Breaking Down ✧ SR. » II «

By -CMRollins

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• E D I T A N D O • -... Siempre recordaré que soy tuyo -me miró a los ojos-. Y si tu mueres, yo mue... More

ADVERTENCIA.
Una vez más.
Familia.
Eres mi mujer.
Evelyn Fisher.
Karma.
Desliz.
Evelyn y yo.
¡Te lo advertí!
Mantengan la calma, Violett Hardy está aquí.
Woo! v/s Oh, Yeah!
Cállate y escúchame, idiota.
No te vayas.
"Papi"
Ambrose.
Nueve meses.
Padre.
¡Te metiste con mi esposo!
"Con amor" I.
"Con amor" II.
Galina.
Allen.
Violett, por favor.
¿Recuerdas cuando yo...
Sunshine.
Amo esta familia.
Yin y Yang.
Todo comenzó cuando...
Pequeña mano.
Bicolor.
Suerte, AJ.
...Y si tú mueres, yo muero contigo.
Apple.
Estoy bien.
Es esa chica, ¿no?
Secreto.
"Sweet Baby"
Esta historia jamás debió haber comenzado.
Mami.
Vas a quitarme a mi pareja.
"Why'd you only call me when you're high?"

¿Ya van siete meses? Wow, ¡eso es increíble!

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By -CMRollins

Capitulo 26.

Seis meses después.

Ha pasado tanto tiempo desde que me enteré que estaba embarazada, incluso a estas alturas puedo asegurar que el trabajo que ejerce mi cuerpo es mucho mayor y estresante. La madre de Colby llegó cuando aún tenía dos meses y desde ese entonces no se había marchado, con solo verla se puede saber que ni planes hay para que lo haga. Colby y yo ya hemos perdido la esperanza y mucho más nuestros momentos de "dulzura". Le da vergüenza cada vez que estamos en la cocina o en cualquier zona apartada y trata de ser dulce, pero su madre aparece y el ambiente se pone tenso.

He tratado de verle el lado divertido a las cosas, por mi pequeña Sunshine, pero aquel esfuerzo se perdió hace tres meses. Ahora sólo trato de no estresarme y olvidar las cosas tan rápido como se olvida un sueño todas las mañanas al levantarse.

Agradezco que ella este aquí y me de consejos, incluso estoy segura que he aprendido mucho más de lo que se enseña en clases para las mujeres embarazadas. Aquella mujer había sido un pilar fundamental, no lo voy a negar, pero eso fue hace meses, ahora solo disfruta de nuestra compañía.

—Vi, sacaré un rato a mi madre para que te relajes. ¿Te parece? —Colb preguntó al terminar de vestirse.

—Me encantaría —le sonreí de lado, estaba cansada. Susan no me había dejado dormir bien los últimos días, se había acostumbrado a ver sus series a media noche conmigo.

—Intenta dormir un rato —tomó mi rostro con ambas manos—. No me gusta ver esas ojeras.

—Son las únicas que tengo —sonreí.

—Y aún te queda sentido del humor, eres perfecta —besó mis párpados y salió del cuarto. Escuché como conversaban y luego por fin escuché el cerrar de la puerta.

—Al fin un momento de paz —sonreí extasiada y gateé sobre la cama hasta cubrirme con las mantas—. Te amo, Colb.
Cerré los ojos con la sonrisa aún en los labios y el sueño me llevó más rápido de lo que pensaba.

«Hey Vi, ¿ya van siete meses? Wow, ¡eso es increíble!»

—No molestes ahora, quiero descansar —me giré, como si dándole la espalda funcionara—. Además, Sunshine también necesita un descanso o comenzará a patear mi útero muy pronto.

«Vale, pero cuando lleguen te avisaré.»

—Como quieras —cubrí mi cabeza con las mantas.
Aún así, los últimos meses habían sido increíbles con respecto al trabajo. Había ido a la WWE con Colby y la mayoría de los luchadores habían estado ansiosos por querer que los nueve meses terminaran, varios se habían tomado fotos conmigo o incluso besado mi estómago, Dean ya no era especial y eso le molestaba.
Varios habían sentido como Sunshine se hacía hecho presente y los hacía felices al patear. Evelyn se ponía nerviosa, como si ella tuviese que hacer algo al respecto y a veces me hacía reír.

«Llegaron...»

—¿Qué? ¿tan rápido? —me sorprendí—. ¡Aghhh! —me quejé al sentir como la puerta se abría y una de las dos personas subía las escaleras.

