Capítulo 2

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-¿Vas a estar así todo el día? - Murmuro Sydney, mordiendo el lóbulo demi oreja.

Sydney era una de las chicas más populares de la escuela. Digamos que ser la capitana de las animadoras le daba ese titulo, y también ser la hija única de una de las familias mas ricas del pueblo.

Westerwood, era un pueblo el cual ni se encontraba en el mapa. Se lo denomina un lugar tranquilo y muy familiar. Su naturaleza es hermosa y digamos que el bosque era su lugar mas destacado con sus sendas para caminar y los árboles mas verdes que encontraras en todos los Estados Unidos. Algunas familias adineradas vivían en sus grandes mansiones aquí por esas razones y muchas otras. Digamos que apartaban a sus hijos de los retos que les podrían dar las grandes ciudades, y al ser un pueblo pequeño todos se conocían entre sí, era como tenernos vigilados en la prisión. Somos cuatro familias millonarias, y digo somos por que la mía se encuentra en el tope de la lista seguidos por los Millers, luego los Willimers (la familia de Sydney) y por último los Gregories.

-Vaya que es idiota. - Se escucho decir a alguien frente a nosotros.

Sydney quitó su atención de mi para fulminar con la mirada a la persona propietaria de esa voz. Todos sabíamos que era una chica que lograba intimidar por ser parte de su familia y por su aspecto de miss silicona.

Mia arqueo una ceja desafiante. Creo que era a única chica de esta escuela que se animaba a hablarle como si no fuera la puta ama.

-¿Algún problema, friki? - Le pregunto en tono de superioridad Sydney sentándose sobre mis piernas.

-Wow. - Exclamó con fingido daño Mia. - ¿No se te ha ocurrido algo mejor, pechos operados?

Una ronda de risas se escucho por nuestra mesa. El equipo de lacrosse eran nuestros compañeros de almuerzo, ya que la mayoría de ellos no eran arrogante y engreídos,  digamos que si sabían como hacer que el agua se te saliera por la nariz de tanto reir y por lo tanto un almuerzo nunca era aburrido con ellos presentes.

-¡Que son naturales! - Chillo la pelirroja.

-Ni tu te la crees esa, Syd. - Dijo mi mejor amigo Houston robandole una papa de su bandeja a Mia.

-¡Diles que no lo son Dylan! - Chillo mas fuerte mirándome.

Se hizo un silencio por toda la cafetería, supongo, que todos estarán atentos a la escena que esta sucediendo.

A lo largo de los años, la gente había desarrollado una especie de respeto hacia mi persona por mi dinero, pero luego de lo de Emily mi personalidad había cambiado haciendo de mi una persona mas fría y dura aunque no lo pareciera. Las personas me tenían miedo por una razón desconocida, a tal punto de que se apartaban de mi camino en los pasillos para dejarme pasar. No me quejaba, pero me daba gracia que me tuvieran como una especie de chico malo o algo por el estilo. Pero al parecer lo único que necesitabas para conseguir chicas aquí era dinero, atractivo y una actitud distante. Agregando que mi heterocromía lograba captar su atención. Me había funcionado bien los últimos años.

- Cariño. - La tome por la barbilla acercándome a sus labios rozándolos con los míos al hablar. - No me pidas que les mienta a mis mejores amigos.

Me miró enojada para luego levantarse de mis piernas rápidamente. Lo sé, era un maldito idiota. Pero ella se me había ofrecido y desde el principio le dije que su pequeño cerebro no imaginara cosas que no iban a suceder. El compromiso no iba conmigo.

-No se te ocurra hablarme nunca en tu vida, Harris. - Dijo en tono amenazador mencionando mi apellido.

-No pensaba hacerlo... - Le di una sonrisa divertida. - Pechos operados. - Me burlé observándola malvadamente.

The Wolves (WESTERWOOD #1)Where stories live. Discover now