Capítulo 31 (3/3)

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El patio trasero de Westerwood Palace era muy alagado por su hermosa jardinería. Podías encontrar arbustos con varías formas muy extravagantes, y conjuntos de flores que eran hermosas a simple vista. Había varios caminos en la que el color de ellas variaba según a donde te llevara. 

Me encontraba caminando justamente a uno que llevaba al bello mirador que tenía una bella panorámica de todo el pueblo. Ya que el salón se encontraba sobre un risco del cual, salia una leve cascada.  Había pedido especialmente al servicio que decoraran este lugar con luces. Lo cual al llegar, note que lo tomaron realmente enserio.

La plataforma se encontraba totalmente iluminado lamparitas por todo el barandal. No sin evitar, los detalles navideños que esta fecha trae consigo. Lo cual no pude evitar reír a ver muérdago allí.

- ¡Oh mi Dios! - La voz de Phoenix sonó ahogada por la sorpresa.

Apartó su mano de la mía y se dirigió al mirador. Sin apartar su mirada de las luces de el pueblo, se acerco a la barandilla asomándose.

La escena frente a mi me dejo sin aire. Una hermosa chica de vestido rojo, admirando el espacio frente a ella, mientras la suave balada en la fiesta llegaba hasta este lugar. Las luces resaltaban su figura, dándole el aspecto celestial. Estos al mismo tiempo provocaban que la pedrería de la falda destellara nuevamente, con ese aspecto de fuego en el. 

Parecía un verdadero Fénix.

Tragué fuertemente comprendiendo al fin la impotencia de esta chica. Únicamente no era alguien segura de si misma, lo que era es la responsable de ese aspecto. Un lobo con mas de un siglo vivo, en especial una Guardiana. Todavía no entendía lo que traía el ser una de ellas, pero sabía que se era una mas poderosa que cualquiera. No conocía toda su historia, el como se transformo en esto y por que razón el cielo la detestaba tanto. Pero no había apuro alguno, la tenía a ella. Total y completamente solo para mi.

Una repentina excitación me invadió al recordar la caja en mi bolsillo. Por lo que sin dar rodeo alguno, me uní a ella. Al acomodare a su lado, no aparto la mirada del panorama.

- A pesar de los años que he vivido. Me sigue sorprendiendo la creación humana ¿sabes? - Hablo de manera melancólica. - Ví el progreso de esta raza. Y he llegado a la conclusión que si ellos no ven algo, no es porque no pueden, sino porque no lo intentan. Hemos estado en este mundo demasiado tiempo, y lo único que han hecho es llamar loco al que nos descubrió. Pero no es locura, es una verdad que no son capaces de creer. - Divagó con la mirada. - Creer es fe. Fe es vivir. Su vida se basa en la fe que tienen en si mismos, en el mundo en el que viven e incluso a un Dios que te puedo asegurar que existe. - Rio sin gracia. - He cometido un error enorme en mi vida, Dylan. No me arrepiento de eso. - Sus ojos finalmente se posaron en mi. - Porque mi pecado fue enamorarme. Y empeoro cuando esa persona me correspondió. Pero ya sabes que dicen, cuando pruebas del fruto prohibido no puedes dejarlo ir.

- ¿De que hablas? - La curiosidad me gano.

- Te conté el como te conocí . - Se detuvo un momento. - Bueno, a William. O ese es el nombre que adopto al caer a la tierra. Dicen, que los ángeles caídos se convierten en demonios. Pero él no. En todo caso fue enviado del cielo mismo para que acabara con un gran peligro que estaba acosando a los amados hijos de Dios. - Me explico. - Una serie de asesinatos, o mejor dicho masacres estaba abordado Londres. Se comentaba que era alguna clase de rito satánico, ya que nadie pensaba la razón por la que alguien llegaría a ser tan cruel. En esa época, muchos campesinos codiciosos hacían esas clases de cosas, pero nunca se había visto tal brutalidad como esta vez. Pero era imposible detener a ese asesino, porque cuando la justicia se encontraba realmente cerca de algo, grandes incendios comenzaban a haber por todos lados. Testigos decían que eran causados por bolas de fuego cayendo del cielo. Muchos pensaban que el apocalipsis estaba por venir. Por lo que la policía dejo de lado el caso ya que al entender lo que sucedía lo clasificaron como alto riesgo. - Sus ojos se cristalizaron. - Fueron tiempos realmente difíciles, pero empeoraron cuando la atención de los pueblerinos frutados se dirigió a una caza furtiva a los lobos de la zona. Era como si todo el mundo se estuviera cayendo abajo. Y fue allí donde el cielo decidió tomar cartas sobre el juego. - Una sonrisa triste tomo su lugar en ella. - Fue entonces cuando William llego. Pero él estuvo totalmente concentrado en buscar al responsable de ese desequilibro que no se dio cuenta que estaba dejando sin protección a su corazón. Desde el momento que lo saque del lago y lo lleve a un lugar seguro, lo visite noche tras noche. Le llevaba abrigo y ropa limpia, ya que el invierno era realmente crudo en esa época. Eso pareció darle cierta confianza respecto a mi. 

The Wolves (WESTERWOOD #1)Where stories live. Discover now