Dani y Blas me aplaudian al contarles lo que hice.
-¿Le darías fuerte no?-Dice Dani.
-Le reventé la nariz porque le empezó a salir sangre.-dije orgullosa.- Le tenía que haber partido la cara.
-No seas mala.-Dice Blas.-Déjala, el karma le dará lo suyo.
-¿Que la deje? ¿Cómo la voy a dejar? ¿Y David? ¿Engañándome con esa? ¿Con eso? No sé como ha podido caer tan bajo.
-Tú para mí.-Dice Blas.
Me quedo mirándole.
-OJALÁ TE HUBIERA CONOCIDO A TI Y NO A ESE GILIPOLLAS.-admiti.
-A tiempo estás.
-Oyeoyeoye.-Dice Dani.
-¿Oye qué? ¡Si tu tienes novia!-Dice Blas.
-¿Ah sí? ¡AH SÍ! Es verdad, si yo la quiero mucho.
Blas y yo nos reímos.
-Entonces que me dices.
-Que no, ¿no te lo dejé ya bastante claro en el avión? Además, que no vas a cargar tú con el paquete del otro.-digo tocándome la barriga.-Que asco por dios. Espero que el o ella no haga esas cosas.
-UE, que tu lo hiciste conmigo.-recuerda Dani.
-Borrachos, eso a penas cuenta, no teníamos ni uso de razón, ni nos acordamos de nada.
-Dilo por ti.-dice con cara de acosador.
-Tu tampoco Dani, si te bebiste todo lo que había en la discoteca.
-Ya, ya lo sé.
Blas se ríe.-Que ridículo eres.
-Ya quisieras tú haber sido el ridículo ese día.
-Para no acordarme de nada no, sufro más sin acordarme que sin hacerlo.
-UE, ESAS COSAS SE HABLAN CUANDO YO NO ESTÉ DELANTE.
-Valevale.-dice Dani.
-¿Entonces no vas a volver con David?-Dice Blas.
-Ni de coña, se acabó definitivo. Es más, estoy intentando vender el piso, no lo quiero ni cerca.
-Hostia tú, que exagerada.-dice Dani.
-No joder es que luego lo veo por los pasillos y cuando tenga el bebé será incómodo.
-No lo vendas anda. Al menos déjalo ahí y...
-Blas, no tengo dinero.
-Pues quédate ahí.
-No.
-¿Te quieres venir a vivir conmigo?
-NO.
-Joder.
-Bah, cambio de piso y ya.
Me llega una llamada.
¿David? ¿Qué quiere?
-Es David.-les digo.
-CÓGELO. TE OBLIGO.-dice Blas.
Lo cojo.
-Qué.-digo seca y Dani rodea los ojos.
-Que terca y cabezona es, la hostia.-Susurra el rubio.
Lo pongo en altavoz.
-He visto el cartel de que vendes el piso y lo quiero.
-A ti no te lo vendo.
-¿Por qué?
-Que sí, que sí te lo vende.-Dice Blas.
-¡Noo!-le grito enfadada.
-Cállate.-me dice Dani.
-No.-le digo a David cortante y cuelgo.
-¿PERO QUÉ HACES? ¿No quieres que tu hijo esté en vuestra casa cuando esté con David?
-Él o ella no sabrá lo que pasó allí. Y en tal caso, NO QUIERO QUE META A LA CRISPOLLAS, A LA ZORRINEILA, BAJO MI TECHO. Y ya me encargaré de lavar con lejía la ropa del bebé cuando vuelva de estar con su padre por si esa modelito asquerosa ha puesto sus mugrientas manos sobre él.
-Que egoísta eres, él sí te quiere.
-¿Y QUÉ MIERDA HACE CON ESA SI ME QUIERE?
-Alguna explicación lógica tiene que haber detrás de todo.
-No, ninguna, si no ya me habría petado a whatsapps.
-No lo sabes.
-BLAS, ESTÁ CLARÍSIMO.
.
.
.
Sigoo?
Qué queréis que pase ahora?
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