Decisión Incorrecta - Camren

By Bagacr

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Camila amaba a Lauren más que su vida y hablarle con la verdad era su principal prioridad. Por otra parte Cam... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capítulo 14
capítulo 15
capítulo 16
capítulo 17
capítulo 18
capítulo 19
capítulo 20
capítulo 21
capítulo 22
capítulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capítulo 26
capitulo 27
capítulo 28
capítulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capítulo 32
capítulo final
Epílogo
Aviso...
Lo último
Aviso

Capitulo 13

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By Bagacr


Los días pasaban, podría decir meses desde que soy novia de Camila, tres meses para ser exactos. No pensé que alguien vendría a cambiar mi vida, todo aquello que hacia mal y visto por mis padres ahora ya no estaban, por la siempre razón de que no quería ver triste o decepcionada a Camila. Ya no tomaba en la forma en que lo hacía en las fiestas hasta perder la conciencia, me aleje del cigarro ya que a ella no le gustaba el olor que quedaba en mi ropa y por esa razón no me abrazaba, ya no quería eso así que no me iba a arriesgar a que sucediera otra vez.

Desde mi primer beso con Camila no he estado en la intimidad con alguien más, lo cual era raro ya que si no estaba en una semana con Alexa buscaba a otra, así de fácil. No negare que he recibido mensajes constantemente de chicas ofreciéndome lo que quería ya que toda la escuela se enteró de mi rompimiento con Alexa y mi relación con Camila.

Desde entonces trato de hacer las tareas y trabajos que me piden aunque no quiera hacerlo ya que cada que lo entregaba en clase recibía como premio un beso de Camila.

Camila me contó un par de veces que aun la molestaban diciéndole que era poca cosa para estar conmigo lo cual hacia que se sintiera mal. Siempre le recordaba las razones por las cuales ahora me encuentro con ella y no con otra. Que simplemente ella tenía todo, que tengo mucha suerte ya que viene en paquete completo.

Le pedí que cada que le dijeran ese tipo de cosas me lo haga saber para qué juntas enfrentemos a esa persona pero no era necesario ya que con el tiempo ella misma lograba callarles la boca, sinceramente no sabía lo que les contestaba ya que no quería contarme, pero lograba alejarlas de mí y de ella. Por algo tengo a la mejor novia del mundo.

Habíamos decidido que yo pasaría por ella para ir a clases, no me gustaba que fuera sola y tampoco que molestara a las chicas o a su papá, soy su novia y tengo el deber de cuidar de ella y protegerla.

Me molestaba que la miraran en la calle o le lanzaran piropos, solamente yo podía hacerlo, además la vería temprano y pasaría más tiempo a su lado aunque sea unos minutos.

En ocasiones me invitaba a comer junto a sus padres lo cual me hacía sentir nerviosa y más aún cuando me comento que ya les había dicho de nuestra relación. Ellos lo aceptaron ya que lo único que les importaba era la felicidad de su hija y si era con una mujer no importaba porque lo único que querían era verla sonreír pero cada que subíamos a su cuarto pedían que dejáramos la puerta abierta. Camila se sonrojaba y yo solo aceptaba, tenía que ganarme a mis suegros.

Por otro lado a mis padres les encantó la idea de que Camila ahora es mi novia, prácticamente la adoraban ya que con ella he cambiado mucho, mi actitud ya no era la misma y eso les agradaba.


Recuerdo el día que les comente sobre mi relación con Camila, ellos se alegraron y por un momento pensé que la rechazarían como lo han hecho anteriormente y más con Alexa pero al contrario, todo fue como yo lo esperaba y hasta mas, era como si ya me hubiera casado y les diera la noticia de que pronto serian abuelos. Estábamos todos en un restaurante y cuando les comente se pusieron a gritar de la emoción, mis hermanos eran los más felices ya que adoraban a mi novia.

Les conté la forma en la cual le había pedido a Camila ser mi novia sin dar muchos detalles, todos estaban muy atentos a mis palabras y sin interrumpir cosa que siempre hacían. Desde ese momento la adoraban más, siempre me pedían que la invitara a casa, a veces ayudaba a mi madre con la comida y se encerraban en la cocina con sus largas platicas, de seguro le contaba a mi novia de cuando era pequeña porque se reían, Camila ya sabía muy bien cuales eran mi comidas preferidas y las que no, me gustaba eso de ella siempre tan atenta.

