La blanca y espaciosa habitación del Centro Pokémon se encontraba en completo silencio cuando un suspiro salió del pecho de Lara. Para ser exactos, eran al rededor de las dos de la mañana, Bonnie había sido vencida por el cansancio, por lo que era la única que había logrado conciliar el sueño. Los demás tenían la mirada perdida en cualquier lugar. Todo allí parecía confuso y sin sentido, aunque estaba de más decir que aquellas cuatro paredes eran lo único que los mantenía a salvo. Courtney se había sacrificado, de cierta forma, para que todos los demás pudieran escapar de las amenazas y ataques de la encapuchada. De eso ya habían pasado cerca de cuatro o cinco horas, mas la castaña no había aparecido.
―No puedo soportarlo ― Susurró Lara sin ocultar sus lágrimas ―Voy a buscarla ―. Se levantó de su cama y avanzó hasta la puerta.
―¡Detente! ―Le pidió Serena, quien logró detenerla ―Ella estará bien, yo lo sé.
―¿Es una broma? ―Gritó la niña, mientras su volumen de voz comenzaba a subir ―Ya han pasado varias horas y ella no llega. ¿Y si esa mujer la mató?
Un silencio sepulcral invadió la habitación. Todos recordaron con cierto miedo cómo aquella mujer los había amenazado y había dicho sin ningún problema que Courtney había sido asesinada por ella, cosa que resultó ser mentira por el bien de Lara. Pero ahora aquello podía ser una triste realidad: ¿Por qué no llegaba? ¿Por qué no daba alguna señal de vida? Se estaba desesperando y por lo visto no duraría mucho tiempo en aquel estado. Estaba al borde de un ataque de histeria.
―Quiero que confíes en Courtney ―Dijo Korrina, mientras abrazaba a la joven Ketchum ―Mañana a primera hora la iremos a buscar. Te lo prometo.
Lara sintió como su vestido se mojaba por las lágrimas que derramaba la rubia. Acto seguido, la abrazó fuertemente y con ello comprendió sus sentimientos.
Clemont miraba sus manos sin saber qué hacer. Serena salió de la habitación sin avisar. Necesitaba pensar en lo que estaba pensando. Siempre pensó que aquello que ahora vivían solo pasaba en las películas o series de acción. Lo más cerca que estuvo de morir fue cuando su cara se arruinó por una caída de gran altura o cuando se cortó un dedo mientras cocinaba, mas esto era diferente. Por primera vez sentía que la muerte estaba cerca de ella, pisándole los talones mientras caminaba, observando cada uno de sus movimientos. Por primera vez se sentía acosada e invadida.
― ¿Estás bien? ― Terció Ash detrás de ella, haciendo que se asustara ligeramente.
― No lo sé ― Respondió sinceramente ― Siento que esto, tarde o temprano, me hará enloquecer.
― Todos estamos así. Esto, definitivamente, escapa de nuestras manos. Siempre pensé que sería divertido viajar y atrapar Pokémon, pero nunca me puse a pensar en los peligros reales como esto. Además, quiero pedirte perdón.
― ¿Perdón? ¿Por qué me pides perdón?
― Nuestra cita se arruinó.
― ¿Entonces lo de hace unas horas era una cita? ¿Una cita de verdad? ―. Serena parecía haber vuelta a la vida después de escuchar aquello.
― Si, yo siempre pensé que era una cita, pero si para ti no fue así, no importa.
El rostro de Ash se había amargado al decir esas palabras.
― No digas eso Ash ― Gritó Serena ― Siempre soñé con tener una cita contigo. Desde que te conocí soñé con ser feliz a tu lado. No sabes lo feliz que me haces.
La joven no pudo evitar las lágrimas. Con sus manos cubrió su rostro para esconder su congoja del azabache que la miraba con cierta ternura. Frente a él se encontraba una chica frágil y delicada que tenía que proteger de todo y de todos. Recordó a sus demás compañeras de viaje, mas Serena le pareció perfecta e inalcanzable para los demás, menos para él. Hace años creyó haberse enamorado de su mejor amiga Misty, pero esa idea la desechó cuando la volvió a ver más tarde. Estaba enamorado de Serena y eso lo hacía feliz.
― Te prometo que todo estará bien ― Susurró Ash, mientras acunaba a Serena en sus brazos.
La joven se acomodó en el pecho del chico, aspirando su embriagante aroma que relajaba hasta el ser más intranquilo. Escuchó también como su corazón latía y aquello lo pareció la canción más hermosas que sus oídos han escuchado. Estaba enamorada de Ash y eso la hacía feliz.
