocas veces.—comenté intentando ver qué es lo que le gustaba a él.
—No es la gran cosa.—sonrió—. No es lo mío tampoco.
—Oigan.—dijo Jazmyn—. Ya empezara la fiesta, ¿vienen?
—¿Vamos?—me preguntó Evan mirándome fijo, asentí.
—¡Jazmyn!—me acerqué a ella—. Quería pedirte disculpas por haber leído el mensaje.
Dije liberando un peso en mis hombros.
—Tranquila, ya ha pasado.—hizo una mueca—. Tendré prevención sobre ti de todas formas.
—¡Se van a quedar atrás!—gritó Victoria corriendo mientras alcanzaba a los demás.
Pasamos hasta las nueve de la noche entre música, un Steven ebrio, Licet fuera de control, Emma junto con Victoria riéndose a carcajadas todo el tiempo, Miles disfrutando de la música y tratando de no quedar en ridículo bailando entre 200 personas, Chris bailando con Matt y Jazmyn graciosamente, Evan a mi lado y yo tratando de no descontrolarme sintiendo la música, riendo y pasándola bien.
Eso era el comienzo de algo asombroso.
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