Al contrario que sus padres los míos nos dejaban tener privacidad sin pedir que dejáramos la puerta abierta, lo cual nos beneficiaba ya que en ocasiones teníamos nuestra sesiones de besos.

Cada que salía con Camila trataba de ser lo más detallista y romántica con ella, quería sorprenderla todos los días más sin embargo no sabía cómo. Siempre hablaba con Troy y Lucy para que me dieran clases de cómo ser detallista, ellos se burlaban de mí pero yo lo hacía por mi novia.

En ocasiones le regalaba una rosa, no entendía porque muchos regalaban ramos o las llenaban de estas, a veces quería hacer eso disculpándome con ella por no darle miles de rosas, Camila siempre negaba y decía que una rosa la hacía más feliz porque se lo daba de corazón y no por hacer algo que todos hacer por siempre costumbre.

Cada que estábamos en mi habitación nos acostábamos en la cama y pasábamos horas platicando a menos que nos estuviéramos besando, Camila tenía la manía de recostarse en mi pecho y jugar con el dobladillo de mi camiseta, yo siempre dejaba pequeños besos en su cabeza que la hacían suspirar.

* * * * *


Estábamos en mi habitación acostadas en la cama perdiéndome en su aroma.

- Amor. – escuche la voz de Camila.

- ¿Qué paso?

- Te estoy hablando y no me contestas – se levantó de mi pecho y me miro - ¿En qué piensas?

- ¿Quieres que te diga la verdad? – pregunte mientras acomodaba un mecho de su cabello detrás de su oreja.

- Si.

- Estaba pensando en ti y en lo feliz que le haces. – una sonrisa apareció en su rostro y un rubor se apodero de su mejilla.

- Te quiero tonta.

- Yo te quiero mucho más, no sabes cuánto.

Acorto la distancia que nos separaba y me beso mientras subía a mi cuerpo para poder tener una mejor facilidad al hacerlo.

El beso poco a poco fue subiendo de intensidad, y ya era uno tierno si no uno apasionado donde me dejaba saborear su lengua. Acaricie su espalda y sentí como se quería separar de mí pero no la deje, me acerque a su odio.

- Relájate bebe. – susurre.

Nuestros ojos se encontraron y yo le regale una sonrisa demostrándole confianza y que se dejara llevar, el cual ella correspondió de la misma manera.

Volví a sus labios para saborear cada parte de ella.

De un momento a otro gire en la cama ahora quedando sobre ella lo cual hizo que se sorprendiera pero solo reiremos.

Nuestras bocas no se separaban y nuestras lenguas se abrazaban sin querer soltarse, tome el valor y termine el beso para bajar y dejar besos húmedos en su mandíbula. Su respiración cada vez se agitaba mas, poco a poco baje a su cuello y me deguste de la mejor forma probando cada parte de la zona sin dejar nada por besar. Escuche pequeños gemidos de Camila lo cual hizo que me comenzara a excitar y querer probarla por completo.

Decidí separar su blusa de su hombro y deslizarlo un poco, para comenzar a besar y morder esa región.

- Lauren – escuche su voz pero no le hice caso – Lauren – estaba más perdida por mi placer que por la incomodidad de Camila – Lauren.

- Tranquila bebe, relájate – dije sin quitar mi boca de su piel y con mi mano acariciar su costado el cual sentí que comenzó a tensarse. - Me acerque a su oído y mordí el lóbulo de su oreja.

- Te quiero.

Me separe de ella y la vi fijamente, nuestro ojos se encontraron y le regale una sonrisa la cual me correspondió. Deje un beso en su frente y me baje de ella para acercarla a mí y se recostara en mi pecho para comenzar con nuestra plática.

No pude quitar de mi mente que no me importo lo que pensara y sintiera, ya que me encontraba excitada y moría por estar con ella, el no estar con una mujer por meses me mataba. Estuve a punto de forzarla pero con ella no soy así, sentí lo incomoda que estaba así que decidí dejarlo ahí, en algún momento pasara y será porque ella lo decidió así.

