Sólo para Mi.©

By Danielle-Franks

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Silver, era una chica muy tierna y también discriminada por su tono de piel. Como siempre tratando de evitar... More

Prólogo: Silver Martins
Capítulo 1: Temor
Capítulo 1: Dolor
Capítulo 1: Inocencia Perdida
Capítulo 2: Desolación...
Capítulo 2: Inesperado.
Capítulo 2: La historia se repite...
Capítulo 3: Consecuencias
Capítulo 3: No puedes tapar el sol con un dedo.
Capítulo 3: No todo es lo que parece...
Capítulo 4: Sin Escape.
Capítulo 4: La Compañera de Drapher
Capítulo 4: Fin de una etapa...
P&N&P
Live

Logan

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By Danielle-Franks

El día estaba gris al igual que mi estado de ánimo. Odiaba esto que me pasaba.

Me hacía falta la convivencia con Silver, pero no podía tenerla porque no era mía. Me tenía que conformar con Tatiana.

Pero no sólo era con ella si no también con su libido loco.

Tomé asiento en la poltrona que había en el salón. Odiaba esta casa.

La había comprado para Tatiana, para que viviéramos juntos. No se parecía en nada a los planos que había hecho para mi casa con mi compañera.

Cerré los ojos y traté de resignarme. Suspiré, odiaba mi vida.

Odiaba a Tatiana.

Abrí los ojos y me di cuenta de los estragos que estaba sufriendo el clima.

Lo único que me agradaba de la situación era mi hijo o hija.

Mi bebé.

Sentí sus manos en mi pecho y me tensé. No me gustaba que me tocara.

-Suéltame- exigí. Me puse de pie y ella retrocedió.

-Debes cumplirme- siseo.

-No te deseo- fui a la cocina y la ignoré lo que quedó de la tarde.

Ella se ponía conjuntos provocativos, ropa llamativa, pero me daba cuenta de que eso no me producía nada.

Lo que si me podía producir algo, era verla al natural, sin maquillaje.

No se lo iba a admitir, pero me gustaba verla recién levantada. O apenas salía de la ducha. Aunque dormida me atraía también.

El día que decidí acostarme con ella lo hice despertandola en mitad de la noche.

La verdad no comprendo que fue lo que ella vio en mi que le gustó porque yo estaba seguro de que no era el mejor amante que ella haya tenido.

Tomé algo de jugo y terminé mis deberes.

Ella llegó en algún momento y besó mi cuello. Acarició mi abdomen y su mano fue descendiendo.

Cuando se dio cuenta de que estaba haciendo todo en balde, me giró y me besó. Su beso era hambriento y con el impulso me tiró de la silla. Caímos al suelo y ella quedó sobre mi.

-Te necesito... no hay baño ni dildo ni nada que pare esto y sé que tu puedes hacerlo.

-No estoy de humor- traté de levantarme, pero ella lo impidió.

-Oh no... de aquí no te vas hasta que no me cumplas como mi marido que eres- me enfadé demasiado.

-¿Tu quieres sexo?- pregunté y ella asintió.

-Por favor... - me coloqué encima de ella y le abrí las piernas.

Ella gimió y yo aspire su aroma. Ella no podría siquiera poner un pie en la calle o la lastimarán.

Tenía que hacer algo.

Verla rogarme me excitó mucho. Ella se veía tan vulnerable de esa manera.

Ella lo sintió y gimió cuando la toqué entre sus piernas. Acaricié sus muslos y ella gimió mucho más alto.

-Haz silencio- ella asintió y mordió su labio inferior. Le quité la ropa y la observé. Era bonita.

Centré mi vista en su centro y sonreí. Estaba muy lubricada que hasta goteaba.

Acaricié su vientre y ella cerró los ojos. Me quité la ropa y me di cuenta de que estaba muy excitado.