—Lo siento nena, ella quería estar contigo —Colby se sentó a mi lado y acarició mis piernas.

—Iré a casa de Eve —me levanté de la cama y tomé un abrigo, estaba vestida, solo me faltaban los zapatos.

—No, ¿por qué lo harás? —hizo puchero.

—Necesito dormir Colby Lopez y si eso no puedo tenerlo en mi propia casa entonces buscaré donde si pueda hacerlo —amarré mis zapatos—. Si no hubiera sido por lo sucedido con Matt, me hubiera ido a mi antigua casa.

—No te estreses...

—En realidad tú no entiendes ¿no es así? —arreglé mi cabello—. Quiero que lo hagas cuando regrese —guardé mi celular en el bolsillo y bajé las escaleras, por suerte Susan estaba en la cocina así que no me dificultó el escape. Estando afuera, tomé el celular de mi bolsillo y le marqué a Evelyn—. ¿Estás en casa?

—Si, ¿por qué?

—Voy para allá.

—Genial, te esperamos.

—Gracias —colgué y esperé que pasara un taxi, fue difícil pero más de uno frenó. Le dí la dirección de la casa de Allen y éste me llevó hasta allá, pero no fue nada fácil, siempre tengo la suerte de toparme con taxistas parlanchines. Aquellos que nunca paran la lengua y les interesa saber casi todo de la vida de sus pasajeros—. ¿Puedo bajarme aquí? —le pregunté cuando estábamos a unas cuadras—. ¿Si? Gracias —me respondí yo sola y me bajé aún escuchando como hablaba sin que yo le pusiera atención—. Demonios, este no es un gran día —suspiré tratando de relajarme.
Llegué hasta la casa de Allen y con mis débiles nudillos hice sonar la puerta varias veces, hasta que la puerta se abrió dejando ver a un Allen sonriente.

—Que gusto verte por aquí —besó mi mejilla y me abrazó—. ¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú?

—Tu rostro dice lo contrario —tomó mi rostro en ambas manos y abrió mis ojos para mirarlos como si fuese médico, luego hizo una mueca—. ¿Has estado descansando lo suficiente?

—Mm... —bajé la mirada.

—Debí suponerlo —tomó mi mano y me ayudó a pasar, para cerrar la puerta con uno de sus pies.

—Susan no se ha ido y tomó la costumbre de ver la repetición de "CSI: Miami" o "La ley y el Orden" a media noche conmigo —restregué mi ojo derecho.

—Vi, eso no te hace bien.

—Lo sé, pero ¿qué puedo hacer? —pregunté resignada mientras Allen me quitaba el abrigo—. No se fue hace tres meses, no lo hará ahora. Y agradezco todo el tiempo que me ha estado enseñando cosas... eso es lo que me detiene a ser mala persona con ella. Es un dilema existencial.

—Colby debería hacer algo, es su madre.

—Debería, pero no ha hecho nada. Solo ha tratado de sacarla de casa para dejarme algo de privacidad, pero no dura mucho porque la señora quiere estar conmigo.

—Olvidemos el tema, ¿bien? —pasó una mano por mis hombros para ir a la cocina—. ¿Has comido algo?

—Tú que crees...

—Te prepararé algo y luego tomarás un baño.

—¿En serio quieres que haga eso? No es mi casa y seria... raro —pasé una mano por mi nuca.

—Violett, tanto como Evelyn y yo te queremos mucho. Es lo menos que podemos hacer si vienes acá de esa forma.

—Gracias —lo abracé por la cintura—. Pero no soy una indigente, y esta no es tu gran acción del día.

—No lo había pensado por ese lado —acarició mi cabello, pero la voz de Eve me sobresaltó. Miré por el hombro de Allen y ella no estaba en todas las condiciones posibles así que deduje solo una cosa.

Ugh, ¡no me toques, Jones! —me separé de él—. Quien sabe donde estuvieron esas manos antes de que yo llegara —me separé de ambos, ellos rieron.

—Vamos Vi, eso fue hace bastantes horas atrás —se acercó otra vez—. He tomado una ducha.

—¿Cómo creerles? —achiqué los ojos.

—Mi piel huele a bebé —respondió de una manera muy dulce mientras me mostraba sus manos.

—¿Y tú, Eve?

—A flores —sonrió.

—Esta bien —dejé que se acercaran—. Y de ese baño del que me decías hace un rato... ¿está limpio? ¿no lo han hecho ahí muchas veces?