* * * * * 



Sabia que era sábado y no había clases, como de costumbre me levante tarde, siempre me costaba abrir los ojos y con calma lo hacía. Ya que estaba acostada boca arriba, al abrir los ojos me di cuenta de la cantidad de globos que colgaban del techo, me sorprendí ya que eso no estaba antes de que yo me durmiera. Al girarme pude percatarme de todos los papeles que estaban en la pared y en todo el cuarto. Al hacer una revisión me di cuenta que alguien más estaba en mi recamara junto a la puerta, cuando fije mi vista la vi, con una gran sonrisa y una bandeja entre las manos, se veía preciosa.

- Feliz cumpleaños mi amor. –dijo sin borrar la sonrisa mientras dejaba la bandeja en el escritorio y se sentaba en la cama para inclinarse y darme un beso – Ahora ya tienes veinte – volvió a besarme pero esta vez lento sin querer separarse, rodee su cintura y la pegue más a mí – Ya estás muy vieja.

- Mira quien habla si solo te llevo un año. – ambas reímos, como no enamorarme de esta mujer.

- Siéntate – se levantó de la cama y fue al escritorio por la bandeja y volvió quedando frente a mí frunciendo el ceño ya que no e había hecho caso – Amor, siéntate, te prepare el desayuno. – con ese amor quien no le haría caso, me recargue en el cabecero con una sonrisa – me gusta que me obedezcas.

- Me gusta que me mandes – hable con una pizca de coqueteo – y más si es en la cama.

Las mejillas de Camila se sonrojaron y me encanto verla así por la insinuación que le hice.

- Lauren – me regaño pero ambas reímos.

Estaba sentada con la espalda en el cabecero de la cama y Camila frente a mí con la bandeja en las piernas mientras ella me daba de desayunar. Me encantaba esa faceta, Camila a lo mejor no lo sabe pero ya dependo de ella, incluso hasta para comer.

Ella me daba la fruta y el pan en la boca, hablábamos de cualquier cosa mientras acariciaba su rodilla.

- ¿Y mis padres? – pregunte rompiendo el silencio.

- Salieron.

- ¿Y cómo entraste?

- Llegue antes de que ellos salieran.

Después de desayunar volvió a poner la bandeja en el escritorio y ahora subió a la cama quedando frente a mí con las piernas a cada lado mío, comenzamos a besarnos. Sabia a piña y fresa, lo cual hizo que no quisiera dejar de probarla.

Luego de varios minutos de nuestra sesión de besos nos acostamos, Camila recargó su cabeza en mi pecho, rodee su cuerpo y nuestras piernas se enredaron, estar de esta manera me hacía sentir tranquila, pasaron varios minutos de solamente puras caricias.

No supe como pero en ese instante ambas quedamos dormidas sin dejar de soltarnos.

Después de lo que parecía un par de horas comencé a sentir muchos besos en todo mi rostro, no pude ocultar una sonrisa ya que sabía muy bien a quien pertenecía esos labios.

- Amor despierta – susurro en mi odio.

- Un minuto más – logre decir y me aferre a su cintura para que no se alejara.

- No, nada de un minuto más, aun no acaba la sorpresa y te debes de arreglar. – se separó de mí y quito la sabana de mi cuerpo – Para cuando suba quiero que ya estés arreglada, iré a dejar esto a la cocina.

Vi como tomaba la bandeja y salió del cuarto, no me quedaba de otra más que obedecer, como pude me metí al baño y darme una ducha. Después de lo que fueron minutos salí y para colocarme la ropa, vi como había unos pantalones y una camiseta negra en la cama junto con mi chaqueta, era obvio que Camila quería que me vistiera así ya que yo no lo había puesto ahí, tenía que cumplir su capricho así que me lo coloque.

Justo cuando acababa de ponerme la chaqueta Camila entro al cuarto y sonrió al verme.

- ¿Sabías que así te ves sexy? – dijo mientras se acercaba y rodeaba mi cintura colocando sus brazos bajo mi chaqueta. Tome sus mejillas y la bese.

- No sabía que te parecía sexy – mordí su labio – pero a partir de ahora así me vestiré para complacerte.

- Eso me parece perfecto – se separó de mí y me tomo de la mano – es hora de irnos.

Salimos de mi casa y me dirigí al lugar donde Camila me dijo, en el transcurso cantamos, reímos y en muchas ocasiones nos besamos. Al llegar al restaurante entramos tomadas de la mano, mi sorpresa fue ver a mi familia, la de Camila y mis amigos ahí. Al acercarnos cada uno comenzó a abrasarme y felicitarme.