-Por favor... ya- asentí y entre lentamente. Ella se arqueo y vi la sangre correr de sus labios. Algo primitivo me hizo inclinarme y limpiarla con mi lengua. Devoré sus labios en un beso ardiente y ella me correspondió. Las embestidas fueron duras y sin descanso. La tomé como un animal.

Cuando ella acabó, yo también lo hice porque me presionaba demasiado.

Esperé a que se deshiciera el nudo que se formaba en la base de mi pene. Ella empezó a besarme con ternura y yo me dejé llevar. Hasta que recordé que ella no era tierna, y mucho menos vulnerable.

Me separé de ella de golpe. Como el nudo ya no estaba, salí de su cuerpo y me vestí.

-Nunca vas a olvidar ¿Verdad?- preguntó dolida.

No le respondí.

No podía olvidar porque nadie me había contado de sus andanzas yo la había visto en innumerables ocasiones con uno, dos y hasta con tres tipos, todos diferentes.

Y ella me miraba con burla.

Me sentí hastiado de mi mismo, me puse de pie y la ayudé a incorporarse.

No podía creer lo que había hecho. Me había acostado con la mujer que fue la causante de mi sufrimiento. Que me humilló y torturó. La verdad es que ella no me agradaba ni un poco.

- Es mejor que me vaya- no quería discutir con ella.

-Si tu no puedes olvidar mi pasado entonces yo no puedo olvidar que tu la ames a ella. Esto no va a ir para ningún lado si no pones de tu parte- me detuve y me giré para verla.

-Tienes razón, esto no va para ninguna parte y es mejor que ya no volvamos a intimar- me observó dolida y se marchó de la cocina.

La seguí porque me preocupó su estado de ánimo.

-Calmate.

- Todo es por culpa de esa zorra - me enfadó que se refiriera a Silver de esa manera.

-Respeta y no metas a Silver en esto- exigí y ella se acercó a mi.

-¡No me digas como referirme a esa cualquiera! - me gritó buscando algo de ropa-. Ella tiene bien merecido todo lo que le hizo mi hermano. Es más creo que se quedó corto- quedé espantado con lo que ella decía. No podía creerlo.

Yo pensaba que ella era buena en el fondo, pero me di cuenta de que no. No era una buena mujer y no tenía buenos sentimientos.

Fui al closet dispuesto a buscar algo de ropa para marcharme cuando escuché su amenaza.

-Si tu me dejas, acabo con tu hijo- quedé paralizado y me giré. Me alejé del closet y fui a sentarme.

-Es tu hijo también- le recordé asqueado.

-Depende de ti que nazca. Vas a tener que complacerme en todo y cuando digo todo es todo- la miré con rabia.

-Eres un monstruo- chasqueo la lengua.

-Estamos empezando mal, Logan... -caminó hasta mi y se tendió en la cama-. Vamos... cumpleme que quedé todavía con ganas- la observé con asco. La detestaba.

-Es tu hijo también- le recordé nuevamente- . No puedes hacerle esto- ella se encogió de hombros y me miró.

-Es tu decisión, este niño sólo lo tengo porque creí que te sentirías mas cercano a mi, pero parece que no es así- acarició mis muslos-. Traté de hacerme la buenesita y ser una buena mujer y esposa, pero parece que no funciona- me quitó los pantalones y llevó sus manos a mi pene-. La tuya es la más bonita que he visto- dijo besando el glande.

Ese día empezó mi calvario.

Ella me obligaba a complacerla y se enfadaba cuando yo me negaba.

Se valía de felaciones para excitarme, luego se trepaba sobre mi regazo y tomaba todo de mi.

Un día harto de la situación, ella con cuatro meses de embarazo, me negué a seguir complaciendo sus caprichos.

Fui a buscar a su padre para que hablara con ella, pero me enteré de que se había ido de viaje. De seguro estaba detrás de la madre de Silver.

Fui a casa de mis padres y mi madre me escuchó atenta.

