Octava Parte: Sombras
Capítulo 48: Muerte en el Crepúsculo (Parte I)
20 de Febrero del 2014, 10:00 PM, Bosque azul.
— ¿Has estado aquí antes? —preguntó Hermione a Harry insegura.
—No, pero yo sí Granger, ¿Puedes cerrar la boca? —gruño Daniel en las penumbras.
Todo el ejército de rebeldes había cruzado el trayecto que separaba el bosque prohibido de la Dark Mannor a través de la cueva de las hadas para no ser detectados.
Severus había mandado el patronus a las nueve en punto, fue allí cuando todos se pusieron en marcha.
—No veo nada—se quejó Marie tropezando con una rama.
— ¿Pueden hacer silencio? —siseo el pelinegro.
— ¿Seguro que conoces el camino? —Volvió a preguntar Harry.
—Potter, entrené aquí años enteros antes de convertirme en mortifago, sé reconocer cada árbol de este bosque—Isabella se estremeció nerviosa, tenía un mal presentimiento de todo esto.
— ¿Qué es eso? —susurro George inseguro.
—Eso queridos amigos, es Dark Mannor—la vez que habían entrado lo habían hecho por medio de aparición y eso casi les cuesta todo el plan, ahora allí, viéndola desde afuera, del otro lado del rio... era una cosa impresionante.
—Muy bien, vamos—dijo Harry dando un paso al frente.
— ¿Estas demente? —Chillo Daniel jalándolo de la camisa—. La corriente de este rio te rompería todos los huesos, no iremos todos.
— ¿Qué?
—Así es, se quedara un pequeño grupo a vigilar... nos comunicaremos por Patronus—explicó Daniel—.Ustedes diez—. Dijo señalando a los más débiles, incluyendo a las dos hijas de Genn.
— ¿Qué?, ¡No vamos a dejarles! —se quejó Isabella.
—Las necesitamos vivas y a salvo, ustedes vigilarán—gruño sin dar lugar a replicas—. Potter, me dijeron que una vez tomaste branquialgas, ¿Qué tanto puedes aguantar bajo el agua?
Harry lo miró aterrorizado.
— ¡¿Qué?!
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—Genn, despierta—siseo Draco nervioso, había matado al menos a cinco mortifagos para poder llegar a las celdas.
Gennovive gruño cansada, mientras parpadeaba adaptando su visión a la oscuridad.
— ¿Draco?
—Aja, échate para atrás... necesito explotar este lugar—ordenó sacando su varita de la gabardina verde.
Genn asintió confundida parándose en el extremo de la celda.
— ¡Bombarda! —al instante la cerradura y el metal explotaron levantando a casi todos los rehenes.
Draco la ayudo a caminar sobre los escombros y a salir de allí.
—Toma, Severus me la dio—susurro entregándole su varita.
— ¿No deberíamos liberarlos? —preguntó señalando las otras celdas.
—Después, matemos al bastardo primero.
—Necesitamos liberar a Nina.
—No... Nina no es parte del plan.
— ¿cómo?
—Nina no será liberada Genn, ella tiene su propia misión.
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Severus les había conseguido una semana antes un plano de la mansión para que se familiarizaran con ella... estudiaron cada habitación, cada ataque y cada pasillo de huida.
Todo estaba calculado.
O eso pensaron.
— ¿Esos son...?—susurro un mortifago a su compañero detrás de una de las columnas.
—Sí, avísale al lord en silencio... yo me encargaré de ellos—respondió.
— ¡Expeliarmus! —chilló Harry al verse descubierto, el caos se desató en la primera planta... hechizos eran tirados por doquier, Daniel mataba y estrangulaba a cuanto mortifago se le atravesará para librarle el camino a Potter, pero eran demasiados.
— ¡Crucio! —lanzó uno dándole por la espalda a George Weasley quien cayó privado de dolor.
Entre la agonía y la confusión su menté voló tiempo atrás, quedándose atrapado en un recuerdo desgarrador.
—Crucio—siseo una mortifaga dándole por la espalda.
George sentía que sus fuerzas comenzaban a fallar y lo único que quería era que todo dejara de doler... entonces, con la mirada desenfocada vio a su hermano gemelo del otro lado del campo.
Reía por algo que había hecho Percy.
Entonces el fuego se lo llevó.
Esa fue la última vez que vio a Fred.
— ¡George!, ¡Vamos, levántate! —la voz de Hermione le hizo abrir los ojos, sus oídos pitaban.
— ¿Herm? —preguntó, su voz era aguda.
—Maldición—Ron apartó a Herm para levantarlo de un jalón y arrastrarlo escaleras arriba,
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— ¿Mi señor? —la voz del novato era cristalina.
— ¡Qué quieres! —gritó Voldemort molesto de haber sido interrumpido.
Estaba a mitad de una reunión secreta con sus diez más leales mortifagos en ese momento, incluso Nina estaba allí.
Esta sonrió inconscientemente, todo terminaría allí.
Ese gestó no pasó desapercibido para Lola.
—Es Potter y los rebeldes mi señor... han invadido la mansión, vienen para acá—dijo el joven con miedo.
Voldemort alzó la ceja entre furioso y divertido... habían invadido su seguridad de nuevo, el traidor seguía entre sus filas.
