The Wolves (WESTERWOOD #1)

By halseymxtel

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"Ella no es una chica normal, ni de cerca. Es un lobo y no uno cualquiera. Es una de las guardianas." Primer... More

The Wolves
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3 (1/2)
Capítulo 3 (2/2)
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8 (1/3)
Capítulo 8 (2/3)
Capítulo 8 (3/3)
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31 (1/3)
Capítulo 31 (2/3)
Capítulo 31 (3/3)
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Epílogo
Nota
THE HUNTERS

Capítulo 13

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By halseymxtel

- ¡Demonios! - Grite enfurecido.

Me encontraba en el patio trasero de la gran casa de George. Hace un tiempo ya, al venir continuamente a este lugar, descubrí un escondido camino entre los arboles que desembocaba a un pequeño lago artificial. Cuando le pregunte a George sobre esto, me dijo que su madre desde hace ya años tenia el anhelo de tener un lindo lugar para ella sola decorado con hermosas platas y con un paisaje digno de admirar. La idea surgió luego de que regresara de un viaje de trabajo que tuvo en Japón desde que regreso no dejaba de lamentarse el hecho de que no existieran jardines como los de allí. Así que el padre de George, el cual era un hombre humilde teniendo en cuenta la gran cantidad de dinero que tenia, complació los deseos de su amada esposa creando este lugar un poco lejos de la casa.

Debía admitir que era realmente hermoso. Se encontraba decorada con extravagantes flores que te cegaban con su belleza, había un pequeño mirador el cual era de madera blanca y alrededor del lago artificial, se encontraban algún que otro banco para admirar a los coloridos peces que se encontraban dentro del el. Era simplemente un lugar magnifico.

¿Y qué hacia yo aquí? Pues necesitaba alejarme un poco de ambiente de la fiesta. Realmente debía recibirme como idiota del año por besar a Susan. Y no lo digo porque me interesaran sus sentimientos, en realidad no mi importaban en lo mas mínimo. Mis pensamientos solo eran dirigidos a la única persona que se adueño de ellos en toda la semana. Se que a Phoenix no le interesaría aquel beso, pero al separarme de la rubia y no verla allí prendió una señal de alarma por todo mi cuerpo y se intensificaron al ver que el maldito chico se había ido con ella.

Golpe el árbol que se encontraba junto a mi y apoye mi frente en el. Tenia una gran necesidad de sacarme a Phoenix de la cabeza.

Los ruidos de los arbustos moviéndose bruscamente provocaron que saliera de mi debate interno y me escondiera detrás del gran tronco. Un minuto después aproximadamente, a una esquina de donde me encontraba una figura surgió de los arbustos, desde aquí note por su cuerpo que era una chica y la tenue luz de las farolas que se encontraban al rededor del lago me dejo ver el perfil de su cara dejando expuesta la identidad de la persona frente a mi. La persona que se había adueñado de mis pensamientos, la única que había logrado dar vuelta mi mundo en tan poco tiempo y poner en duda hasta mi propia existencia.

Iba a salir de mi escondite para acercarme a ella y aclarar todo de una maldita vez, pero otra figura surgió del mismo lugar por el que ella había llegado logrando que me detuvieran.

- ¡Phoenix! - Exclamo una voz ronca caminando rápidamente hacia ella y tomándola del brazo. - ¿Qué demonios ha sido eso?¡Estas malditamente loca!

- Zane ¡suéltame! - Dijo ella exaltada.

Mis manos se convirtieron en puños al ver que el no la soltaba y apretaba mas su agarre sobre ella.

- ¡No! Primero, dime que ha sucedido allí. - La acerco mas a si mismo dando un tirón.

- ¡Déjame tranquila! - Pero al parecer ella misma no sabia el significado de esas palabras porque al instante se derrumbo sobre él y al notar como su cuerpo empezaba a dar pequeñas sacudidas en señal de que se encontraba llorando, mi enojo fue dejado de lado y fue remplazado con preocupación y confusión.

Debía admitir que Phoenix no parecía el tipo de chica que llorara. Sino, la que rompería tu corazón sin dudarlo dos veces.

- Oye, Phoe... - El ahora conocido como Zane le acaricio la espalda tiernamente.

La tomo entre sus brazos y se sentó en el suelo con ella en su regazo. Me oculte un poco mas detrás del árbol ya que Phoenix tenia una amplia vista de donde me encontraba. Pro sabia, que su mente estaba en cualquier otro lado que en su perímetro.

- Yo.. - Empezó a decir con voz quebrada para luego hipar a causa de las lagrimas. - Ha dolido como mil flechas Ignis, Zane.

¿Flechas Ignis? ¿A caso era una nueva expresión respecto al dolor que no había escuchado mencionar? Luego buscaría sobe ello.

- ¿A qué te refieres? - Pregunto el chico calmadamente.

