Big Bad Wolf » Camren

By imheedictator

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Aquellas historias de cuentos de hadas siempre quedarán pequeñas ante el nuevo mundo, lleno de lobos y otros... More

Prólogo
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By imheedictator

Lauren POV

—Lo siento mucho. —Escuché una dulce voz a la vez que sentí un pequeño peso en mi pecho. Al abrir los ojos observé a Camila que estaba apoyada en mí con mucho cuidado. Ella estaba sentada a mi costado con el cuerpo agachado para que solamente su cabeza me tocará sin lastimarme.

—¿Por qué? —Dije en voz baja. Camila al instante levanto la cabeza y me vio directamente a los ojos. Pude notar unas lágrimas caer por sus rosadas mejillas. Odiaba verla llorar, no me gustaba saber que sufría, porque yo quería que ella estuviera bien, libre de todas las culpas que la perseguían.

—Has despertado. —Ella levantó su mano y acarició mi mejilla. Las manos de Camila eran tan suaves, sentía electricidad ante su suave toque. Ella no tenía la más mínima idea de lo que pasaba en mi interior. ¿Y cómo no iba a hacerlo? Si recién había aceptado que sin importar lo que pasará estaba cayendo ante Camila y no había vuelta atrás.

—No es mi fantasma quien te está hablando. —Dije cerrando los ojos por un momento para disfrutar de su toque.

—Lo siento Lauren, no quería que las cosas sucedieran de esta forma. No mereces esto…—Camila seguía pensando que esto había sido su culpa. Pero en todo momento había sido una decisión propia. Una decisión mía de seguirla y una decisión de los lobos de torturarme tan solo por el simple hecho de ser una pantera, un animal que podría darles información de la ubicación de mi gente pero que no lo hizo.

—Basta, si te seguí fue porque tenía que asegurarme que ibas a estar bien, fue mi decisión. —Le aclaré, no quería seguir escuchando como seguía culpándose.

—Pero yo…—Camila trató de decir y yo me levanté un poco de la cama, hasta quedar sentada frente a ella.

—Silencio. —Dije poniendo mis dedos en sus labios, de los cuáles no salió ni una palabra más.

—Sé que esto no es un cuento de hadas. Lo sé muy bien pero ese primer beso me llevó al más maravilloso de los cuentos a pesar de las circunstancias. —Camila abrió los ojos sorprendida por mis palabras y noté que estaba evitándolo, evitando llorar, pero al final sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa.

—¿No vas a decir nada? — Continúe y es que habían pasado unos segundos, pero Camila no decía palabra alguna.

—Pero me has dicho silencio. —Ella levantó los hombros quejándose, pero lo había dicho de una manera tan tierna que me daban ganas de comérmela a besos.

—Eres tan adorable. —Dije a la vez que se me escapaba una risa.

—Lauren, yo también sentí cosas al besarte. Aunque no he tenido tiempo para pensar en eso por todo lo que ha pasado. —Cuando Camila dijo eso, deje de reír. Al tan solo escucharla decir que ella también había sentido cosas, me había llevado a las nubes.

—Estamos en la comodidad de mi cabaña. —Toqué mi cama suavemente y los ojos de Camila se posaron en mis manos.

—Lo sé. —Dijo a la vez que levanto la mirada y me daba una pequeña sonrisa.

—¿Puedo besarte? —Pregunté y Camila abrió un poco la boca por la sorpresa, pero al final terminó asintiendo.

Me importo muy poco mi estado y mis heridas otra vez, yo quería besarla, sentirla una vez más. Cuando nuestros labios se unieron, sentí flores creciendo en mi interior. Aunque creo que ese término era errado, porque Camila era el maldito paisaje. Me incline un poco más y ella con duda puso una mano en mi rostro. Ese gesto fue mi perdición, porque la tomé de la cintura y ante su sorpresa la levanté para que sentara sobre mí. Camila se inclinó mucho más y cuando sentí que no podía más, ella abrió un poco más su boca. Nuestras lenguas se juntaron lentamente, empezando los besos profundos. No sé en qué momento la temperatura de la cabaña había subido hasta sentir que me quemaba, pero no me importaba bajar hasta los infiernos por ella.

—Ahora tienes todo el tiempo para pensar acerca de esto. —Dije al separarme de sus labios. Camila seguía con los ojos cerrados y cuando los abrió, yo pegué nuestras narices, sintiendo su aliento mezclarse con el mío.

—Creo que lo dejare para más tarde. —Respondió Camila sin más y me beso. Sin duda alguna, la conexión era fuerte e intensa en mí. Sentí que hubo una razón para ir al bosque ese día, salir al exterior y encontrarme con una loba que no podía transformarse, una chica que simplemente había puesto mi mundo de patas arriba y sí, lo último lo digo literalmente.