Estábamos en la mesa comiendo pastel que minutos atrás habían traído, mis padres y los de Camila platicaban, mis hermanos y Sofí jugaban, y mis amigos platicaban con nosotras. Dinah, Normani, Ally, Troy, Lucy y James, eso que ahora consideraba amigos.

Los padres de Camila tuvieron que irse ya que visitarían a un familiar, prometí que cuidaría a Camila los cuales aceptaron en que se quedara.

Después de minutos mis padres se pusieron de pie para retirarse no sin antes despedirse y comunicarme que tendrían que viajar por unos asuntos de negocio, que se irían todos y la casa quedara sola para mí. Antes de irse me guiño el ojo al decirme que lo disfrute. Ya sabía por dónde iba todo eso y solo reí.

- Bebe.

- ¿Qué paso amor? – Camila se giró para prestarme atención.

- ¿Quieres dormir hoy conmigo? – no vi ninguna expresión en su rostro – quiero abrazarte.

Después de lo que fueron siglos para mí, acepto mi propuesta y bese su mejilla.

Luego de ponernos de acuerdo a donde ir, quedamos en ir a un antro, Camila no parecía muy feliz con la propuesta pero por ser mi cumpleaños acepto. Por más que le decía que no me importaba que no fuéramos si ella no se sentía cómoda, pero lo único que me dijo era que quería pasarla bien con su novia, claro esa era yo.

Salimos del restaurante y llegamos al lugar, la música se escuchaba por todos lados, estaba lleno de personas pero como ya me conocen no hubo necesidad de esperar para entrar, cada quien iba con su pareja, excepto Dinah y Normani que no se soltaban.

- ¿Lauren? – escuche una voz conocida en mi espalda y gire.

- Keana, tiempo sin verte – ambas sonreímos y me acerque para saludarla, lo cual al instante me abrazo sin soltarme y darme un beso en la mejilla.

- Feliz cumpleaños idiota – decía entre cada beso para luego soltarme - ¿Por qué no me avisaste que vendrías? Pudimos haber organizado algo con los chicos.

- Al final decidimos venir aquí. – tome la mano de Camila la cual no dejaba de mirar a Keana – te presento a mi novia Camila, bebe te presento a Keana una amiga.

- Mucho gusto – le sonrió Keana para saludarla de beso – así que tú eres la famosa Camila, la cual Lauren no deja de hablar. – mis mejillas quemaban y Camila me miraba con una gran sonrisa. – Te felicito, lograste lo imposible.

- ¿Lo imposible? – pregunto Camila.

- Si, eres la única que logra enamorar a Lauren Jauregui, nunca antes alguien lo había hecho así que tú eres la ganadora y también la más envidiada, todas mueren por esos huesos – Keana me señalo.

- ¿Tú también mueres por ella? – Camila le pregunto, cualquiera podría notar sus celos aunque estuviera a kilómetros de distancia.

- Tranquila querida, solo considero a Lauren como una amiga. No tienes por qué preocuparte. – en ese instante Keana se alejó de nosotras y abrace a Camila dejando un beso en sus labios.

- ¿Celosa? – pregunte sin dejar de besar su mejilla.

- Claro que no.

- ¿Segura? – no pude ocultar una sonrisa al ver su molestia.

- No me gusta que se te acerquen y pensé que venía a coquetear como todas.

- Descuida bebe, es solo una amiga.

- Me lo prometes – esa mirada de súplica se me hizo tan tierna que me la quería comer a besos.

- Te lo prometo.


- Lauren por aquí – escuche el grito de keana, al mirarla me señalo una mesas donde se encontraban otros amigos.

Tome la mano de Camila y les indique a los demás que me siguiera, les presente a Camila y a cada uno de los que venía conmigo, todos me felicitaron y comenzamos a tomar, evite tomar mucho ya que no quería incomodar a Camila. Fuimos a bailar, Zac y Jef sacaron a bailar a Dinah y Normani ahora todos tenían pareja.

Pasamos un buen tiempo bailando y en ocasiones todos se acercaban para bailar juntos. Keana comenzó a bailarme por atrás, Camila se dio cuenta y en ese instante la empujo y se pego a mí sin dejar de verla con el ceño fruncido, Keana no hizo nada ya que estaba muy tomada.