- ¡Sabes a que me refiero! ¡La ha besado frente a mis narices! ¡Realmente lo he perdido! - Luego de esas palabras escondió se cara en el pecho del chico mientras sollozaba silenciosamente.

Esperen.

¿Quién beso a quien frente a sus narices? ¿Se refiere a mi? ¿Le gusto a Phoenix?

Mi parte racional dice que debe estar hablando de cualquier otro chico que se encontraba allí. Cabe destacar que Phoenix tuvo una vida antes de llegar a este pueblo, y como ya conocía a Mia quizás un viejo amor también se encontraba allí. Y también explicaría que su desaparición hace unos días atrás no haya sido por aquella escusa barata de "soy nueva".

Pero la otra parte mía, la pequeña esperanza, trata de convencerme de que quien habla es de mi y de que se ha puesto así por haber besado a Susan. La pequeña sonrisa que se empieza a formar en mis labios se desvanece rápidamente al ver en el estado en que esta, llorando y en los brazos de un chico que no soy yo, y un sentimiento de desesperación me abruma completamente.

No quiero lastimarla.

- ¿Lo sigues amando? ¿Después de siglos? - Zane interrumpió el silencio acompañado por las lagrimas de la chica de cabello castaño.

Un aire tenso se empezó a sentir en el ambiente. Y he caído en cuenta que aunque ya no entendía nada de esta conversación, yo también esperaba su respuesta.

Phoenix soltó un suspiro.

- Yo... Nunca podre dejar de amarlo, Zane.

Sus ojos. Aquella mirada que usualmente era decidida y confianza era actualmente una llena de sinceridad y amor. ¿Pues como yo sabia que era de aquella manera? Esos lagos color cielo se encontraban posados en la oscuridad que me ocultaba. Se encontraban posados en los míos, como si quisiera decirme algo. Ellos me rogaban que entendiera... que recordara. Y sentí como si un golpe en el pecho me hubiera parado el corazón, como si el tiempo se hubiera detenido por completo. Mis ojos se nublaron y me llevaron a un lugar que no reconocía totalmente. Voces, empezaron a capturar todos mis sentidos. Y por ultimo, una imagen logro llamar mi atención.

- Nunca nos dejaran tranquilos, William. - Esos grandes ojos me observaban con un gran temor navegando en ellos.

- Nada lograra que me aleje de ti. - Las palabras salieron de mi boca sin que las controlara. Era yo quien se encontraba allí pero no quien hablaba.

- ¡Han matado a dos de los tuyos! ¡Por nuestra culpa! - Se alejo de mi lo suficiente para que pudiera admirarla completamente.

Llevaba puesto un vestido del estilo del sigo XIX, era de un color verde que hacia resaltar su blanca piel. Su cabello ¡Oh, su cabello! se encontraba en cascadas onduladas sobre su pecho. ¡Era como una diosa! Su pequeña nariz, sus grandes ojos azules y sus labios rojos la hacían ver de fantasía. No podía creer que una mujer como ella sea real, que se encontrara frente a mi y que dentro de mi ser, supiera que era totalmente mía.

Un destello en su mano izquierda llamo mi atención, un anillo se encontraba en su dedo anular. Un sentimiento de posesión hacia aquel objeto afloró, entendí que aquel anillo era mio. Sentí el anhelo de tomarla de la mano y así lo hice. Se encontraba lastimados, con casi invisibles cicatrices blancas en ellas.

- Willow. - Le acaricie sus rosadas mejillas. - Nada lograra que me aleje de ti. Tanto sentimental como físicamente. Tu sangre me llama y tu belleza me enamora.

Note como trataba de aguantar una pequeña sonrisa y fracaso totalmente.

- ¿Sabes? Tu sonrisa no se compara a nada que haya visto en el cielo.

Esperen ¿dijo cielo?¿Qué es esto?

Me observo entre sus pestañas para luego soltar un leve suspiro.

- Debo irme, William. - Soltó mi mano a regañadientes y regalándome una de sus sonrisas se marcho dándome la espalda.

- ¡Willow! - La llame sin moverme de mi lugar.

Se da vuelta lentamente dándome a entender que tengo su atención.

- Hasta luego, Alpha. - Le dije con una sonrisa burlona.

Negó con a cabeza divertida.

- Hasta luego, Angel. - Sus ojos brillaron al llamarme de esa manera.

Algo en el se me hizo familiar.

Sentí como mis ojos se abrían grandemente cuando su figura desaparecía entre los arboles del bosque.

- ¡Phoenix! - Grité, pero ya no me encontraba dentro de aquella rara visión, sino en la vida real. Con Phoenix lejos de mi mirándome con ojos abiertos y alarmados, mientras su compañero me veía ferozmente.

Sin mas salí corriendo. Escapando de allí. Huyendo del sentimiento de recuerdos reviviendo de entre las cenizas.



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