—¡Violett! —me gritarón ambos, y el rostro de ella se enrojeció muy rápidamente. Si, lo habían hecho.

—Creo que no debí venir —traté de pasar por su lado pero ambos tomaron suavemente a Sunshine.

—Bien, lavaré la tina mientras te sientas a mirar como lo hago —dijo Allen—. Pero eres una amiga muy exigente.

—Suena bien —volví a sentarme sobre un banquillo al lado de la mesa ignorando su último comentario.

—No creí que serias tan complicada —rió Evelyn.

—Lo soy... y mucho —le mostré la lengua de una manera infantil—. Sé que me amas, no lo niegues.

—Si, te amo mucho —me dejó una fuente con avena frente de mi—. Y como ya lo sabes, espero que te comas todo esto.

—¿Son las sobras?

—No, claro que no —rodó los ojos—. La había preparado hace varios minutos antes de que llegaras, pero ahora sé que la disfrutarás mucho más que yo.

—Gracias —tomé la cuchara a un costado y ella acarició mi cabello como si fuese mi madre.

—No es nada, si quieres comer algo más solo grita mi nombre ¿bien?

—Me encantaría un vaso de jugo de manzana.

—Tienes suerte —revisó el refrigerador y sacó una caja de jugo—. A Allen también le gusta —sirvió en un vaso y lo dejó a mi lado—. Provecho.

—Gracias —le sonreí y ella salió de la cocina. Tenía hambre así que sin pensarlo dos veces llevé la cuchara a mis labios. Sunshine y yo estábamos felices—. Ya quiero tenerte conmigo bebita —llevé una de mis manos a mi labios y luego a mi vientre.




—Es divertido verte en esta situación —reí mientras miraba a Allen limpiando la tina.

—Que bueno es hacerte reír —rió conmigo mientras pasaba la esponja por el borde.

—Tengo una pregunta para ti —me crucé de brazos mientras me apoyaba en la pared.

—Dispara —me dio una corta mirada y siguió limpiando.

—¿Cuándo vas a pedírselo a Evelyn?

—¿A qué te refieres?

—Sobre el anillo —fui directo al grano y miraba la manzana que tenía en mis manos—. Eve lo vio la otra vez en uno de tus abrigos y ha estado algo ansiosa.

—¿En serio? —me miró.

—Vamos, no la hagas esperar más y simplemente arrodíllate ante ella, muéstrale el paquetito y dile las palabras que ella ha estado esperando desde hace muchos muchos meses atrás.

—Pero si el paquetito ya lo ha visto muchas veces y lo ama —me miró.

—¿Siempre piensas así? ¿tu mente siempre le busca el otro sentido a mis palabras tan rápido? —sonreí.

—Admitiré que yo no era así, ella me hizo ser así —dejó correr el agua para llevarse la espuma de la esponja—. Bueno, yo quería que fuese en una buena ocasión pero desde hace todos esos meses no se ha dado... eso es todo.

—Amigo, eso es sencillo —le dí una mordida a la fruta—. Cualquier momento es perfecto, solo debes saber aprovecharlo.

—Primero, ¿debes comer la manzana en el baño?

—¿Qué? No estoy haciendo mis necesidades así que no es asqueroso —me encogí de hombros.

—Vale —cerró el grifo y se volvió a sentar al borde de la tina—. Escucho tus consejos, "doctora corazón".

—No por nada me llaman así —dije con algo de arrogancia—. Pero incluso tu propio patio puede ser un buen lugar para pedírselo, sólo es cuestión de abrir el corazón y decir todo lo que sientes. Sabes que tu pareja es la chica más tierna y sentimental de todo el mundo, incluso peor que yo.

—Lo pensaré.

—No tardes mucho, el tiempo corre y nos hacemos viejos... incluso las personas se aburren.

—Esta bien, esta bien —levantó las manos en defensa.

—Si quieres te ayudo, solo dime cuando y a que hora —le dí otra mordida a mi manzana—. Pero antes de los próximos dos meses, porque puede que esté hospitalizada y tendrías que afrontártelas tú solo.

—Gracias —se levantó de su lugar y se acercó a mi—. ¿Te parece si se lo cuento a Eve?

—¡No! —le metí la manzana en la boca y Jones rió.

—Sólo bromeaba —le dio una mordida—. Iré por una toalla, cuida de que el agua no se desborde —salió del baño. Estar unos minutos parada conversando con Allen hizo que me cansara y tuviera que sentarme en el wc. Tomé aire y lo solté lentamente un par de veces, hasta que mi respiración se normalizara otra vez.