En la habitación, Lara seguía abrazada a Korrina. El olor que desprendía la rubia, de alguna forma, le recordaba a su mejor amiga. Pensar que quizás aquella sonrisa que le dedicó antes de escapar podía ser la última que viera por parte de ella la llenaba de temores. Lo que en esos instantes sentía se parecía bastante a la vez que Courtney se perdió en el campamento. Nadie sabía si estaba viva o muerta. Las lágrimas abundaban en los presentes y lo único que podían hacer era esperar. Esa historia, por lo menos, había terminado bastante bien, pero en esta ocasión absolutamente nadie podía asegurar ese resultado. Ya no quería seguir llorando. Quería que el sol repuntara lo más pronto posible para salir en la búsqueda de la castaña.
― ¿Te sientes mejor? ― Terció Korrina, mientras limpiaba las lágrimas secas del rostro de Lara.
― Un poco ― Le respondió la niña, mientras intentaba sonreír.
― Son las 3 de la mañana ― Dijo Clemont, hablando por primera vez luego de varias horas de completo silencio.
― Es cierto ― Afirmó Korrina ― Ya es bastante tarde. ¿Dónde están Ash y Serena?
― Salieron hace bastante. Creo que lo mejor será descansar para partir mañana en la búsqueda de Coutney.
― Tienes razón. Iré por Serena y Ash para dormir ― Dijo Korrina, levantándose de su lugar.
La rubia alcanzó a dar dos pasos cuando escuchó los gritos de Serena. Estos parecían mostrar cualquier sentimiento menos tristeza y desesperación. Lara pareció derrumbarse en ese instante. Su corazón latió rápidamente, mientras que sus manos sudaban y su rostro enrojecía.
― ¿Por qué gritas Serena? ¿Pasó algo? ― Preguntó Clemont a la joven pelimiel cuando había entrado a la habitación.
― ¡Courtney! ¡Ella está aquí y te necesita Lara!
La pequeña Ketchum, más veloz que un rayo, salió de la habitación para reencontrarse con su mejor amiga. Los pasillos del Centro Pokémon, por primera vez, le parecieron angostos e interminables. Corrió como nunca lo había hecho. Corrió sin importarle el sueño de los demás entrenadores que a esa hora intentaban dormir. Si sus ojos y los de Courtney volvían a encontrarse, lo demás abría valido la pena y la valió. Frente a ella, después de horas de agonía, estaba su mejor amiga con un raspón en la frente que sangraba y la mirada cansada. Ash la traía cargando para que no se esforzara mucho.
― ¡Courtney, amiga! ― Gritó Lara mientras se abalanzaba hacia ella y la atrapaba en un abrazo. Las lágrimas no tardaron en salir por parte de ambas.
― Iré por la enfermera Joy ― Gritó Serena, mientras se perdía por uno de los pasillos.
― Lara, no llores, ya estoy aquí ― Dijo Courtney con su voz cansada y apagada.
― Pensé que esa mujer te había hecho algo ― Lloró la pelimiel.
― Pensé lo mismo ― Dijo Clemont acercándose ― No sabes lo feliz que me haces al estar aquí.
― Papá... ― Dijo la chica en un suspiro ― Papá y mamá... ― Vio a Korrina que se acercaba.
Todos los presentes sonrieron sin evitar llorar nuevamente.
La enfermera Joy llegó enseguida seguida de Serena. Courtney solo estaba cansada y el raspón de frente no era muy grave, por lo que una cama caliente y una canción de cuna bastaron para que la chica pudiera reponerse. Los Pokémon de ella fueron rápidamente atendidos por la enfermera Joy. Charizard era quien se había llevado el máximo de daño en la batalla, por lo que ella fue la primera prioridad. Los demás Pokémon se había repuesto rápidamente. "Pequeña", la Gligar de Courtney, apenas despertó, buscó a su amiga humana y cuando la encontró, se echó a dormir junto a ella.
A las 4 de la mañana Lara pudo intentar dormir. Las emociones surgidas durante el día la había agotado, por lo que se daría la licencia de dormir hasta decir basta. Por fin podría dormir sin preocupaciones y con fe en lo que sucedería al siguiente día. Por fin Courtney y ella estaban juntas.
Hola a todos y perdón por retrasarme con este capítulo, tuve algunos inconvenientes, pero aquí estoy. Si les gustó no olviden votar y dejar sus comentarios. Todavía tengo el sabor amargo en la boca por la derrota de Ash, pero esto no me detiene: Seguiré confiando en él aunque muera en el intento xD
Sin más que agregar, les recuerdo que pronto subiré un nuevo fanfic sobre Dawn y este tendrá mucho Amourshipping también.
Nos leemos en el siguiente capítulo...
Sayonara :)