✖️Amber✖️
Abrí mis ojos por instinto,mi vista se fijó en el banco techo pero empecé a sentirme mareada y todo me daba vueltas, me lamenté rápidamente y eso fue lo peor que pude haber hecho pues los mareos incrementaron. Sin dudarlo fui al baño a echarme agua.
Las vueltas y mareos bajaron poco a poco, regresé a la habitación y vi varias botellas de alcohol, vendas con sangre, el látigo con manchas rojas en el suelo y muchas imágenes/escenas aparecieron de repente en mi cabeza lo que provocó que me doliera y me punzara. Negué muchas veces para que el dolor cesara, me salí de ahí y fui a la cocina. Krystal se estaba haciendo un sándwich.
—Preciosa, me siento mal –dije, sentía mi garganta muy reseca y para el colmo hacía mucho frío en el ambiente.
—Pensé que ya no te despertarías –me espetó, ella no está de buen humor, me posé en una de las paredes ya que sentía que perdía el poco equilibrio que poseía mi cuerpo.
—¿Tan mal me veo? –pregunté, ¿Tanto me excedí anoche?.
—Si, muy mal –me dijo con un tono bastante frío así como el clima de hoy.
—Hey, ¿qué pasa? –con mis manos abracé torpemente su cintura, mi cuerpo hoy no está bien.
—Nada –para mi ese "nada" es todo.
—¿Por qué no te creo? –encarné una ceja.
—Cree lo que quieras –espetó seria.
—Dime lo que te tiene así, me importas....–
—¡Mientes! ¡Yo no te importo! –Me gritó. ¿A caso ya me descubrió en mi movida?. —No me amas y de eso me di cuenta ayer, "amar duele". Haces todo eso para poder salir de aquí, no soy idiota, ¿con quién crees que juegas?.– ¡Joder! ¡Me descubrió!. —Da igual, me lastimaste, eso es lo que querías y lo obtuviste –se zafó de mi agarre.
—Si lo sabes entonces ¿por qué aún me tienes aquí? Sabes que nunca te voy a amar – espeté molesta, ya no hace falta fingir.
—Porque se me da la gana de tenerte aquí –dijo sentándose para desayunar. Tan despreocupada y alejada de la situación.
—No es eso, tienes miedo, miedo a estar sola ¿me equivoco? –cuestioné de forma cruda.
—Si ya lo sabes, ¿para qué preguntas siempre lo obvio? –ella no estaba inmutada y eso aumentó mi rabia.
—Pues ayer no estabas dolida, ayer me disfrutaste, niégamelo Jung, ayer gritaste mi nombre. –con mis puños golpeé la mesa de la cocina. —Ayer te hice mía –yo estaba cólica. ¿A caso no sirvió nada marcarla como mía?.
—No te creas tan importante – soltó simple.
—¿Te haz acostado con alguien más? –no sé porque me molesta tanto esta situación. Ella no me interesa en lo absoluto pero entonces.... ¿por qué me siento tan traicionada y tan celosamente posesiva?.
—Eso no tienes porque saberlo –dió un sorbo a su jugo.
—No Jung, yo debo de ser la primera en tocarte, ¡Yo! –seguí dando golpes en la mesa y ella desayunó como si nada, me molesta mucho, ella es mía, la marqué con mis besos, todo en ella me pertenece.
—Ya dije, no te importa, yo sé con quién acostarme, no eres mi mamá –se levantó de la mesa . —Tú lo dijiste, sólo soy tu "puta" esto último lo susurró en mi oído. ¡Diablos! Si no hubiera dicho aquello puede que ser que todavía ella me estuviera creyendo. Krystal salió de la cocina, después oí el sonido de la puerta abrirse. —Por cierto...no me esperes despierta... –
—¿Qué? –eso sí que no se lo permitía. Ella cerró la puerta.
💜✖️💜✖️💜
Hoy es viernes por la tarde y no había rastros de la Jung por ningún lado, me serví otro vaso de vodka, con éste ya era el cuarto. Días enteros sin saber de ella, dejándome en el completo olvido, desapareciendo cómo si todo esto no tuviera algún valor.
Tan encerrada, tan hambrienta de más m tan sola...
—Estúpida –y me empiné el vaso de alcohol, la sensación de ardor en mi garganta ya había desaparecido.
Ayer me había acabado toda una botella de tequila, de hecho si no paro voy a terminarme las botellas de alcohol del escondite de Kry pero ¿eso importa ahora?.
Me serví otro vaso, caminé y miré una fotografía de ella colgada en la pared.
—Ya dejé de importarte, verdad? –pregunté risueña hacia la fotografía. —¿Por qué me dejaste?, ¿Por qué te llamé puta?, ¿Éste es tu castigo? –volví a empinarme el vaso. —¿Cómo voy a amarte si me haces esto? –grité —¡¿Cómo?!–comencé a soltar lágrimas. —Tu tienes que volver a casa– me estampé contra la pared. —Vuelve a casa – solté amarga. Nunca había bebido tanto en mi vida como hasta ahora. —Prometo amarte... te necesito, no me gusta estar sola –negué con lágrimas. —Ya entendí, ya no me castigues más, sólo vuelve a casa conmigo –dejé caer mi cuerpo al suelo y cerré mis ojos. Tan patética me veo, tan patética me siento.