Había salido un momento de la cabaña aprovechando que Camila no se encontraba cerca, ella seguía insistiendo en que debía descansar, pero no entendía que nosotros éramos diferentes, sanábamos más rápido que cualquier humano y aunque yo no me sentía con la máxima energía, aún podía caminar y hacerme cargo de mis responsabilidades.

—Quiero una reunión con todas las panteras, en este preciso momento llama a todos. —Le informé a un cazador que encontré en el camino a la cabaña de mi padre. Aunque cada vez que daba un paso encontraba una razón más para no contarle lo que había pasado, así que desistí y decidí primero hacer la reunión.

—¿Cuál es el motivo mi Alfa? —Preguntó agachando la cabeza.

—Liberaremos al lobo, se quedará en la comunidad. —El cazador hizo una mueca abriendo la boca sorprendido, pero no dijo nada respecto a mis palabras. Camila me había contado todo lo que había pasado y aunque me costará aceptarlo Pat había salvado mi vida de cierta forma y lo mínimo que podía hacer era darle un espacio en la comunidad. Estaba furiosa por la forma en que los atacaron, sobretodo conmigo misma por no poder defender a Camila de mi propia gente.

—¿Quién te crees tú para dar semejante orden? —Sentí un fuerte empujón que casi hizo que perdiera el equilibrio. Me sobe el hombro porque sentía todas mis heridas arder, sobre todo las de mi estómago y espalda. Al levantar la vista, observé a mi hermano con los ojos negros y Lukas detrás de él jalándolo del brazo. Observé toda la comunidad y todos los cazadores estaban atentos a nuestra conversación.

—Soy la persona a cargo y tu futura Alfa, terminaré mi entrenamiento. —Sabía muy bien que Chris lo sabía, pero quería decírselo yo misma para que quedara claro que no iba a cederle mi puesto.

—Tú no eres nadie. ¿Cómo te atreves a tan solo pensar en liberar a un lobo? —Él se acercó furioso e intento volver a empujarme, pero Lukas lo detuvo.
—¡Él es mi prisionero! —Le dijo a Lukas.—¡Así como tu querida lobita! —Y luego se dirigió a mí.

—Ni te atrevas a meter a Camila en esto, porque sacaré las garras. —Camine rápidamente donde él se encontraba.

—Ella no es digna de compartir nuestra sangre, su dinastía esta manchada por todas esas atrocidades. —Mi hermano se libró del agarre de Lukas y me agarró de mi gastada camisa. Ambos estábamos cara a cara en una pelea de miradas.

—¡No la harás responsable por todo lo que hicieron lo caninos! —Grité quitándome sus manos de encima.

—¡Ellos deben irse de aquí!

—¡Cálmense los dos! ¿No se dan cuenta de qué todos los están viendo? Compórtense como los supuestos líderes que son, la comunidad los necesita unidos. —Lukas intervino, intentando ponerse entre nosotros.

—Vete a la mierda Lukas. —Chris lo mando a volar y Lukas iba a transformarse, pero mi sola mirada evitó que lo hiciera.

—Te recuerdo que le debes respeto, Lukas es parte del Consejo y si a él le da la gana te manda a limpiar toda la comunidad. —Dije defendiéndolo.

—¿Desde cuándo te importa lo que pase con nuestra gente? —Preguntó furioso y me dolían todos sus reclamos. Él no era mi hermano, ni la más mínima parte de lo que un día fue, lo había perdido aquella noche y no estaba segura si él iba a volver.

—Tú no sabes nada. —Me tragué todo lo que pensaba decirle y decidí no continuar con esa absurda conversación.

—¡Deja de jugar a la Alfa responsable, no eres nada, eres una cobarde! —Chris me grito, sentí a Lukas avanzar, pero con mi brazo impedí que lo hiciera. Lukas y yo cruzamos miradas un segundo, él me conocía tan bien como para saber que ya no podía más con toda esta situación.

—Liberare al lobo, Camila y él serán parte de nuestro hogar lo quieras o no.—Respondí y me di media vuelta, sin importarme ver la reacción de mi hermano ante mis palabras, no iba a continuar dañándome más.

—Esta conversación no ha terminado. —Escuché sus palabras y el forcejeo que hubo entre Lukas y él a mis espaldas, pero no hubo tiempo a que yo volteara cuando sentí unos brazos agarrarme por los hombros. Intenté soltarme, pero solo sentí que el aire me faltaba porque Chris había empezado a ahorcarme por detrás. Cuando vi a todos los cazadores acercarse, suavemente moví un dedo negando que lo hicieran. Le di un codazo en el estómago a Chris que hizo que me soltara. Cuando me di la vuelta, me encontré con su puño chocando contra mi estómago. Caí un poco al suelo tratando de apoyarme con los brazos para que la caída fuera menos dolorosa. Luego, me di cuenta que Lukas y los cazadores tenían inmovilizado a mi hermano, aunque era inútil porque él no intento atacarme más, aunque note que Lukas tenía sangre cayendo por sus labios, imagine que Chris le había dado un golpe ya que todo había pasado muy rápido.