-Ya no lo soporto más- dije tomando mi cabeza entre mis manos-. Me siento mal conmigo mismo- le expliqué.

-Creo que lo único que puedes hacer es ceder ante ella hasta que nazca el niño. - dijo acariciando mi cabello.

-Voy a regresar a la casa- me puse de pie y me despedí de ellos.

Cuando llegué a la casa, no la vi por ningún lugar.

Estaba todo en un silencio sepulcral que me heló la sangre.

Corri de habitación en habitación hasta que llegue al baño y la encontré en la tina. Estaba inconsciente.

La saqué de la tina y la llevé a la cama. La desesperación se apoderó de mi y traté de estabilizarla.

Lo logré y luego ella abrió los ojos.

Ya para esas alturas, la habia vestido con un pijama y secado su cabello. Había logrado mantener a nuestro hijo dentro de ella y ahora ella me miraba con lágrimas en los ojos.

-¿Ves hasta donde llegó tu egoísmo?- pregunté ya sin fuerzas.

-Es todo tu culpa... si me quisieras esto no tendría que pasar- desvié la mirada.

-Vamos a empezar de cero... por favor- pedí acariciando su cabello y ella asintió.

En ese momento me di cuenta de que ella no estaba bien.

Yo me había convertido en una especie de obsesión para ella.

-Voy a hacerte un caldo de pollo- ella asintió. Como no quería dejarla sola, la tomé en brazos-. Te voy a enseñar a prepararlo- ella asintió sonriente y besó mis labios.

-Te amo, Logan- sonreí forzadamente y cuando llegamos a la cocina, la dejé en una encimera.

Preparé el caldo y ella lo tomó sin problemas. Yo comí con ella también porque la verdad no había comido en todo el día.

Me dije a mi mismo que era necesario seguirle el juego por el bien de nuestro bebé. Por más que me doliera y sintiera asco de mi mismo luego de estar con ella.

******

Ella estaba encima de mi en una poltrona. Dormitaba sobre mi pecho.

Su vientre de seis meses, descansaba sobre mi regazo.

Me puse de pie con ella entre mis brazos y la llevé a la habitación. Había algo en ella que me estaba preocupando.

No podía encontrar qué estaba mal en ella respecto a su salud.

-Mañana vamos a bailar- dijo mientras yo la cambiaba de ropa. Creo que ya me había acostumbrado a cuidar de ella y de mi bebé

-Recuerda que no soy adepto a esas cosas y no puedo ir a esos lugares- dije acomodándome en la cama a su lado.

Ella se acomodó contra mi pecho.

-Vamos a salir entonces- besó mi cuello y su mano descendió.

Me tensé, yo no la deseaba.

Ella acarició mi pene por debajo de mi ropa y yo la detuve. Ya no podía más.

-Debes descansar, además ya falta poco para que nazca nuestro bebé- ella se incorporó un poco y dijo.

-Detesto esto. Sólo te importa el bebé- traté de calmarla-. Suelta mi brazo- eso hice y ella se puso de pie con cuidado.

-Calma Tatiana, no te hace bien- ella salió rapidamente de la habitación y yo la seguí.

-¡No me importa! - bajó las escaleras rápidamente y estuvo a punto de caer, pero yo la sostuve-¡Odio a este bebé, lo od...!- detuve las manos que golpeaban su vientre y cubrí sus labios para que no siguiera despotricando en contra de nuestro hijo.

-No digas eso, Tatiana- pedí besando su mejilla. Acaricié su vientre y fui subiendo poco a poco. Necesitaba que ella se calmara para evitar que se hiciera daño.

No me importó tener que volver a mantener relaciones sexuales con ella si con eso conseguía que ella no se lastimara y menos a mi bebé.

Besé su cuello y fui bajando hacia su clavícula. Ella gemía levemente.

Me puse de pie con ella en brazos y la llevé a la cama.

No dejé de besarla en ningún momento y ella a mi también.

