Epílogo trilogía.

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No creo en las casualidades.

Creo en el destino.

*Flashback*

Cuando Ana Luna me ofreció ir al concierto de la banda no me opuse, quise soñar por un momento más que era mío.

Que aquel chico me quería y hacía que me sintiera una princesa, como yo imginaba estando en coma.

Sin a penas darme cuenta tube un dejabú cuando por error entré al aseo de los chicos.

Cuando me lo encontré, como una vez pasó en mi cabeza, exactamente igual, pasó aquello que debió pasar para que fuera la chica más feliz del mundo.

Pasó.

*Fin del flashback*

De camino al parque acuático me sobo la barriga y sonrío.

Jorge no deja de cantar todas las canciones que salen en la radio ya que, se ve que ha salido cantante como su padre.

David me da la mano.

Y todo parece de película hasta que un dolor me invade y hace que se me tense el cuerpo.

Le aprieto la mano.

-Ya? No podía ser otro día?-dice él y suspira.

-No decido yo, decide ella, a lo mejor es igual de cabezona que tú.-digo apretando los dientes.

La pequeña Maigo estaba de camino.

Sí, un nombre muuuy raro.

Pero eso ya lo pensó mi subconsciente en su momento y no se iba a cambiar.

Ya que aquella historia me marcó muchísimo.

Fueron bastantes horas de parto pero el momento en el que ví a la pequeña en brazos de David y a Jorge saltando con ganas de cogerla lo único que se me venía a la cabeza era que la hostia buena que me dio aquel guardia de seguridad ha cambiado mi vida.

No quería que nada estropeara aquello.

Aunque fue muy rayante el saber que por alguna extraña razón gran parte de mi futuro estaba en mi cabeza.

Y en ese momento de filosofía conmigo misma supe que ahí empezaba mi vida de verdad.

Tantísimas cosas que me quedaban por descubrir en mi nueva vida.

En la que estaban ellos.

En la que ya no sabía que había ni que pasaría.

En la que era madre de dos monosidades de las que el padre era David Lafuente.

El chico con el que había soñado durante años, sin si quiera conocerle.

Pero ya lo tengo claro.

Seguiré con él hasta el último de mis días.

Te sigo (David Auryn)Where stories live. Discover now