Esta vez apareció Fisher con la toalla, la dejó a un costado y terminó controlando el nivel del agua.
—Ya esta, Vi —me sonrió—. Puedes usar aquel jabón de allí por si necesitas que la tina se llene de espuma —me apuntó a un costado.

—Gracias —la abracé—. No se como pagarles todo lo que están haciendo por mi, es más de lo que yo podría pedir.

—No es nada —acarició mi espalda—. Somos tus amigos, nos gusta hacer este tipo de cosas por ti. Mucho más en estas circunstancias —me miró—. Espero que logres relajarte y sacarte todo ese peso que llevas acumulado por meses.

—Eso espero también.

—Nos vemos en un rato —sonrió y salió del baño. Suspiré con todas las ganas que tenía y comencé a despojarme de mis prendas hasta estar desnuda, me miré en el espejo enorme que tenían y lentamente metí mi pie derecho sobre la cálida agua, se sentía condenadamente bien. Luego hundí el pie izquierdo y me senté, le hice caso a Eve tomando aquellas sales de baño y las dejé caer en el agua. Pensaba mandarle una foto a Colby para hacerle burla de lo bien que lo estaba pasando, pero recordé que si lo supiera vendría de inmediato para asegurarse de que no me "ahogaría", eso ya sería sobre-protector nivel Colby Lopez. Así que lo olvidé y me sumergí completamente para mojar mi cabello. Era maravilloso.

Podía sentir como el estrés y todo sentimiento atrofiado en mi cuerpo desaparecía, como si volviera a nacer por primera vez. Me sentía feliz y no quería salir nunca de esta maravillosa tina, podía pasar toda la tarde aquí hasta que mis dedos se arrugaran y me viera como una anciana, porque valía la pena. Miré mi cuerpo y cada una de sus partes, sentía que ya no me reconocía, ¿quién era Violett Hardy en estos momentos? ¿quién era realmente debajo de todas las cosas que hizo cambiar en su cuerpo? Sólo era una niña asustada, con temor de la vida y todo lo que le sucedería en el camino, sólo quería ser aceptada. Tener una vida plena y fuera de tener complicaciones, una chica difícil de comprender y aceptar tal como es.

«¿Por qué te destrozas con el pasado? ¿con lo qué en algún momento fuiste?»

—No... no lo sé —miré mis manos y todas sus marcas.

«Te equivocaste. Caminaste en la dirección incorrecta. No esquivaste las piedras. No saltaste los charcos. Te ensuciaste.
Pero eso estuvo bien, porque es mejor ir por la vida con moretones de valentía, que con lágrimas de cobardía, Violett.»

—Gracias —sonreí de lado.

«No es nada, te conozco y te quiero como nadie más lo hace.»

—Y yo a ti —me levanté lista para salir, ya estaba mucho mejor. Tomé la toalla y la enrollé en mi cuerpo, pisé el tapete acolchonado que se encontraba al frente de la tina y ya me encontraba fuera.
Pasé la toalla por mis brazos, por mi pecho y por mi espalda para ponerme el sujetador. Luego la camiseta y todo lo que me faltaba, mi piel había quedado suave y aperfumada, esto era maravilloso.

—¿Vi? ¿ya quieres salir? —escuché como Evelyn tocaba la puerta aunque se encontrara sin seguro.

—Si, ya estoy casi lista —terminé de arreglar mis zapatos y sequé mi cabello humedo.

—Grandioso, porque queríamos ver una película.

—No tardo mucho.

—De acuerdo —escuché sus pasos alejarse. Arreglé mi cabello para que luciera desordenado y salí del baño, la luz del día ya estaba por desaparecer y me sentía como si hubieran sido unos minutos desde que entré.

Seguí el pasillo hasta llegar a la sala de estar y ambos estaban sentados en el sofá con una fuente de palomitas al frente de ellos.
—¿Qué veremos hoy? —pregunté sentándome al medio de ambos, y me estiré para tomar la fuente.

Búsqueda Implacablerespondió Allen.

—Grandioso, ese Liam es un papasito —me acomodé entre los brazos de ambos mientras ellos me miraban con gracia—. ¿Seguros que no hago un mal trío?

—¡No, claro que no! —escuché como Eve lo decía con diversión y a la vez sarcasmo.

—Bien —comí palomitas, ambos rieron y pasaron sus brazos por mis hombros—. Somos la familia perfecta —traté de no reír. Sabía que ambos pensaban que era una descarada.

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