La abracé y fui despojandola de su ropa.

Nos perdimos en brazos del otro luego de quedar totalmente desnudos.

******
La vi dormir y me sentí cansado.

Faltaba poco para que todo esto acabara.

Fui a lavarme porque me sentía hastiado.

Estaba vistiéndome cuando escuché su llamado.

- Logan - acudí al llamado del Supremo y cuando llegué, ahí ya estaba Silver, el Alfa y Rey.

-Aquí estoy Señor- me incliné y presenté mis respetos.

-Logan... estamos casi todos reunidos, sólo faltan dos personas más- informó.

Llegaron Drapher y Maggie unos instantes después.

-Logan... estamos aquí porque deben entender algo. Tú al igual que Silver, como Supreme Angel de Platino, tienen el deber de concebir un sucesor. Silver ya tuvo al pequeño Paul y tu estás esperando a tu pequeña, pero como Silver debe saber y es ejemplo, la madre del bebé, debe amarlo- sentí que toda la sangre me abandonaba.

-Pe...pero yo soy un Supreme, ella debe ser Supreme... - me sentía desesperado. No, no, no.

-¿Qué pasa aquí? - preguntó Pierce Grand. Maggie soltó a llorar en brazos de Drapher.

Este último tomó la palabra.

-No importa lo que seas tú, todo feto hijo de la luz o la oscuridad, es un Angel y tiene la inclinación a ambos bandos. Todo depende al principio del amor de su madre. Yo sé que mi hijo va a ser un Supremo, porque Maggie lo quiere, por lo tanto, Maggie va a seguir con vida- explicó tratando de abrazar a Maggie.

-No entiendo a qué viene esto- empezó Pierce...

-Tatiana no la quiere...- dije en voz baja, pero todos me escucharon.

-Esto es tu culpa... castigas a mi hermana sólo por... - Silver lo detuvo.

-Calla, Rey- ordenó furiosa.

Miré al suelo.

-Tatiana no ama a su hija y a atentado contra ella, hoy declaró que la odia por más que Logan intentó evitarlo. Ella morirá el día del alumbramiento, pero no puede saberlo- indicó el Supremo.

-No...- lloró Maggie.

-¿Cuándo? -preguntó el Alfa destrozado.

-Quince días, trece horas, veinte minutos y catorce segundos- respondió Silver.

Mi hija sería un Dark.

Tatiana iba a morir y yo no podría hacer nada.

-Me retiro- informó Silver y desapareció tomando la mano del Supremo.

Escuchamos unos pasos y giré. Era Tatiana.

Apenas me vio, sonrió y vino directamente a mis brazos.

-¿Dónde estabas? - preguntó apretando su agarre.

-He estado aquí- ella besó mi mejilla.

-Tu hijo se la ha pasado pateando. Me molesta que lo haga- gruñó enfadada.

-Es una niña- le expliqué y ella arrugó el entrecejo-. No digas nada más- advertí y ella se mordió la lengua.

La aparté un poco y ella fue envuelta en los brazos de su padre.

********

Tatiana murió el día y a la hora que dijo Silver, ese día nació Milien Amatista, mi hija.

Yo tuve que luchar por mantener a mi hija conmigo ya que Pierce Grand y Drapher querían apartarla de mi.

Yo había regresado a casa de mis padres y ellos la cuidaban mientras yo terminaba mis estudios.

No era fácil, pero yo adoraba a mi hija. Era mi bebé.

Aún no sabía como me sentía respecto a la muerte de Tatiana, pero una sensación de alivio me embargó.

Ella había hecho conmigo lo que había querido y me había reducido a un títere. Me trató como su esclavo sexual y la verdad es que me sentí abusado física y mentalmente.

Decidí tratar de olvidar y me concentré en mi hija.

Ella no toleraba que nadie a parte de mi, la cargara si yo estaba presente. Mi madre podía cuidarla y sostenerla cuando yo no estaba, pero sólo ella y mi padre.