Fuimos a la mesa por unas bebidas y platicaba un rato, Camila estaba sentada a mi lado con las manos entrelazadas, parecía incomoda.

- Bebe – susurre en su oído.

- ¿Qué pasa? – acaricio mi mejilla.

- ¿Te quieres ir? – paso unos segundos en contestar mientras se mordía el labio.

- ¿Te molestaría? – pregunto apenada.

- Claro que no – me puse de pie y le extendí la mano – Vámonos.

Nos despedimos de todos, a pesar de que insistían que no nos fuéramos no lo lograron.



Llegamos a mi casa y subimos al cuarto. Yo me encontraba un poco tomada pero trate de disimularlo, en todo el camino no dejaba de ver las piernas de Camila ya que llevaba una falda que me hacía imaginar las miles de cosas que podría hacer con ella.

Sin pensarlo comencé a besarla sujetándola de la cintura, camine con ella hasta llegar a la cama. Con cuidado la recosté en esta y me subí en ella para seguir con nuestros besos que cada vez subían de tono.

Comencé a besar su cuello, pequeños suspiros escuchaba de Camila, me retire de ella para quitarme la camiseta, vi sorpresa en su rostro y le regale una sonrisa para que se tranquilizara, volví a juntar nuestros labios para seguir con el beso. Lentamente fui subiendo su blusa lo cual entendió y se separó un poco de la cama para que pudiera quitársela.

Al ver su cuerpo semidesnudo no pude controlar mis hormonas y comencé a besar su cuello, mordiéndolo y chupándolo a mi antojo, me coloque entre sus piernas y comencé a acariciar su muslo desnudo sin dejar de besar su cuello, su mano sujetaba mi cuello y con la otra acariciaba mi espalda.

Como pude logre quitar su falda y lo aventé lejos para así quedara en ropa interior, verla así me excito más, solo faltaba dos prendar por despojar y Camila se vería tan perfecta.

Bese su clavícula y fui bajando poco a poco, sus leves gemidos podía escuchar y al alzar la vista la vi con los ojos cerrados y mordiéndose el labio, dios me quería morir con esa imagen, sabía que nunca lo olvidaría.

Comencé a besar el contorno de sus pechos sin pasar la barrera de su sujetador, con mi mano comencé a sobar el otro, no eran grande ni pequeños, eran de un tamaño perfecto. Camila no dejaba de acariciar mi cuello mientras mis besos húmedos bajaban por su abdomen, la besaba y con ambas manos la acariciaba, quería grabar en mi memoría cada parte de ella, desde la punta de sus pies hasta el último cabello.

Estaba a centímetros del lugar que moría por probar, quería tener su sabor en mí, quería ser la única en saborearla.

Comencé a deslizar sus bragas.

- Lauren – la escuche con miedo, vi sus ojos muy abierto y pude ver que suplicaba que parara, quedamos en esa posición por segundos, no tenía ninguna expresión en mi rostro y ella me rogaba con sus ojos, volví en sí y me acerque a ella dejando un beso largo en su frente. – lo siento. – escuche que dijo con la voz apagada.

- ¿Por qué? – pregunte acariciando sus mejillas.

- Por no darte lo que quieres, me muero por estar contigo – dijo apenada – pero aun no me siento preparada.

No podía creer lo que me decía, quería complacerme pero yo también quería complacerla y sabía que era cuestión de tiempo para que Camila tomara confianza. Le sonreí.

- Poco a poco bebe. – susurre en su oído y deje un beso en su cuello – Eres perfecta ¿Sabias?

Ambas reímos y Camila me regalo un pequeño beso en los labios, permanecimos así por un largo tiempo sin mover los labios y riendo.

Comencé a hacerle cosquillas y ella gritaba que parara. Me gustaba como podíamos cambiar de un momento incomodo a uno perfecto.

Me puse de pie.

- Te puedes cambiar en el baño si gustas. – le regale una sonrisa y se levantó de la cama para dirigirse al baño no sin antes darme un beso.

Quite el sujetador y los pantalones para ponerme una playera grande y entrar a la cama a esperar a Camila la cual salió segundo después, corrió y se aventó a la cama sobre mí dejando todo su pesor lo cual me hizo jadear.

Después de meterse bajo las sabanas conmigo seguimos con nuestra típica sesión de besos y palabras bonitas.



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