Me quede observando mi vieja camisa blanca ser manchada por la sangre que salía del vendaje. De un solo tirón la abrí y efectivamente todo mi vendaje era un caos, pero nada comparado con todas las heridas que tenía por todo el cuerpo por la tortura de los lobos. Me saque la camisa para ponerla contra el vendaje para evitar que continuara sangrando más ante la atenta mirada de todos y cuando escuche unos pequeños grititos de sorpresa, había olvidado que mi espalda estaba destrozada así que intente cubrirme, pero ya era demasiado tarde.

—Lauren…—Pude escuchar el lamento de mi hermano, él no había visto mis heridas, solo se había dignado a verme cuando Ally ya me había curado, según lo que me comento Lukas.

—Lauren, ¿estás bien? —Intervino Lukas.

—Lo estoy, aunque necesito un nuevo vendaje. —Dije tranquilamente para evitar mi pena y cuando iba a pararme escuché un grito a lo lejos.

—¡Lauren! ¿Qué haces fuera de la cama? —Camila corría rápidamente a donde yo me encontraba. Al instante, se puso a observar mi vendaje quitándome de la mano mi camisa y ella misma haciendo presión sobre mi estómago.

—Arreglando unos problemas. —Respondí mientras la observaba con detenimiento, perdida entre sus rasgos.

—Tienes que volver, déjame ayudarte. —Camila ayudo a levantarme e hizo que yo me apoyara en ella al igual que esa noche donde escape de una sentencia de muerte.

—Puedo. —Le dije con una pequeña sonrisa, olvidándome de los cazadores presentes, de mi mejor amigo e inclusive de mi hermano. Cuando Camila estaba presente, yo solo la observaba a ella porque era como si en este lugar donde no había sol, luna o estrellas, Camila era el equivalente a todos esos astros ausentes.

—Vuelve a decir esa palabra y te arranco la cola. —Respondió molesta con el ceño fruncido, lo que me hizo reír. Seguramente había recordado cuando había dicho esa misma palabra asegurando que podía transformarme y que muy a mi pesar caí inconsciente por el esfuerzo.

—Lauren, deberías estar descansando. —Camila me recostó con cuidado en la cama.

—¿En dónde has estado? —Pregunté ya que cuando había despertado no la había encontrado.

—Fui a ver a Pat, quería saber si estaba bien. —Respondió. —No debe ser lindo ser un lobo en una comunidad llena de panteras. —Levanto los hombros, luego empezó a quitar el vendaje de mi estómago con mucho cuidado. Sentía que mi piel ardía y no por las heridas, el toque de Camila era fuego, llamas que nacían de mi interior.

—Ambos son bienvenidos, este puede ser su hogar. —Acaricie suavemente la mano de Camila y ella solo se quedó ahí, viéndome con los labios un poco entreabiertos.

—Tenemos que hablar con tu padre, no puedes ocultarle tu estado y la presencia de Pat en el Clan. —Camila continúo quitando el vendaje, procediendo a curarlo con las cremas que Ally había dejado al lado de mi cama. Sabía también que tenía que hablar con mi padre, pero no en un estado como este, prefería que él se mantuviera al margen, no quería preocuparlo y mucho menos causarle problemas a su salud.

—Lo sé, lo haré cuando sea el momento indicado. —Dije refiriéndome a lo de Pat. Luego, pasamos unos segundos en silencio hasta que Camila habló.

—¿Por qué decidiste besarme a pesar de tu estado? —Camila preguntó de la nada, pasando sus manos con crema por mis heridas.

—¿Te refieres a por qué elegí besarte en ese preciso momento? —Camila asintió y yo me incliné un poco y le di un beso en la mejilla.

—Creí que iba a morir y que no iba a poder verte nunca más, el dolor me estaba matando y maldije muchas veces el no haber sido lo suficiente fuerte para salvarnos de esos lobos que nos encontraron. Pero cuando apareciste todos esos pensamientos se fueron, mi cuerpo reaccionó ante tu toque y de un momento a otro, todo eso era pequeño e insignificante porque yo podía continuar, mi corazón aún podía seguir latiendo.—Tome su mano y la lleve al lado izquierdo de mi pecho.—Tenía que besarte porque el sol se presento ante mí, brillaba tanto que sus rayos eran demasiado fuertes, nadie podía saber que el Sol brillaba de esa manera que tuve que apagar su luz con mis labios. Porque quizás, yo podía cuidar su luz, proteger sus rayos de otros que intentarán apagarlos.

—Fue ahí que el Sol encontró a la Luna y dijo: “Hey, te había buscado toda mi vida.”—Fueron las últimas palabras de Camila antes de inclinarse un poco y robarme un beso.

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