No toleraba a Pierce ni a Maggie y mucho menos a Rey.

Drapher explicó que ella lograba encontrar parte de Tatiana en ellos y eso no lo soportaba. Que la única figura materna, sería la que ella eligiera y aún no lo había hecho.

Pensé y temí que se apegara a Silver, cosa que hizo, pero no la eligió como su madre. Eso sí, siempre que la veía,le gustaba estar en sus brazos.

*******

Conocí a Grenda cuando Milien tenía seis meses, yo ya había terminado la escuela y cursaba la universidad.

Grenda es un cambia forma conejo. La conocí cuando logré defenderla de Brandon, el antiguo novio de Tatiana.
Ella estaba inconsciente y conservaba su forma de conejo. La tomé en brazos al igual que a mi pequeña Milien y fuimos a casa.

Yo pasaba los fines de semana en mi casa, una que había construido para la que fuera mi compañera. La que tenía con Tatiana, fue destruida en una pataleta de Milien.

Milien no se separó de Grenda en ningún momento. Se acurrucó a su lado desde que terminé de curarla y en ese momento me di cuenta de que Milien ya había elegido.

Grenda despertó al día siguiente por la inquietud de mi hija.

Abrió los ojos lentamente y me miró. Estaba desorientada. No me sorprendió verla en su forma humana porque eso sucede luego de curarse su lado cambiante.

-¿Dónde estoy? - le ofrecí una respuesta y ella asintió.

-¿De dónde eres?- le pregunté.

-Soy de la madriguera Lagus White- Milien estaba inquieta. Yo la sostenía entre mis brazos, pero se notaba que quería ir hacia ella.

-Mi nombre es Logan y soy un Supreme Angel de Platino- abrió los ojos desmesuradamente.

-Es un placer, mi nombre es Grenda y ¿ella es...?- preguntó por la pequeña inquieta.

-Milien Amatista, mi hija- se la presenté.

-Es hermosa- dijo observándola detenidamente. Sus ojos se anegaron de lágrimas.

Entonces lo entendí.

-¿Qué le pasó a tus hijos? - pregunté dejando que Milien gateara por la cama.

-Fueron asesinados por su padre- explicó.

-¿Por qué? - pregunté.

-Yo soy un conejo Belier enano, soy la hija bastarda de mi padre- un belier inglés -con una holandés enano y... como comprenderás soy muy pequeña y no puedo dar crías grandes, cosa que le sucedió a mi camada. Gerald los odió . Mi padre al verlos nos echó de la madriguera y Gerald los mató. Yo huí lejos de él, pero cuando estuvo a punto de encontrarme se convirtió en la comida de un lobo enorme y marrón. Ese también me atacó, pero tú me salvaste- trató de sonreír.

Milien se acomodó en su regazo y ella la acunó.

-Lo siento mucho, la madre de Milien falleció también y ahora estoy tratando de que conviva con sus abuelos maternos- ella asintió.

-¿Por qué permite que yo la toque?- como no me atreví a decirle toda la verdad, sólo le dije lo siguiente:

-Porque le caes muy bien- ella sonrió y la cargó.

-Pues ella también me cae muy bien- sonreí.

Un par de horas después, me dijo que ya tenía que marcharse, sentí una desazón en el pecho.

Entonces descubrí que no quería que se fuera.

-Puedes quedarte hasta que lo necesites, es más, podemos hablar con el Alfa para que te acepte en la manada- propuse. Ella asintió.

-Acepto la parte de ir a ver al Alfa- acepté eso. Debía poder manejar toda la situación porque de eso dependía la estabilidad de Milien.

Decidí ir a lo de Silver y pedir su ayuda también.

Una vez llegamos a su casa, me abrió la puerta Rey.

Estaba enfadado por verme, pero su mirada se suavizó al ver a Milien.