—Suelta a las bestias Félix, veremos si sobreviven a esto—siseo divertido.
El chico palideció.
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Las llaves se sentían pesadas entre sus dedos y realmente estaba a punto de hacerse en sus pantalones... él no había sido entrenado para esto, ni siquiera había pasado el examen físico.
Ahora tenía que liberar a las bestias.
Con las manos temblando metió la llave entre la cerradura, podía escuchar sus aullidos sedientos de sangre del otro lado y supo que probablemente moriría.
La cerradura cedió y Félix dio su último respiro.
Cuando Draco y Genn llegaron fue demasiado tarde... esta última sintió arcadas al ver cómo ese pobre muchacho era despedazado vivo por esas abominaciones.
Draco silbo siguiendo la rutina que él y Severus habían practicado hasta el cansancio.
Al instante los animales salvajes levantaron sus orejas listos para obedecer a su nuevo amo.
Draco conjuró un Lumus, listo para la acción.
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Llegar al último piso no fue fácil, tuvieron que matar sin piedad a todos los que se atravesaron en el camino pero ahora estaban allí... en frente a la gran puerta de piedra.
Ensangrentados y heridos, pero allí estaban.
—Bombarda—lanzó Harry haciendo que las puertas salieran volando al instante.
Cuando la bruma de concreto y humo desapareció ambos bandos quedaron frente a frente.
Voldemort, Lucius, Severus, Pius, Lola, Scorpius y más se encontraban apuntándoles sin contemplación.
Harry y el señor oscuro prepararon sus varitas y tomaron aire para lanzar el primer ataque pero Severus fue más rápido.
—Avada Kedavra—Pius Thincknesse cayó muerto al instante, dejando solo el eco de asombro a su alrededor.
A Voldemort le tardó varios segundos analizar y comprender que estaba pasando.
Fue difícil para él ver la realidad y aceptarla...
Severus Snape era el traidor.
Lo apuntó esta vez a él, ya tendría tiempo de lidiar con Potter después.
— ¡Traidor! —lo acusó lleno de un odio insano.
Severus no se inmutó, sabía lo que venía.
Sabía lo que tendría que dar esa noche.
—Lo soy—reconoció.
— ¡Todos estos años! —la vena de Voldemort palpitaba—. ¡Te lo di todo!, ¡Maldita cucaracha!
—Padre—el susurro de Lola lo hizo titubear, la manera en cómo su hija lo miró fue devastadora.
Como si estuviese profundamente herida.
— ¡Avada Kedavr....!—Voldemort no pudo terminar de lanzarle el hechizo, un rugido descomunal hizo que se le helara el aliento.
Detrás de los rebeldes llegaba Draco Malfoy y Gennovive Snape, y con ellos sus bestias, bestias que ya no le obedecían.
Voldemort lo pudo ver en sus ojos, su primitiva lealtad había cambiado.
Lucius Malfoy sonrió, por primera vez orgulloso de su hijo.
Y estaba seguro, de que Narcissa desde el cielo también lo estaba.
Voldemort estaba ideando un plan cuando Daniel Romanov llegó con la cabeza de Naginni en sus manos, fue allí cuando la desesperación llegó.
Miró a todos acorralado.
Severus solo esperaba.
Lord Voldemort hizo lo que debió haber hecho treinta y tres años atrás.
—Avada Kedavra—Harry cayó con un golpe sordo en la baldosa, medio vivo, medio muerto.
Snape miró a su esposa, ambos supieron que el momento había llegado.
Gennovive se lanzó a gatas por el suelo jalando el cuerpo del niño que vivió hacia ella, Voldemort miraba confundido aquella situación.
Cuando Harry Potter inhalo aire desesperado supo que todo había sido una trampa.
Una trampa en la cual él había caído.
Miro fríamente a todos sus enemigos, buscando la manera de huir, sintiéndose demasiado rodeado... todos sus mortifagos estaban muertos.
No había salida.
Entonces la vio, apenas llegaba por la escalera, la reconoció por sus impactantes ojos azules.
Le lanzó un hechizo no verbal y antes de que cualquiera pudiese evitarlo tenía a Isabella apresada entre sus brazos.
Los ojos de Genn se desorbitaron cuando vio que Voldemort ponía la varita de sauco en su cuello y si no hubiese sido por Draco ella misma se habría lanzado por su hija.
Lola veía todo al fondo, entendiendo poco a poco cada secreto oculto.
— ¡Basta! —aquella voz hizo que todo se detuviera.
Allí estaba ella, Nina Smith.
Apuntando a Voldemort por la espalda.
—Es suficiente Tom—su voz era fría, diferente.
Su voz era asesina.
El crepúsculo llegó por los cristales del salón, más nadie se movía.
—Acabemos esto, tú y yo, cómo debió ser—Nina no titubeo al hablar, no sintió arrepentimiento ni se dejó conmover por el pasado.
El Tom que ella conoció había desaparecido en los huesos de un monstro, Lord Voldemort lo había matado también.
Y ella iba a ponerle fin a esta historia.
-.-.-.-.-.-.-
OMG, EL PROXIMO ES EL CAP FINAL NIÑAS, DESPUES SOLO QUEDA EPILOGO.
¡QUE EMOCIÓN!
¡VOTEN Y COMENTEN!
¡LAS AMO!