Vuelve por favor, no me dejes...
💜✖️💜✖️💜
...Amber...
...Amber...
...Amber...
Ésa voz la oía muy lejana, lentamente y con pesadez abrí mis ojos, todo estaba completamente obscuro.
—Amber, despierta –ésa voz me animó a abrir los ojos por completo.
—¿Kry? ¿Eres tú? –pregunté de forma atropellada.
—Si, soy yo...–
–¡Kry! ¡Qué bueno que regresaste a casa! –dije feliz. Tantos días habían pasado y yo sólo esperaba éste momento.
—Te traje despensa, está todo en la cocina –la luz fue prendida. —Vaya, hiciste mucho desastre...–
—Lo siento –tallé mis ojos mientras trataba de levantarme del suelo. —Te extrañé mucho –como pude la abracé, pero pronto noté algo que no fue muy agradable.
—Amber, apestas a alcohol –se separó bruscamente de mi.
—Y tú hueles a loción de hombre –espeté. —¿Dónde estuviste? –me puse a la defensiva.
—Qué te importa –dijo simple mientras acomodaba la despensa en la alacena.
—Dime, ¿Dónde y con quién estuviste? –solté desconfiada.
—Ya te dije, no te importa Amber –cortó.
—Un momento... ¿Amber? Y el "Amy" ¿dónde quedó?– ¿Tan rápido me cambió?. —¿Te acostaste con un hombre? –pregunté incisiva.
—Si –aventó el paquete de servilletas que tenía en las manos en la mesa. —Me acosté con un hombre, me acosté con un hombre y me gustó –me encaró.
Sentí como todo dentro de mí se rompía en miles de pedazos.
—Nena yo sé qué.... –negué con la cabeza mientras lágrimas. —Esto tiene una solución... Yo...– dentro de toda esta retorcida situación quería buscar una solución.
—No soy tu "nena" –odio su frialdad.
—Si, si lo eres –la tomé de la cintura. —Eres mía, yo te pertenezco, tú me perteneces, no puedes dejarme, yo te amo –añadí con todas mis emociones y sentimientos revueltos a flor de piel.
—¡Ja! Eso no te lo creo Liu –sonrío lasciva.
—Fui una idiota, comprendí que te necesito....–nuevamente buscando una solución.
—¡Basta! Sólo eres mi capricho....–
—¡No lo soy! ¡Soy tu persona favorita! ¡Yo! –le grité. —Dime que sólo estás bromeando conmigo, por favor –supliqué. ¿Cómo puede estarme torturando de esta forma?.
—No bromeo, Liu –espetó.
—O sea....te vas cuatro, ¡Cuatro jodidos días! Y....te acuestas con un hombre y encima me dejas aquí ,es que.... ¿Qué te hice? –solté entre lágrimas.
—¿Qué me hiciste? –ella abrió sus ojos. —¡Me mentiste! ¡Eso pasó! Me prometiste algo imposible y eso no se hace, esto fue tu castigo...–
—¡Ya lo entendí! –grité exasperada. —Entendí que te necesito pero sabes que no era necesario que te acostaras con un hombre...–pensarlo y decirlo me provocaba un odio profundo.
—Haré lo necesario para hacerte entender...–
—¿Por qué dejaste que un hombre te tocara? –de mí misma rabia la abofeteé fuertemente, estaba tan fuera de mi. El labio de Krystal comenzó a sangrar y de la nada la acorralé en una de las esquinas de la cocina. —¿Qué es lo que quieres de mí entonces? –pregunté en susurro.
—No lo sé –respondió.
—Me secuestraste pero ¿No sabías para qué me querías? –espeté amarga.
—Es que...yo nunca me he enamorado, tengo miedo de hacerlo, para el colmo esta es la primera vez que lo hago y es de una mujer, toda la sociedad de mierda me da etiquetas hirientes. Y luego estás tú, quién me prometió estar conmigo pero la realidad es otra. No soy una persona cuerda, no soy normal, mi mente y realidad son diferentes. Me rompiste el corazón.... ¿Por qué me enamoré de ti? –conectó su mirada con la mía. Ella me odia. —Supongo que en ti vi algo de bueno, ese algo que me hace falta, cómo se le conoce comúnmente: Amor. Creí que me amarías pero no es así, mi imaginación es bastante cruel conmigo –ella se separó de mi. —Estaré afuera unos días más para que pueda despejar mi mente....–
—¡No! –grité —No me importa lo que hayas hecho, sólo....quédate conmigo....–
—La que tiene miedo a estar sola eres tú, Amber –yo abrí mis ojos. —Es tu único defecto. Es tu más grande pesadilla –negó con una sonrisa. —Estando sola entenderé que es lo que realmente quiero....–
—Déjame ser lo que quieras....–insistí.