-¿Qué quieres?- preguntó tomando en brazos a Milien. Ella arrugó el entrecejo y se quedó ahí. A lo largo de estos meses, había logrado que cediera un poco con sus familiares.

-Vengo porque preciso ayuda de Silver con una cambia forma conejo- él asintió.

-Brandon se quejó diciendo que le frenaste la diversión- puse los ojos en blanco y me hice a un lado para que ella quedara visible.

-¿Logan? ¡Hola!- apareció Silver, tan bella como siempre. Cargaba al enorme hijo de Rey. Un niño bastante mono, pero muy parecido a su padre. Silver estaba tan hermosa como siempre.

-Hola... vengo porque necesito tu ayuda - ella asintió y se hizo a un lado.

-Pasen- entramos a la casa, y fuimos a la sala. Ahí Silver dejó a su hijo en el suelo y se concentró en nosotros, mientras Rey cuidaba a los bebés.

-Bueno yo soy una Belier enano de la...- Grenda le contó su historia y Silver escuchó atenta. Rey se acercaba de vez en cuando para preguntarle alguna cosa o sólo para darle un beso. Ella se veía apenada y yo sentía una ligera molestia.

No sabía si todavía la amaba, pero sabía que dolía verla con otro hombre y saber que estaba resignada.

Observé que Milien empezaba a molestarle la presencia constante de su tío y de repente soltó a llorar, justo en el momento en que lo hacía Grenda.

Me puse de pie inmediatamente y fui hasta ella, la tomé en brazos y ella se aferró a mi.

Volví a la mesa y ella se acomodó en mi regazo una vez tomé asiento.

-Vamos a llevarla al refugio y puedes ir a la universidad- propuso Silver.

Grenda negó y sonrió. Cierta persona hizo lo posible para subir a la mesa e ir hasta ella a gatas. Grenda la tomó en brazos y por fin Milien se quedó tranquila.

Silver observó eso y me miró. Yo desvié la mirada y observé a mi hija. No se parecía mucho a Tatiana, salvo por los ojos azules. El cabello rizado color cobre lo sacó a mi.

Tenía mi mal genio y el temperamento voluble como Tatiana.

-Bueno... ya me gradué de la universidad y esto, algo que yo considero una fortaleza, mi padre lo considera una deshonra porque el saber más que un hombre en la madriguera es una ofensa y falta de recato - explicó.

-¿Qué estudiaste?- pregunté interesado.

-Soy maestra - sonrió.

-Eso es estupendo, ¿Cuáles son tus planes?- preguntó Silver.

-No tengo ninguno, pero la verdad es que necesito una estabilidad para poder sentirme bien, todo es muy reciente y aún no sé qué hacer- explicó.

-Hay una vacante en el kinder y si gustas, luego de hablar con el Alfa y tramitar tu unión a la manada, es tuya- propuso. Ella asintió.

-Gracias- Silver se puso de pie y tomó su bolsa.

-Bueno, vamos- me puse de pie y fui hasta Grenda para tomar a Milien en brazos.

-Venga, angelito- dije al ponerla sobre mi pecho.

-Voy con ustedes- dijo Rey cargando a su hijo.

Claro, siempre que podía, impedía que yo estuviera cerca de Silver.

*****

Llegamos a la mansión del Alfa y él nos recibió. Estaba encantado de ver a sus nietos, por más que Milien no lo tolerara.

-Que bueno que están aquí, extrañaba tanto a Milien- dijo aportando a la niña de mis brazos. Él me odiaba y pensaba que yo no había hecho suficiente para salvar a su hija.

Sólo sostuvo unos instantes a Milien hasta que ella se desesperó y soltó a llorar. Él trató de calmarla, pero ella seguía llorando.

-Basta, Milien- dije lentamente y ella dejó de llorar de a poco.

-Tú...- el alfa se dirigió a Grenda-. ¿Quién eres?- preguntó acercándose.