—Hasta posesiva eres –aumentó su sonrisa. —A parte de miedosa eres posesiva –buscó un pedazo de papel y con el mismo se limpió los labios.
—Lo siento...–
—Ésa palabra está muy sobrevalorada hoy en día...–
—Déjame demostrarte que valgo la pena....–
—Amber, tienes que ir a dormir –cortó mientras iba la habitación. Así tajante tratando de terminar (evadir) está dolorosa conversación.
—No te vayas aún –dije con tristeza.
—Sólo...duerme –ella destendía la cama sin mirarme.
—Quédate un rato conmigo –la abracé por detrás.
—No me hagas esto más difícil...–
—Por favor –supliqué nuevamente.
—De acuerdo –sonreí tras lo dicho por ella. Me quité la ropa quedando sólo en la interior, me acosté en la cama y Kry quedó a un lado mío.
—Vete cuando esté completamente dormida –tomé su mano y con mi pulgar dejaba pequeñas caricias en su piel.
—Está bien –me sonrió mientras acariciaba mi cabello.
—Kry...
—¿Si?
—Dame otra oportunidad...–
—Amber...
—Por favor. Sé que estuvo mal lo que hice pero...quiero hacer bien las cosas....–su ausencia había provocando un gran cambio significativo para mi.
—Lo voy a pensar...
—No lo pienses mucho –solté un bostezo.
—Descansa – ella besó mi frente.
—Ya no quiero seguir lastimándote – dije sincera mientras mis ojos se iban cerrando poco a poco.
—Ya no importa, descansa –insistió y por fin le hice caso. Cerré mis ojos, Krystal me mimo mucho. Dejé de estar consciente, ¡Hola mundo de los sueños!.
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—¿Kry? –murmuré somnolienta, tallé mis ojos y vi una nota rosa en la almohada. "Nos vemos pronto....K" . —Creí que te quedarías –el clima seguía siendo frío. De la nada oí el sonido de algo vibrar, con la mirada busqué de que se trataba y vi que en el suelo estaba el cel de Kry y este era el que estaba vibrando, con mi mano lo tomé, lo desbloquee y vi seis llamadas perdidas más una nota de voz de un mismo número así que abrí la nota de voz.
"Amy....te necesito.....estoy muriendo..."
Tras haber escuchado eso me alarmé, vi la hora que lo mandó y eran las seis y media de la mañana, o sea hace aproximadamente una hora. Con el GPS trate de rastrear la llamada y por lo que pude obtener el lugar en donde se encuentra Kry estaba a poco menos de media hora no un medio de transporte. Con rapidez tomé mi ropa y me vestí.
—Ya voy por ti, mi amor –busqué dinero y lo guarde en mi pantalón. Me dirigí a la puerta y recé con todas mis fuerzas para que estuviera abierta y vaya que corrí con suerte, la puerta estaba entreabierta.
Salí de la casa y me aseguré de cerrar bien. Miré a mi alrededor y no había absolutamente nada, ni autos, ni civilización, me sentí abrumada. Vi a lo lejos un taxi y corrí hasta el, lo paré y me subí ; le dije al taxista la dirección que marcaba el GPS y rápidamente arrancó.
Nos hicimos poco más de media hora debido al tráfico, el taxi se estacionó enfrente de un edificio, me dijo el taxista que este era mi destino, le pagué y me bajé.
Miré el edificio y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, caminé directo hacia unas escaleras de lado derecho y las subí (estas escaleras estaban por afuera) llegando hasta el segundo piso. "Camine cincuenta pasos", eso marcó el GPS y así lo hice hasta llegar a la puerta #32 quien estaba cerrada. Observé que estaba un tapete color naranja y una maceta, me acerqué a la maceta y ahí vi una llave de repuesto (supongo yo) con ella abrí la puerta.
—¡Kry! –vi a la pelirroja tirada en el suelo mientras la rodeaba un gran charco de sangre, en una de sus muñecas tenía una cortada, me adentré al departamento y cerré la puerta. —Te dije que te quedaras conmigo –mi voz tembló, con mis manos la tomé para cargarla y llevarla al sillón más cercano, con nervios verifiqué que tuviera pulso y si, aún lo tenía. —Yo te voy a curar,no te voy a dejar –le dejé besos en su frente. Me quité mi camisa y se la coloqué al rededor de su muñeca herida, la apreté un poco para evitar que continuará sangrando.
Había un gran hedor en el departamento, cómo sí algo se estuviera echando a perder, me paseé por toda el depa buscando alcohol y vendas para detener el sangrado de mi princesa ,me pasee rápidamente en muchas habitaciones encontrando así lo que necesitaba hasta que llegue a una puerta de dónde provenía el hedor, sin miedo la abrí.....
—¡Santo dios! –abrí mis ojos mientras dejaba caer el alcohol y las vendas al suelo,me quedé en shock.