-Soy Grenda de la Madriguera Lagus White- se presentó.

-Señor Grand, ella fue rescatada por Logan del ataque de Brandon quien mató a su marido. Ella es una Belier enano y...- Silver le contó su historia y antes de tomar una decisión me ordenó entrar con él a su despacho.

Cerró las puertas y aún con mi hija en brazos me dijo:

-¿Ya te metiste con ella?- no respondí-. Te hice una pregunta.

-No es de tu incumbencia- eso lo enfadó.

-Soy tu alfa, me debes respeto- espetó.

-Si me trata con respeto, yo haré lo mismo con usted, no será unilateral- me mantuve firme.

-Ella no va a entrar en la manada, es más la voy a regresar con su padre- sonrió y acarició la mejilla de Milien.

-Eso no se va a poder, la figura materna que Milien necesitaba, la encontró en Grenda y si no permite que se quede, no voy a poder salvar el alma de Milien y lograr que se convierta en una Supreme- torció el gesto.

-Tu quieres cogerte a esa mujer y no voy a tolerar eso. Tu no vas a estar con otra mujer. No lo mereces- mi hija ya harta, luchó hasta que quedó en el suelo y gateo rápidamente hasta mi. La tomé en brazos y se abrazó a mi.

-No se trata de lo que yo merezca o no. Se trata de Milien- él negó -. Si no permites que Grenda se quede, mi hija será un ángel oscuro y como es una bebé, su sólo llanto por una pataleta, puede acabar con la vida de muchos y la solución sería mandarla con Drapher que la convertiría en una D.A.S. o una bruja- él se enfadó y bufó.

-Se va a quedar aquí y voy a tener todo controlado. Me entero de que le pones un dedo encima y te mato- no, yo no tenía por qué tolerar esto.

-No me amenace - ya tenía suficiente de los Grand. Habían destrozado mi vida, pero no permitiría que me impidieran salvar a mi hija-. No voy a hablar mal de Tatiana, pero ustedes me están llevando a un punto de no retorno mira mi ropa- le dije mostrando el tono casi gris en el que me encontraba-. Tu no me vas a decir lo que merezco o no. No eres nadie y si mi hija necesita a Grenda, la va a tener y tu no lo vas a condicionar- me alejé de la mesa y fui hasta la puerta.

-Tú mataste a mi hija- me reí con ironía-. Nunca le diste lo que ella tanto anhelaba y todo por estar enamorado de Silver- miré a Milien y ella me miró a mí.

-Tu hija decidió su destino el mismo día que decidió regalárselo a media manada y no esperar a su compañero. Por hacerme daño desde que tengo conciencia. Dejame decirte, que otro la hubiera mandado al diablo- salí de su oficina y me encontré con Silver.

-Grenda se quedará aquí en la Mansión del Alfa- informé y con un asentimiento pasé de ella.

Grenda estaba mirando a la nada parada frente a la ventana. Milien se prendió de ella y yo tuve que acercarme para que no se cayera.

En ese momento percibí la esencia de Grenda y algo en mi se despertó.

Algo que nunca sentí cuando vi a Tatiana el día de su cumpleaños. Sentí una revolución en mi interior. Algo primitivo e incontrolable.

Un fuerte sentimiento de posesión me invadió y escuché otra voz en mi cabeza.

Esa voz había desaparecido cuando me casé con Tatiana.

"Mía"

Me alejé aturdido y traté de calmarme.

No pude evitar observarla con mi hija en sus brazos.

Si acaso llegaba al metro cinncuenta y cinco, era delgada, pero curvilínea y tenía una mirada tan tierna. Sus ojos grises y piel pálida; su cabello rojo y sonrisa limpia y sincera...

Por primera vez sentí un deseo genuino y profundo.

Entonces entendí que nunca fui el compañero de Tatiana, que sólo fui su Supreme y...

"LOGAN"

Sentí el llamado del supremo y procedí a tomar a Milien y marcharme.

La dejé en casa de mis padres y fui al llamado del Supremo.

-Entiendo lo que sientes y muy pronto vas a poder estar en paz y tranquilo. Ella es tu compañera.

-Pero entonces si yo no era el compañero de Tatiana ¿quién lo era?- pregunté confundido. Se supone que un Supreme de Platino era ambos. Eso quería decir que sólo era un Supreme.

-Brandon. Ella te amaba a ti y quería que tu fueras su compañero. Ocultó su olor cada vez que salía sólo para que él no la reconociera- esa mujer -. Todo va a estar bien. Sólo te pido que no te amedrentes por Pierce Grand, lucha por Grenda, sé que ella te hará feliz- me acomodé en mis patas traseras y lo miré.

-Ella es muy pequeña- escuché su risa en mi mente.

-Eso no importa ella estará bien- bajé la mirada receloso.

-Pero ella es un belier...

-Sus hijos podrán adoptar la forma que deseen- luego de culminar ese tema, me explicó acerca de su plan de crear un territorio neutro en el que todas las razas y especies pudieran convivir.

Neutral.

*****Tres meses después****

Han pasado tres meses desde que llegó Grenda, tres meses largos y desesperantes.

Tres meses en los que el deseo por ella me llevaba a tal extremo de ir a verla mientras dormía.

Hoy estaba sentado frente a ella, acariciando su cabello. Ella ahora se hospedaba en el albergue.

Estaba examinando su rostro, reprimiendo las ansias de besarla y mucho, mucho más.

-Logan...- su voz salió como un gemido.

Sonreí y me precipité a sus labios.

Esa noche la saqué del albergue y la llevé a su casa. A nuestra cama en donde hicimos el amor por primera vez y no paramos de hacerlo en toda la noche.

Me desperté esa mañana, al sentir a cierto ángel besar mi mejilla. Abrí los ojos y me encontré a Milien riendo mientras besaba mi mejilla.

-Hola, pequeña- besé su mejilla y la abracé. Esa niña últimamente, se aparecía y desaparecía donde le apetecía. Eso sí, yo podía encontrarla donde estuviera.

-pa pa- reí y ella también la tomé en brazos y la llené de besos.

-¿Qué es todo este ruido?- preguntó Grenda despertándose. La miré y ella se sonrojó. Se veía estupenda.

-Buenos días- la saludé con un beso. Ella sonrió-.¿Estás bien? - pregunté preocupado cuando se sentó e hizo una mueca.

-Si- desvió la mirada. Tomó a Milien en brazos y ella sola tomó el pezón. Esperé a que terminara de comer y luego la desvanecí hasta su cuna.

Tomé en brazos a mi mujer y la miré a los ojos.

-¿Qué pasó? - pregunté preocupado. Ella rompió a llorar y sentí que se me partía el corazón.

-Yo... mi matrimonio con Gerald fue arreglado y nunca fue gentil ni le importó que yo lo disfrutara yo...- la besé y ella correspondió a mi beso con pasión. Acaricié su espalda y la acomodé sobre mi cuerpo-. Yo... te amo- sonreí. De las tres mujeres que me habían dicho que me amaban, sólo ella había logrado hacerme sentir querido. Sin trabas ni amores obsesivos. Era un amor limpio, puro y verdadero.

-Yo también te amo, pequeña- por primera vez en mucho tiempo me sentí feliz. Me sentí pleno y completo.

*****Tres meses después...

Mi boda con ella se llevó a cabo con la presencia de mis padres, mi hija y quien nos casó fue el Supremo. No ne importaba que el alfa no lo aprobara, me daba igual, era mi vida y con Grenda y Milien Amatista quería vivirla.

Gracias por leerme. Espero les guste este pequeño regalo.
Besos.

Lo hice atendiendo a la curiosidad de muchos lectores.
Besos.






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